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Mujeres maltratadas también por jueces/juezas

Domingo 10 de enero de 2016

Yolanda Martos 07-01-2016 bez

La falta de uniformidad en las sentencias en casos de violencia contra la mujer pone en evidencia la arbitrariedad de algunos jueces, con el consiguiente riesgo para denunciantes y menores. A pesar de las alertas de Jueces para la Democracia pidiendo mayores esfuerzos de formación, acordes con la situación real, y la agilización y transparencia de los informes para analizar las deficiencias en la aplicación de la ley, lo cierto es que, en el día a día, se suceden las contradiciones.

Por el mismo hecho, en diferentes juzgados y diferentes días, se han dictado sentencias distintas para una misma persona. Esto es lo que relata a bez.es Inés G. a propósito de una orden de alejamiento quebrantada por su expareja tras haber sido denunciado por malos tratos. Es sólo es la punta del iceberg.

Se trata de una historia real, la de una mujer con dos hijas pequeñas a quien ahora mismo sólo le queda denunciar ante el Consejo General del Poder Judicial la actuación de la juez que desoyó su versión.

“Después de muchas palizas, que empezaron ya en el embarazo, la Guardia Civil y el SUMMA (Servicio de Emergencias de la Comunidad de Madrid) me convencieron para que denunciase de una vez. Así lo hice, tras pasar casi tres horas de interrogatorios. Cuando, en dos días, llegué al juicio, en el Juzgado nº1 de Arganda del Rey, me encontré con una abogada de lo mercantil que supo mi historia por lo que le habían contado en el trayecto de llegada y dos señoras y un señor, que me preguntaron como si yo fuese la agresora. A los diez minutos, me dicen que tenemos orden de alejamiento mutuo. Al parecer, mi agresor me había denunciado a la vez, mostrando unos arañazos en la cara que yo no le hice. En eso se basó la juez, que me trató al mismo nivel que mi maltratador. Quiso entenderlo como una pelea, sin considerar ni mis palabras, ni los informes forenses ni psicológicos que presenté, y sin pararse a mirar los moratones y señales de intento de estrangulamiento que tenía”, cuenta Inés.

El maltratador que contradenuncia

Como resultado de esta equiparación, la juez obligó a Inés a que entregase la niña de meses tres horas, los martes y los jueves, los fines de semana alternos y la mitad de las vacaciones, tal y como ocurriría con una custodia consensuada. “No me preguntaron si me agredía, no me preguntaron si era violento, ni siquiera si la niña seguía tomando pecho. No sabía qué estaba pasando, pero tuve que entregar a mi hija, esa misma tarde, a la persona que horas antes casi me mata“, señala.

"Tuve que entregar a mi hija, esa misma tarde, a la persona que horas antes casi me mata"

Pese al informe del SUMMA, el de la médico forense y el atestado de la Guardia Civil, la contradenuncia realizada por el agresor hizo que la juez dictase orden de alejamiento mutuo a cien metros. Según advierten diferentes organizaciones, cada vez es más frecuente encontrar hombres que siguen los consejos del “manual” sobre cómo evitar ser denunciados por maltrato o, cuando menos, obtener mayor consideración en caso de ser demandado, burlando así la objetividad de los hechos.

Han pasado casi dos años desde la denuncia, y en ese tiempo, la agredida ha pedido que se ampliara la orden de alejamiento para que no accediera a su hija mayor, de un anterior matrimonio. Su expareja quebrantó la orden y ella lo ha denunciado. “Curiosamente, de las dos veces que he denunciado, una, que por casualidad cayó en otro juzgado, con otra juez y otro fiscal, ha dado origen a que se abra un procedimiento penal contra él. La otra fue a parar de nuevo al Juzgado Nº1 de Arganda del Rey y lo absolvieron”, dice.

La Justicia está avisada por Amnistía Internacional

Inés se puso en contacto con Amnistía Internacional para plantear su situación. Desde allí, según confirman a bez.es, intentaron recabar información porque se enmarca dentro de sus cometidos en cuanto a Derechos Humanos, y conducir a la demandante hacia especialistas concretos. “En Amnistía –indica Virginia Álvarez, portavoz de la organización en esta área- estamos en contacto con asociaciones de mujeres que nos avisan de cómo este tipo de situaciones de contradenuncia se producen con mucha frecuencia”.

En un informe del pasado junio, Amnistía subraya que en multitud de ocasiones, mujeres y niñas han encontrado procedimientos judiciales no adaptados a sus necesidades, con trabas que les han impedido la obtención de justicia y que no han facilitado la justa resolución de los casos.

En la historia de Inés, las trabas empezaron por el trato personal y continuaron por ignorar sus pruebas

En la historia de Inés, las trabas empezaron por el trato personal y continuaron por ignorar sus pruebas: un informe del equipo psicosocial del juzgado de violencia, del psicólogo forense y de la trabajadora social, quien, tras entrevistar a ambas partes, confirma que Inés ha sufrido violencia de género. A eso se une el informe psicológico de su hija mayor en tratamiento por presenciar la violencia durante años, grabaciones y declaraciones de testigos: documentos a los que, junto a fotografías de extrema crueldad, ha tenido acceso bez.es.

“Yo he pasado del maltrato de casa al maltrato judicial. El juicio civil ha sido hace sólo dos meses. En esa sentencia le han condenado a una pensión irrisoria, y yo que perdí además mi trabajo por sus celos, estoy con depresión. A nivel penal está en fase de instrucción y sigo esperando que su Señoría tenga a bien pasarlo a fase de juicio porque sé que con todas las pruebas que he aportado se va a demostrar mi verdad. Por ahora, tengo miedo por mis hijas y tengo miedo por mí”, contó.

El año 2015 acabó con el mayor número de menores asesinados por violencia de género. Este 2016 ya ha visto otros dos asesinatos de mujeres (en Madrid y en Guadalajara ) en sus primeros cinco días. Hay un segmento de jueces que reconocen su preocupación por ese aumento y la parte que tienen de responsabilidad. Pero los retrasos de la Justicia y las diferencias de criterio entre distintos jueces siguen poniendo en riesgo la vida de mujeres y niños que, además sufren, como Inés, la violencia judicial.

ESCUCHA AQUÍ EL TESTIMONIO COMPLETO DE INÉS

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