Xarxa Feminista PV

Malos lugares para ser mujer

Lunes 14 de enero de 2013

Tener sexo femenino determina en muchos lugares del mundo llevar una vida peor e, incluso, no llegar siquiera a nacer

12 ENE 2013 - El País

Son la ‘mitad del cielo’ pero, con frecuencia, viven en un infierno. Tener sexo femenino determina en muchos lugares del mundo llevar una vida peor e, incluso, no llegar siquiera a nacer. Los problemas se dan también en bastantes países del privilegiado club de los más desarrollados y emergentes, el G-20. Un estudio de expertos ha concluido que, entre todos ellos, Canadá es el mejor sitio para ser mujer e India, el peor.

INDIA: Abusadas desde la cuna hasta la tumba

Ana Garbriela Rojas

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Protesta en Nueva Delhi (India), el pasado 30 de diciembre, por la violación y asesinato de una joven. / ANDREW CABALLERO- REYNOLDS (AFP)

“Las mujeres somos abusadas desde la cuna hasta la sepultura”, decía un cartel en las iracundas manifestaciones en Nueva Delhi por la brutal violación en grupo y posterior muerte por las heridas de Amanat, estudiante de 23 años. Un suceso que conmovió India, donde ayer se conocía otro caso similar: una mujer de 29 años que regresaba a su pueblo fue víctima de una violación múltiple. El conductor y el revisor del autobús en el que viajaba la secuestraron y la llevaron a una casa donde fue agredida por otros cinco hombres más, según informó la prensa india. Los hechos ocurrieron en la región de Punjab. Las mujer, que fue abandonada por sus agresores ayer por la mañana, acudió a la policía, que ha detenido a cinco de los siete agresores.

Aunque cada vez hay más mujeres en altos cargos en India y la situación de ellas mejora, la discriminación en una sociedad dominada por una mentalidad patriarcal sigue siendo rampante. Empieza desde antes de que nazcan, desde los abortos selectivos, explican los expertos. En India, por cada 1.000 varones de hasta seis años hay solo 914 niñas, según revelaciones del último censo en 2011.

“La gente prefiere tener hijos a hijas: cree que ellos son los que mantendrán a sus padres cuando crezcan y que ellos no pueden perder el honor de la familia. Así que en muchos casos los fetos femeninos son abortados”, afirma Rekha Bezboruah, directora de Ekrata, una ONG para la igualdad de las mujeres.

Cuando una familia pobre no tuvo dinero para hacer una ecografía en el embarazo que determine el sexo del bebé (una práctica penada por la ley) y nace una niña, a veces se deshacen de ella tirándola en la basura o enterrándola viva, dice Shemeer Padinzjharedil, editor de la web maps4aid que mapea los casos de violencia en India. “Es muy común que los recursos de la familia estén destinados a la crianza de los hijos varones: reciben mejor educación, están mejor alimentados y en general se les cuida más”, añade.

Criados como superiores, muchos niños desarrollan una mentalidad machista, en donde caben los abusos ante sus inferiores, coinciden los entrevistados. En su informe sobre adolescentes de 2012, Unicef encontró que más de la mitad de los adolescentes (el 57% de ellos y el 53% de ellas) encuentran justificable que un marido golpee a su esposa. “La discriminación sigue a lo largo de toda la vida”, prosigue Padinzjharedil.

India es el peor país del G-20 para las mujeres, según un estudio de la Fundación Thomson Reuters. “Las mujeres y las niñas siguen siendo vendidas como objetos, casadas a los 10 años, quemadas vivas por peleas sobre las dotes o explotadas como esclavas domésticas”, señaló en una entrevista para ese trabajo Gulshun Rehman, asesora de Save the Children.

Las oportunidades de las mujeres también son truncadas al ser casadas jóvenes. “Más del 40% de los matrimonios infantiles del mundo son en India. En ocho Estados del país, más de la mitad de las mujeres son casadas antes de los 18 años”, según un documento de la ONU presentado al Gobierno en octubre pasado. El matrimonio le niega a las niñas su infancia, las priva de su educación y las hace más vulnerables en salud, entre otros riesgos, dice la ONU.

La dote que la familia de la novia debe regalar a la del novio es un claro ejemplo de que las mujeres son vistas como una carga. Aunque hay una ley que la prohíbe, sigue siendo común. “Si no se da o no se considera suficiente, muchas mujeres sufren el acoso de sus familias políticas”, explica Reni Jacob, exdirectora de la Comisión para la Mujer de Nueva Delhi. En muchos casos los chantajes llevan a las mujeres al suicidio.

En India hay poco espacio para que las mujeres decidan no casarse o no tener hijos, coinciden los expertos.

Al quedar viudas pierden su espacio en la sociedad. Se cree que han dado mala suerte al marido. Por ello, deben de vivir en luto el resto de sus vidas.

CHINA: Faltan 23 millones de novias

GEORGINA HIGUERAS | Madrid

Los logros económicos traen un retroceso en la igualdad

Renacen la prostitución forzosa y compraventa de niñas y adolescentes

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Redada contra el tráfico de seres humanos en Xiamen (China), en 2003. / Associated Press

Wu Yajun, empresaria de 49 años, es, con 6.200 millones de dólares (4.680 millones de euros), la quinta fortuna de China, según la revista Forbes. El espectacular despegue económico experimentado por China en las tres últimas décadas ha permitido a muchas intrépidas enriquecerse —hay bastantes más mujeres empresarias de éxito que en política—, pero también ha provocado una regresión hacia los abusos que se practicaban antes de la fundación de la República Popular en 1949, como la prostitución forzosa, la compraventa de niñas y adolescentes y los matrimonios obligados.

A estas prácticas odiosas ha contribuido en parte la política del hijo único, impuesta en 1979, que ha ocasionado un fuerte desequilibrio de sexos al abortarse millones de fetos femeninos por la tradición china de preferencia de hijos varones. En consecuencia, en la actualidad hay 23,15 millones de varones más que mujeres en edad de matrimonio, según la Comisión Nacional de Población y Planificación familiar.

Frente a este grave desequilibrio de género, cuyas consecuencias pueden ser desestabilizadoras para el país, la Federación de Mujeres comenzó en 2003, con evidente retraso, una campaña de cuidados a la niña para “erradicar la discriminación de género desde el embarazo e inculcar la igualdad desde la infancia”.

En la liberación de las chinas jugó un papel fundamental la La Ley de Matrimonio de 1950. La última ley al respecto data de 2001 y, aunque es considerada una victoria de las activistas y organizaciones de mujeres al prohibir “la bigamia, la convivencia del cónyuge con otra persona, y la violencia familiar, el maltrato y abandono entre los miembros de la familia”, su principal fallo es que no hay voluntad de cumplirla. Empresarios, funcionarios y altos mandos del Partido Comunista Chino miden su “éxito” en el número de amantes que mantienen.

Además, el último informe de la Federación de Mujeres de China revela un significativo retroceso en los índices de igualdad de género en el mercado laboral. Si en la década de los noventa los sueldos de las mujeres en las ciudades equivalían al 77,5% del de los hombres, en 2010 se habían reducido al 67,3%. En el campo, la brecha se ha hecho mucho mayor y ha pasado del 79% al 56%.

México: Hundido en su pozo machista

El país norteamericano es uno de los peores del G-20 para las mujeres

El 20% de las casadas pide permiso al marido para salir sola

Inés Santaeulalia Máxico

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Marcha de mujeres en México DF en 2002 contra los feminicidios sin castigo en Ciudad Juárez, al norte del país. / ALFREDO ESTRELLA (AFP)

La previsión meteorológica que ofrecen las cadenas de televisión mexicanas trata siempre de subir la temperatura del telespectador (hombre). Mujeres con vestidos ajustados al milímetro y minifaldas imposibles riegan de soles y nubes los mapas del tiempo. Y no es cuestión de zapear; la mujer-meteoróloga-objeto se repite en todas las cadenas. Un ejemplo menor de uno de los peores países del G-20 para ser mujer, según un reciente estudio publicado por la Fundación Thomson Reuters.

La violencia física y sexual, el machismo y el complicado acceso al sistema de salud de las zonas rurales sitúan a México en el puesto 15 de los 19 países analizados, solo por delante de Sudáfrica, Indonesia, Arabia Saudí e India. El informe compara la situación de las zonas más marginadas de México con las comunidades más olvidadas de África o Asia.

En México la discriminación aumenta a medida que disminuye la capacidad adquisitiva y que se oscurece el color de la piel. Las cifras que dibujan la situación de la mujer se disparan cuando se estudia a la población indígena, que supone el 6,7% de la población total. El analfabetismo de las mujeres que hablan lenguas indígenas supera el 33%, mientras que en los hombres no llega a un 20%. Los datos contrastan con un país en el que una mujer fue candidata a la presidencia en las elecciones de julio de 2012 y otra dirige con mano de hierro desde hace años el sindicato de maestros, el más poderoso de la República.

Las excepciones o avances no han logrado hasta ahora extirpar el machismo, enquistado en una sociedad en la que dos de cada cinco mujeres casadas tienen que pedir permiso a sus maridos para salir solas de día y en la que dos tercios ha sufrido algún tipo de violencia doméstica, según una encuesta oficial de 2010.

Al hablar de México y de mujeres, se impone recordar Ciudad Juárez, donde la ola de feminicidios que comenzó en 1993 consternó al mundo. Dos décadas después, los asesinatos siguen impunes, la cuenta sigue aumentando —sin datos oficiales— y el problema se ha extendido al resto del país y Centroamérica. El Salvador, Guatemala y Honduras ya figuran entre los siete países con más feminicidios del mundo.

ÁFRICA:Mucho camino por recorrer

En el continente hay 70 millones de víctimas de la ablación

José Naranjo, Dakar

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Mujeres en un mercadillo junto al río Casamance, a su paso por la localidad de Zinguinchor (Senegal). / COVER

Mariama solo tiene 14 años, pero ya está prometida. Dentro de dos días será la ceremonia y está tan asustada que apenas acierta a sonreír. Vive en un pequeño pueblo llamado Sare Yoba en la región de Kolda, al sur de Senegal. Igual que sus vecinas y amigas ha sufrido la mutilación genital femenina. En este país esta práctica está prohibida desde 1999, pero el peso de la tradición es muy fuerte, así que las madres se llevan a las niñas a Gambia o Guinea y aprovechan para practicarles allí la ablación.

Aunque se han conseguido logros para erradicar esta práctica, lo cierto es que 70 millones de mujeres africanas la han sufrido y en una treintena de países del continente se sigue practicando a diario, sobre todo, en la franja saheliana. En Somalia, Eritrea o Yibuti alcanza al 90% de la población femenina. Al igual que los matrimonios precoces en los que las niñas no tienen la capacidad de escoger a su futuro marido, la violencia doméstica o las violaciones, muchas veces dentro del ámbito familiar y silenciadas.

En Sudáfrica, único país africano en el G-20, una mujer es violada cada 26 segundos. Es el país con más violaciones del mundo en tiempos de paz. El año pasado, siete adolescentes grabaron en vídeo cómo abusaban de una menor deficiente mental en un suburbio de Johannesburgo y lo subieron a la Red. Supuso una gran conmoción, pero desgraciadamente no había sido la primera vez en ese país.

Los abusos sexuales combinados con la falta de educación están detrás del hecho de que en el África subsahariana hay el doble de mujeres contagiadas de sida que de hombres en la franja de edad entre 15 y 24 años. En muchas zonas rurales del continente la educación sigue siendo para niños. Según la ONU, solo el 54% de las mujeres adultas africanas sabe leer y escribir.

África arroja también los índices más bajos del mundo de participación de la mujer en la política. Pese a que algunos países, como Tanzania y Uganda, hacen reserva de escaños y a que otros, como Senegal, acaban de aprobar leyes de paridad, lo cierto es que solo hay dos mujeres jefas de Estado, en Liberia y Malaui, y que la media de presencia en los Parlamentos nacionales no llega al 17%. El continente también lidera las estadísticas de mortalidad maternal pues muchas mujeres no tienen un fácil acceso a un parto seguro.

MUNDO ÁRABE: Recelos ante el auge islamista

La ‘primavera árabe’ aparca los derechos de las ciudadanas

Ricard González El Cairo

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Mujeres egipcias participan en una manifestación convocada para pedir que se respeten sus derechos en El Cairo. / MOHAMED OMAR (EFE)

Tras brotar la primavera árabe, la región inició un proceso de cambios profundos y acelerados que transformarán las sociedades árabes en todos sus elementos, incluido el papel de la mujer. Pero, de momento, los principales actores políticos han concentrado todas sus energías en la lucha por el poder. De ahí que cuestiones como los derechos de las mujeres figuren en un segundo plano y, en general, no hayan sido objeto de grandes cambios en los últimos dos años.

Ahora bien, las asociaciones de mujeres miran al futuro con temor, pues se perfila una hegemonía política de las fuerzas islamistas, hostiles ante los avances hacia la igualdad de género registradas durante las dictaduras laicas. Algunas señales van en este sentido. Por ejemplo, en Egipto se eliminó la cuota reservada a las mujeres en el Parlamento y las diputadas pasaron de 62 a 8 en la primera legislatura revolucionaria. “De forma sutil, el Gobierno islamista de Morsi ha reducido el compromiso del Estado en luchar contra la mutilación genital femenina”, apunta una fuente de una agencia de la ONU.

La Constitución recién aprobada en el gigante árabe es ambigua. Establece la prohibición de la discriminación por sexo, pero siempre sin violar la ley islámica. Como los textos religiosos se pueden interpretar de formas muy diferentes, los cambios en el estatuto de la mujer dependerán de las mayorías parlamentarias que se conformen en próximas elecciones.

Hasta la fecha, ser mujer en el mundo árabe es tan difícil como lo era bajo las difuntas autocracias. La sociedad es conservadora y patriarcal, por lo que no es fácil abrirse camino en el ámbito laboral, sobre todo en las altas esferas, y en algunos países, las niñas están expuestas a la terrible práctica de la ablación del clítoris. Además, en los últimos años se ha registrado un aumento de las prácticas de acoso sexual, una auténtica epidemia en algunas grandes ciudades, como El Cairo. Ahora bien, el mundo árabe incluye realidades muy diferentes, nada tiene que ver la ultraconservadora Arabia Saudí (el único país árabe en el G-20) con la occidentalizada Túnez.

Este sombrío panorama deja algún resquicio para el optimismo: las revoluciones árabes han empoderado la sociedad civil, y la asociaciones de mujeres no son una excepción.

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