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Mujeres musulmanas en los medios ¿sumisas y con velo?

Jueves 22 de junio de 2017

Silvia Melero El Asombrario 22-06-2017

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a guitarrista de heavy metal Gisele Marie Rocha es uno de los personajes recurrentes en los medios para hablar de las mujeres musulmanas. Foto: Creative Commons.

El encuentro ‘Mujeres musulmanas en los medios de comunicación: ¿qué hay más allá de los tópicos?’, realizado en el marco del Festival Noches de Ramadán que se desarrolla a lo largo de este mes de junio a cargo del Ayuntamiento de Madrid y Casa Árabe, puso sobre la mesa lo difícil que sigue resultando romper tópicos en Occidente sobre este asunto. “Los medios tienen enorme potencial de cambio, pero también la fuerza para ahondar en estereotipos. Limitan la imagen mediática de las mujeres musulmanas a sumisas y velo, centrando el debate en una prenda, o bien señalándolas como cómplices del fanatismo de algunos hombres”, subrayó la periodista e historiadora Carmen V. Valiña.

Cuando a Laure le dicen que se vista como las de “aquí” para integrarse, se pregunta: “¿Cómo me visto? ¿Como Cristina Pedroche, Esperanza Aguirre, Sor Lucía, con el traje tradicional de Vejer de la Frontera o el de Urdiain en Euskadi?”. M. Laure Rodríguez Quiroga es investigadora del Equality and Women Studies Departament del EMUI-UCM y co-directora del Congreso Internacional de Feminismo Islámico. También es musulmana. “Como fotógrafa, sé cómo se construye la otredad desde la imagen. Está ligado al hecho colonial, se ha construido una imagen de las mujeres musulmanas desde la mirada occidental”. Pone como ejemplo lo sucedido en las Olimpiadas con la imagen de una deportista con biquini y otra con burkini. “Generó un debate social que se simplifica en: una liberada y otra oprimida. Si buscas en Google mujer musulmana las primeras imágenes son mujeres cubiertas y de negro”. Explica que el 98% de las noticias sobre mujeres musulmanas que salen en los medios se centran en la vestimenta. Cosificadas, una vez más. “Si te llaman para entrevistarte y no respondes a lo que consideran que es una ‘musulmana de verdad’ no le interesa, no quieren salir del estereotipo”.

Sobre esto se habló en el encuentro Mujeres musulmanas en los medios de comunicación: ¿qué hay más allá de los tópicos?, realizado en el marco del Festival Noches de Ramadán organizado por el Ayuntamiento de Madrid y Casa Árabe, que contó también con la intervención de Leila Nachawati Rego, profesora de Comunicación en la Universidad Carlos III de Madrid y especialista en Oriente Medio. “A las mujeres se las divide entre sumisas (cubiertas) y empoderadas (desnudas). No hace falta hacer topless para estar muy empoderada. El vestir es algo muy cultural, no es algo estático y puede ir cambiando en cada mujer. Es muy perverso hablar de mujeres musulmanas sin hablar con ellas. Como si la forma de vestir anulara a la persona que hay dentro. Nuestros cuerpos y atuendos se hipervisibilizan, pero a la vez somos invisibles. La prenda es el todo, el ojo que la observa (el ojo mediático) determina que no tiene voz (aunque pueda ser rebelde)”.

Aunque todo está condicionado por la sociedad patriarcal, considera que los símbolos no son estáticos y se pueden reivindicar, rechazar o redefinir. “Mis primas (de padres sirios pero nacidas en Valencia) me contaban la polémica de una chica que no podía entrar a clase con hiyab. ¿Qué se consigue con esto? Primero, si se les impide el acceso a la educación y el trabajo por llevar velo, refuerzan su identidad por la prohibición. Consigues que no se quiten el velo y además que no estudien ni trabajen. Se excluye al colectivo que más inclusión necesita. En Siria a partir de los años 70-80 muchas mujeres se pusieron velo como reivindicación”.

Otra de las expertas que intervino en el encuentro es Carmen V. Valiña, periodista, doctora en Historia Contemporánea y especialista en género. “Hay musulmanas con y sin pañuelo, musulmanas punk, metaleras; reducirlas a un paradigma es como decir que las españolas somos todas devotas que vamos a misa y vestimos todas igual”. En su caso, reside entre España y Marruecos. “Me preguntan aquí que si me tiran piedras allí, que si me obligan a llevar velo. Los medios tienen enorme potencial de cambio, pero también la fuerza para ahondar en estereotipos. Limitan la imagen mediática de las mujeres musulmanas a sumisas y velo, centrando el debate en una prenda, o bien señalándolas como cómplices del fanatismo de algunos hombres. Invisibilizan otros aspectos más importantes que afectan a las mujeres como la violencia o la falta de acceso al trabajo, aspectos que nos unen a ellas, aunque seamos ateas, agnósticas, católicas. Todas vivimos bajo el patriarcado”. Patriarcado que mostró sus huellas cuando una mujer del público intervino al comienzo del debate para contar que no podía quedarse porque venía con su hijo bebé y el Centro Cultural Galileo no tiene habilitado el espacio para carritos, por lo que le prohibieron el acceso. Mujeres, en su mayoría responsables de los cuidados de crianza, sin acceso a la participación en determinados espacios.

Laure subrayó que las mujeres musulmanas tienen dificultades para ser sujetos activos de participación política y social o portadoras de conocimiento. “Cuando una mujer blanca habla de feminismo islámico le dan más credibilidad y espacio que a nosotras, feministas musulmanas”. E insiste en el reduccionismo. “Prevalece una imagen monolítica desde el victimismo, el paternalismo o la infantilización. Se simplifica en mujeres sumisas y varones opresores”. El desafío de romper esos mitos, el Aquilandia y Allilandia basados en ideas del imaginario colectivo relacionadas con el mundo árabe. “Por ejemplo, las mujeres musulmanas están presentes en el mundo árabe pero mucho más en Asia. Y el 80% de las mujeres musulmanas viven bajo sistemas democráticos”. Hace también referencia a las noticias y bulos que circulan por ahí como que el Islam permite la pederastia. “Hay una noticia falsa que aparece de vez en cuando con una foto de niñas palestinas musulmanas en su día de bodas. En realidad son niñas palestinas cristianas hijas de las madres que se casan”. Para romper el tópico, pone un vídeo de una mujer musulmana metalera (Gisele Marie), tocando heavy metal con su guitarra eléctrica y con burka.

Leila recuerda que los medios no sólo cogen la realidad y la cuentan. “También construyen la realidad. La idea del ‘otro’, el diferente, de fuera, exótico. La invasión de Irak no hubiera sido posible sin el papel de los medios deshumanizando al otro. Hicieron que la gente interiorizara el peligro, el miedo al otro, los medios contribuyen a normalizar el conflicto. Tienen un papel clave en el tema de la empatía (pueden alejar o acercar al otro)”. Pone como ejemplo la noticia de Aylan, el niño sirio ahogado en el mar. “Los medios prestan atención, lo visibilizan como tragedia y hay una oleada de empatía; en cambio, con el tema de la inmigración otras veces el vocabulario habla de ‘avalancha’, de inmigrantes que ‘invaden’ fronteras: es un lenguaje belicista, no humanista. Si se contextualizara bien y se explicaran los motivos económicos, políticos, eso humanizaría y nos acercaría a su realidad”.

A partir de 2011 hubo cierto cambio provocado por la información sobre las protestas en el mundo árabe. “El Norte empezó a mirar al Sur con respeto (protestas, resistencia pacífica, ciudadanía, transiciones democráticas). A medida que los procesos revolucionarios se hacían más complejos, resultaba más difícil de asimilar y explicar, y se volvía a las viejas comparaciones binarias sin matices. Se divide entre radicales y moderados. Aún no sé qué es eso. Imaginemos dividir así a toda la población española, yo seguramente sería radical”.

Otra mujer levantó la mano desde el público para intervenir: “Soy siria-palestina-libanesa. Es muy difícil tener que luchar todos los días contra prejuicios en países que se dicen demócratas. Si voy al trabajo y estoy triste por la guerra en Palestina o Siria me dicen que es normal que estemos en guerra. Pero si pasa en Europa es una tragedia”. Se emociona cuando lo cuenta. Y Leila pone en la mesa como herramienta la empatía entre las mujeres que sufren los mismos prejuicios. “La sororidad para sobrevivir a esto”.

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