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La UE sacrifica el género por la seguridad en el Mediterráneo

Domingo 12 de julio de 2015

Escrito por Lidia Vilalta.La Independent

Sábado, 13 de Junio de 2015

La Unión Europea sacrifica la promoción de la igualdad de género en favor de la seguridad, en sus políticas hacia los países de la ribera sur del Mediterráneo. Esta fue una de las conclusiones de la investigadora en Relaciones Internacionales, Annette Jünemann, en el ciclo ‘Interpretar el Mediterráneo hoy’, clausurado el 11 de Junio en el IEMed de Barcelona.

Con el título ‘Contradicciones en el impulso a la participación política de las mujeres en el Mediterráneo’ la doctora en Ciencias Políticas por la Universidad de Hamburgo, Annette Jünemann, explicó en el l’Institut Europeu de la Mediterrània (IEMed) las lógicas de acción, las estructuras y los marcos institucionales que guían las políticas de la Unión Europea (UE), hacia los países de la ribera sur, antes y después de las Primaveras Árabes.

Percepciones incorrectas sobre les autocracias árabes

Oficialmente, la UE promociona la ‘democracia de género’ porque “desde el Tratado de Lisboa (2.007) “la UE es una comunidad de valores y se promocionan la democracia y los derechos humanos porque no existe democracia sin democracia de género” afirmó Jünemann. Pero esa promoción del género “no es un clamor” en las relaciones euromediterráneas. “La democracia de género”, según diversos estudios realizados por esta profesora, “ha estado instrumentalizada en el contexto del alto ranking de los objetivos políticos de la UE” porque la “alta prioridad ha sido la seguridad y la estabilidad”.

Las primaveras árabes tomaron por sorpresa a la UE, según Jünemann y después “ni promovieron el cambio democrático, ni han conseguido estabilizar la región”. Ello es debido a “las percepciones incorrectas” europeas acerca de “las autocracias árabes, la falta de oposición interna, excepto el islamismo radical y la ausencia de una sociedad civil”.

Apoyo al ‘performance oficial del feminismo estatal’

Antes de las Primaveras Árabes “la UE apoyaba el ‘feminismo estatal’, por ejemplo, Suzanne Mubarak en Egipto o la reina Rania de Jordania; todas han estudiado en Francia o Gran Bretaña y tienen educación europea. “Ellas no eran representativas de sus países pese a que hacían un buen trabajo, pero no representaban a muchas mujeres, además de tener un toque antiislamista”. Era como un puro “performance oficial de primeras damas” porque en realidad, “solo se actuaba en el marco del paradigma de la seguridad”. La única excepción, según Jünemann, era “la promoción de los derechos de las mujeres seculares”.

Después de las primaveras árabes, se han abierto nuevos dilemas y retos, aunque las contradicciones ya comenzaron en 2006 cuando Hamas obtuvo la mayoría absoluta en las “elecciones en Palestina pagadas y monitorizadas por la UE. Se las consideró perfectamente libres”’ pero la UE lo sigue considerándolo un grupo terrorista. Más cercano, en opinión de la profesora Jünemann, es el caso del expresidente Mohamed Mursi, ganador de las primeras elecciones libres en Egipto y ahora en la cárcel. Jünemann cree que “no se puede ignorar el islam político”.

El patriarcado está en las estructuras seculares y religiosas

La investigadora resaltó que para muchas mujeres de los grupos de Derechos Humanos “es una cuestión de secularismo y de democracia de género”, pero ella opina que “el patriarcado están en todas las estructuras y los segmentos de la sociedad ya sean seculares o religiosas: musulmanas, coptas, católicas o protestantes”.

Annette Jünemann, recordó que es lo mismo que pasó con los países del Este de Europa o en la unificación alemana; los del Este no usaban la palabra ‘feminismo’ pero al final, afirmó “eran tan buenas como nosotras, porque aprendieron lo que nosotras hacíamos bien; esta no es la actitud adecuada”, subrayó.

Por qué, es una contradicción decir ‘feminista e islamista’, preguntó la profesora. Para ella existe “un territorio común con los grupos las mujeres seculares: los derechos humanos, los derechos políticos, la economía, la educación, la salud. Pero no existen vínculos en cuanto a los derechos sexuales” entre las islamistas y los movimientos por los derechos de las mujeres. Ahí “las discusiones son más complejas, pierden la fluidez y existen grandes líneas divisorias”. Pero también “hay otras divisiones, no solo ‘religión versus secularización’, sino la clase, la educación (incluídos o excluidos); zonas rurales o urbanas”…

Poco conocimiento y contacto con mujeres islamistas

En este sentido valoró tres posibles opciones para las políticas de UE: una sería el “soporte exclusivo a las mujeres seculares que abogan por los derechos humanos”; ahí consideró que “se observaría como una política neo-colonial o una interferencia externa en las luchas democráticas por el poder”; una segunda opción sería el “apoyo a las mujeres islamistas”; aquí la dificultad estriba en la “falta de contactos y de conocimiento” que se tiene de ellas; también lo sería la “falta de voluntad política de la UE y del escaso interés por parte de las mujeres islámicas”.

La tercera posibilidad para Jünemann, sería promover el ‘gender mainstreaming’ (transversalidad de género en todas las políticas públicas) pero seguramente también “se consideraría neocolonial” o un concepto ‘occidental’, además que “la igualdad de género tiene un rango muy bajo en la Política Exterior Europea y dentro de la UE tampoco es muy proactiva esta política”, según sus palabras.

En definitiva, ahora mismo según esa investigadora, “estamos en el peor escenario: la UE tiene acuerdos con regímenes militares” (como el golpista Al Sisi en Egipto) y “las políticas de “género están subordinadas al interés de la alta política” en la región Mediterránea. “No estamos en la hora cero de las primavera árabes, pero gana el paradigma de seguridad”.

Organización de movimientos de derechos de mujeres transnacionales

“Qué hace sombra en las políticas europeas”, se preguntaba Jünemann: pues “la competición externa (China y las monarquías árabes del Golfo), la crisis financiera y las guerras civiles en la zona”. Y sus conclusiones no fueron muy alentadoras: “no habrá cambios sustanciales porque el género está en niveles muy bajos en la UE yhay poco margen de maniobra”. Lo que se puede hacer, finalizó es “que se organicen los movimientos de derechos de mujeres transnacionales y que se actúe desde la propia sociedad”.

AnnetteJünemann, ha sido investigadora del departamento de estudios de Oriente Medio en el Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad; también ha sido profesora asociada en la Universidad de las Fuerzas Armadas Alemanas de Múnich y en la Universidad de las Fuerzas Armadas Federales de Hamburgo. Y ha publicado, junto con Jakob Horst y Delf Rothe el libro ‘Relaciones Euro-Mediterráneas después de las Primavera Árabes. Persistencias en tiempos de cambio’ ’Relacions Euro-Mediterrànies després de les Primavera Àrabs. Persistències en temps de canvi.

En el ciclo ‘Interpretar el Mediterráneo hoy’, clausurado este 11 de Junio en el IEMed de Barcelona participaron también como ponentes la activista feminista argelina Salima Ghezali, la bloguera tunecina Lina Ben Mhenni y la profesora de la Universidad de Roma, Isabella Camera d’ Afflitto.

Han sido, 30 conferencias interuniversitarias desde el mes de septiembre de 2014 sobre historia, relaciones internacionales, interculturalidad, migraciones, literatura, lengua, política y retos sociales, entre otros temas vinculados al Mediterráneo. El ciclo se emmarcaba en el programa interuniversitario Aula Mediterránea Aula Mediterrània, que el IEMed co-organizaba con diversos Masters del Mundo Árabe e Islámico de las Universidades catalanas.

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