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Marruecos: El integrismo islámico amenaza la vida de las feministas

Miércoles 9 de noviembre de 2011

Madrid, 08 nov. 11. AmecoPress/Cimac.

En Marruecos defender los Derechos Humanos de las mujeres coloca a las feministas en peligro de muerte, ya que es considerado una afrenta al Islam – la religión del Estado –, advierte Fatna Afid, coordinadora de la Marcha Mundial de las Mujeres.

Afid, también secretaria general del Sindicato de la Educación marroquí, menciona que “las militantes pueden perder la vida asesinadas por los islamistas por no estar de acuerdo con ellos”.

La activista refiere que en el país árabe, las feministas deben enfrentar cada día las condiciones impuestas por el Islam, que violentan los DH de las mujeres y pretenden que las marroquíes “se queden en su casa con la cabeza tapada sin decir nada, mientras su esposo tiene cuatro o cinco mujeres y ellas deben permanecer calladas”.

Para transformar esa realidad, el movimiento de mujeres intenta convencer a autoridades y a la sociedad marroquí en general de respetar los DH de las mujeres: “Es un combate permanente en las calles por el derecho al trabajo, a la riqueza, al agua potable, a la propiedad de la tierra, al alojamiento…”.

La demanda de alojamiento es una de sus prioridades, ya que hay mujeres pobres sin un lugar para vivir, adultas mayores en situación de calle, las víctimas de violencia física y sexual y para las madres solteras, ya que hasta ahora sólo los hombres gozan de ese derecho.

En el caso de las madres solteras, quienes son discriminadas “severamente por sus familias y la sociedad”, además de alojamiento, las activistas demandan que ellas sean respetadas.

Y es que actualmente las mujeres que quedan embarazadas antes de casarse están fuera de las leyes religiosas, lo que les implica la pérdida de derechos. En esa circunstancia, “cuando nace su hija o hijo ellas tienen que lanzarlo a la calle y huir”, lamenta.

Fatna narra que para ayudar a estas mujeres, Aisha Shena, presidenta de Asociación Solidaridad Femenina, preguntaba si había mujeres solteras que acabaran de tener a sus bebés. Cuando le decían de alguna, ella iba y les proponía no tirar a su hijo a la calle y les ofrecía alojamiento y un trabajo.

Algunas de ellas comenzaron a ocuparse en la venta de productos en kioscos en las inmediaciones de los hospitales, otras entraron a trabajar en fábricas en las cuales Shena había hablado con los patrones.

Además, la presidenta de la asociación realizaba en cada caso un “cuaderno de familia”, que era una exposición de motivos por los que la mujer no se había casado. El escrito era entregado a la familia para buscar una solución, pero en la mayoría de los casos, las familias se niegan a perdonar a las hijas y recibirlas nuevamente en sus casas.

Por ello, cuando no reciben ayuda para conseguir empleo y un lugar donde vivir “quedan expuestas a la prostitución y otros tipos de explotación, como la venta de drogas”, denuncia Afid, quien es integrante de la organización Solidaridad Femenina.

El trabajo que realizan, detalla, “es dar esperanza, una oportunidad, porque cualquiera puede equivocarse, no hay que torturarlas más, cuando se embarazan es el infierno”. La labor que Shena realiza y que ahora replican las integrantes de la asociación ha sido respetado por las autoridades y la sociedad civil.

La demanda de las mujeres organizadas logró que a través de la iniciativa para el desarrollo nacional, el Estado apoyara la construcción de tres centros en los que se da alojo a las madres solteras, los cuales resultan insuficientes porque también acoge a las víctimas de violencia, mujeres pobres, adultas mayores en situación de calle, y personas usuarias de drogas.

Derechos conquistados

Entre los resultados del trabajo que las organizaciones feministas y de mujeres han logrado después de 50 años de labor, está el cambio en el código de familia que permite a las madres solteras poner un nombre a sus hijas e hijos nacidos.

“Antes sólo les nombraban X; los marcaban socialmente, tenían problemas para su futuro, ahora tienen derecho a un nombre”, refirió Afid.

Otra ley modificada fue la de nacionalidad, la cual permite a las marroquíes dar la nacionalidad a sus hijas e hijos. También lograron la prohibición del casamiento entre hombres y niñas, promovido por el Islam.

Actualmente el Parlamento marroquí discute un proyecto de ley contra la violencia hacía las mujeres, otra de las causas del movimiento feminista de la nación norteafricana.

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