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Las víctimas de la lacra machista en la Comunitat Valenciana

Sábado 25 de noviembre de 2017

Ignacio Cabanes 25-11-2017 Levante.emv

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Las víctimas de la lacra machista en la Comunitat Valenciana

Irina: su maltratador incendió su cuerpo tras golpearla y asfixiarla en un piso de València

Irina Granovskaya, de 39 años y nacionalidad rusa, fue asesinada por su pareja el pasado 16 de julio en un piso de València. Su agresor, de 31 años y origen búlgaro, le propinó numerosos golpes y después la asfixió con una almohada. Posteriormente provocó un incendio para eliminar pruebas. Stefan S., quien se encuentra en prisión provisional acusado del asesinato, se buscó como coartada al hijo de siete años de la víctima, a quien se llevó a Castelló. No obstante, los testigos lo sitúan en una hamburguesería próxima al domicilio de la fallecida a la hora en la que se produjo el crimen y sostienen que se ausentó, dejando solo al niño. La policía sostiene que durante ese tiempo este aprovechó para ir hasta la casa a matarla. En el inmueble se encontraba otro inquilino, quien se despertó cuando el piso ya estaba en llamas e Irina yacía muerta.

Margaret: una británica asesinada por su marido en una residencia del Campello

Margaret, una británica de 79 años, fue la primera víctima mortal del año de la lacra machista en la Comunitat. Su marido, de 86, acabó con su vida el pasado 19 de febrero en la residencia de ancianos en la que vivían en El Campello. El homicida degolló a su víctima con un cuchillo a primera hora de la mañana. Después intentó quitarse la vida sin éxito con la misma arma blanca. La mujer murió desangrada por una profunda herida en el cuello, mientras que su verdugo apenas tenía una herida superficial y fue trasladado al Hospital de Sant Joan.

Gloria Amparo: arrojada por el hueco de la escalera tras discutir con su pareja

La autopsia realizada al cadáver de Gloria Amparo Vásquez, la mujer de 48 años fallecida tras caer por el hueco de la escalera de una finca de la calle Tres Cruces de València, halló lesiones en los antebrazos de la víctima compatibles con una agresión. Esto unido a los antecedentes por violencia machista a otra pareja del sospechoso, sus numerosas contradicciones, y una mancha de sangre en la barandilla acabaron por incriminarlo. José Luis G. G. arrojó presuntamente a su compañera por el hueco de las escaleras tras mantener una acalorada discusión el 21 de febrero.

Dolores Correa: una guardia civil retirada hallada con un golpe en la cabeza

El mismo 21 de febrero fue hallada muerta una mujer en la calle Major de Gandia. Dolores Correa Pérez, una guardia civil retirada de 47 años, presentaba un fuerte golpe en la cabeza. Su presunto asesino, que tenía una orden un de alejamiento, fue detenido en Móstoles después de que la hermana de la víctima denunciara su desaparición en la Guardia Civil de Moncada. El crimen se produjo cuatro días antes del hallazgo del cadáver. El arrestado, en prisión por el crimen, negó los hechos y alegó que se la encontró ya muerta y solo la tapó con una toalla y un plástico.

Jessyca Bravo: acribillada a tiros por su pareja delante de su hijo a las puertas de un colegio de Elda

Las puertas de un colegio de Elda fueron el escenario de otro crimen machista cometido el pasado 8 de noviembre cuando un hombre descerrajó cinco tiros a su compañera sentimental delante del hijo de ambos, de solo cuatro años. Jessyca Bravo Cutillas, de 28 años y nacionalidad española, había ido al centro a recoger al pequeño cuando fue sorprendida por su maltratador, que tenía una orden de alejamiento de ella. Esta medida no impidió que su asesino acabara con su vida disparándole a corta distancia hasta cinco tiros. La mujer fue trasladada al hospital donde falleció. En un último acto de gratitud, la víctima donó sus órganos al entrar al centro en muerte cerebral. Su asesino tenía que acudir a un juicio por amenazas al Juzgado de Novelda el día que la mató.

Maia Larissa: con solo dos años, fue degollada por su padre en Alzira

Es la víctima más pequeña que se ha cobrado la violencia machista en este 2017. La pequeña Maia Larissa, de apenas dos años, fue degollada por su propio padre en Alzira el pasado 12 de noviembre. Laurentiu Mihai D., de 28 años de edad, confesó a la policía que acabó con la vida de su hija para vengarse de su mujer, quien quería separarse harta de una relación tóxica, y causarle un dolor todavía mayor. El infanticida aprovechó precisamente el momento en que la madre se dirigía a comisaría para interponer la primera denuncia, por los malos tratos y amenazas que llevaba tiempo soportando, para llevar a cabo su horrendo crimen. Cuando todavía estaba de camino la mujer recibió la llamada de un familiar diciéndole que su pareja había caído sobre la luna de un coche y aseguraba haber matado a la niña. La familia de Maia reconoce que uno de los impedimentos de no haber denunciado antes era su situación económica.

A todas ellas se sumó el pasado viernes una nueva víctima, Katherine W, asesinada a manos de su expareja en Vinaròs.

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