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La otra Zaida: primer caso reconocido de acoso sexual en la Guardia Civil de Madrid

Domingo 6 de septiembre de 2015

El Confidencial

La Audiencia Provincial condena a tres años de prisión a un agente que acosó a una compañera durante año y medio, la agredió y se mostró agresivo porque ella no atendía sus propuestas

La Sección 23 de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a tres años de prisión a un guardia civil (J. M. M. L.) que acosó y agredió sexualmente a una compañera de la comandancia del instituto armado en Tres Cantos (Madrid). El tribunal considera probado que durante un año y medio la mujer tuvo que aguantar insinuaciones y comentarios del tipo “como ya tienes el trabajo dominado, vas a tener que hacer otro tipo de trabajitos para ganarte la vacante” o “te voy a follar de tal forma que vas a morir de placer”.

La sala, que obliga al funcionario a abonar más de 50.000 euros a la víctima en concepto de indemnización, también entiende acreditado que, tras las continuas negativas de la chica a someterse a las insinuaciones del agente, éste pasó a tener una actitud agresiva. “A partir de septiembre de 2009, como ella no aceptaba sus propuestas sexuales, el acusado comenzó a tratarle despectivamente, criticando su forma de trabajar, enfadándose con ella y dirigiéndole expresiones como niña mojigata, no te enteras de nada”.

Los periodos de furia hacia ella se fueron combinando con nuevas proposiciones -“con lo jovencita que eres te puedo enseñar muchas cosas y vas a disfrutar tanto que me vas a pedir de rodillas que tenga relaciones contigo”- entre junio de 2009 y octubre de 2010, periodo a lo largo del que se extendieron los hechos enjuiciados. En la primavera de este último año, según detalla la sentencia, el condenado se acercó a la mujer por detrás cuando ésta entraba a recoger material al almacén de la Plana Mayor de la Unidad de Policía Judicial de Madrid, donde ambos trabajaban, la agarró con fuerza, la inmovilizó y la toqueteó hasta que ella logró zafarse.

La pesadilla experimentó su clímax cuando, tras un episodio de furia del condenado hacia la chica, ésta “sufrió una crisis de ansiedad”. Un psicólogo de la Guardia Civil recomendó su baja laboral. La mujer, que aún hoy mantiene secuelas depresivas, presentaba lesiones psíquicas que fueron tratadas durante 925 días.

Los tres magistrados que componen la Sección 23 han valorado como prueba el testimonio de la chica, por considerarlo coherente y detallado, lo que a juicio de la sala otorga “patente credibilidad” a la declaración. “Nos hallamos ante un testimonio verosímil, persistente, coherente, muy concreto y sin ambigüedades”, argumentan los jueces en la sentencia, que también recuerda el temor que mostró la víctima al poner los hechos en conocimiento de la justicia.

La pesadilla experimentó su clímax cuando, tras un episodio de furia del condenado hacia la chica, ésta “sufrió una crisis de ansiedad”. Un psicólogo de la Guardia Civil recomendó su baja laboral. La mujer, que aún hoy mantiene secuelas depresivas, presentaba lesiones psíquicas que fueron tratadas durante 925 días.

Los tres magistrados que componen la Sección 23 han valorado como prueba el testimonio de la chica, por considerarlo coherente y detallado, lo que a juicio de la sala otorga “patente credibilidad” a la declaración. “Nos hallamos ante un testimonio verosímil, persistente, coherente, muy concreto y sin ambigüedades”, argumentan los jueces en la sentencia, que también recuerda el temor que mostró la víctima al poner los hechos en conocimiento de la justicia.

“Sorprendentemente dice que no recuerda el contenido de la conversación que mantuvieron”, cuando “no se trató de un relato rutinario cuyos detalles pueden olvidarse, sino de un relato excepcional que por primera vez ocurría en la comandancia”. “Nos parece incomprensible”, concluye la sala respecto al testimonio de esta funcionaria.

El tribunal también califica de “sorprendente” que los compañeros de trabajo de acosador y acosada no escucharan ni vieran nada. Uno de ellos, señalan los magistrados -Olatz Aizpurúa, Celso Rodríguez y Gregorio Callejo- en su sentencia, incluso aseguró desconocer qué es “una broma de tipo sexual”.

La Sección 23 ha condenado a J. M. M. L. a dos años de cárcel por lesiones psíquicas en concurso con un delito de acoso sexual y a otro año más por agresión sexual. El guardia civil no podrá acercarse a menos de 500 metros de la víctima durante los dos años y medio siguientes a su salida de prisión.

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