Lunes 28 de octubre de 2024
L’ Assemblea Feminista recupera enclaves de esta lucha feminista de los años 70, 80 y 90, que ya han desaparecido
Más de un centenar de personas participan en una ruta contada por activistas lesbianas que recuerdan aquella época llena de incomprensión
José Miguel Vigara 27 OCT 2024 Levante.emv
L’Assemblea Feminista de València organizó recientemente una Ruta de Memorias Lesbianas en la que más de un centenar de personas recorrieron espacios y enclaves singulares para la resistencia y la lucha por visibilizar los derechos de las mujeres lesbianas en la València de los años 70, 80 y 90. Esta iniciativa volvió a marcar en el mapa de la capital valenciana una serie de locales y espacios donde estas mujeres se reunían para compartir experiencias, visibilizar y descubrir su sexualidad, divertirse y hacer amistades, y en definitiva, sentirse arropadas ante una sociedad hostil y carca que no entendía otras formas de amar y de desarrollarse como personas.
Esta ruta de las memorias lesbianas, explica una portavoz de l’Asemblea Feminista, surge "de un trabajo de investigación que hemos realizado durante meses" en esta entidad. En el mapa de València se han vuelto a señalar espacios y locales de ocio, de encuentro y de debate, que servían para que estas mujeres pudieran encontrarse, compartir su tiempo libre y divertirse, además de formarse en aspectos como su sexualidad o la violencia machista.
La ruta trazada por l’Assemblea Feminista partió de la sede de la propia asamblea y fue recorriendo icónicos enclaves de la resistencia y la lucha LGTBi. Así, se visitó la Picola, la Casa de la Dona, el MAG-PV, el Bar de Pas, el bar-discoteca Latinova y la Llibreria Sal de Casa. Lamentablemente todos estos espacios singulares para las activistas lesbianas de la ciudad de València han desaparecido y ya no existen como tales.
La Asociación Cultural de Mujeres La Picola funcionó desde 1979 y acogió a feministas de diversas tendencias, aunque mayoritariamente lesbianas. Estaba ubicada en el Carrer Almirante 7. Se transformó luego en la Casa de la Dona, con sede en el carrer de Buenos Aires 13, que funcionó hasta el año pasado prácticamente, cuando sus integrantes decidieron integrarse en otros colectivos y seguir su lucha en otros ámbitos.
Un itinerario llenó de lecciones de vida
Otro de los hitos urbanos que se visitaron en esta ruta fue la antigua sede del MAG-PV. En 1986, Lambda recogió el testigo de la defensa de las libertades sexuales emprendido en Valencia por otros colectivos y directamente desde 1977 por el MAS-PV (Movimiento de Liberación Sexual del País Valenciano) y el MAG-PV (Movimiento de Liberación Gay del País Valenciano). El MAG-PV se reunía primero en el Casal de la Pau, y posteriormente, según las actas de las asambleas, en un local del Carrer Covarrubias 4.
En pleno centro histórico, en 1985, en una de las calles salientes de la plaza de la Virgen, se ubicaba "De Pas”, un bar que reunió a mujeres de izquierda, feministas, lesbianas, y que se convirtió en un espacio seguro para la resistencia y para visibilizar los derechos de estos colectivos. Este local fue frecuentado por activistas de gran calado de la ciudad como Carmen Alborch. Y hasta hace pocos años, estas mujeres se reunían periódicamente para celebrar y recordar aquellos tiempos.
"Lo pasaban bien y aprendían a vivir su sexualidad"
El Latinova fue otro local de copas y para bailar donde el colectivo lésbico se sentía seguro. Su inclusión en esta ruta obedece a que las activistas de la época relatan que durante su juventud sufrieron mucha incomprensión y también dolor. Pero también "lo pasábamos muy bien y nos divertíamos", apunta esta portavoz de l’Assemblea Feminista que relata cómo cuentan sus recuerdos las activistas.
La librería "Sal de Casa", como Casa de la Dona o el Casal de la Pau, albergaron actividades culturales y divulgativas. Talleres, debates y cursos sobre feminismo, lesbianismo y sexualidad, entre otras iniciativas. En estos espacios seguros, las mujeres lesbianas, que en esa época estaban huérfanas de información y de referentes, encontraban documentación seria para explorar y disfrutar su propia vida sexual con seguridad.
El recorrido por este mapa de las memorias lesbianas, subraya esta fuente, ha puesto en valor varios aspectos de la lucha feminista y lesbiana de los 70, 80 y 90. "Estas mujeres -subraya esta fuente- nos cuentan lo importante que era para ellas ocupar espacios seguros, donde poder mostrar su sexualidad y donde poder encontrarse con amigas para divertirse". Además, era muy importante, "visibilizarse" ante el resto de la sociedad. "Por eso, iban mucho a la plaza de la Virgen para ocupar el espacio público y poder mostrarse en libertad". Se trataba "de no vivir en un gueto, de frecuentar locales y espacios públicos, donde divertirse y vivir y explorar libremente su sexualidad", concluye esta fuente.