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‘Mujer Frontera’, un espacio para el aporte y visibilización de las víctimas de trata

Viernes 4 de noviembre de 2011

Madrid, 04 nov (11). AmecoPress.

‘Mujer Frontera’ es un espacio virtual construido por mujeres que han sufrido la trata de personas, y por mujeres feministas. Mujeres de México, Pakistán, Bolivia Etiopía, Guatemala, El Salvador, Rumanía, Argentina, Filipinas, Marruecos, Senegal y Colombia que, en su mayoría, actualmente son inmigrantes en España y Estados Unidos. Quieren que se las reconozca como mujeres activas y ser visibles como sujetos sociales y no sólo como víctimas.

Además de hacer visible el cruel fenómeno de la trata, estas mujeres pretenden dar valor a las experiencias y estrategias que han desarrollado para “soportar, afrontar y superar la trata”. Piensan que esta experiencia no es solo útil para ellas, sino que es importante que las mujeres que se sienten víctimas, sepan que hay otras que han podido superarlo.

Historia y perfil

Su historia comienza el 2007 cuando Helga Flamtermesky inició la investigación-acción “Trata de mujeres: propuestas de intervención desde las mujeres que la han vivido”. Ella estuvo en Colombia, Estados Unidos, Filipinas y España donde contactó con mujeres que habían sido víctimas de la trata de personas. Así, poco a poco empezaron a dialogar entre ellas.

El principal objetivo de Helga era realizar un trabajo de empoderamiento y visibilización en mujeres inmigrantes que habían sido víctimas de la trata de personas. Después, cuando todas empezaron a participar, el objetivo colectivo fue dar valor a nuestras experiencias y convertir en realidad sus propuestas: les interesó poder hablar como mujeres capaces de trasformas cosas, y no solo como víctimas.

Las mujeres que participan en el proyecto han vivido diversas formas de trata: explotación laboral en régimen de esclavitud, explotación sexual, extracción de órganos, matrimonio servil, matrimonio forzado.

Algunas salieron de la trata recientemente, otras llevan más de 10 años fuera de esta esclavitud. Hay mujeres que habían denunciado y seguido un circuito de atención, y también participan mujeres (la mayoría) que no habían denunciado y no habían usado ningún tipo de asistencia institucional.

La mayoría de ellas hoy en día son inmigrantes en el país donde fueron esclavizadas. Tienen diferentes creencias: cristianas, católicas, evangélicas, musulmanas, creyentes sin religión. Todas acabaron el bachillerato y algunas tienen estudios universitarios o técnicos.

Aportar y proponer

Quisieron “construir un espacio virtual donde hacer visibles nuestras propuestas y reflexiones” y “demostrar” que las mujeres que han sido víctimas de la trata pueden “aportar y proponer”.

Critican algunos elementos de las campañas institucionales que buscan sensibilizar sobre la trata: algunas fotos, imágenes y música con la que se pretende mostrar lo que es una víctima de trata. Muchas de estas imágenes nos parecen irrespetuosas y casi pornográficas.

Su metodología incluye la investigación, la acción y es participativa (IAP). Es un proceso que incluye la investigación científica, la formación y la acción política. La IAP considera el análisis crítico, el diagnóstico de situaciones y la práctica, como fuentes de conocimiento, a la vez que permite empoderar a las personas que participan en el proceso de investigación. En la IAP el objeto de investigación es al mismo tiempo sujeto y protagonista.

Esta metodología, además de empoderar a las mujeres que participaron en el proceso y abrir el camino para otras mujeres, ha permitido romper con falsas ideas sobre las mujeres inmigrantes, que sobre todo, abogan por su pasividad y su dependencia.

Un aspecto muy importante que promueven desde esta plataforma es la formación en mediación intercultural. Recibieron el apoyo de la universidad Autónoma de Barcelona, que les brindó sus instalaciones para llevar a cabo el curso ‘“Mediación intercultural para afrontar la trata de personas” y un certificado de asistencia. “ha sido una experiencia vital, pues permite que en lugar de llamarnos víctimas nos llamemos mediadoras”, aseguran.

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