Mujeres de mono azul

Sangre Fucsia 24-10-2015

Dicen que ensamblar, ajustar tuercas o soldar son tareas exclusivas de los hombres. O al menos así está grabado en nuestro imaginario social. Pero la historia, nuestra herstory, nos demuestra que ellas también han desempeñado esas tareas. A pesar de que la reconversión industrial sufrida en las grandes capitales europeas hiciera desaparecer la mayor parte de la industria, la presencia de las mujeres en esos espacios es todavía hoy una realidad. Nuestra misión hoy es sacar a la luz a todas esas fieras indómitas que lucharon por mejorar sus condiciones como mujeres obreras. A veces triunfaron, otras perdieron. Pero una cosa tuvieron claro: su derecho a exigir.

Así que hoy nos enfundamos el mono azul y nos pringamos de grasa para hablar de las mujeres obreras, de cómo han sido las luchas sindicales de hace unos años o en el 68, de reivindicaciones salariales históricas o de reapropiaciones de la imagen de la obrera por el mainstream.

Entrevistamos por teléfono a Sira del Río, trabajadora de la Fábrica de la Moneda y ex-sindicalista, un animado debate donde desgranamos la utilidad de las huelgas generales, los cuidados en las huelgas, el enfoque de género en la lucha sindical o la necesidad de poner la vida antes que el trabajo.

Hacemos un viaje por diversos títulos del cine con obreras al frente, desde las protagonistas de la primera película comercial hasta las de “Made in LA”, trabajadoras textiles para Forever 21.

El trabajo textil es también donde se encuadra la huelga de las mujeres de La Pagano, una fábrica en la que sus mujeres inician una huelga para reivindicar sus derechos laborales, unos meses antes del Otoño Caliente del 68 italiano, mujeres que no habían pasado una noche fuera de casa y pasan a repartir octavillas, reunirse, manifestarse, presionar a autoridades y a patrones.

No nos podemos olvidar de cómo lo mainstream acapara la imagen de la mujer obrera y por eso nos detenemos en la publicación de DC cómics “Bombshells” donde se recupera a las superheroínas de los 40 que llamaban a las mujeres a la fábrica pero con una pátina de enfoque sexy y de añoranza que merece una segunda lectura.

Terminamos con una parada en Santoña, la patria de las anchoas, para ver qué elecciones hacen las jóvenes del lugar que ven como sus expectativas de trabajo se reducen a la línea de manipulación o a las actividades de la pesca.