Xarxa Feminista PV
Portada del sitio > IGUALDAD y DERECHOS-(Aborto-Cuidados) > Las deportistas se rebelan contra su sexualización

Las deportistas se rebelan contra su sexualización

Sábado 31 de julio de 2021

Jugadoras de la selección noruega de balonmano playa y gimnastas alemanas protestan contra los atuendos que ponen el foco en sus cuerpos. Reclaman que la ropa de competición no la impongan los hombres que dirigen las federaciones

JPEG - 58.3 KB
Foto de las selecciones noruegas de balonmano. Federación Noruega de Balonmano

Ricardo Uribarri 30/07/2021 CTXT

Si ustedes ven un partido de balonmano playa masculino y uno femenino, hay una diferencia que rápidamente les llamará la atención: la indumentaria. Mientras ellos llevan camiseta larga de tirantes y pantalón por encima de la rodilla, ellas llevan un top ceñido y una braguita, lo que deja buena parte de su cuerpo a la vista. ¿El motivo de ese contraste? Una imposición de la Federación Internacional que pone el foco en la anatomía de la mujer, haciendo que muchas jugadoras se sientan incómodas a la hora de practicar su deporte. En el reciente Europeo de Bulgaria, ya ha habido una selección que se ha rebelado contra esta circunstancia a pesar de la amenaza de sanción.

Tanto el reglamento de la Federación Europea de Balonmano (EHF) como el de la Federación Internacional (IHF) señalan sobre la equipación en la modalidad de playa que “las atletas femeninas deben usar braguitas de bikini que tengan un ajuste perfecto y corte en un ángulo hacia la parte superior de la pierna. El ancho lateral debe ser de un máximo de 10 centímetros”. Una de las selecciones que más se ha opuesto a esta norma es la de Noruega, cuyas integrantes llegaron a la cita continental con la idea de jugar desde el primer partido con malla hasta los muslos. Pero la posibilidad de que fueran descalificadas hizo que retrasaran esa opción hasta el último partido, en el que se jugaron la medalla de bronce con España (que ganó nuestro equipo nacional por 2-0). Esa decisión les ha costado una multa de 1.500 euros “por vestir ropa inadecuada”, lo que ha provocado numerosas quejas en diferentes ámbitos. Hasta la propia cantante Pink ha declarado que la EHF “debería ser multada por sexismo” y se ha ofrecido a pagar esa cantidad, algo que finalmente hará la Federación Noruega de Balonmano.

En España no existe este problema desde 2014, cuando en el torneo de Suances 21 de los 22 equipos participantes fueron sancionados por incumplir la normativa de la ropa, que estaba vigente de 2010 pero que hasta entonces no se hacía cumplir de manera estricta. Las protestas que hubo tras aquel episodio provocaron que la entonces directora general de Deportes, Ana Muñoz, tomara cartas en el asunto y tras reunirse con el presidente de la Federación Española de Balonmano, Francisco Blázquez, se decidiera dejar sin efecto esa medida y dar libertad a las jugadoras para elegir entre distintas indumentarias. “Determinadas normas, por obligatorias que sean, no pueden ser aceptadas acríticamente. Es una norma discriminatoria”, dijo entonces Muñoz. Pero eso sólo afecta a las competiciones a nivel nacional, no así en las internacionales, que siguen rigiéndose por el reglamento de la IHF.

Una de las jugadoras españolas que disputó ese encuentro por el tercer puesto en el Europeo ante las noruegas es Judith Gómez, del BM Getasur, que señala a CTXT que “me parece muy correcto que se luche por esto, porque nosotras tenemos que jugar cómodas y no nos pueden obligar a llevar una indumentaria con la cual no nos sintamos a gusto jugando. Desde mi punto de vista es un buen momento para protestar, ya que está de plena actualidad la lucha por la igualdad de la mujer. Yo estoy a favor de que se intente cambiar ese punto de la normativa porque igual que en España se logró cambiar, hay que intentar hacerlo también a nivel internacional. Se ha hablado que para el espectáculo a nivel televisivo o de visión en la grada es necesario que todos vayan iguales, pero no creo que sea un motivo por el cual una jugadora no pueda jugar con una camiseta de tirantes y una malla o un pantalón. Creo que el balonmano playa va a seguir siendo igual de espectacular se juegue como se juegue”.

Testigo de primera mano de la postura que tomaron las noruegas en el partido que las enfrentó, a Judith esa decisión de sus rivales le pareció “fenomenal. Si ellas querían luchar por ello, era el momento para hacerlo. Es una pena que por esta circunstancia las hayan sancionado, pero era necesario y seguramente en próximas competiciones se siga haciendo si no hay otra decisión. Eso no quiere decir que todas piensen igual en este tema. De hecho, en la selección española lo hablamos y la mayoría se siente cómoda con esta indumentaria, pero eso no quiere decir que haya otros equipos u otras jugadoras que no lo estén, con lo cual, nosotras, o yo, personalmente, apoyaré este cambio. Lo lógico es que haya unas opciones para elegir”.

Una de las cosas que más molesta a las deportistas es el distinto trato con los hombres, el que parezca que con ellas se busque algo más aparte de la pura y simple competición, en lo que puede ser un claro ejemplo de cosificación de la mujer. “Es una diferencia injusta, y por eso al igual que luché por el cambio en España, lucharé porque se modifique también en competiciones internacionales”, asevera Judith.

La jugadora española lamenta que, por culpa de esta circunstancia, haya quedado en un segundo plano el éxito que supone haber logrado una medalla en un evento tan importante como el Europeo. “Es verdad que aspirábamos a ganar el torneo, pero el tercer puesto nos ha dejado con buen sabor de boca y muy contentas. Hay que tener en cuenta que ha cambiado el cuerpo técnico y es una selección nueva. Estaba el objetivo de clasificarnos para el Mundial y lo hemos conseguido. Yo apuesto por este equipo y creo que podemos hacer un muy buen papel en él”.

La decisión que tomaron las noruegas de jugar con pantalón el último partido ha tenido el apoyo de otros combinados nacionales, como el de Suecia, Dinamarca y Francia. La seleccionadora gala, Valerie Nicolás, dijo que “si nada ha cambiado antes del próximo campeonato, yo misma presionaré para que las jugadoras vistan como quieran. Y aceptaremos las consecuencias que ello acarree. Hemos perdido jugadoras por culpa de la vestimenta. Las jugadoras me dicen que no se sienten a gusto, que se sienten desnudas y observadas. Este es un deporte con mucho movimiento y el bikini entorpece. También supone un problema en relación con la menstruación, por no hablar de la religión”.

Ante la ola de protestas que está causando este asunto, el presidente de la EHF, Michael Wiederer, ha tenido que salir al paso emitiendo una nota en la que señala que “somos muy conscientes de la atención que ha recibido el tema en los últimos días, y si bien los cambios no pueden ocurrir de la noche a la mañana, estamos totalmente comprometidos con que algo bueno salga de esta situación”, a la vez que ha anunciado que el importe de la multa será donada a una fundación que apoya la igualdad de mujeres y niñas en el deporte. En agosto se reunirá la comisión de balonmano playa, y en ella se debe tratar la propuesta que en abril presentó la Federación Noruega de Balonmano ante la asamblea de la EHF para eliminar esta normativa. Una vez que se estudie, se debe trasladar a la IHF para que sea ella la que tome una decisión final. Son muchas las deportistas que consideran que la presencia mayoritaria de hombres al frente de los organismos internacionales tiene relación con esta problemática, y se quejan de que sean ellos los que sigan diciéndoles a las mujeres lo que deben ponerse.

Lo ocurrido en el Campeonato de Europa de balonmano playa no es el único problema relacionado con la indumentaria de las deportistas que hemos vivido en los últimos días. El equipo alemán de gimnasia ha competido en los Juegos Olímpicos de Tokio con un atuendo que les cubría desde el cuello hasta los pies, alejado del tradicional maillot en el que las piernas están al descubierto. Con ello han querido denunciar la “sexualización” de este deporte, algo que ya hicieron en el pasado Europeo disputado en abril. La gimnasta Elisabeth Seitz explicó que “se trata de que nos sintamos cómodas. Queríamos mostrar que cada mujer y todo el mundo debería poder decidir lo que ponerse”. La Federación Internacional de Gimnasia no lo ha sancionado, porque estas indumentarias están permitidas para las gimnastas que tengan objeciones religiosas.

Otro caso revelador ha sido el de la atleta paralímpica inglesa Olivia Breen. Durante el reciente campeonato británico recibió una amonestación de los jueces por llevar una braga deportiva “demasiado corta e inapropiada”. Breen, que usaba ropa oficial de una casa deportiva, se mostró indignada de que “en 2021 un funcionario adoptara este enfoque durante una competición” y se preguntó en sus redes sociales “si un competidor masculino sería criticado de la misma manera”. Otra vez la indumentaria femenina en el centro del debate.

Viendo todas estas situaciones, la mejor conclusión la encontramos en las declaraciones del ministro de Cultura y Deportes de Noruega, Abid Raja: “Se necesita un cambio de actitud en el machista y conservador mundo del deporte internacional”.

Comentar esta breve

SPIP | esqueleto | | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0