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Mulleres colleiteiras, el referente gallego de economía circular y empoderamiento de mujeres en exclusión social

Martes 4 de enero de 2022

La cooperativa coruñesa dedicada al reciclaje de aceite doméstico usado trató el año pasado más de 220.000 litros de material contaminante para su transformación en biocombustible.

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Mulleres Colleiteiras en la recogida de aceite vegetal usado en uno de los contenedores de A Coruña. — Mulleres Colleiteiras - Cedidas a ’Público’

A Coruña 02/01/2022 Juan Oliver Público

No debe haber muchas empresas que puedan presumir de proporcionar empleo digno a mujeres en riesgo de exclusión social de colectivos marginados para empoderarlas en una actividad pionera destinada a proteger el medio ambiente y combatir la emergencia climática.

A eso se dedica la cooperativa Mulleres Colleiteiras, una entidad sin ánimo de lucro que desde hace casi siete años gestiona a la recogida, transporte y tansformación de aceite de cocina usado en A Coruña y su comarca. Todas las socias y trabajadoras de la cooperativa son mujeres, en su mayoría gitanas. Año a año han ido batiendo récords y en 2021 lograron tratar más de 220.000 litros de aceite usado. Una cantidad capaz de contaminar alrededor de 6.600 millones de litros de agua.

El proyecto surgió en el año 2011, cuando la ONG Arquitectura sen Fronteiras (ASF) emprendió un programa de inserción social en los asentamientos chabolistas de As Rañas y A Pasaxe, en A Coruña. "Fue en la época en la que el Ayuntamiento decidió centrifugar a la población gitana, construyendo guetos a donde los enviaron como si fueran ganado", cuenta el arquitecto Juan Aradas.

Aradas explica que ASF se planteó algo más que el realojo digno de las familias afectadas porque, a su juicio, "la arquirtectura no va sólo de proporcionar un techo, también tiene que ver con todo lo que conlleva la falta de vivienda". Por eso diseñaron un programa integral que incluía aspectos como la educación, la sanidad, la igualdad y el empleo, y que en 2013 desembocó en Mulleres Colleiteiras.

"Decidimos hacer una empresa para poner los medios de producción en manos de las trabajadoras"

"Decidimos hacer una empresa para poner los medios de producción en manos de las trabajadoras", narra el arquitecto. Se trataba de promover la inserción laboral, el empoderamiento y la autonomía de esas mujeres, de proporcionarles una alternativa de autoempleo rentable y de impulsar el aprovechamiento y reutilización de un recurso contaminante en un proyecto empresarial viable y sostenible basado en la economía social.

A partir del 2013, las participantes en el proyecto, 23 mujeres de los poblados de As Rañas y A Pasaxe, fueron formándose y capacitándose tanto a nivel técnico en la recogida, transporte y tratamiento de residuos como a nivel social, para la creación de la cooperativa que se constituyó finalmente en el 2015.

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Socias de la coopertiva, frente a la furgoneta de recogida. — Mulleres Colleiteiras - Cedida a ’Público’

Empezaron colocando contenedores naranjas en el barrio coruñés de Monte Alto, y desde entonces han distribuido más de un centenar por toda la ciudad y sus municipios limítrofes, además de otro medio centenar en supermercados del grupo Eroski y otra veintena en colegios, asociaciones de vecinos, escuelas y facultades universitarias de la comarca. También proporcionan envases de reciclaje a los bares, restaurantes y colegios que los soliciten, y disponen de un teléfono para la recogida a domicilio (608 54 93 54) y un mapa de puntos de recogida que se puede encontrar pinchando en este enlace.

En 2017 transformaron 11.000 litros de aceite, cantidad que multiplicaron por cuatro en 2018. En 2020 fueron 170.000 litros y el año pasado, un 30% más. Galicia está entre las comunidades donde más aceite vegetal se consume, en torno a los 13 litros por persona y año. Pero, según la Asociación Nacional de Gestores de Subproductos de Aceites y Grasas Comestibles, apenas el 10% se recicla y reutiliza.

En la planta que Mulleres Colleiteiras tiene en Iñás, en el municipio coruñés de Oleiros, el material recogido se somete a varios procesos de limpieza y decantación, y cuando ha sido depurado se vende a una empresa portuguesa que lo transforma en un biocombustible, cuyo uso reduce en hasta un 70% las emisiones de CO2 a la atmósfera con respecto a los carburantes convencionales.

Según detalla la gerente de la cooperativa, Susana Peña, han puesto en marcha un proyecto a cinco años para montar una pequeña refinería y fabricar ellas mismas el biocarburante, uno de cuyos usos es el de combustible para calefacción.

"Nos gustaría empezar con un cole, donde a los niños y a las niñas se les explique todo el proceso" asegura Peña.

La gerente destaca la relevancia ambiental de su trabajo, pero también la social, por lo que supone de empoderamiento para las mujeres que participan en él, que provienen de colectivos marginados y excluídos y de entornos donde viven situaciones muy complicadas, porque incluso las medidas económicas de inserción social, como la renta de integración (Risga) de la Xunta de Galicia, acaban convirtiéndose en herramientas "que apuntalan y perpetúan la dependencia".

"Algunas de ellas ni siquiera habían cogido solas un autobús antes de que se implicaran en el proyecto. Ahora tienen carné de conducir, han podido comprarse un coche porque tienen un salario digno y se sienten dueñas de sí mismas", sostiene.

Una de ellas es Sofía Vázquez Manzano, que lleva año y medio como socia de la cooperativa. Es encargada y conductora, y hasta que llegó a Mulleres Colleiteiras trabajaba de dependienta. Como Peña, también destaca el valor ambiental de su trabajo pero, sobre todo, lo que les ha proporcionado vitalmente.

"La labor social de la cooperativa es brutal. La gente que llega lo hace con enormes carencias y necesidades que se terminan cuando entran, porque se fomenta que estudiemos, que nos formemos, que peleemos por nuestra independencia". "Aquí el que se lucra no es el que está arriba, sino el colectivo, porque si hay excedentes de dinero lo reinvertimos en la cooperativa. He trabajado en varios sitios y nunca tuve compañeras como las que tengo aquí. Todas tenemos nuestra historia detrás, nuestras luchas, y todas nos apoyamos. Somos muchas, pero somos una", resume.

Sofía subraya la importancia de salir de la precariedad de los empleos convencionales que el sistema reserva a las mujeres en riesgo o en exclusión social. "¿A quién hacen fijo en una gran superficie o en unos gran almacenes, donde sales de trabajar a las diez de la noche y apenas puedes ver a tus hijos?", señala. También apunta lo significativo de que otras mujeres encuentren en proyectos como éste las referencias y los poyos necesarios para liberarse de situaciones de dependencia.

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Socias de la cooperativa, en la planta de Iñás. — Mulleres Colleteiras - Cedida a ’Público’

Cada miércoles y cada viernes, en horario laboral, la cooperativa sufraga clases de educación física en para las trabajadoras en un pabellón municipal a cargo de un monitor especializado. "Hacer deporte contribuye a hacer equipo, y también te incita a aprender a querer ganar. Y nosotras queremos ganar", concluye Sofía.

Mulleres Colleiteiras ha recibido varios premios relacionados con la economía social y ha suscrito convenios con varias asociaciones, entidades e instituciones, privadas y públicas, entre ellas la Xunta, la Diputación y el Ayuntamiento de A Coruña.

Una de las primeras que apoyó el proyecto fue la empresa pública que gestiona la depuración de las aguas residuales de la comarca de A Coruña, la Edar de Bens, donde la furgoneta de recogida de la cooperativa se recarga con el biometano que produce la planta a partir de la depuración de las aguas residuales.

El director de la empresa, Carlos Lamora, explica que la cooperativa les facilita su trabajo. "Cada litro de aceite tiene la capacidad para contaminar 30.000 litros de agua con la misma carga contaminante que tienen las aguas residuales", explica. También destaca la importancia de reciclar el aceite doméstico usado: "Imagínese las dificultades y el encarecimiento del proceso de depuración que supone que 400.000 personas [más o menos los habitantes de la comarca] viertan ese aceite usado por el fregadero".

"Mulleres Colleiteiras es economía circular pura y dura", afirma Lamora. "Un proyecto de mujeres en exclusión social, que quieren vivir de su trabajo y que contribuyen a resolver un problema medioambiental muy grave. Es el mejor proyecto social que conozco", concluye.

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