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Klaudia Reynicke dibuja en ’Reinas’ un autorretrato íntimo y político de la emigración

Viernes 6 de septiembre de 2024

La cineasta, que estrenó su película en Sundance y ganó en Generation KPlus de Berlín, acude a su propia biografía para contar una historia, política y al mismo tiempo muy íntima, de familia, de emigración y de memoria colectiva.

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Las dos niñas protagonistas de la película ’Reinas’. — BTeam Pictures

Madrid 05/09/2024 Begoña Público

Hija de la emigración, la cineasta suizo-peruana Klaudia Reynicke regresa a su país natal, Perú, más de treinta años después de abandonarlo junto a su madre. Entonces tenía diez años y estaba a punto de producirse el autogolpe de Estado de Fujimori. La situación social, económica y política era alarmante. "A medida que pasaba el tiempo y me hacía mayor, sentí un profundo anhelo de regresar a mi patria, pero no como una extraña o una turista. Necesitaba volver a conectarme con mis raíces".

Lo ha hecho con el rodaje de Reinas. Estrenada en el Festival de Sundance y ganadora del Gran Premio del Jurado a la mejor película de Generation Kplus en el Festival de Berlín, esta es una historia de despedidas, de familia, de identidad, de deseo de pertenecer, de viaje y de ausencia del padre con la que la cineasta explora la infancia y adolescencia y las cicatrices imborrables que deja la emigración. Política y al mismo tiempo íntima, Reinas es también una película de la memoria, de la personal y la colectiva, y de los ecos que tiene ésta en la vida de hoy.

Vídeo: REINAS

Coproducción entre Suiza, Perú y España, la película muestra a dos hermanas en los últimos días antes de abandonar el país para ir a vivir a EEUU y su reencuentro, justo en ese tiempo, con su padre ausente.

Esta película está ligada a su propia biografía.

Sí. Yo dejé Perú al final de los años 80 con mi madre. Ya la cosa estaba mal, todo lo que se ve en la película, los apagones, el toque de queda, las explosiones... todo eso es de mi infancia. Pero desgraciadamente el conflicto duró muchos años, unos 20. Cuando nosotras nos fuimos era el inicio de lo malo, que se volvió peor. El resto de la familia se fue casi en el 92 y 93, porque ya la situación era extrema.

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La cineasta suizo-peruana Klaudia Reynicke estrena ’Reinas’. — Sundance Institute

¿De la necesidad de regresar a las propias raíces es de donde sale esta película?

Sí, aunque no es exactamente lo que pensé cuando comencé el proyecto. Vi una foto que me gustó mucho con dos niñas y me vino este título, Reinas, y pensé que me gustaría crear una historia con dos hermanas. Tenía muchas ganas de contar una historia de una familia que ya no es una familia, pero que se vuelve una familia de nuevo antes de despedirse.

Y, por otra parte, viviendo fuera tantos años, tenía esta necesidad de reconectar con un país que no conocía muy bien. Yo siempre digo a todo el mundo que soy peruana, aunque también soy suiza, y me pregunto: ¿qué tanto peruana soy? Entonces tenía que regresar a Perú, pero no como turista. He vuelto, pero sabía que tenía que hacer algo con lo que pudiera colaborar con el país, con la gente.

¿Después de hacer ’Reinas’ se siente más peruana?

Pues, la verdad, es que han cambiado un montón de cosas. Ahora estoy regresando una vez por año a Perú. Y sí me siento más peruana. Me he mudado tantas veces en mi vida, por tres continentes, que ahora estoy muy feliz de poder tener este tipo de relación con Perú.

Aunque su historia es la de una emigrante de clase media, lejos de la realidad de emigrantes y refugiados que huyen de la pobreza o la guerra, ¿qué siente ante la tragedia de miles de personas que hoy tienen que abandonar sus países y no encuentran ayuda internacional?

Para mí era importante abordar este tema. He visto muchas películas sobre este tema, pero en casi todas se habla de lo complicado que es cuando llegas a otro país o cuando estás viajando. Siempre es complicado, pero es verdad que no es el mismo tipo de migración. Yo, por ejemplo, que era una familia de clase media, pude salir con mi familia de manera más privilegiada que mucha gente que al final se tuvo que quedar en Perú.

Hubo mucha gente que tuvo que resistir y tuvo que adaptarse. Y eso sucede todavía hoy en muchos países. La migración ocurre por razones muy claras, la ilegalidad en algunos países o la propia realidad de que hay países que se están volviendo cada vez más ricos y otros, cada vez más pobres. Deberíamos tener conciencia y estar abiertos a las personas que, desgraciadamente, no tienen nada, han perdido todo y tienen que irse. No es fácil irse.

En Reinas hay dos generaciones. Está el punto de vista de las niñas que muestra mis miedos de cuando yo era niña, que no eran los miedos que tenían los adultos. Decidí, con mi coguionista Diego Vega, abordarlo de una mera manera más psicológica. Los personajes tienen ya la fecha de partida, pero todavía no se han ido y tienen esas semanas en las cuales su mente ya está un poco en el futuro y un poco en el presente. Eso es algo que todo el mundo vive, ya sea por emigraciones o por un viaje o por lo que sea. Es importante hablar de este tema.

¿De dónde sale la figura de este padre, un tipo fantasioso que se inventa historias sobre él mismo todo el tiempo?

Este padre es un poco un reflejo de este país, de Perú. Él, como el país, no tiene las herramientas para ir adelante, no puede ofrecer eso. Es un padre que tiene muchos defectos, pero al que llegas a querer. Creo que la inspiración viene también un poco de mi padre, una persona que no estuvo tanto en mi vida, porque él se fue cuando yo tenía seis años y no lo volví a ver hasta los 18 años. Pero este padre de Reinas tiene una historia diferente, podría identificarse también con el tipo de hombre de la época.

Nosotros hemos escrito algo que conocemos y personajes que conocemos, queríamos una persona muy creativa y un poco mitómana, que se pudiera entender por las heridas tan grandes que le ha dejado este país y con ese tipo de machismo que desgraciadamente todavía existe. Un tipo de hombre que, si no puede, le da tanta vergüenza que baja la cabeza y desaparece. Creo que eso tiene mucho que ver con el machismo, con el sexismo…

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La actriz Susi Sánchez participa en ’Reinas’. — BTeam Pictures

La película habla de la memoria personal de una creadora y de la memoria colectiva de un país. ¿Siempre tuvo intención de hacer este retrato tan político de una película tan íntima?

Claro. La vida política está en nuestra vida diaria. No podemos simplemente ser apolíticos, eso no existe. La política es parte de la vida, de lo social, es parte de todo, es como comer. Por otro lado, era muy claro desde el principio que esta no era una película del terrorismo y de lo que pasó exactamente en esos años, era un retrato de una familia, pero durante la escritura tuvimos que encontrar un equilibrio con el contexto.

Esta película también podría suceder ahora, pero yo me fui de Perú en esos años y ese es el Perú que conozco. Si voy a hacer una película peruana, necesito que esté el Perú que yo he conocido. Es mi manera de contar un país que en realidad ya no existe de la misma manera. En este sentido, hemos tratado de dejar el contexto como un personaje. Pero es un personaje que acompaña y que tiene repercusiones sobre todo el resto.

La película primero salió en Sundance, en Estados Unidos, en enero, luego en Berlín, que son públicos muy diferentes, luego en Locarno y finalmente en Perú, donde fue la primera vez que vi la película con gente peruana real. Ha sido impactante ver que las reacciones internacionales han sido más o menos todas iguales, pero en Lima se sentía esa memoria social. Es tan fuerte lo que vivieron en esos años que la gente se acordaba al verlo en la pantalla y lo sentía, fue muy fuerte.

Y, sin embargo, ese retrato que hace de Lima, con el clasismo, el padre avergonzado de ser pobre… existe hoy en Europa.

En todo el mundo. Las cosas van a peor. Los ricos son cada vez más ricos y los pobres, más pobres. Cuando estábamos escribiendo la película, hice búsquedas políticas, sociales, sobre ese contexto en los 90, sobre la clase media peruana. Hoy esta clase existe menos y menos, es algo que está desapareciendo.

¿Cuándo se abandona el país en la infancia las cicatrices que quedan son distintas que las de los adultos?

Yo creo que sí y no, porque cuando eres chica tienes menos experiencia en la vida y es más fácil poder adaptarse a lo que viene, las esperanzas son más grandes. El miedo siempre va a estar porque dejas a tus amistades, dejas a tu familia, pero alguien te protege, tienes un padre, una madre o alguien que está contigo y tú estás bajo esa ala.

Es muy diferente vivirlo cuando eres un adolescente que ya tiene emociones y está creando un tipo de dependencia. Y aún peor cuando eres un adulto, porque un adulto desgraciadamente se va a dar cuenta de que las cosas no pueden salir exactamente como se espera. Una persona que se va para siempre de un país, aunque haya encontrado un trabajo en otro sitio, no tiene la menor idea de si va a estar bien, sobre todo si tiene hijos. Son personas que tienen una responsabilidad enorme, y eso también es uno de los temas que me interesaba mucho explorar.

Hay una referencia muy divertida en la película, cuando el padre dice que es actor, "el actor es un agente observador", que menciona a Roger Corman y a Boris Karloff, ¿esto de dónde surge y por qué estos nombres?

Todo eso ha sucedido en Perú, es verdad. Como el personaje de Carlos es muy creativo, nunca se va a saber si es o no verdad que fue parte de esos proyectos. Además, conoce algo de cine, ¡qué increíble! Y te preguntas: ¿quién es esta persona? Eso le da más color, en el sentido de que realmente no sabes quién es, pero te cae bien porque es culto.

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