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Las mujeres trabajan dos meses gratis con respecto a sus compañeros

Viernes 2 de diciembre de 2022

La brecha salarial de género continúa sin corregirse en nuestro país, y afecta con especial dureza a las trabajadoras domésticas, a las científicas y a las mujeres de más de 65 años

CTXT / Observatorio Social ´la Caixa’ 1/12/2022

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Hombres y mujeres trabajando en una oficina.
MARKO MILIVOJEVIC

La diferencia salarial de género (también conocida como brecha salarial de género) es la diferencia entre las retribuciones salariales de los hombres y de las mujeres expresada como un porcentaje del salario masculino, de acuerdo con la OCDE.

La Comisión Europea define la brecha salarial de género como “la diferencia relativa en el ingreso bruto promedio de mujeres y hombres dentro de la economía en su conjunto”. El fenómeno se produce a día de hoy de manera global, si bien se encuentra más exacerbado en unos países que en otros.

Por otra parte, se debe diferenciar correctamente entre la diferencia salarial ajustada y la no ajustada. El cálculo no ajustado de la diferencia salarial de género no tiene en cuenta las diferencias personales a la hora de establecer la comparación, como por ejemplo, edad o educación, ni tampoco las características del puesto de trabajo, como por ejemplo, el sector de actividad.

Una parte de la brecha salarial no ajustada suele atribuirse al hecho de que las mujeres opten por trabajos de media jornada con más frecuencia que los hombres, así como que tienden a trabajar en sectores con menor salario medio. El resto de las diferencias salariales, que no pueden ser explicadas por variables que se suponen que inciden en el salario y que se deben a opciones personales, se denominan brecha salarial ajustada y se interpretan como discriminatorias.

En España, la mejor referencia para conocer las retribuciones de los asalariados en el Régimen General sería la estadística de afiliación de la Seguridad Social, que recoge tanto las bases de cotización como los cotizantes. Así, la base de cotización es el salario bruto mensual de un trabajador, incluidas las horas extra, las pagas extra prorrateadas y las vacaciones retribuidas. La última estadística, publicada en junio de 2022, muestra que la brecha salarial de género se sitúa en 312 euros para todo tipo de contratos, apenas 12 euros menos que en enero de 2018, cuando se da inicio a la serie.

De esta manera, la estadística muestra que la base de cotización media –sueldo bruto medio– se situaba en 1.988 euros. Sin embargo, la base de cotización en el caso de las mujeres era de 1.826 euros, mientras que los hombres alcanzaban los 2.138 euros. En un año significa obtener prácticamente dos pagas más que las mujeres –3.744 euros– o lo que es lo mismo: las mujeres trabajan dos meses gratis con respecto a sus compañeros de trabajo. La situación salarial de las mujeres es peor tanto en los contratos a tiempo completo indefinidos como en los fijos discontinuos a tiempo completo, y solo es mejor en los contratos fijos discontinuos a tiempo parcial y en los temporales a tiempo completo.

En cuanto a las edades, la diferencia menor se da entre los 25 y 29 años. Sin embargo, a partir de ese momento la brecha comienza a acentuarse a causa de factores como la maternidad y el cuidado de familiares. El mayor pico tiene lugar después de los 65 años, cuando las mujeres cobran menos de un tercio que los hombres.

En cuanto a los sectores, en las actividades con retribuciones más bajas, como la agricultura o la construcción, la brecha salarial apenas existe. La minería es la única actividad en la que la retribución de las trabajadoras es ligeramente superior, pero solo hay asalariadas 20.000 personas, de las que apenas 2.000 son mujeres, por lo que no sería un ejemplo representativo de la situación general.

Por otra parte, en las áreas con sueldos altos, como sería el caso de las actividades profesionales, científicas y técnicas, o los servicios financieros, la brecha salarial se dispara. Y en el caso de las actividades del hogar, como serían personal doméstico, cocineros, camareros, ayudantes de cámara, mayordomos, lavanderas, jardineros, porteros, chóferes, conserjes o niñeras, el sueldo de los hombre casi duplica el de las mujeres.

Entre las conclusiones del estudio “El coste de oportunidad de la brecha de género en las pymes y los autónomos” llevado a cabo por Instituto de Estudios Económicos y ClosingGap, se destaca que el cierre de la brecha de género en el ámbito de las pymes y los autónomos propiciaría la creación de 2,8 millones de ocupaciones, que supondría para la economía más de 130.000 millones. La entrada en el mercado laboral de ese número de trabajadoras supondría, de hecho, eliminar el actual desempleo femenino.

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