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Mujeres migrantes luchan por sus derechos

Lunes 13 de junio de 2016

II Foro Debate Político ’Mujeres Migrantes, visibles y con derechos’

El Consejo General de la Abogacía Española ha acogido a colectivos de mujeres migrantes con el objetivo de debatir sobre sus derechos

Madrid, 8 de junio de 2016. AmecoPress

Mercedes Ruíz-Giménez Aguilar, vicepresidenta de la Asociación de Investigación y Especialización sobre Temas Iberoamericanos (AIETI) ha sido la encargada de presentar el II Foro Debate Político Mujeres migrantes, visibles y con derechos. Desde este espacio, han reivindicado el derecho a un trabajo digno y a una vida libre de violencias. Todo ello, precedido por un primer foro que supuso “un desafío, una sistematización de unas propuestas que requieren un seguimiento”, comenta la vicepresidenta.

“Tenemos que saber argumentar dónde están las discriminaciones, aprender y aprehender que somos sujetas de derechos”, comienza Mercedes Rodríguez, de la Red de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe en España. Tras agradecer al Fondo Calala –con quien colabora desde 2013- su trabajo, su compromiso político y social y su sororidad, Mercedes apuesta por trabajar codo a codo en red: “Juntas somos más”, argumenta. Las reivindicaciones que se emiten desde Red Latina pasan por atravesar fronteras visibles e invisibles y “ejercer el derecho donde residimos, como ciudadanía activa y plena”, explica Rodríguez. Con una nueva ola de feminismos y la diversidad de feminismos postcoloniales, trabajan por una nueva forma política. “La utopía para eso nos sirve, para caminar”, argumenta Rodríguez.

El debate ha puesto sobre la mesa una serie de propuestas que llevan mucho tiempo trabajando desde distintas formaciones de mujeres migrantes. Silvina Monteros, de Estudios y cooperación para el desarrollo (ESCODE), habla de un proceso de revisión de la condición de las mujeres, bajo una pregunta: “¿Cuál es nuestro lugar en el mundo?”. Trabajando con conciencia crítica durante más de dos años, se ha llevado a cabo un documento con medidas concretas, “un discurso común que nos une a todas”, argumenta Monteros.

Seis pilares

Las mujeres migrantes consideran básicos seis derechos con los que han trabajado: el derecho a migrar, a la participación política, a la salud pública y universal, al trabajo digno, a la vida libre de violencias –de todo tipo- y al cuidado para una vida digna. En base a eso, han construido un documento con el deseo de que “llegue a todas las mujeres y sirva de apoyo y guía en recursos legales y derechos”, sugiere Carolina Elías, de la Asociación de Servicio Doméstico Activo (SEDOAC). Entre las múltiples exigencias que proponen, Silvina Monteros ha resumido y destacado las que consideran básicas.

Como mujeres migrantes, piden un reasentamiento y una Ley de Asilo justa. “Según ACNUR, hay 60 millones de personas desplazadas en el mundo”, comenta Monteros, pidiendo también el derecho de asilo para el colectivo LGTB. La discriminación viene de todos los frentes. “Sufrimos discriminación también en el sistema sanitario; exigimos una medicina transcultural”, remarca Monteros, que también toca el tema de la salud sexual. Hay que controlar la Ley Integral de Salud Sexual y Reproductiva, dotando a las mujeres del “derecho a decidir sobre su maternidad o sobre su libre interrupción del embarazo”, argumenta la portavoz de ESCODE.

El colectivo pide un sufragio activo y pasivo. “Queremos votar, pero también ser elegidas”, comenta Monteros, que habla de la importancia de la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación. Para conseguir lo que denominan una vida digna, ponen requisitos en una renta básica y una vivienda, destacando la necesidad de una política pública de vivienda de protección social. La vida digna también pasa por la ratificación del convenio 189 OIT y una posibilidad de conciliar el trabajo y la familia con una jornada de 35 horas.

Las mujeres migrantes y el trabajo doméstico

“El 80% de las mujeres latinas se integran en el sector del trabajo doméstico”, cuenta Carolina Elías. La propia representante de SEDOAC vino a España a hacer un máster y acabó metida en el trabajo doméstico, del que habla como un “nicho de trabajo feminizado, invisibilizado y precarizado”. Con la crisis, las precarias condiciones de este sector han disminuido aún más. “Es mentira que se haya igualado a otros sectores; los otros trabajos se han precarizado, pero el del trabajo doméstico lo ha hecho en la misma medida”, cuenta Elías. A las malas condiciones, hay que sumar que es el único trabajo en el que existe despido por desistimiento.

Para el empoderamiento es necesaria la información y, por ello, presentan el documento como una forma de hacer frente a los obstáculos para el acceso real a la justicia y los derechos básico. “Sin papeles también tenemos derechos porque somos mujeres, somos personas”, advierte Elías. La representante de SEDOAC habla de pequeños hechos que van suponiendo cambios. El último de ellos, en este mismo año, la presentación de una Proposición No de Ley en el Congreso de los Diputados sobre el trabajo del hogar. “La igualdad de derechos es cuestión de justicia”, alega Elías.

Derecho a una vida libre de violencia

Las mujeres migrantes hablan también de la violencia de género y todos los tipos que incluye, no solo el hogar. “Es importante activar una Ley Integral de Lucha contra la Trata de Mujeres que no sea revictimizante; para ello, también es importante formar en género a los funcionarios que atienden a las mujeres que denuncian la violencia de género”, advierte Monteros. Iskra Orillo, de la Asociación de Mujeres Amalgama, habla de la importancia del derecho a una vida libre de violencia. Las mujeres migrantes están sobrerrepresentadas en las cifras de violencia de género: el 30 por ciento son migrantes.

La violencia de género se entiende como un concepto amplio que engloba todo tipo de violencia, no solo en el hogar, también laboral o institucional. La trata es una forma de violencia contra la mujer que también afecta especialmente a las mujeres migrantes. Orillo habla del Proyecto Esperanza, donde “el 99 por ciento de las mujeres atendidas por temas de trata, eran mujeres migrantes”.

“El Estado debe actuar con medidas específicas”, aclara Orillo. Ellas, en la red trabajan para formar a mujeres migrantes: “Nos organizamos, nos formamos como promotoras contra la violencia de género”, comenta Orillo. El manual sirve de herramienta para la sensibilización, específicamente con lo que viven las mujeres migrantes, que es una realidad invisibilizada. Solo juntando el trabajo del Estado y el de las redes de mujeres migrantes “las víctimas de violencia de género podrán acceder a una salida”, concluye Orillo.

Colectivos de mujeres migrantes se reúnen en el II Foro Debate Político ‘Mujeres migrantes, visibles y con derechos’. Distintas asociaciones ponen en común desafíos y propuestas para trabajar por el derecho a migrar, a la participación política, a la salud pública y universal, a un trabajo digno, a una vida libre de violencias y a los cuidados para una vida digna. El documento se presenta como empoderamiento para las mujeres migrantes que tienen dificultades y desconocen sus derechos y recursos legales.

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