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“El sistema binario de género es un trauma histórico y colectivo”

Sábado 3 de junio de 2023

MAR GALLEGO 31/05/2023 Pikara

Andrea Speck ha sido reconocida en el Estado español como persona con género indeterminado. Aunque la sentencia pionera que lo posibilita solo alcanza a quienes vienen de países de la Unión Europea donde ya se ha reconocido la tercera opción, las personas no binarias con nacionalidad española ya están usando el documento legal para reclamar su reconocimiento civil.

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Andrea Speck posa con un cartel contra el binarismo de género. / Foto cedida por la entrevistada

Una sentencia pionera en el estado español reconoce la existencia de Andrea Speck (genderqueer) como persona de género indeterminado en el Registro de Extranjería. Que Speck ya tuviera este reconocimiento en su país de origen —Alemania — ha sido clave para reclamar la incorporación de una tercera opción administrativa a las ya existentes de hombre y mujer. A pesar de sus particularidades, la sentencia está movilizando varias acciones en pro del reconocimiento de las identidades no binarias que quedaron fuera de la ley trans.

Andrea Speck es activista trans nobinarie. Trabaja en formación y educación en no violencia, estrategias para el cambio social, género y justicia de género desde una perspectiva transfeminista y queer. También aborda el trauma y autocuidado en el activismo.

En primer lugar, Andrea, enhorabuena por el logro social que supone esta sentencia. Estamos hablando de un documento legal que reconoce existencias negadas por sistema. ¿Cómo es el día a día cuando esto no se produce y cómo te cambia la vida algo así?

En el día a día, cuando tengo que relacionarme con las Administraciones, me recuerdan que no existo. Casi siempre tienen esas casillas: hombre/mujer, masculino/femenino. No hay otra opción y es un campo obligatorio. Esto obviamente todavía no ha cambiado. Solamente en la prensa se ha dicho que se añadirá una tercera opción a los formularios del Registro de Extranjería pero no han comunicado cómo lo van a hacer ni a mi abogada ni a mí. Espero no tener que volver a los tribunales. Por otra parte, hay que pelearse con las otras Administraciones para que también lo hagan. La sentencia ha sido una victoria importante pero de una manera que abre una puerta para un grupo muy limitado de personas: las que venimos de países de la Unión Europea donde ya se nos ha reconocido la tercera opción. Para las personas con nacionalidad española todavía queda la lucha. Tener el privilegio de un pasaporte alemán con la x me ha abierto ciertas puertas, pero he sido muy consciente de que esto sucedía también para evitar problemas. No va a cambiar nada rápidamente porque todo el mundo está conectado de una manera binaria. El reconocimiento legal lo veo como un primer paso importante para decir que existimos. Si existimos legalmente tienen que buscar soluciones.

En la ruta crítica hasta conseguir este logro, ¿qué factores han sido claves para el reconocimiento y cuáles han supuesto una mayor traba?

Cuando empezamos, lo hicimos con dos líneas de argumentación. La primera fue el derecho a la identidad de género y la otra —y esta es con la que hemos ganado— la libre circulación dentro de la Unión Europea. Que el estado civil que tengo en Alemania tenga que ser reconocido. Esto implica que ya tengo derecho internacional. Mi estado civil de Alemania llegó conmigo a España y España no tiene nada que decidir al respecto. Ahora sí, la sentencia se vuelve de utilidad para las personas de nacionalidad española, pero bajo otras argumentaciones. Por ejemplo, la discriminación por nacionalidad.

Se me viene a la cabeza la importancia del reconocimiento de la nacionalidad en estos casos. ¿Qué relación existe para ti entre la estructura binaria y la existencia de las fronteras tal y como hoy las conocemos?

Es muy complejo. Para mí todo lo que tiene que ver con patriarcado, estado, frontera… tiene relación con el binarismo. Sin binarismo no hay patriarcado. También el racismo es muy importante en estos contextos. Todo está muy entrelazado y es muy difícil imaginar un mundo postpatriarcal con fronteras o cárceles. Con el sistema punitivo penal y todo esto. De alguna manera son distintas expresiones de este sistema patriarcal y capitalista.

¿Cómo es la situación en Alemania?

En Alemania esta tercera opción existe desde 2013, como resultado del movimiento intersexual que ha sido muy potente allí desde hace muchos años. Al inicio permitían solo dejar en blanco el campo sexo. Desde 2018 también existe la opción “diverso” como resultado de la acción de una persona intersex que fue al Constitucional diciendo “yo sí tengo sexo, no es binario”. Entonces tuvieron que añadir esa tercera opción ya positiva. Lo interesante de esa sentencia es que el Constitucional dijo ¿existe la opción de eliminar el campo sexo del registro civil? El Gobierno no lo hizo. Cree que es demasiado radical, pero constitucionalmente se daba esta alternativa y además se especificó claramente que, si se mantenía este campo sin género, tenía que existir una opción positiva para las personas intersexuales. Ahora están intentando limitar bastante esa tercera opción. Se está debatiendo una ley de autodeterminación con todos los problemas que hemos visto ya en el debate de la ley trans aquí en España. Espero que, cuando esta salga, las personas no binarias lo tengamos más fácil a la hora de optar por la tercera opción. Somos muy pocas las que hemos conseguido una x en el pasaporte.

Estamos hablando de que Interior añada una tercera casilla a las opciones hombre/mujer. Que en la casilla puedas señalar que eres de género indeterminado, x o —según la sentencia— una expresión equivalente. ¿Qué opción sería desde tu punto de vista más deseable desde la justicia social?

Yo me siento bien con el indeterminado porque significa que en el Registro Civil se había dejado el campo en blanco. En el certificado de nacimiento no tengo nada en el campo sexo. Es una opción que a mí me gusta. No quiero definirme en este asunto para el Estado. Solo van a ser tres casillas en lo referente al género por lo que hay que buscar un término paraguas para todas las identidades que no sean las de hombre o mujer: puede ser “indeterminado”, puede ser “diverso”, puede ser “no binario”. A mí me da bastante igual aunque la opción más utópica es la de eliminar este campo por completo del Registro de Extranjería y el Civil. Dudo mucho que esto se llegue a hacer.

¿Cómo recibiste lo que sucedió con la ley trans? ¿Qué argumentos sociales hay, según tu punto de vista, al fondo del no reconocimiento de las identidades no binarias en la ley?

Hicieron el primer estudio sobre las realidades de las personas no binarias. Esto fue importante pero nos quedamos fuera de ley. Irene Montero se disculpó tras la aprobación pero, vale, ¿qué han hecho por nuestro reconocimiento? Tengo mucho más enfado con alguna parte del movimiento trans que nos han abandonado porque ya tienen su ley. Es un movimiento trans bastante binario. Ya no hablan de la ley trans, solamente están celebrando que ya hay ley. Esto sí me duele. Por otra parte, estuvo el documento del PSOE y Carmen Calvo que fue bastante tránsfobo y puso al activismo queer como nuevo enemigo del feminismo. ¿Habéis realmente leído la teoría queer? Yo entiendo que muchas mujeres de este feminismo de los 80 y algo hayan construido su identidad sobre el hecho biológico de ser mujer pero también hay privilegios. Me refiero al feminismo institucional porque en el feminismo de la calle, que es el que conozco más, veo mucha menos transfobia. Desde lo institucional hay una lucha por la hegemonía del movimiento feminista y las mujeres trans, junto a las personas no binarias, somos de una manera utilizadas en esta lucha. Les da igual cómo nos sentimos y lo que nos pasa.

Has hablado antes de un movimiento trans binario…

Sí, claro. La ley trans no nos menciona en ninguna parte a las personas no binarias. Es una ley que ha conseguido la despatologización y, en la práctica, es una ley que sí recoge la autodeterminación de género, pero en términos binarios. Para el movimiento trans no binario la lucha posiblemente va a tener que darse en los tribunales.

Hubo un bum de lo queer en movimientos feministas y transfeministas con todo lo que eso suponía para la incorporación de tantas identidades que no encajaban en los binarismos. Sin embargo, en los últimos años, lo queer ha recibido muchas críticas y ha pasado a ser algo casi residual. ¿Qué ha pasado?

Sí, yo no lo veo mucho tampoco en España. Hay una crítica que viene de que “queer” es un término anglosajón y tiene su origen en esta cultura y es verdad, ¿no? Que los textos de las teorías queer son en gran parte del mundo anglosajón y, bueno, realmente también de Francia. Esto lleva a preguntar cómo aplicarlo en el contexto español o cómo aplicarlo en América Latina donde los contextos son otros. También es difícil hablar de una teoría queer. Es un conjunto de teorías con muchas contradicciones también. Claro, ahora se habla mucho de lo no binario y para mí que me nombro como gendqueer es un poco descafeinado porque esta referencia a la teoría queer es para mí, aparte de resistencia al sistema patriarcal binario de género, a los procesos de construcción de normas: cómo tenemos que ser no solamente respecto al género. Creo que ahora se usa mucho más no binario que queer o genderqueer y esto es un poco una despolitización también tipo “vale… Encajamos… Existimos en una tercera casilla”, pero realmente se puede acomodar en este sistema de género y yo no quiero esto realmente. Veo esa tercera opción, lo queer y lo no binario como abrir grietas en este sistema de género para destruirlo y esto conlleva un largo camino. Para mí, de esto habla la teoría queer y no solamente del aspecto género, sino de cómo se construyen normas y exclusiones. Esto nos hace cuestionarnos tanto que exige mucho y para muchas personas es demasiado. Es replantearte todo el tiempo quién eres, cómo funciona la sociedad, cómo también participamos en reconstruir la marginación de otras personas… Nadie está libre de esto.

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Andrea Speck y amigues con una pancarta. / Foto cedida por la entrevistada

Eres superviviente de trauma complejo. En un artículo donde abordas tu propia historia, dices que casi todas las personas no binarias que conoces más de cerca están luchando con su propio trauma complejo. Te preguntas “¿es casualidad que casi todas las personas no binarias de mi entorno tengan trauma complejo, aunque a ninguna de ellas las conozco de un contexto terapéutico?”. ¿Qué es un trauma complejo y cómo te respondes esa pregunta si es que has llegado a hacerlo?

El trauma complejo o trauma del desarrollo viene de muchos años de no tener apoyo emocional, de mucho abandono emocional ya desde la infancia. Quizás no hay un evento supergrave de violencia, pero están las pequeñas cosas todo el tiempo: que no te ven, que no te entienden, que no te apoyan. Esto lleva a un trauma complejo no solamente a personas no binarias ya que, por lo general, hay mucho daño emocional en el ámbito familiar. El trauma complejo trae problemas de confianza, de autoestima, dificultad a la hora de establecer relaciones, sentimientos de culpabilidad por la sensación de que no consigues nada. No te sientes queride y, claro, en las personas trans en general o no binarias en particular se añade a todo esto el tema del género desde temprano. Posiblemente aumenta el sentimiento de no sentirte queride no solo en la familia sino también en el instituto o en el colegio y esto hace mucho más probable el que se tenga un trauma complejo. Hay investigaciones que hablan sobre niños, niñas, niñes no conformes con el género que tienen peores relaciones con lo padres, más probabilidad de sufrir abusos psicológicos, físico o sexual. Hablamos mucho de educación en igualdad y de romper los roles de género en la educación pero las investigaciones nos dicen que, aunque sea de manera inconsciente, progenitores reproducen estos estereotipos de género y las personas trans y no binarias nos quedamos muy fuera.

El reconocimiento de los traumas y las violencias que reciben las personas no binarias implica reconocer que el binarismo es una norma violenta.

Claro y violenta para todas las personas, hasta para las no binarias. Esto me parece importante decirlo. Nosotras las personas trans, las personas no binarias o las no conformes con el género sufrimos más, pero también los hombres cis sufren violencia en su socialización. Yo momento fui leído como chico y para mí ha sido psicológicamente superviolento. El libro Gender trauma. Healing cultural, social, and historical gendered trauma, de Alex lantaffi, habla del sistema binario de género o cisgénero como trauma colectivo y trauma histórico para toda la sociedad. Cuando vemos al patriarcado como reproductor de traumas todo el tiempo, también vemos que esto tiene consecuencias en todas las estrategias de cambio. Hablar de educación se queda muy corto en este sentido. Voy a hacer una comparación difícil. España nunca ha superado la Guerra Civil y la dictadura porque no ha habido un proceso que aborde este trauma colectivo. En otros países no ha sido así: han hecho, por ejemplo, comisiones de la verdad. Nada es perfecto pero han trabajado su trauma colectivo. El cispatriarcado o sistema binario de género es un trauma histórico y colectivo. Necesitamos procesos de sanación desde la colectividad. Eso no significa que cada persona tenga que buscarse a una psicóloga. Va de preguntarnos cómo trabajamos este trauma que llevamos cis, trans y no binaries de manera colectiva.

Varias voces se están acercando al hecho de que nuestros espacios seguros o aquellos que intentan generar relato y cuerpo para sobrevivir al sistema-norma, a pesar de recibir en sus espacios a personas que cargan con bastante violencia y trauma, siguen reproduciendo inercias binómicas, bélicas, patriarcales. ¿Qué consideras que podría servirnos en este sanar colectivo? ¿Cuáles serían las principales trabas?

Para mí es importante que reconozcamos el trauma. En el feminismo o el transfeminismo hablamos poco de los traumas que llevamos por ser trans, mujer cis, lesbiana… Es necesario que reconozcamos primero la presencia del trauma y el hecho de que hay que sanarlo de manera colectiva y crear espacios donde podamos hacerlo. El feminismo de los 70, 80 tenía muchos más focos de concienciación y de apoyo mutuo que se han perdido. Se trata de trabajar opresiones, no solamente de manera teórica y política, sino también a nivel emocional. Otro problema es que toda la parte masculina se queda fuera y, claro, si realmente queremos sanar el trauma de manera colectiva se hace necesario incluir el trauma que llevan muchos hombres cis. Para llegar a esto también deben reconocer su participación en la violencia a nivel individual y colectivo. Esto es lo que han hecho algunas comisiones de la verdad. También cuestionar el binarismo de “nosotras las víctimas” y reconocer que también hemos ejercido violencia en relaciones, colectivos, etc. No es tan fácil hablar de ello pero estos binarismos nunca existen casi. En el trabajo político nos enfocamos en los resultados y perdemos el proceso y los cuidados. Esto no significa que un colectivo tenga que ir a terapia, se trata de ver qué pasa con la gente después de una asamblea: ¿qué necesitas?, ¿cómo estás?, ¿cómo podemos apoyarte?

¿Cuáles son, según tu mirada, las sabidurías en lo referente a tus vivencias como genderqueer que pueden rescatarse para la construcción de nuevas narrativas y realidades vitales?

Cuando vives como persona genderqueer nobinaria en este mundo binario te das cuenta de muchas micro opresiones todo el tiempo. Te quedas fuera del mundo. En este último año en el que estuve luchando mucho con el estrés postraumático por temas de abusos en la infancia, el apoyo mutuo entre personas no binarias y poder hablar con ellas de esto me ha ayudado un montón. También confiar, que es difícil cuando tienes trauma complejo, en esas redes de apoyo porque muchas personas no tenemos familia. Me quedo con esta idea de que necesitamos de cuidados que no solamente vengan del ámbito familiar y que se basen en el afecto desde lo voluntario, no desde la sangre.

¿Qué alianzas están encontrando en esto de abrir brechas en un mundo binario?

El apoyo del movimiento transfeminista está claro. Por parte del movimiento LGBTIQ… Vale, normalmente solamente se dice LBGTI [ríe], esto ya me dice algo. La Q y la A, que son las dos letras con las que yo me identifico, se quedan muy fuera. Sí, hay algo de apoyo de los colectivos LGBTI pero tampoco creo que lo entiendan mucho. En parte del feminismo sí veo bastante apoyo. En Sevilla, la Asamblea Feminista Unitaria y otros colectivos de feminismo migrante como Mujeres supervivientes sí nos están apoyando. Algunos colectivos de derechos humanos, también. Por otra parte, las personas trans más jóvenes son más no binarias que transbinarias, pero estas no son quienes está en las grandes organizaciones.

¿Qué repercusión ha tenido la sentencia y qué acciones ha desencadenado?

Yo no me esperaba tanta repercusión y tanto interés mediático. Ha sido un poco “¡guau!” y también estresante. Poner la cara ha sido dar visibilidad a las realidades no binarias. No sé si antes hemos tenido tanta visibilidad en los medios mainstream en el Estado español. Al menos la gente sabe que existimos. De otro lado, sé que en Madrid la Asociación No Binaries España ya ha presentado solicitud en el Registro Civil. En Sevilla, mi abogada tiene a más personas en su despacho que también lo quieren hacer. Hay gente de nacionalidad española que se está animando a seguir el mismo camino y es un poco también la idea de la campaña que hemos iniciado, ¡Tercera opción ya!: animar a mucha gente no binaria a solicitar el cambio registral de sexo por “indeterminado”, “no binario”… Ir por los tribunales porque la vía parlamentaria nos ha dejado fuera y quizás la presión en tribunales, aunque implique un camino muy largo, pueda activar la vía parlamentaria porque vean que ya no nos callamos. Lo importante es que esta vez el liderazgo lo tenemos las personas no binarias. Que no nos dejamos representar por otras personas.

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Cartel de la campaña Tercera opción ya.

Por mi parte, Andrea, eso sería todo. ¿Hay algo que quieras decir que no te haya preguntado?

Siempre hablamos de no binario que es un término paraguas y hay tantas identidades diversas debajo del paraguas… Por ejemplo, hay personas de género fluido que están fluyendo entre no sé cuántas opciones, es que depende de la persona. ¿Cómo gestionamos esta fluidez en este sistema de sexo binario? Las personas de género fluido, por ejemplo, no resultan legibles en muchos ámbitos. Su identidad no es fija, no lo es. También es importante registrar a la población migrante que viene de otras culturas con otras identidades que podemos poner debajo del paraguas no binario. Pero realmente esta es una palabra moderna que tampoco refleja a esas identidades tradicionales no binarias.

El sistema binario también es eso, ¿no? Como una tumba fija en vida que no transita, no cambia, no es orgánica…

Claro, pasa como con el movimiento queer que es una no identidad que ya se está cuestionando a sí misma todo el rato. También está la gente que cambia de término. Cambiar el cómo te identificas es habitual. Cuando ya te sales de ese esquema fijo, te armas otro mundo. Justo hoy he mirado la investigación del año pasado sobre personas no binarias y sus orientaciones sexuales son muy distintas: solamente un por ciento se define como heterosexual y un diez por ciento como asexual. La alosexualidad es una norma superfuerte y no me sorprende que en las personas no binarias haya muchas más personas asexuales que en lo general. Cuando empiezas a cuestionar una cosa tan básica en esta sociedad como es el sistema binario de género, no te quedas en eso. Esto es lo radical para mí de lo queer, de lo no binario, de lo genderqueer… Empiezas en un punto y te cuestionas muchas otras cosas.

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