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La rebelión de las embarazadas que juntó a 20.000 personas

Lunes 2 de diciembre de 2019

Gestantes de la comarca ourensana de Verín lideran una movilización multitudinaria contra la decisión de la Xunta de suprimir el paritorio del hospital

Cristina Huete Ourense 1 DIC 2019 - El País

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Participantes de la manifestación con más de 20.000 asistentes contra el cierre del paritorio en Verín (Ourense). suso godas

En el municipio ourensano de Verín no habrá más nacimientos. La Xunta de Galicia ha decretado la supresión del paritorio del hospital comarcal al que están adscritas más de 30.000 pacientes de las zonas más vaciadas de la provincia. Este sábado, 20.000 personas han participado en una manifestación de protesta quer se extendió más de cuatro horas, según datos de Protección Civil. Los manifestantes desbordaban las calles para reclamar que se revoque esa decisión.

El Sergas justifica el cambio apuntando a un criterio de pérdida de calidad consecuencia del escaso número de partos que se registran (cifra en 60 los que habrá este año) en el hospital de Verín, un municipio con 14.600 habitantes a una hora de Ourense. Los ginecólogos replican que es “más seguro” parir ahí que en un taxi camino del hospital de Ourense a donde se derivarán todos los partos. Sostienen que la verdadera razón es la falta de pediatras. En medio de la polémica, las embarazadas de las zonas afectadas han comenzado a liderar una rebelión contra esta decisión del Gobierno de Feijóo a la que se han sumado los alcaldes de las zonas implicadas, que en su mayoría son el PP, como el propio Feijóo.

“¿Asumirá usted el riesgo si pierdo a mi hijo de camino a Ourense?”. Así interpeló al gerente del área hospitalaria de la provincia, Félix Rubial, una de las cerca de 40 embarazadas que acudieron a una reunión previa en el hospital en la que este les anunciaba la supresión de la unidad de partos “por razones de seguridad”.

Las gestantes respondieron con abucheos al anuncio del gerente. Y ante las peticiones de respeto de este, lo abroncaron: “Respeto es lo que no tiene usted por las mujeres”. Rubial se vio obligado a abandonar la reunión. Ellas comenzaron una campaña reivindicativa.

“Esto es intencionado y fruto de una mala gestión. Han ido dejando morir el servicio y alegan que son necesarios 600 partos anuales, una cifra que no se alcanza en ningún hospital comarcal. Quieren desmantelarlos”. Así lo explica la representante de los trabajadores del hospital de Verín, Rosa Eva Fernández. No se trata, en su opinión, de que haya pocos partos sino de que no hay pediatras “y los de Ourense no quieren venir”.

Fernández cree que la decisión genera un “grave problema” de salud: “¿Qué ocurrirá con los partos prematuros si no hay ginecólogos ni pediatras?”. Está convencida de que es “el inicio del cierre del hospital porque tras el desmantelamiento de pediatría y obstetricia y ginecología irá la cirugía”, afirma. “De los cuatro anestesistas asignados, tres vienen desde Ourense y solo uno tiene la plaza aquí, así que le proponen a los vecinos, fundamentalmente gente mayor, acudir a la privada a Ourense. Y como muchos no quieren, pasan a engordar una larga lista de espera”. Tampoco hay dermatología. “El Sergas no ha cubierto la plaza del especialista que había”.

Javier Castrillo, jefe de ginecología del hospital comarcal, asegura que las razones aducidas por el Sergas para cerrar el paritorio son “falacias”. “Han venido con la indecencia de la falta de calidad cuando se trata de un problema de gestión”. Castrillo enumera dos factores relacionados con la gestión “poco rentable de los recursos”. Señala que el Sergas “ha claudicado a la presión de los pediatras de Ourense, que no quieren estar desplazándose hasta aquí aunque están obligados a hacerlo por sentencia judicial, y ha claudicado a la presión del servicio de ginecología del hospital ourensano que tiene un problema similar al nuestro: sus partos han caído más de la mitad en la última década y tienen el doble de ginecólogos, así que en su lógica entra arañar los partos nuestros”.

En el mismo sentido se pronuncia el alcalde de Verín, el socialista Gerardo Seoane, dispuesto a acudir a la Fiscalía. “El Sergas está incumpliendo una sentencia judicial”, sostiene respecto a la obligación de enviar pediatras a Verín. Y precisa que el Gobierno de Feijóo está apuntalando la España vaciada. “Su modelo de gestión consiste en liquidar lo que no da dinero y privatizar lo que es rentable”, afirma.

Frente a la movilización vecinal iniciada por las mujeres reaccionan los servicios de pediatría y obstetricia y ginecología de Ourense: todos los facultativos (excepto los que están de baja o vacaciones) han firmado y divulgado un escrito respaldando la decisión del Sergas.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se ha aferrado a esta “unanimidad aplastante” para señalar que la decisión no es política, sino técnica, algo que cuestiona el Colegio Oficial de Médicos de Ourense.

Aunque el presidente de este colectivo, José Luis Jiménez, respalda el cierre del paritorio de Verín, asegura que la decisión “es política, por más que esté basada en criterios técnicos: el médico debe buscar la seguridad y la eficiencia se consigue con muchos casos”. Jiménez destaca un problema de gestión porque durante los últimos años, afirma, “el Sergas ha ampliado dispositivos con base política y de propaganda pero sin dotarlos de recursos humanos y, claro, ahora se encuentra con esto”.

Las matronas de Verín intuyeron este final el pasado julio, cuando se jubiló el único pediatra que había. “Empezaron a venir los de Ourense, de mala gana, saturados de hacer guardias y, paralelamente, empezaron a derivarse cada vez más mujeres a Ourense. Cada parto era una guerra”, señalan.

El pasado mayo, el mismo Sergas que ahora suprime el paritorio, celebraba el 25 aniversario del centro con un acto en el que entregó un diploma a la primera niña nacida en él.

Este jueves, el que será el último niño nacido allí fue trasladado de urgencia al hospital de Ourense: el pequeño tuvo una complicación y no había pediatras.

Los restos del primer ensayo privatizador

El hospital de Verín es, en realidad, lo que queda de la primera experiencia sanitaria privatizadora puesta en marcha por Feijóo en los años 90 durante su etapa como máximo responsable del Sergas con José Manuel Romay al frente de la Consellería de Sanidade. Un experimento de gestión sanitaria, el de las fundaciones hospitalarias - consistía en privatizar las contrataciones en un hospital de titularidad pública- que acabó en fiasco y reintegrándose en la red pública en 2009.

Verín fue buque insignia del resto de las fundaciones hospitalarias gallegas. No obstante, apenas tres años después de su puesta en marcha, el hospital funcionaba ya a medio gas y las pérdidas económicas eran de tal calibre que el Consello de Contas, el organismo fiscalizador de Galicia, alertó de que la contabilidad estaba falseada y de que la fundación era completamente dependiente de los fondos públicos de la Xunta. Además, detallaba que no era capaz de atender una importante demanda asistencial.

Para cuando el demoledor informe se hizo público, en 1996, Feijóo ya había promocionado con Romay al Ministerio de Sanidad del Gobierno de Aznar. Desde allí promovieron el mismo tipo de fundación por el resto del Estado.

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