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"Existe una doble moral que permite que las mujeres podamos recibir amenazas en las redes"

Domingo 17 de diciembre de 2017

Desde el ya clásico ’feminazi’ hasta amenazas de muerte e imágenes violentas. El precio que pagan muchas mujeres por hacer activismo feminista en Twitter sigue siendo muy alto. Cinco tuiteras cuentan a Público sus experiencias en redes sociales

madrid 15/12/2017 Sara Plaza Público

Barbijaputa, Anita Botwin, Andrea Momoitio, entre muchas otras, son feministas con miles de seguidores en Twitter. En sus cuentas predomina el activismo sobre cuestiones de género. Sin embargo, su presencia pública y mediática tiene un coste: el acoso constante por parte de cuentas machistas anónimas – y no tan anónimas - que cada día lanzan ataques, amenazas e imágenes pornográficas a estas mujeres.

"Lo que el acoso machista evidencia es el perfil de la víctima, es decir, de una mujer que se atreve a ser libre, a hacer uso de su cuerpo, de su opinión… sin miedo. Y que ante eso, la machacan, intentan amedrentarla, coartar su libertad", reflexiona Lola Pérez, @DoctoraGlas en Twitter.

Entre todas, la que más notoriedad tiene es Barbijaputa, con más de 280 mil seguidores en Twitter. Sus artículos en el diario.es y su tuits sobre feminismo la han convertido en el objetivo de miles de ’machitrolls’, que cada día lanzan amenazas de muerte y mensajes violentos. No es extraño, por tanto, que Barbijaputa no haya desvelado nunca su identidad y se sepa muy poco, o nada, de su vida.

Pero no es la única. Basta con ser mujer, tener unos pocos miles de seguidores y una presencia constante y activa en Twitter u otras redes sociales para convertirse en el blanco de este acoso. "Al comienzo sobre todo noté la lluvia de unfollows cada vez que ponía alguna reflexión feminista. Ahora noto más los insultos y el acoso, y muchas veces son bastante desagradables. Por desgracia, al final hasta te acostumbras y te endureces contra el machismo", cuenta a Público Ana Botwin, @AnitaBotwin en Twitter.

Esta columnista sufrió, junto con Andrea Momoitio y otras mujeres, una oleada de mensajes violentos y de amenazas de muerte durante un tiempo. "De repente, muchísimas cuentas distintas empezaron a colgar fotos de mujeres mutiladas, mujeres asesinadas y me decían que ese iba a ser mi destino", explica a este diario Andrea Momoitio, coordinadora de la revista feminista Pikara Magazine.

Para la periodista Cristina Fallarás - que no sólo ha sufrido las amenazas por parte de usuarios anónimos, también hace unos meses denunció las amenazas de muerte de un sector del Sindicato Unificado de Policías, el acoso no responde sólo al activismo feminista, sino que tiene que ver con que seas mujer y seas pública. A partir de ahí los ataques se sucederán e irán desde ’feminazi’, ’puta’ o ’malfollada’ hasta amenazas de muerte directas a sus hijos.

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