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Miles de empleadas del hogar siguen sin cobrar el subsidio de paro: se ha reconocido a 17.200 y otras 14.800 aún están a la espera

Jueves 10 de septiembre de 2020

Casi la mitad de los expedientes aún están por resolver, según las cifras del Ministerio de Trabajo, cuatro meses después de que comenzara la gestión de la ayuda

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Imagen de archivo de una trabajadora del hogar y de cuidados paseando con una persona mayor.

Laura Olías 9 de septiembre de 2020 eldiario.es

Ministerio de Trabajo asegura que ha reconocido y ordenado el pago de 17.200 subsidios extraordinarios de desempleo a empleadas del hogar, de un total de 32.000 solicitudes recibidas. Virginia, empleada del hogar de 65 años, envió un mensaje a sus “compañeras” en cuanto vio el cobro. “Les dije enseguida que había recibido el subsidio porque muchas están desanimadas, algunas creen que ya no va a llegar después de tantos meses”, explica la trabajadora. La prestación extraordinaria fue creada en los momentos más duros de la pandemia, a finales de marzo, y supuso la primera vez que se reconocía el acceso a una prestación por desempleo a este colectivo, pero se ha estrenado con grandes retrasos, que las trabajadoras aún piden solventar.

Paola Verdejo, que en la actualidad cuida a una mujer de 91 años, todavía está a la espera del paro por los meses que pasó en desempleo tras la irrupción del coronavirus. Cuenta que se quedó sin trabajo tras cuidar "cinco años de dos niños a jornada completa y también limpiaba y cocinaba". El lunes de la semana pasada le dijeron desde el SEPE que su solicitud estaba aprobada, en una consulta telefónica de la trabajadora. "Pero aún no he cobrado y no sé cuándo cobraré", afirma. Verdejo asegura que pidió la prestación "en los primeros días" disponibles para ello, a comienzos de mayo. Hace cuatro meses.

"Hay muchísimas trabajadoras que no han cobrado aún y muchas no saben nada de su solicitud", sostiene Edith Espínola, miembro del colectivo de empleadas domésticas Sedoac. Fue una de las asociaciones que se reunió el pasado 25 de agosto con el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, y el director del SEPE, Gerardo Gutiérrez Ardoy, para trasladar sus quejas e inquietudes respecto al subsidio. La ayuda tiene un plazo máximo de resolución de tres meses, pero no se está cumpliendo en muchos casos. "Tras la reunión habilitaron una vía de comunicación por la que las trabajadoras nos mandan sus datos y el SEPE nos dice en qué estado se encuentra la solicitud. Ya hemos enviado varias y nos han respondido", explica Espínola.

En el colectivo Senda de Cuidados indican que también están encontrando errores en las cuantías que se está abonando a algunas empleadas. "Una trabajadora a la que tramitamos el subsidio en los primeros días, en mayo, ha cobrado a principios de septiembre pero solo una mensualidad, unos 300 euros, porque parece que solo se lo han reconocido por un trabajo del que fue despedida, pero no por aquel en el que tuvo cese de actividad y que también se reclamó", explica Natalia Slepoy.

Casi la mitad de peticiones por resolver

Según Trabajo, a preguntas de elDiario.es, las 14.800 solicitudes restantes están tramitándose y pendientes de resolución. El Ministerio externalizó la gestión de este subsidio a través de la empresa pública Tragsa, debido a la falta de personal. "Las prestaciones son pagadas a medida que se reconocen", sostienen fuentes de Trabajo. Es decir, sin necesidad de esperar a principios del próximo mes que es cuando el SEPE abona tradicionalmente el pago ordinario de prestaciones, gracias al acuerdo suscrito por el Ministerio con entidades financieras.

Atendiendo a estas cifras, el SEPE ha reconocido por el momento algo más de la mitad (el 54%) de las solicitudes presentadas y le quedaría por resolver la otra mitad, aunque desde colectivos de empleadas del hogar apuntan que el número de peticiones fue superior. "En la reunión con el secretario de Estado de Trabajo y con el director del SEPE nos informaron de que había 52.000 solicitudes, de las que se habían pagado cerca de 20.000", sostiene Edith Espínola. Fuentes de Trabajo responden que se está procesando esas 32.000, "después de eliminar duplicados, solicitudes que no se adaptaban a la convocatoria, depurar errores y solicitudes fuera de plazo".

Más allá de las diferencias en estas cifras, Espínola cree que habría que reflexionar sobre el propio mecanismo para pedir el subsidio (para la pérdida total de empleo o de horas de trabajo), que considera demasiado complejo para este sector de trabajadoras tan precarias, muchas veces sin acceso a internet para la tramitación y sin la posibilidad de reunir todos los documentos que requería el trámite. "Era muy complejo, que solo lo hayan pedido 52.000 empleadas es un número muy bajo y hay que recordar que solo podían hacerlo las que tienen contrato y un 40% no lo tienen", subraya la activista de Sedoac.

La caída del empleo entre las empleadas del hogar que están dadas de alta a la Seguridad Social se sitúa en las 20.233 personas, según los datos de afiliación de febrero y agosto, con 373.938 empleadas inscritas en este último mes. El número de trabajadoras del hogar es mucho mayor, como señalan los datos de la EPA, encuesta que incluye también a empleadas en situación irregular. Los últimos datos disponibles, del segundo trimestre del año, apuntan que había 483.000 trabajadoras domésticas, 93.000 menos que el trimestre anterior.

Colectivos de empleadas del hogar como Sedoac, Territorio Doméstico y Senda de Cuidados piden que se regule con urgencia el derecho estructural de las empleadas domésticas al desempleo, ya que son el único colectivo excluido de esta protección. "De momento, pedimos que se amplíe el subsidio extraordinario, como está pasando con los ERTE, porque no se acuerdan de nosotras y el subsidio se cobraba solo hasta junio", recuerda Espínola.

Virginia explica que cuida de "una mujer muy mayor, de 93 años", y que con los rebrotes ha vuelto a perder el empleo. "La familia no se quiere arriesgar, quiere limitar los contactos, así que con los rebrotes les ha vuelto a dar miedo", relata. Ya no tiene la opción de pedir ningún subsidio por desempleo. "Me salvo porque tengo un hijo que trabaja, con el que vivo, pero muchas otras compañeras están en peor situación, no pueden pagar el alquiler y tienen que ir a lo que llaman las colas del hambre", apunta la mujer.

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