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“La precariedad del deporte femenino al menos evita que nos endiosemos como pasa en el masculino”

Miércoles 12 de septiembre de 2018

Vero Boquete, la primera española contratada por un club de fútbol femenino chino, analiza la discriminación en el deporte y las diferencias existentes en los países en los que ha jugado.

Zigor Aldama 08-09-2018 Pikara

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Vero Boquete es el fichaje estrella del Beijing BG Phoenix./ Zigor Aldama

Cuatro de la tarde. 35 grados a la sombra y sensación térmica de 42. Sin duda, no parece el ambiente idóneo para jugar un partido de fútbol, pero el Shanghai Guotai recibe al Beijing BG Phoenix en el campo de la Universidad de Shanghái. Es el último encuentro de la temporada antes de las vacaciones de verano, y no abundan los espectadores en las gradas. No porque haga demasiado calor, sea un miércoles cualquiera, o a los chinos no les guste el fútbol, que no es el caso. Lo que sucede es que se trata de un partido de fútbol femenino.

“A veces, sobre todo entre semana, parece que jugamos a puerta cerrada. Los fines de semana suelen estar más animados”, explica Vero Boquete poco después de saltar al césped. Esta gallega nacida en 1987 es la única española contratada por un equipo chino, y, a pesar de lo que podría deducirse por la abundancia de butacas vacías, ha encontrado en el gigante asiático la oportunidad profesional que le han negado países mucho más desarrollados. No en vano, China es el séptimo en el que juega. “Aquí hay liga profesional y tenemos unos sueldos dignos que no tienen nada que ver con los que se cobran en España, donde hay una cultura deportiva muy pobre”, explica.

“LA PRIORIDAD DEBERÍA SER LA PROFESIONALIZACIÓN DEL FÚTBOL FEMENINO PARA CRECER, MEJORAR, Y ASÍ ATRAER PATROCINADORES E INVERSORES”

Los responsables de la federación certifican que todas las jugadoras tienen las fichas en regla antes de alinearlas frente a la bandera de la República Popular. Suena el himno chino, y luego un pitido da comienzo al que será el peor partido del equipo de Boquete este año. Shanghái le da una humillante ‘manita’ y la gallega se desespera. Sus mejores compañeras no están en el campo porque están concentradas con la selección china para participar en los Juegos Asiáticos que se celebran en Yakarta, y cada vez que las contrincantes logran la pelota y la llevan a su área, marcan.

Pero Boquete no se rinde. Pelea en el centro del campo como si solo hubiese un gol de diferencia en el marcador. Desafortunadamente, los balones que pasa a sus compañeras no duran en poder del Beijing Phoenix. El pitido final suena a gloria. Boquete sale del campo dolorida físicamente, chorreando a mares, y decepcionada con el resultado. Pero feliz porque en unos días regresará a casa. Lo que no sabe es que, además, allí terminará jaleando a la selección femenina española Sub-20 en la final del Mundial, un partido que, a pesar de la derrota contra Japón, demuestra el auge que vive el fútbol femenino. ¡Ya hemos llegado!, titula Boquete en un artículo de opinión en El País.

Con Pikara habla poco después de la polémica que suscita un viaje del Barça a Estados Unidos, donde tanto el equipo masculino como el femenino hacen una gira. Pero ellos viajan en Business, mientras que ellas lo hacen en Economy.

– ¿Qué te parece esta situación?

– A mí me gustaría que, ya que viajan juntos y que el equipo explota eso para mejorar su imagen, hombres y mujeres fuesen en las mismas condiciones. Pero es evidente que el equipo masculino siempre ha viajado y viajará en Business y que, hasta ahora, el femenino nunca ha protagonizado una gira internacional. De hecho, hay que decir que el Barça es el mejor equipo de España y el que mejores condiciones ofrece a sus jugadoras. Por eso creo que esto es solo la punta del iceberg. Hay muchos problemas que se deben solucionar antes de pasar a preocuparse por estas cosas. Por ejemplo, las condiciones del equipo femenino durante la temporada, cómo se hacen los viajes dentro de España, cuánto ganan ellos por una liga o un trofeo y cuánto nosotras.

– Muchos justifican esas diferencias alegando que el fútbol masculino genera muchos más beneficios.

– Eso es cierto. Pero podríamos preguntarnos por qué es así. En Europa, y especialmente en España, nunca se ha promocionado el fútbol femenino. Por eso vamos con muchos años de retraso. Actualmente, la liga española no es profesional. Las futbolistas no tienen buenas instalaciones para entrenar ni tiempo para hacerlo en condiciones porque tienen que trabajar. Por eso, la principal prioridad debería ser la profesionalización del fútbol femenino y que todos sus equipos ofrezcan unas condiciones salariales dignas. A partir de ahí, podremos ir creciendo. El nivel del fútbol femenino mejorará y será más fácil vender el ‘producto’ y lograr que la gente lo ‘consuma’. Entonces llegarán los patrocinadores, la inversión, y el beneficio. No podemos esperar que eso suceda de la noche a la mañana, pero, poco a poco, se está consiguiendo.

– Hasta que eso suceda, ¿te parece lógico que los trofeos lleven emparejadas dotaciones económicas diferentes?

– Entiendo que el valor económico de los premios sea proporcional a los ingresos que produce cada modalidad deportiva. Tratar de cambiar eso por decreto me parece un sinsentido. Creo que lo que debemos hacer es buscar la forma de igualar el premio final equiparando el interés que generan los deportes. Eso es lo que debería guiar el trabajo de las federaciones, los clubes, y los organismos gubernamentales. Claro que, en cuanto el atractivo del deporte femenino y del masculino sea similar, habrá que exigir que los premios sean iguales. Porque una cosa es que sean diferentes y otra muy diferente que, por ser campeón de la liga femenina se cobren poco más de mil euros.

– ¿Cada jugadora del equipo que gana la liga nacional se lleva solo mil euros?

– No, cada jugadora no. ¡Ese importe es para todo el equipo! Sale a 50 euros por cabeza, más o menos. Yo no digo que haya que cobrar un millón de euros o lo que gane el Barça [masculino] por el título de liga. Pero es que yo prefiero que no me den nada a que me humillen de esta forma.

“EN UNA SOCIEDAD CAPITALISTA, CUANDO UN DEPORTE ES HEGEMÓNICO Y ACAPARA LA MAYORÍA DE LOS RECURSOS, ESTÁ RESERVADO CASI EXCLUSIVAMENTE A LOS HOMBRES”

– En Estados Unidos el fútbol femenino atrae a más público que el masculino y, aun así, ellos ganaban más que ellas.

– Eso no tenía ninguna lógica y al final se han equiparado los salarios y las dietas. Lo que no puede ser es que las mujeres llenen estadios, los hombres no, y ellas cobren mucho menos. Ahora viajan de la misma forma ambos, se alojan en los mismos hoteles, y trabajan en las mismas instalaciones. Eso me parece lo normal.

– Estados Unidos demuestra que el fútbol femenino sí que puede ser atractivo.

– Exacto. Allí, si naces niña, te van a decir que practiques fútbol. Porque es lo que se considera como el deporte más femenino y abundan las mujeres que son un referente. ¿Y por qué sucede? Porque el fútbol americano es el que está considerado como deporte masculino en ese país.

– June Fernández, una de las coordinadoras de Pikara, tiene una teoría a ese respecto. Sostiene que la diferencia en las condiciones que viven hombres y mujeres es siempre mucho mayor en los deportes hegemónicos, como puede ser el fútbol en España, el fútbol americano en Estados Unidos, o el béisbol en Cuba. O sea, que donde hay más igualdad es en los deportes minoritarios. ¿Te parece acertado?

– Sí. Cuando un deporte es hegemónico y acapara la mayoría de los recursos, está reservado casi exclusivamente a los hombres. Es fiel reflejo de la sociedad capitalista. Para que unos sean muy ricos, otros tienen que ser muy pobres. No obstante, hay países como Suecia [en el que Boquete ha jugado], que valora todos los deportes de forma más equitativa y tiene menos desigualdad.

– Es curioso que, en el caso de Estados Unidos, cuando los hombres deberían cobrar menos que las mujeres según la lógica capitalista, entonces sí que se equiparan los salarios. Pero, si se exige que sea al revés, hay polémica.

– Totalmente. Los hombres siempre salen ganando porque estamos en una sociedad machista. Aunque se estén logrando avances importantes, seguimos viviendo en un sistema patriarcal en el que el hombre está por encima de la mujer. Yo espero que mis hijos reciban una educación diferente a la de mis padres, y que eso permita crear una sociedad igualitaria en el futuro.

– ¿Crees que ahora es mejor momento para hacer realidad esa sociedad gracias al reciente auge de movimientos feministas por todo el mundo?

– Por supuesto. Hay mucha más visibilización y sensibilización en lo referente a la situación de la mujer y de la discriminación que sufre. No es que sea un mejor momento, es que en la historia no ha existido mejor momento que el actual para reivindicar el papel de la mujer en la sociedad y trabajar por la igualdad. Hay que aprovecharlo y acelerar los cambios. En el deporte sucede lo mismo.

– Antes has mencionado a tus futuros hijos. ¿Qué sucede con las cláusulas de maternidad en el deporte femenino?

– Sucede que hay un vacío en la Ley del Deporte, que se olvida de la mujer y de sus peculiaridades. Porque, si eres mujer, puedes ser madre. Eso es algo que hay que tener en cuenta y regularlo. Ahora todo el mundo se desentiende y eso se debe a que, una vez más, el deporte femenino no está profesionalizado. En relación con el fútbol, creo que es el momento de hablar de la maternidad, pero también de conciliación familiar y de un salario digno.

“ES EL MOMENTO DE HABLAR DE MATERNIDAD, DE CONCILIACIÓN FAMILIAR Y DE SALARIOS DIGNOS EN EL FÚTBOL FEMENINO”

Yo, por ejemplo, no puedo viajar con mi familia, como hacen los futbolistas que ganan mucho y que pueden mudarse tranquilamente de un país a otro. Para ellos no es un sacrificio, pero nosotras tenemos que aquilatar mucho si nos compensa. El problema en España es que el fútbol masculino está muy por encima del femenino. A día de hoy, equiparar las condiciones es imposible.

– ¿Llegará a estar el negocio del fútbol femenino a la altura del masculino?

– Espero y deseo que no. Porque creo que el fútbol masculino ha sobrepasado todos los límites habidos y por haber. Es una locura. Yo soy defensora de los valores del deporte, y lo que representa muchas veces el fútbol masculino es todo lo contrario.

– Pues decir deporte en España es casi sinónimo de fútbol masculino.

– Sí, y es un error. El 95% de la cultura deportiva en España se basa en fútbol masculino. Eso arrincona al resto de deportes, y, sobre todo, a las mujeres que los practican.

– Sorprende que hayas encontrado en China una salida laboral interesante, teniendo en cuenta que es un país todavía más machista. ¿Cómo es posible?

– En China, tanto los clubes masculinos como los femeninos reciben mucho dinero de empresas privadas y estatales. Hay una intención de hacer crecer el fútbol a nivel nacional, y en los últimos años se ha hecho una gran inversión que ha permitido profesionalizar la liga femenina. El propio presidente Xi Jinping se ha implicado en el asunto. Yo he aprovechado este momento para venir porque es cierto que las condiciones son mejores que en la mayoría de clubes de Europa. Lo que no sé es cuánto durará esta situación. Por eso, creo que las futbolistas chinas, y en general las mujeres chinas, deben aprovechar este momento para ganar más derechos.

– ¿Hay una gran diferencia entre tu forma de entender el feminismo y la de tus compañeras chinas?

– La mayor diferencia es que ellas no hablan de ello. Yo saco este tema, expongo mis ideas y mis inquietudes, y ellas me escuchan e incluso me pueden dar la razón a veces. Pero eso no quiere decir que vayan a tomar el mismo camino que yo. La educación y el sistema social y político las ha hecho tan cohibidas que no sé si es que ven imposible cambiar la situación o si creen que no están tan mal como están. No conocen otras realidades.

– Hablamos de igualdad, pero imagino que, siendo el fichaje estrella del Beijing Phoenix, tus condiciones son muy diferentes a las de tus compañeras chinas.

– Sí, es cierto. Ellas, por ejemplo, viven en la residencia del centro deportivo en el que entrenamos y jugamos, y comparten habitación. La otra jugadora extranjera, el equipo técnico -el entrenador es sueco-, y yo somos los únicos que vivimos en apartamentos de fuera. Lógicamente, mi salario también es mayor.

– ¿Crees que están justificadas tus ventajas?

– En China, cuando traen a un extranjero, lo hacen porque creen que puede aportar algo diferente que marque la diferencia. Futbolísticamente, estamos por encima de ellas y ayudamos al desarrollo del equipo. Pero, lógicamente, tenemos unos estándares de vida diferentes, y, si me dicen ahora, con 31 años, que tengo que compartir piso con otras dos compañeras en una residencia durante un año, o dos, o los que esté, pues no vengo. Ellas dicen que en China es así, pero entienden y respetan que yo lo vea de otra forma. Lo que espero es que mi forma de ver la vida les aporte algo, lo mismo que a mí me está aportando mucho mi experiencia en China. En cualquier caso, trato de tener los menos privilegios posibles.

– Es evidente que la experiencia por todo el mundo te proporciona una visión global de la profesión que tienen pocas. ¿Cómo ves el futuro del fútbol femenino?

– El futuro del fútbol femenino pasa por los clubes masculinos que apuestan por él. Por eso creo que su mejor futuro está en España, porque tiene los mejores clubes, una cultura futbolística muy fuerte, y una liga muy atractiva a nivel internacional. Si impulsan la sección femenina como parece que van a hacer, en un par de años no debería haber ninguna otra liga femenina más potente.

– Imagino que te gustaría participar en ella. ¿Cuáles son tus planes de futuro?

– Ahora solo pienso en que tengo contrato hasta noviembre en China.

“ESPERO Y DESEO QUE EL FÚTBOL FEMENINO ESPAÑOL NO SE EQUIPARE AL MASCULINO, QUE HA SOBREPARASADO TODOS LOS LÍMITES Y ES CONTRARIO A LOS VALORES DEL DEPORTE”

Claro que me encantaría volver a España, pero tiene que ser con unas condiciones más profesionales. Espero poder acabar mi carrera deportiva en casa. Y en un futuro más lejano, mi idea es comenzar una carrera como entrenadora.

– ¿Recomendarías a las chicas jóvenes de hoy dedicarse al fútbol?

– Siempre lo recomendaría, independientemente de las condiciones que se ofrezcan. A mí es un deporte que me lo ha dado todo, y del que he aprendido cosas que me han servido mucho en la vida real. En este momento lo recomendaría todavía más porque creo que, si llegan a ser profesionales, tendrán cada vez más oportunidades. Además, aunque no alcancen ese nivel, el fútbol no es algo que impida desarrollar otras habilidades. Yo no conozco a nadie que tenga más tiempo libre que los futbolistas.

– ¿Quizá los curas?

– [Ríe] Nosotras, incluso entrenando dos horas por la mañana y otras tantas por la tarde, tenemos mucho tiempo libre. Y eso sin contar los viajes. Echamos montones de horas en autobuses, trenes, aviones, y hoteles. Yo he terminado mi carrera universitaria, he estudiado idiomas, leo sobre muchas cosas que me interesan, y estoy haciendo el curso de entrenadores. La futbolista que quiera seguir creciendo en otras áreas profesionales, tiene tiempo para hacerlo. De hecho, tengo compañeras que son doctoras, biólogas, o arquitectas. Es importante formarse. La precariedad del deporte femenino, si tiene algo positivo, es que nos mueve a ello y evita que nos endiosemos como pasa en el masculino.

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