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El recurso de emergencia habilitado por el Ayuntamiento de Madrid para la Cañada Real cierra en 24 horas

Lunes 11 de enero de 2021

Las familias damnificadas por los 101 días sin luz habían avisado de que este recurso no funcionaría, ya que no quieren abandonar sus casas. Y como en una crónica de un fracaso anunciado, el centro no disponía de gasóleo suficiente para el generador que debía calefactar el recinto.

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Anochecer en La Cañada Real tras la nevada del 7 de enero de 2021. Bruno Thevenin

Pablo ’Pampa’ Sainz 11-01-2021 El Salto

Eran las dos de la madrugada del domingo 10 de enero cuando el Ayuntamiento de Madrid decidió cerrar con llave el centro de emergencia habilitado en la Cañada Real y trasladar a otros recursos a las únicas cuatro personas que se habían acercado al centro de emergencia montado el viernes en la antigua fábrica de muebles ubicada en el sector 6 de la propia Cañada Real Galiana. Se trataba de una mujer con su bebé y dos hombres.

Las autoridades municipales estaban advertidas: no se había contado con la opinión de las familias damnificadas y el dispositivo, montado deprisa y sin escuchar al tejido social, estaba abocado al naufragio. Lo que nadie esperaba es que, literalmente, se tardara más tiempo entre el anuncio de la apertura y su puesta en funcionamiento, que en abrirlo y volverlo a cerrar.

“La fábrica la cerraron ayer porque nadie de los vecinos ha querido acudir a ella. ¿Quién quiere, teniendo su casa, meterse ahí simplemente porque hayan puesto un grupo electrógeno para el calor, dormir en una camilla y con un montón de gente, sin privacidad, sin tu cuarto de baño? Estaba claro”, afirma Cristina Pozas, vecina del sector 5 e integrante de la Comisión por la Luz para la Cañada Real.

En ese sentido, Lubna, habitante del sector 6 ratifica que “ha cerrado porque no ha habido casi ningún ingreso en el albergue, solo el de una familia. Se supone que era para 400 personas y solamente había una”. Se refiere a la única familia que se acercó al centro en la noche del viernes y que habría sido trasladada al Centro de Apoyo a Familias (CAF-1) en el centro de Madrid.

“El albergue que lo pongan en la parte que sea adecuada para gente que está en situación de calle y se está quedando congelada”, afirma Lubna. “En ningún momento han consultado con nosotros que iban a poner un albergue, porque si no le hubiéramos dicho que no. Los vecinos y yo misma pensamos que tenemos nuestros hogares, no vivimos en la calle. Tenemos camas, tenemos mantas, lo que queremos es suministro de luz, y el albergue que lo pongan en la parte que sea adecuado para gente que está en situación de calle y se está quedando congelada”, agrega.

Generador sin gasóleo suficiente

Al parecer, la medida de cierre no solo se adoptó por el evidente fracaso en asistencia de personas: a esa hora la calefacción estaba dejando de funcionar porque el generador ya no tenía gasóleo. Nadie entiende en la Cañada que sabiendo las consecuencias de incomunicación que ocasionaría el temporal de nieve, el Ayuntamiento no hubiera previsto tener una cisterna para alimentar el generador durante varios días.

Tomada la decisión, las cuatro personas que estaban utilizando el recurso fueron llevadas a Madrid junto al personal contratado por la organización Accem, responsable de la gestión del recurso inaugurado en la noche del viernes y cerrado apenas 24 horas más tarde.

El mayor desatino, según este medio pudo confirmar, es que la madre con su bebé fue dejada en la central del Samur Social en la calle Carrera de San Francisco y, al no haber recursos disponibles para ella, se vio obligada a pasar la noche allí sentada en una butaca con su hijo en brazos. En la mañana del domingo se le asignó plaza en un recurso.

“Nos han quitado el suministro eléctrico y nos quieren dar a cambio bombonas de gas. ¿Se están riendo de nosotras o cómo es?”, se pregunta Lubna sobre el reparto de estufas anunciado por Naturgy y el Ayuntamiento

Acuerdo con Naturgy

Para este lunes, el Ayuntamiento y la empresa Naturgy, responsable del suministro del servicio eléctrico que lleva cortado desde hace 101 días, han anunciado que entregarán 100 estufas de gas y 120 bombonas de butano para las familias de los sectores afectados. “Cuando he pasado el mensaje muchos vecinos me han dicho ‘que se la metan por donde les guste a ellos’ ¿Las propias personas que son causantes del problema nos van a traer bombonas ahora? ¡Se les ocurre cada cosa!”, exclama Pozas.

“Nos han quitado el suministro eléctrico y nos quieren dar a cambio bombonas de gas. ¿Se están riendo de nosotras o cómo es?”, se pregunta Lubna sobre el reparto de estufas anunciado por Naturgy y el Ayuntamiento.

Todo parece indicar que esta nueva medida va también está abocada al fracaso. “Lo del reparto de bombonas no va a ocurrir —vaticina Lubna— porque no vamos a aceptar nada que venga de la Comunidad de Madrid o de Naturgy, ellos nos han quitado el suministro eléctrico y nos quieren dar a cambio bombonas de gas. ¿Se están riendo de nosotras o cómo es?”, se pregunta.

También ha causado enojo que Naturgy difundiera en los medios de comunicación su intención de poner a disposición de las familias afectadas por el corte del suministro eléctrico, 110 habitaciones en un centro que tiene la empresa en la localidad del Tiemblo, en la provincia de Ávila. “¿Más lejos no nos pueden llevar?”, dicen las vecinas entre risas e indignación.

“El alojamiento es una opción incorrecta. Te vuelvo a decir, no somos gente de la calle, sino personas con su propia casa y yo no voy a dejar mi hogar por ir a un albergue. Yo necesito luz para poder calentarme. Me queda un poco de leña para estos días, estamos aislados, abandonados a nuestra suerte, apoyándonos entre los vecinos”, describe sobre cómo están siendo estas horas.

“Se quieren lavar la manos porque saben que puede morir alguien. Esto no es una expresión de lo mal que lo estamos pasando, puede morir alguien”, afirma Pozas

Cristinas Pozas confiesa que están “alucinando” con la propuesta. “El miércoles los niños empiezan el cole y van andando, los llevan los papás o las mamás o a lo mejor de una parcela un papá lleva a los 17 niños de esa parcela, esto es un barrio. Insisto, no nos pueden obligar a traslados forzosos, solo queremos luz y proponen llevarnos al Tiemblo ¿A coger castañas? Los niños tienen cole, los médicos los tenemos aquí”, explica.

En las últimas horas el gasóleo, la leña y las bombonas de gas empiezan a escasear con la misma rapidez con que se ha acumulado la nieve. “Estamos atrapadas en las casas porque la carretera está bloqueada. La situación es muy crítica la verdad. Desde que nos han cortado el suministro ha hecho frío, pero esto de hoy es horrible”, detalla Lubna en una comunicación mantenida a las 21.30h del domingo.

Cuentan ambas portavoces que el domingo las familias han hecho un esfuerzo ingente de apoyo mutuo para liberar el frente de las casas y brechas con sus palas en las calles, al menos para que algunos puedan salir a las gasolineras cercanas a comprar bombonas de gas. Según señalan, con el temporal las bombonas han estado funcionando sin parar y si antes duraban varios días esta vez en 48 horas se han agotado. El problema es que en aquellos lugares a donde pueden acceder, las bombonas ya están agotadas.

“Pensamos que es una estrategia premeditada, y en eso los planes urbanísticos tienen mucho que ver con lo que nos está pasando”, denuncia Cristina Pozas, vecina del sector 5

“Se quieren lavar la manos porque saben que puede morir alguien. Esto no es una expresión de lo mal que lo estamos pasando, puede morir alguien”, afirma Pozas.

“Esta mañana el comisionado de la Comunidad de Madrid me llamó expresamente para decirme que iba a venir una pala para quitarnos la nieve, que empezaba por el sector 2 y terminaría por el 5, que en el 6 ya estaba retirada, y aquí no ha pasado nadie”, relata Pozas. Lubna, sin embargo, aclara que en su sector “ha pasado una excavadora, pero lo que ha hecho es abrir el camino a los bomberos para subir a la fábrica de muebles y sacar algo de ahí, pero el resto de la Cañada lo han dejado tal cual”.

Lo rocambolesco, al parecer, es que en el sector 5 sí ha llegado una excavadora “pero ha limpiado solo la entrada de la carretera de Valencia para sacar la barricada de nieve y hielo que nos había dejado la máquina de Amexco (Asociación de Excavadoras y Transportistas de la Comunidad de Madrid) al limpiar el sector 6 y que era imposible quitar con nuestras palas”, describe Pozas y aclara que la única ayuda ha sido la de “un vecino de Rivas que se acercó con su 4x4, el sábado 7 chavales con palas preguntando ¿Dónde ayudamos?”.

Tanto Pozas como Lubda entienden que se están viviendo horas determinantes. “Como tienen el juego entre Naturgy y la Comunidad, como entre los dos están haciendo este crimen, se lavan las manos diciendo ‘yo colaboré con lo que pude’”, acusa la vecina del sector 5 y asegura que “puede morir alguien. Esto no es una expresión de lo mal que lo estamos pasando. Si hay temperaturas de -12 grados y hay gente anciana que ya de por sí no tienen reservas, si duermen con estufa se pueden intoxicar, si duermen sin estufa se pueden congelar”.

“Pensamos que es una estrategia premeditada, y en eso los planes urbanísticos tienen mucho que ver con lo que nos está pasando”, denuncia Cristina Pozas, vecina del sector 5.

Sobre las causas de todo lo que está ocurriendo, las vecinas piensan que no hay nada casual. “Pensamos que es una estrategia premeditada en la que interviene el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad y Naturgy, y en eso los planes urbanísticos tienen mucho que ver con lo que nos está pasando, que es parecido a lo que ocurrió en 2011 cuando vinieron a derribar la primera vivienda y hubo tal resistencia de los vecinos que no pudieron continuar. Fue tal el escándalo que no pudieron. Ahora la intención es exactamente la misma, solo que diferente estrategia”, concluye Pozas.

Este lunes se cumplen 101 días desde que el pasado 2 de octubre el sector 6 de la Cañada Real se quedara sin suministro eléctrico. Las vecinas, especialmente un grupo de mujeres ya conocidas como las líderes han cumplido un rol fundamental para sacar el drama humano y traerlo al mismo centro de la ciudad e impedir que quede oculto en la periferia. Toca a las autoridades, de cualquier administración, escuchar y hacer, sobre todo escuchar, para no hacer en vano.

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