Xarxa Feminista PV
Portada del sitio > MUJERES EN EL MUNDO, MUJERES: MEMORIA HISTÓRICA > Mujeres mayores migrantes: relatos sobre envejecer en otro país

Mujeres mayores migrantes: relatos sobre envejecer en otro país

Martes 5 de septiembre de 2023

4 septiembre, 2023 por Redacción La tinta Por Natalia Franco y María José Trigo

Cada 4 de septiembre en Argentina, se conmemora el día de las personas migrantes. ¿Alguna vez te preguntaste cómo es envejecer o vivir la vejez en otro país? ¿Cómo es migrar siendo una persona mayor?

Mujeres mayores comparten sus experiencias de envejecer siendo migrantes. Se trata de «Concretando Sueños», un grupo de mujeres que residen en distintos barrios de la ciudad de Córdoba. Y que, en su mayoría, superan los 60 años, de las nacionalidades de Perú, Bolivia y Argentina.

Existen puntos que se entrelazan entre sus relatos de vida, el género, las trayectorias migratorias, los ámbitos laborales, ya que todas son trabajadoras de casas particulares o realizan tareas de cuidados en situación de dependencia.

Como cada 4 de septiembre en Argentina, se conmemora el día de las personas migrantes, fecha establecida por el Poder Ejecutivo Nacional en 1949 y corresponde al día en que se firmó el primer decreto argentino que fomentó la inmigración, en 1812. El decreto del Poder Ejecutivo Nacional fue el n.º 21.430: «Argentina, tierra de hermanos, pusiste en tu suelo un hogar para cada sueño…». La llegada de migrantes a nuestro país en distintas épocas respondió a diferentes patrones mundiales de flujos de población. Si bien las migraciones en el imaginario colectivo suelen asociarse con representaciones de varones y jóvenes, cabe destacar que, en los últimos años, se produjo lo que se conoce como «feminización de la migración», y esto se debe a que mayores cantidades de mujeres migran de manera independiente.

A nivel mundial, desde hace décadas, nos encontramos viviendo un proceso demográfico conocido como «envejecimiento poblacional», que se caracteriza por el aumento de personas mayores en la población, vejeces más prolongadas y la feminización de la vejez -las mujeres tienen más esperanza de vida-. Esto último se relaciona con factores biológicos y determinantes sociales de la salud de las mujeres como, por ejemplo, mayores redes de apoyo social y familiar. Sin embargo, es necesario destacar que el hecho de que las mujeres vivan más años no garantiza la calidad de vida al llegar a la vejez.

Dicho «envejecimiento poblacional» mantiene estrecha relación con tres factores determinantes: el descenso de la fecundidad, el aumento de la esperanza de vida y las migraciones.

Envejecer migrando, migrar envejeciendo

Cada migración conlleva una historia de vida y una trayectoria entrelazada de redes que acompañan esa toma de decisión. Dejar el país de origen para iniciar un nuevo proceso en otro de destino implica cambios subjetivos y objetivos que acompañan momentos del curso de la vida.

El envejecimiento no es un proceso aislado, envejecemos desde que nacemos y, por lo tanto, nuestras trayectorias de vida van haciendo y moldeando la vejez. En ese devenir, se expresan factores individuales (propios de cada sujeto) y factores colectivos (contexto histórico, político, social) que se encuentran íntimamente relacionados. En esta línea, desde la gerontología crítica, se reconoce el envejecimiento diferencial y las distintas maneras de vivir y significar la vejez. En función a ello hablamos de vejeces, en plural.

¿Cómo es envejecer o vivir la vejez en otro país? ¿Cómo es migrar siendo una persona mayor? ¿Siendo mujer, mujer mayor? ¿Existe la idea de retorno al país de origen?

Compartimos algunos relatos de mujeres mayores que hace algún tiempo migraron y viven en Córdoba. Sus voces nos acercan al proceso de envejecer siendo migrante, de envejecer dialogando con otras culturas, costumbres e idiosincrasias.

Concretando sueños

Al momento de migrar, la grupalidad y el encuentro con pares resulta fundamental, este es uno de los motivos que sostiene a “Concretando Sueños”. El grupo es un espacio de encuentro, intercambio, amistad, como así también una red de apoyo y cuidado comunitario.

Una de las estrategias para sostener el encuentro es buscar espacios en la zona céntrica, como zona de paso entre la salida de sus trabajos y también la llegada y/o salidas de sus hogares. Una de las mujeres nos dice: “Somos un grupo de mujeres que nacimos en diferentes lugares y países, y nos fuimos encontrando. Lo que a mí más me encanta es que comencé a hacer amigas aquí y a salir, porque yo de las cuatro paredes donde alquilaba no salía porque no conocía a nadie”.

En cada encuentro, realizan actividades propuestas por las mismas mujeres, de esta manera, circula el saber, lo que cada una trae con su historia y su lugar de origen, y, a su vez, con aquella impronta lograda con esta tierra en la que viven. Así, se enseñan a preparar comidas típicas, bailes, tejidos, bordado, etc. “Si yo sé algo, yo le enseño, si vos sabés algo, nos enseñas, todo conocimiento que tengas, preparar comidas, hacer artesanía, tejido a telar, crochet, lo que sepas. Charlamos sobre nuestros derechos, hacemos cursos, ferias de sabores y recetas ancestrales, compartimos bailes y ritmos típicos”, explica una de las integrantes del espacio.

mujeres-migrantes-concretando-sueños La oralidad es fundamental, la palabra y la escucha surgen como maneras de acompañarse y saberse cercanas. Entre ellas tejen estrategias de cuidados y en sus relatos surgen historias de la pandemia y cómo sostuvieron los lazos en la virtualidad, nos dicen: “Si a alguna le faltaba remedio, entre todas ayudábamos”. También se acompañan con las búsquedas y recomendaciones laborales, “todas queremos concretar un sueño y, para eso, aprendemos a ser unidas. Cada una pone su granito de arena, experiencia, vida y dialogamos para dar soluciones entre todas a los problemas que tengamos”.

Así, el compartir con otras permite afrontar o alivianar sentimientos de aislamiento, soledad, preocupaciones, padecimientos emocionales e, incluso, físicos. Por lo que crear redes implica crear apoyaturas sociales. El buen envejecer se ve afectado positivamente cuando las personas tienen la oportunidad de relacionarse con los demás.

Las historias de estas mujeres le dan consistencia a la experiencia de que emprender nuevos rumbos y proyectos, tengas la edad que tengas, se enriquece y se sostiene en el intercambio con otros. Las voces de estas mujeres reavivan el hecho y la idea de que el envejecimiento como proceso y la vejez como momento de la vida se nutre colectivamente. Visibilizar el protagonismo y participación de las personas mayores en espacios públicos, sus realidades, las diversas vejeces existentes, como también la capacidad de agenciamiento es fundamental para la construcción de identidades y de trayectos vitales libres de estereotipos viejistas.

*Por Natalia Franco y María José Trigo / Imagen de portada: Concretando Sueños.

Comentar esta breve

SPIP | esqueleto | | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0