Xarxa Feminista PV

El ataque de los loros es letal

Miércoles 8 de febrero de 2023

Cristina Fallarás 7 febrero 2023 Público

"Si subes los impuestos a las grandes empresas se irán de España", repiten. "Los bancos son un servicio público", repiten. "Quienes votan a VOX vienen de la izquierda", repiten. "La Ley del Solo Sí es Sí está sacando a cientos de violadores a la calle", repiten. Como loros repiten frases huecas, mentiras, simplezas que llamarían a risa si no fuera porque prenden entre la población, calan y crean opinión pública. Sucede en las televisiones, las radios, los periódicos, las redes, las cenas familiares. Nadie quiere entender, se renuncia a pensar, se difunden mentiras. Se repiten una y otra vez frases inmundas que alguien ha echado a rodar, y no inocentemente.

Lo que estamos viviendo estos días con la modificación de la Ley del Ministerio de Igualdad es un ejemplo palmario de lo anterior. Razonar se ha convertido en un acto de masoquismo. Nadie quiere saber la verdad, lo que está sucediendo ni lo que sucederá. Da igual que la modificación propuesta por el PSOE no vaya a cambiar las revisiones de condenas. Nadie va a atender tampoco al hecho de que las penas máximas no se han tocado, que las rebajas se dan en las condenas mínimas, y en su mayoría se trata de meses. Las filas socialistas admiten volver a los asuntos de la violencia y la intimidación como si no supusiera una vuelta atrás y una puñalada en el corazón de la Ley. Porque les interesa, y solo por eso. Pero no porque les interesa de cara al bien común, sino para no perder votos, o para ganarlos, quién sabe cómo funcionan esas pestilentes maquinarias en el interior de los partidos.

Si intentas debatir con ellos, con ellas, estos o cualquier otro punto, te darás con la crisma contra el muro llamado "alarma social". O lo que es peor, contra el dique del argumentario de turno. Detesto los argumentarios. Me asquea cómo han convertido esta sociedad en una bandada de loros que cada día suelta su cháchara sin fruto ni descanso.

Se trata de un mecanismo endemoniado, insultantemente simple y evidentemente eficaz. Un partido decide que la idea X le va a dar votos. Los voceros que tiene sembrados por los medios de comunicación repiten la idea X desde el punto de la mañana hasta la madrugada. La idea X consiste en una sola frase, lo más pueril posible. Por ejemplo, "Madrid es la tierra de la libertad". Por ejemplo, "Montero es la mejor aliada de los violadores". Me pregunto cómo hemos llegado a tal punto de no-pensamiento en este país. ¿Dónde quedó el pensamiento crítico? Probablemente se lo comió el dinero.

Sin embargo, el feminismo parecía horadar el muro de las idioteces, proponer nuevas visiones de la realidad, otras formas posibles de habitar este mundo. Y lo hace, sin duda. Por eso me cuesta tanto entender que, desde el socialismo, algunas compañeras se traguen este último sapo. Me cuesta admitir que repitan consignas, que comulguen con el argumentario de turno.

Quizás se trata de eso. Ya pasó con la Ley Trans y toda aquella basura de que una mujer trans se te iba a meter en el baño para violarte. Pocas ideas X tan burdas como esa, y mira tú por dónde, caló entre ciertos sectores que se llaman feministas. Quizás se trata de partir en dos un movimiento político, revolucionario, solidario y anticapitalista, el feminismo. Qué miedo hemos llegado a dar, y en cuántos frentes. Pero si lo consiguen, si abandonamos la disensión y el pensamiento crítico, si asumimos la economía del voto, habremos perdido toda capacidad transformadora. Eso les interesa a quienes echan a rodar las consignas que los loros machacan y machacan. Su vaciarlo todo de verdad, de raciocinio, el ataque de los loros contra la inteligencia, está resultando letal.

Ahí está la trampa. Solo espero que la lucha de aquellas que nos preceden nos merezca el respeto suficiente como para no traicionar aquello que somos: lucha, cambio, revolución, protesta, imaginación. Y obstinación también, claro que sí.

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