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Las mujeres iraquíes bajo el estado de sitio . Marjorie P. Lasky

Lunes 14 de agosto de 2006

Impresionante y trabajado documento que nos ha remitido Concha Martín desde "Mujeres de Negro".

RESUMEN DE CONTENIDOS

Durante la etapa comprendida entre los años 1958 y 1990, Iraq fue reconociendo más derechos y libertades a las mujeres y niñas de su país que la mayoría de sus estados vecinos. Si bien el gobierno dictatorial de Saddam Hussein y los doce años de graves sanciones redujeron esas oportunidades, las mujeres iraquíes mantenían aún una presencia activa en muchas áreas de su sociedad antes de que comenzara la ocupación. La situación ha cambiado ahora de forma dramática. Aunque las mujeres del Kurdistán iraquí han ido consiguiendo algunos avances desde que se produjo la invasión estadounidense, en el resto del país las mujeres tienen que enfrentar a diario violencia, durísimas condiciones de vida y temor, y su futuro se presenta más incierto que nunca.

INSEGURIDAD Y MIEDO.

El gobierno de Hussein, aunque brutal y violento, actuaba bajo cierto estado de derecho donde la agresión y sus derivas podían de algún modo preverse. Ese estado de derecho ha saltado hecho añicos con la ocupación. Saqueos, violencia e inseguridad ponen en peligro especialmente a las mujeres, que se ven expuestas a ataques y violaciones. Las mujeres que circulan por las calles tienen que enfrentarse a menudo con violencia indiscriminada, agresiones, secuestros o con la muerte, que les puede llegar de manos de los suicidas-bomba, de las fuerzas ocupantes, de la policía iraquí, de los grupos religiosos extremistas y de los delincuentes locales.

DESTRUCCION DE INFRAESTRUCTURAS.

Desde la invasión estadounidense, las infraestructuras fundamentales, que se encontraban ya francamente deterioradas, se han venido prácticamente abajo. Los iraquíes tienen que enfrentarse con la escasez de medicamentos, alimentos, refugio, agua potable, electricidad y otros servicios básicos. Las mujeres luchan por mantener a sus familias en medio de ese caos, ellas mismas acosadas por un desempleo vertiginoso, por pobreza, malnutrición y escasez de servicios sociales tales como colegios dignos y atención sanitaria adecuada.

ACCESO LIMITADO A PUESTOS DE TRABAJO Y A LA EDUCACION.

La violencia constante ha dejado confinadas a las mujeres y a sus hijos -particularmente a las niñas- en sus hogares. Pocos niños se atreven a arriesgarse por las calles para asistir a clase. El analfabetismo aumenta. Además, a pesar de las iniciativas para introducir a las mujeres en el mundo laboral e implicarlas en la reconstrucción, de los 260.000 contratos de reconstrucción concedidos en Iraq, menos de 1.000 han ido a parar a manos de mujeres.

EEUU ES PARTE DEL PROBLEMA.

Algunos integrantes del ejército estadounidense han cometido delitos de abusos sexuales y asaltos físicos contra las mujeres. Han sido muchas las mujeres que han contado historias de violaciones y humillación sexual ejecutadas de forma rutinaria, especialmente en los centros de detención. Este es un hecho especialmente horrendo en un país donde las mujeres, especialmente en las áreas rurales, pueden ser vulnerables a los asesinatos “por honor”, que se producen cuando los parientes masculinos matan a una mujer que ha “profanado” el nombre de la familia. Las tácticas militares estadounidenses han convertido también en víctimas a las mujeres y a sus familias - desplazándolas de sus hogares, sometiéndolas a ataques aéreos y, en ocasiones, utilizando a las mujeres como objeto de chantaje para intercambiarlas con hombres de los que sospechan que pueden pertenecer a la resistencia.

LOS ISLAMISTAS CONSERVADORES VAN GANANDO TERRENO.

Los grupos islámicos conservadores han conseguido un poder inmenso en el Iraq post-invasión. Aunque en un aspecto positivo, la nueva constitución iraquí garantice que las mujeres deben ocupar el 25% de los escaños de la Asamblea Nacional, también mantiene que no se aprobará ninguna ley que contradiga las normas islámicas. En determinadas circunstancias, esta última disposición podría reducir los derechos y libertades de las mujeres en aspectos tales como los relativos al matrimonio, el divorcio y la herencia.

Hay muchas formas de apoyar a las mujeres iraquíes. Deberíamos permanecer vigilantes para controlar e informar al mundo de cualquier deterioro de sus derechos. Deberíamos responder con prontitud a cualquier petición de apoyo de los grupos de mujeres iraquíes. Para poner fin a la violencia, deberíamos exigir la retirada de todas las fuerzas extranjeras de Iraq así como negociaciones de paz que incorporen a las mujeres al proceso de paz. Y deberíamos insistir en que los países que han destruido la economía y la infraestructura de Iraq paguen e indemnicen para que sean los propios iraquíes quienes lleven a cabo la reconstrucción.

“Trabajo en una peluquería de señoras. No hay electricidad, no hay agua, el calor nos está matando. Las clientas, cuando escudriñan el interior, no ven más que oscuridad. Se alejan asustadas, ¿y cuál es la quintaesencia para una peluquera? La electricidad. Para utilizar un generador se necesita petróleo... No soy la dueña por eso no puedo comprarlo. La paradoja es que cuando la dueña... ve... que no tenemos clientas se niega a pagarnos... No hay seguridad, las amenazas te llegan por doquier. Gracias a Dios, nuestro salón no ha sido objeto de ningún atentado - pero... ¿qué impediría lanzar una bomba contra nosotras? Es un riesgo que tenemos asumido. Es nuestra forma de vida... de nosotras, de todas las mujeres iraquíes. La mayoría de nuestros hombres se tienen que quedar sentados en casa. Mi marido sale a buscar trabajo en vano todos los días. Esa es la clase de vida que las mujeres iraquíes estamos llevando en este momento.”


Um Mustafa, peluquera Bagdad, 7 de junio de 2005

Esas espantosas y tristes frases sobre la lucha diaria de las mujeres iraquíes bajo la ocupación sólo cuentan una parte de la historia. Este informe explorará los efectos que sobre las mujeres ha tenido la invasión de 2003 y la posterior ocupación aún en curso. A fin de proporcionar un contexto y poder entender mejor las consecuencias de ambas Guerras del Golfo y de la ocupación actual, examinaremos el camino plagado de baches por el que los derechos y libertades de las mujeres iraquíes han ido desplazándose desde 1958 hasta los años de la década de 1990.

PREFACIO

No hay mucho que celebrar

Mientras las mujeres estadounidenses celebraremos el 14 de mayo el Día de la Madre, las mujeres iraquíes tienen poco que celebrar. Esta es realmente la situación de las mujeres iraquíes, cuyas vidas diarias se han visto reducidas a una lucha encarnizada por la supervivencia. Cuando una mujer sale de su casa en el Iraq de hoy en día, abraza a sus seres queridos como si pudiera no regresar nunca. Y así ocurre en muchas ocasiones. Las mujeres iraquíes se enfrentan con los misiles y los tiroteos indiscriminados de las fuerzas estadounidenses y británicas, con los terroristas kamikazes y con las bandas criminales de tipo mafioso que secuestran de forma habitual a hombres, mujeres y niños iraquíes...

Fuente:TORTUGA. Grup antimilitarista - Elx

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