Lunes 1ro de octubre de 2018
Una de cada tres personas atendidas por la UNAD en 2016 era mujer. Tenían entre 26 y 44 años, con educación primaria o sin estudios, en desempleo y con menores a su cargo. Cuando las mujeres asumen su adicción se encuentran con un sistema de recuperación que no tiene en cuenta sus peculiaridades, como el consumo o que un 80% de ellas es víctima de violencia de género.
madrid 30/09/2018 1ANA BERNAL-TRIVIÑO Público
Cuando se habla de adicciones, el género cuenta, y mucho. En primer lugar porque las sustancias son diferentes. Las mujeres consumen más ansiolíticos o alcohol, además de encabezar las adicciones sin sustancia, como el teléfono móvil, el juego, Internet o las compras. Entre las primeras hay un 54% de mujeres en paro, además de que gran parte de ellas son víctimas de violencia de género, aunque lo han normalizado y no lo asumen.
Cuando dan el paso y son conscientes de su adicción, ven que el sistema de atención y reparación no está pensado para ellas, desde los horarios de las sesiones hasta no poder compartir sus testimonios en un entorno de seguridad y tranquilidad. La UNAD (Unión de Asociaciones y Entidades de Atención al Drogodependiente) lleva años detectando estas diferencias en varios informes.
Hablamos con dos especialistas en género y adicciones para ver cinco puntos clave. Saber cuáles son las debilidades y los cambios que deben producirse para que estas mujeres sean reconocidas y no invisibles ante el sistema.