Viernes 27 de mayo de 2005
Las romaníes protagonizan el avance de un colectivo con carencias en salud, educación y empleo.
El cambio empieza por las mujeres gitanas. Ellas se han convertido en las impulsoras de la transformación en esta comunidad, que agrupa a unas 650.000 personas en España. Aunque a menudo encuentran resistencias entre los varones de su propio grupo, son las protagonistas de una evolución que incluye la llegada a la Universidad: aún son muy pocos los gitanos titulados, pero ocho de cada diez titulados son mujeres. Sin embargo, se sienten discriminadas en el mundo laboral. El acceso a la salud (la edad media de los gitanos es 10 años inferior a la del resto) es una de las carencias de la comunidad gitana. A ella se han sumado romaníes llegados de Portugal y Europa del Este, cuya situación suele ser peor.
Por Ana Gabriela Rojas/El País