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El Salvador: Los sacrificios detrás de cada puntada

Miércoles 10 de agosto de 2022

Las fábricas textiles salvadoreñas representan una fuente de empleo formal para la población, pero en cada maquila las mujeres sacrifican parte de su vida para obtener su salario.

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Bordadora a domicilio (El Salvador). (CC BY-SA)

Asociación Mujeres Transformando El Salvador 3 AGO 2022 El Salto

En cada puntada se esconde una historia de vida que muchas veces esconde cansancio, humillaciones y sacrificios; situaciones en donde la vida no está en el centro y en su mayoría son mujeres y niñas las que están detrás de las puntadas e hilos de nuestras prendas.

El año 2021 fue un año de crisis, que tuvo como epicentro la pandemia del COVID 19, que sigue ocasionando daños profundos a la vida de los pueblos, recrudeciendo la situación de las mujeres, de las personas de la tercera edad y de la niñez.

El 2022 no augura mejoras sustanciales, al sumar a esta ya delicada situación, una guerra entre Rusia y Ucrania que ha desencadenado una escalada inflacionaria en los precios de los alimentos y de los bienes de consumo básico, que está reforzando las tendencias a la desigualdad, al empobrecimiento y a la violencia en contra las mujeres.

En nuestra región mesoamericana además nos afecta directamente, después de las tres décadas de gobiernos neoliberales y extractivistas donde los pueblos hemos perdido nuestra soberanía alimentaria y nos hemos vuelto dependientes de las importaciones de alimentos e insumos agrícolas e industriales que provienen de otras regiones del mundo, las cuales se han visto interrumpidas y/o encarecidas debido a estas crisis y guerras, responsabilidad directa de un sistema económico, social y político mundial que está orientado hacia las ganancias de una minoría a costa de la destrucción de la vida humana y de la naturaleza.

Con este panorama y a más de dos años de esta pandemia por COVID 19, la crisis sanitaria ha puesto al descubierto las desigualdades existentes en el rubro textil. Muestra de ello, en El Salvador las fábricas textiles dejaron sin protección laboral a las trabajadoras, cancelando los contratos laborales de las obreras sin el pago de las indemnizaciones correspondientes por los años trabajados en las maquilas. Mientras la industria manufactura, se negaba pagar los salarios caídos y la reinstalación de las contratos “suspendidos”, la Cámara de la Industria textil (CAMTEX), actualizaba información sobre el cierre del año 2020 con 5030 millones de dólares en exportaciones, sobresaliendo con las camisetas de algodón como producto estrella de las exportaciones, ubicando las chaquetas y las camisetas de fibra sintética como segunda y tercera posición de importancia con relación a las exportaciones por valor de 173 y 143 millones de dólares.[1] Situación que llama la atención, ya que muestra que el rubro textil es uno de los más sobresalientes y que deja ganancias millonarias a las marcas y/o empresas, por el contrario; estas empresas no brindan las condiciones adecuadas para que las personas trabajadoras realicen su trabajo bajo condiciones dignas.

En El Salvador, la maquila textil según la Cámara de la Industria Textil y Confección CAMTEX genera aproximadamente 81,000 empleos directos y 160,000 indirectos[2]. Existen 14 zonas francas ubicadas en los departamentos de San Salvador, La Paz, La Libertad y Santa Ana, conformando aproximadamente 156 fábricas que se caracterizan por no brindar condiciones adecuadas para realizar el trabajo y por las constantes denuncias de abuso y acoso hacia las obreras del textil[3]. Entre las principales fábricas se puede mencionar a Textiles Opico, que trabajan para diferentes marcas deportivas como ‘fitness’, golf, tenis, yoga, ciclismo y trajes de baños. La fábrica Pettenati, Unifi, Youngone El Salvador, CS Central America, George C. Moore[4], entre muchas otras. Todas con la característica de confeccionar ropa hecha a mano y de buena calidad.

Cristina trabajadora de la maquila de la zona franca de San Bartolo, recuerda la primera vez que fue a buscar empleo a una fábrica, sus vecinas le contaban que solo necesitaba saber coser y que sin mayor experiencia le daban trabajo. A sus 19 años, con muchos sueños por delante; recuerda que en la maquila antes de contratarla, la amenazaron con despedirla en caso de que llegará a quedarse embarazada y hacían un fuerte énfasis en que no se anduviera reuniendo con la gente de sindicatos ni con las mujeres de morado, “que eso no le traería nada bueno”, le decía su supervisor. “Dentro de la maquila hace mucho calor, el ruido de las máquinas se confunde con nuestras voces y los gritos e insultos de los supervisores hacen un ambiente tenso, pero es más la necesidad de obtener un ingreso para poder llevar a mi hogar”, añade Cristina.

Después de 20 años, Cristy como le dicen sus compañeras en la maquila, reconoce que trabajar en las fábricas implica “aguantar” una serie de atropellos. Muchas de sus compañeras, incluida ella, se han enfermado de infecciones en las vías urinarias, han tenido problemas visuales, respiratorios y problemas degenerativos.

Para Montserrat Arévalo, directora ejecutiva de La Asociación Mujeres Transformando, el tema de la violencia en los centros de trabajo agrava aún más la vida de las mujeres, la precarización de las condiciones de trabajo repercute en la salud, tal es el caso de las operarias dentro de las maquilas, que por los repetitivos movimientos presentan deformaciones en sus manos, problemas en su columna, frecuentes dolores de cabeza, y afectaciones en el sistema reproductivo[5]. Según el estudio realizado por La Asociación Mujeres Transformando Derechos Sexuales y Reproductivos de las Mujeres en las maquilas en Centroamérica, “la salud sexual y reproductiva, constituye un derecho humano de hombres y mujeres. Por las condiciones de desigualdad y discriminación de género que enfrentan las mujeres, el acceder a la salud sexual y reproductiva es más complejo; así como ejercen los derechos humanos que se desprenden de este aspecto vital en las personas”. Este estudio nos revela que del 100% de trabajadoras entrevistadas el 40% manifestó tener molestias al menstruar; el 20% tenía dolores en su vientre al grado de incapacitarse; el 12% tenía sangrados abundantes durante su menstruación; el 10% tenía quistes en los ovarios; el 8% quistes en la matriz y el 2% cáncer en la matriz o el útero[6]. Muchos de estos casos, no son atendidos de la manera adecuada y en el tiempo oportuno, la falta de permisos para asistir a las consultas médicas para darle seguimiento a estos padecimientos son negados por parte de los supervisores de las fábricas, algunas de las empresas cuentan con “clínicas empresariales”, las cuales constituyen un consultorio externo del centro de atención del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), y deben proveer todo lo necesario para su buen funcionamiento[7]. Cristina, obrera del textil, comenta que la mayoría de veces no existen los medicamentos para todo tipo de malestar, y que no todos los padecimientos pueden ser atendidos en la clínica de la fábrica “siempre nos vemos en la obligación de pedir permiso para los controles en el Seguro Social”.

Por otro lado, es importante mencionar el papel del Estado Salvadoreño con relación a los derechos humanos; el cual, actualmente representa un retroceso en la garantía del cumplimiento de estos. Durante la actual gestión presidencial, desde el 2019 hubo recortes al Presupuesto General de la Nación y la eliminación de los programas sociales[8] como: Cuidad Mujer, Secretaria de Inclusión Social, Programa Vaso de Leche, entrega de uniformes, zapatos y útiles escolares a los estudiantes, dichos programas representaron beneficios para las mujeres y para sus hijos e hijas. La poca priorización de la incorporación de las demandas sociales al Presupuesto General de la República de El Salvador se traduce en un desinterés y poca voluntad para la creación de políticas públicas sociales en beneficio de la clase trabajadora y para la atención a mujeres víctimas de violencia.

Por otro lado, podemos observar la manera en que el Estado Salvadoreño continúa favoreciendo a las empresas transnacionales con diferentes incentivos fiscales, tales como la exoneración de impuestos sobre la renta, exenciones de impuestos a la hora de importar y exportar materia prima, entre otros[9]. Según el artículo 29 de la Ley de Zonas Francas de El Salvador (LEZOFIC), las empresas que se acogen a estas normativas deberán cumplir obligaciones laborales para poder gozar de dichos “beneficios” de exención de impuestos. Sin embargo, las denuncias sobre violaciones laborales no cesan.[10]

Obreras del textil organizadas en Mujeres Transformando, aseguran la existencia de malos tratos, eliminación de bonos por el reciente aumento al salario mínimo, incremento de la meta diaria, acoso y abusos laborales. Además comentan sobre el papel del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, según la percepción de las trabajadoras en las maquilas es deficiente y en algunas veces han llegado a pensar que es manipulado. Cristina integrante del Comité de Trabajadoras del Textil (CTT), añade que “cuando llega el Ministerio de Trabajo a la maquila; los baños están abiertos, hay agua para tomar y los supervisores muestran una actitud de buen trato para mostrar que dentro de la maquila todo está bien, siempre eligen a una persona para que hable con los inspectores y les da una versión muy diferente a lo que pasa diariamente …”.

Nada alejado de la realidad de las trabajadoras en maquilas, las bordadoras a domicilio por el trabajo de 16 horas reciben un aproximado de $1.25 a $1.80 por pieza finalizada. “Hay trabajos que tardo dos días en terminar una tira, porque va demasiado lleno y las figuras son bien complicadas, uno debe ir con cuidado haciendo la figura ya que, si sale mal, la supervisora no se la paga”. Carmen, trabajadora a domicilio.

La modalidad del bordado a domicilio en El Salvador es una dinámica que las empresas utilizan para obtener más ganancias, las empresas ofertan el trabajo para que la bordadora pueda elegir el lugar de mayor conveniencia para realizar los bordados. Las personas son contratadas por un representante de la empresa, que casi siempre son mujeres que han bordado y la contratación únicamente es un acuerdo verbal, estas empresas no entregan un contrato por escrito y mucho menos establecen el pago por el trabajo a realizar. El trabajo del bordado a domicilio es uno de los más precarios y muy vulnerados por estas empresas de origen salvadoreño, ya que tienen la libertad de establecer el pago por piezas, omitiendo el pago del salario mínimo que es de $359.16[11]; no pagan prestaciones de ley (Seguro Social, Administradora de Fondo de Pensiones AFP, vacaciones, indemnizaciones, maternidad, entre otros).

“Fue difícil aprender, con el tiempo fui agarrando práctica y experiencia, desde los 14 años comencé con muchas energías y ahora con 40 años, me cuesta ver y el dolor de manos es muy fuerte. Estar solo sentada hace que me duela la columna y las manos, siempre que estoy bordando siento un hormigueo en los dedos. Después de coser me voy a hacer el oficio y la comida”. Sonia, bordadora a domicilio.

Desde La Asociación Mujeres Transformando, Montserrat Arévalo comenta las diferentes alternativas realizadas para evidenciar la precariedad laboral en el rubro textil, acciones que van desde denuncia a nivel nacional e internacional para hacer eco y sensibilizar a las personas tomadoras de decisión de nuestro país; por ejemplo, con la exigencia de la pronta ratificación de Convenio 177 de la Organización Internacional del Trabajo y su recomendación 184 sobre Trabajo a domicilio, se han realizado campañas sociales, entrevistas radiales, foros nacionales e internacionales, producción y presentación de obras teatrales para dar a conocer las condiciones en las maquilas y entre otras acciones que sensibilicen sobre la realidad de las obreras del textil en El Salvador.

Así mismo, durante estos 19 años de Mujeres Transformando, se considera que el trabajo en conjunto con los gobiernos locales es una alternativa muy importante, a través de las diferentes mesas de trabajo es imperante proponer acciones que fortalezcan las capacidades de las obreras del textil y bordadoras a domicilio. La creación de iniciativas económicas es otra alternativa para fomentar el consumo responsable y comercialización en los municipios. Muestra de ello, es la iniciativa económica “Las flores”; la cual es una alternativa creada con la idea de potenciar las capacidades de negociación y comercialización de las bordadoras, de tal manera, que las bordadoras sean las únicas beneficiadas del proceso de producción. Esta iniciativa fue creada por Mujeres Transformando y está conformada por bordadoras a domicilio, ubicada en el municipio de Panchimalco. Es un reto, ya que históricamente nuestra sociedad impone roles de género en donde las mujeres no son las encargadas de liderar espacios y mucho menos de proponer alternativas que fortalezcan la economía de ciertos grupos, al ser las bordadoras quiénes integran esta iniciativa, se rompen patrones machistas y se fortalecen las capacidades de liderazgo y económicas de las mujeres a nivel local.

Antes y ahora, han sido y son nuestras bisabuelas, abuelas, madres, tías, vecinas, sobrinas, tanto en El Salvador, como en Guatemala, Honduras, España, Marruecos, Bangladesh, India y en muchos países más en los tampoco estos convenios han sido ratificados ni siquiera. Por ello exigimos a los gobiernos sean garantes de los derechos de la ciudadanía, haciendo cumplir las normativas nacionales e internacionales vigentes, con especial atención a la pronta ratificación y aplicación del Convenio 177 de la OIT sobre derechos de trabajadoras a domicilio, el Convenio 189 sobre trabajo doméstico remunerado, y el Convenio 190 en contra del acoso sexual y laboral en los lugares de trabajo.

También, es importante hacer un llamado a las personas consumidoras a priorizar y apoyar otras iniciativas locales, nacionales e internacionales emergentes, a este entramado de explotación laboral, como alternativa para poner en el centro la vida, a mirar la etiqueta de la ropa, reflexionar sobre el precio que se paga por cada prenda e indagar y mostrar interés por las campañas de sensibilización que ponen la atención en este sector e instan y exigen a cada gobierno las responsabilidades que están eludiendo sistemáticamente para que estas prácticas queden impunes; y pongan con decisión a las personas en el centro de la vida y de manera sostenible; porque no se hace nada con gente indiferente.

[1] Banco Central de Reserva, EL Salvador , ver en: https://www.bcr.gob.sv/2021/12/16/l...

[2] Observatorio Económico y Laboral de las Mujeres. Ver en: https://observatoriolaboral.ormusa....

[3] Observatorio Económico de las Mujeres. Ver en https://observatoriolaboral.ormusa....

[4] Revista Suma, El Salvador: Industria textil y de la confección evoluciona al ritmo de la moda. Ver en:

https://revistasumma.com/el-salvado...

[5] Asociación Mujeres Transformando. Derechos Sexuales y Reproductivos de las Mujeres en las maquilas en Centroamérica. Agentes de Riesgos Físicos. Link: http://www.mujerestransformando.org...

[6]Asociación Mujeres Transformando. Derechos Sexuales y Reproductivos de las Mujeres en las maquilas en Centroamérica Link: problemáticas en la salud sexual y reproductiva de las trabajadoras. http://www.mujerestransformando.org...

[7] Instituto Salvadoreño del Seguro Social. MANUAL DE NORMAS Y PROCEDIMIENTOS FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA DE ATENCIÓN DE SALUD EMPRESARIAL (SASE). Ver en: file:///C:/Users/Comunicaciones/Downloads/MNP_Funcionamiento_del_SASE_Mayo_2021.pdf

[8] Proyecto de presupuesto para mujeres en 2022 es más bajo que los aprobados en los últimos 3 años. Link:

https://gatoencerrado.news/2021/11/...

[9] Beneficios fiscales. Ley de Zonas Francas. Ver: https://www.jurisprudencia.gob.sv/D...

[10] Ley de Zonas Francas , ver en: https://www.jurisprudencia.gob.sv/D...

[11] https://www.mtps.gob.sv/2021/07/31/...

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