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Entrevista a Lula Gómez: "La libertad de los hombres se basa en la esclavitud de las mujeres"

Jueves 1ro de agosto de 2019

Las maneras de combatir al machismo son muchas, pero la de la realizadora Lula Gómez se sale. Ella hace justicia feminista lanzando al patriarcado boñigas. Sí, sí, ha leído bien. Esta argentina afincada en Barcelona ha encontrado en su serie de vídeos animados ’Eres una caca’ la mejor forma de denunciar un sistema que resulta nauseabundo y letal para las mujeres.

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Lula Gómez, autora de ’Eres una caca’.

madrid 29/07/2019 Nuria Coronado Sopeña Público

Ahora, para abrir los ojos a un mayor número de mujeres, ha trasformado sus sarcásticas cacas al formato libro. “Mis páginas son una invitación a pensar, a conocer nuestra historia y a cambiar nuestra vida y nuestro entorno”, dice la autora. Leer su texto es escuchar la voz de la conciencia de sus vídeos irónicos y de dar con las herramientas para que las mujeres, que somos más de la mitad de la población, desmontemos el chiringuito del machismo imperante y le gritemos, como en el título de su libro, aquello de : ¡Eres una caca! “Lo que he pretendido con esta obra llena de humor, con dibujos, reflexiones y datos es que que quien la lea pueda enfrentarse a su cuñado en la próxima cena familiar y dejarlo mirando a Cuenca”, resalta. “Pero sobre todo es una invitación a seguir estudiando y a seguir pensando juntas, como grupo, como clase consciente de nuestra opresión y de nuestra fuerza”, destaca esta mujer terremoto.

El humor en la estrategia feminista

Y para recorrer ese camino grupal y no dejarse avasallar por el enemigo de la desigualdad la escritora echa mano del sarcasmo y la ironía que le han acompañado desde que tiene uso de razón. “Desde niña he tenido al humor muy presente en mi día a día, es una de las cosas más importantes de mi vida. Soy una mujer que se toma ciertas cosas muy en serio, asumo la gravedad de muchos asuntos que considero importantes, pienso mucho, analizo constantemente, pregunto, cuestiono. El humor me ayuda a sobrellevar esa intensidad y a canalizar angustias y tristezas. No disfruto la pena, no me regodeo en el drama. Necesito reírme de mí misma y de casi todo en general. Pero además de ser una válvula de escape, el humor tiene la capacidad de hablar de cosas jodidas y de llegar a gente a la que ese mismo mensaje, expresado con seriedad, no llegaría. Desconcierta y baja barreras, se cuela entre las defensas de personas que mantienen cierta rigidez y en principio les hace reír y, con suerte, les hace pensar. El humor llega a las conciencias. Por eso, aunque los machitos del humor de toda la vida se ofendan, hay que elegir inteligentemente de quiénes nos reímos. El humor se hace de abajo hacia arriba, nos reímos del opresor y jamás del oprimido”, explica a Público.

¿Es el feminismo el que nos busca y nos encuentra o al revés? "El feminismo nos busca en las palabras y las acciones de las compañeras que ya lo comprendieron y que ya están en la lucha"

Yo creo que un poco de todo. El feminismo nos busca en las palabras y las acciones de las compañeras que ya lo comprendieron y que ya están en la lucha, y se empeñan en abrirnos los ojos a las que aún no hemos llegado a él. Y también lo buscamos aún sin saberlo, cuando nos rebelamos consciente o inconscientemente ante todo lo que nos impone el patriarcado a través del género por haber nacido mujeres.

Si no nos narramos con nuestra propia épica nos seguirán borrando de la Historia y del mundo. ¿El primer paso para el cambio es resignificarnos y tomar conciencia como mujeres?

Si no fuera tan importante para nuestra lucha el conocimiento de nuestra propia historia y de nuestras antecesoras, el sistema no se hubiera tomado el arduo trabajo de ocultarnos meticulosamente toda esa información. El feminismo tiene trescientos años de historia y no se menciona ni siquiera superficialmente en ninguna escuela primaria y en ningún instituto. Me atrevería a decir que sólo se estudia en carreras que se enfocan específicamente en el género. Es muy importante estudiar nuestra historia, saber qué han hecho nuestras compañeras durante todos estos años, para caminar con pasos firmes sabiendo que nos respalda una gran teoría desarrollada por mujeres brillantes, y también para saber que ellas han logrado cosas que en su momento parecían imposibles: es la mejor manera que tenemos de combatir la idea que nos imponen de que nuestra lucha es por una utopía irrealizable.

¿Es más dura la lucha como feminista en la esfera pública o en la privada o una sin la otra no se produce?

Esto depende de personalidades y de la buena o mala suerte de haber nacido en un ambiente hostil o no. En mi caso, en tiempos en los que aún no había llegado al marco teórico feminista, me alejé 10.000 kilómetros de mi entorno de origen, en el que no se esperaba mucho más de mí que fuera una aplicada ama de casa, y, como hacemos todas las inmigrantes, me inventé mi propia familia aquí. Pareja, hijo, amigas y amigos que más tarde o más temprano abrazaron el feminismo y siguen su propio camino de deconstrucción.

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Portada del libro.

Va quedando gente en el camino, pero personalmente no soy muy apegada. Y en cuanto a mi personalidad, tengo muy poca paciencia, por un lado, y una gran conciencia de la finitud y la muerte, así que no suelo perder tiempo en batallas infértiles. Todo esto para explicar que en mi propia esfera privada la vida feminista es deseada por todo mi entorno y es fácil llevarla a cabo. Pero, y vuelvo al comienzo, no es más que una cuestión de suerte y de algunas decisiones clave. Hay muchas compañeras, de todas las clases y edades, que sufren mucho en sus familias, en sus trabajos, en sus parejas. Es a ese empoderamiento, y no al del maquillaje, al que debe apuntar el feminismo: a llegar a esas mujeres y darles fuerzas para cambiar sus realidades, y ofrecerles contención y apoyo para que puedan conseguirlo.

Si no se hubiera convertido en la animadora friki que hoy es y que se atrevió a salir de la cueva del machismo ¿Quién cree que sería hoy?

Tengo el complejo de la mujer que quiere vivir todas las vidas. Sería cantante y viviría de gira. Pero también sería bióloga y viviría encerrada en un laboratorio. O astrofísica y viviría entre telescopios. Psicóloga, historiadora, jardinera, escultora, política, socióloga. Todas carreras que, o comencé, o soñé con realizar. Finalmente soy una friki animadora, que me encanta y adoro mi trabajo, pero la angustia de no poder ser todo lo demás me acompaña siempre. ¡Soy una neurótica de manual, vamos!

¿Lo de no tener que dar explicaciones es lo mejor de todo?

¡Claro que sí! Siempre he tenido un carácter fuerte y me ha importado poco lo que pensaran de mí, pero creo que con la edad incluso se reafirma esta actitud de no dar explicaciones en absoluto, de según frente a quiénes, no necesitar aprobación ni vivir disculpándonos. La edad y el feminismo nos hacen sentir fuertes y nos quitan de encima ese mandato nefasto de agradar, contener, explicar, tener paciencia. Mira tú, el patriarcado nos hace creer que acumular años y ser feministas nos hace menos interesantes, menos deseables, nos invalida. ¡Tenemos la misión de explicar a todas que en realidad sucede todo lo contrario!

Lo que el sistema espera de nosotras es más machismo…

"El género es la llave del candado que nos encierra en el ámbito doméstico y nos obliga a hacer un trabajo esclavo de por vida"

Lo que se espera de nosotras es el género. Recién hablábamos de complacer, agradar, pero también cuidar, alimentar, soportar, resignar, no pensar, no preguntar, no incomodar. Todo eso no tiene nada, pero absolutamente nada que ver con ser mujer. Ni la ropa, ni el maquillaje, ni la depilación, ni el pelo largo ni los tacones tienen estrictamente nada que ver con ser mujer. El género es la llave del candado que nos encierra en el ámbito doméstico y nos obliga a hacer un trabajo esclavo de por vida, que les permite a los hombres salir, estudiar, trabajar, inventar, descubrir, pensar, tocar música, pintar, viajar o irse de putas. La libertad de los hombres se basa en la esclavitud de las mujeres. Lo que se espera de nosotras es que seamos sirvientas o putas. Machismo en todo su esplendor.

Y, ¿qué hacemos con aquellas que no se sienten feministas ni nos necesitan porque creen que han llegado a todo por sí mismas?

¡Ay, querida, qué pena y qué rabia da! Explicarles hasta donde nuestra paciencia y salud mental nos lo permita. También tenemos que saber que, según la relación que tengamos con las personas, estarán más o menos dispuestas a escucharnos, y que es posible que el feminismo les llegue por otro lado, por otras personas ante las que son más permeables. No tenemos que cargarnos en la espalda la educación feminista de todas las mujeres de nuestro entorno. Si vemos que no nos escuchan, las esperamos con un abrazo para cuando lleguen por otro camino.

¿Es decir que frente a la veneración fálico-patriarcal hay que echarle ovarios?

¡Ovarios, úteros, vulvas empoderadas! Toda nuestra vida ocultando nuestros cuerpos poderosos que producen leche, que generan vida. Avergonzándonos de nuestras menstruaciones, de nuestros placeres. La conciencia de nuestros propios cuerpos también nos hace entender que tenemos unos súper poderes que no podemos permitir que nos vuelvan a arrebatar confinándolos a las sombras. . Todas hemos sido funcionales al patriarcado repitiendo sus mantras y por eso es tan difícil desarmarlo…

Justamente una de las maniobras más efectivas y siniestras del patriarcado es hacernos creer que no existe, que en realidad deseamos todo lo que nos oprime, que nos realizamos sometiéndonos, que es nuestra vocación servir eternamente a otros. Y en esa ceguera, en esa alienación, no solo repetimos mantras, sino que somos agentes perfectas del machismo. Juzgamos, señalamos, avergonzamos y hacemos sentir culpables a las mujeres que se salen de la norma, acatamos la orden de competir, envidiar y condenar a nuestras compañeras, nos creemos que no podemos trabajar juntas, que no podemos ser amigas. Porque estamos alienadas, como sucede en cualquier otra opresión. El feminismo nos abre los ojos.

En esa alienación educativa también pierden ellos…

Por supuesto que sí. El género es una mierda para todo el mundo. Es tarea de los hombres leer a teóricas feministas y hacer su propio trabajo de deconstrucción y revisión de lo que el género les impone, y de lo que no están dispuestos a seguir acatando. Las feministas ya les han hecho casi todo el curro, sólo tienen que querer aprender.

¿A qué sabe la libertad de dejar de agradar?

¡A gloria, querida! A ligereza, a perder kilos, a flotar. Sabe a felicidad, ¡te lo juro! Y si encima va acompañada de amigas feministas, de nuevos entornos sanos, tiempo recuperado para leer y aprender... ¡Es la fucking hostia!

¿El feminismo no es tal si no es abolicionista?

"El feminismo liberal es tan inocuo para el patriarcado, que puede ser encabezado por un líder de la derecha sin que al sistema le provoque la menor cosquilla"

Hay una fórmula que siempre propongo para invitar a pensar en qué es feminista y qué no, y no falla: Hay que preguntarse siempre a quién jode, a quién fastidia lo que proclamamos como feminista. Depilarme, maquillarme, hacerme fotos en culo, hacer twerking, planchar calzoncillos, el porno, la prostitución... ¿Hacen temblar al patriarcado? ¿Genera por lo menos una mínima grieta en los pilares del sistema? El feminismo en el que cualquier cosa que hace una mujer se considera feminista, es el que conviene al sistema. Es el feminismo liberal, que quiere legalizar, pero sobre todo normalizar la prostitución, el porno, los vientres de alquiler y un sin fin de supuestos empoderamientos sin sentido, y no hace más que cristalizar nuestra opresión que se basa en la sexualización y la mercantilización de nuestros cuerpos como objetos. El feminismo liberal es tan inocuo para el patriarcado, que puede ser encabezado por un líder de la derecha sin que al sistema le provoque la menor cosquilla.

Esto no quiere decir que no podamos ser feministas y depilarnos, o que si hacemos twerking nos quitan el carnet. Pero si de verdad quieres empoderarte, si quieres herramientas para luchar por tu libertad y la de tus compañeras de todo el mundo, es el feminismo radical es el que te las dará. El feminismo radical, abolicionista del género, el porno, la prostitución y los vientres de alquiler, es el que analiza nuestra opresión desde sus orígenes, y elabora teorías y estrategias para eliminarlo de raíz, por eso radical. Lo empoderante no es hacerte puta y cobrar más en un día que una empleada de McDonalds en un mes.

¿Qué es entonces lo empoderante?

Comprender por qué el patriarcado te está haciendo creer que ser puta es liberador, mientras se asegura un mercado de mujeres disponibles a toda hora para todos los hombres del mundo.

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