Xarxa Feminista PV

Fuego al orden colonial

Miércoles 29 de julio de 2020

Desirée Bela-Lobedde 28-07-2020 Público

El 17 de julio un centenar de activistas antirracistas colgó una pancarta en la estatua a Cristóbal Colon, en Madrid. El lienzo rezaba "Fuego al orden colonial".

Fue una acción reivindicativa para señalar cómo la existencia de estatuas como la de Cristóbal Colón enfatizan el pasado colonial español. La existencia de este tipo de monumentos, y la misma fiesta nacional del 12 de octubre —cuya eliminación también se exige— son una muestra de cómo en el estado Español se sigue glorificando la Conquista. Esta glorificación se vive una nostalgia y una romantización. Y esa nostalgia impide dar espacio a repensar lo que realmente supuso la colonización para los territorios invadidos.

La colonización significó territorios expoliados. Significó genocidios sobre muchas comunidades. También fue el inicio la institución de la esclavitud y el tráfico transatlántico de personas. Desde Occidente y desde España en especial, se sigue considerando que España lo que hizo fue "civilizar" a las poblaciones de esos territorios. Pero no se habla de la violencia y la muerte, ni del borrado cultural e histórico que implicó.

Ciudadanas de segunda

A mí me resulta muy curiosa esta resistencia de una parte importante de la sociedad española, que percibe como un ultraje esta reivindicación antirracista y decolonial. Sin embargo, muchas de esas personas no cuestionan que haya que deshacerse de los símbolos franquistas que otrora ocupaban parte del espacio público —en forma de monumentos o nombrando calles—, y que ahora van desapareciendo progresivamente. La mayoría de la población reconoce que la dictadura franquista fue una etapa oscura de la historia española.

Paraa mí ahí es donde aparece la contradicción. Los símbolos franquistas deben desaparecer, ¿pero los símbolos colonialistas deben permanecer? Eso nos coloca a las personas procedentes de los territorios invadidos en la posición de siempre: ciudadanas de segunda.

Nuestras reivindicaciones son descartadas. Tenemos que oír una y otra vez que exageramos. La gente se lleva las manos a la cabeza cuando escucha nuestras reivindicaciones, como si fuesen una barbaridad.

Se necesita autocrítica

Con Conguitos también pasa. Se necesita autocrítica para aceptar otras perspectivas. Conguitos perpetúa la discriminación hacia las comunidades africanas y afrodescendientes. Las figuras de personajes que participaron en la colonización perpetúan la alabanza hacia episodios que, en vez de celebrarse, deberían reinterpretarse añadiendo la óptica de las víctimas. ¿Cómo, si no, vamos a entender lo que supusieron?

En otros países europeos la perspectiva va cambiando. El rey Felipe de Bélgica "su más profundo pesar por las heridas" abiertas durante el período colonial en el Congo, en una carta al presidente de la República Democrática del Congo. Esto sucedió a finales del pasado mes de junio. Es un acto simbólico que puede que no signifique mucho más, pero es más de lo que ha hecho España. Aquí parece que vamos a la contra, con partidos políticos que tienen a celebrar La Conquista en vez de condenarla por lo que fue y supuso.

Espero que llegue el día en que España lamente algo. Tal y como están las cosas, sé que soy ingenua. Sin embargo no pierdo la esperanza. Vivimos en un estado de tradición profundamente católica que se cree aconfesional. Yo voy a instalarme en el "a Dios rogando y con el mazo dando". Por eso, voy a seguir apoyando estas acciones. Me parecen necesarias para, por lo menos, poner a la gente a pensar en por qué se dan. Por tanto, mientras las calles sigan ocupadas por representaciones de la supremacía blanca sobre las comunidades racializadas, la reivindicación de fuego al orden colonial seguirá siendo necesaria.

Comentar esta breve

SPIP | esqueleto | | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0