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Cerco a los clubs de alterne

Martes 31 de enero de 2017

Celeste López 27/01/2017 La Vanguardia

No, la esclavitud no es cosa del pasado. En pleno siglo XXI el comercio de personas (trata de personas es la fórmula política empleada) no sólo no ha decaído sino que ha aumentado. Según los datos del Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado, este negocio mueve cinco millones de dólares cada día, siendo el más lucrativo solo por detrás del tráfico de armas y de drogas. En España se calcula que unas 45.000 mujeres (el 80% de las personas con las que se comercia son féminas) son víctimas de trata y la gran mayoría (90%) son obligadas a ejercer la prostitución.

Esta es la realidad a la que se enfrenta al ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, y que la escandaliza. “Son mujeres esclavizadas, arrancadas de sus hogares y sus familias, para prostituirse. Mujeres que son traídas a España con engaños y amenazas, a las que quitan el pasaporte, a las que recluyen y esconden, sin derechos, sin libertad”, explicaba a La Vanguardia días antes de acudir a la comisión de Sanidad del Congreso. Y cree que “hay que hacer algo, no podemos obviar esta realidad, permitir esta situación. No podemos mirar hacia otro lado”.

Ese algo que hacer, explicó a este periódico y posteriormente al Congreso, pasa por impulsar el plan integral de trata, aprobado en la anterior legislatura y, especialmente, en estrechar la vigilancia, las inspecciones y los controles a los clubs de alterne que se extienden en las afueras de miles de pueblos, ciudades y en las carreteras de España. “Sabemos lo que ocurre en muchos de ellos, lo que hay detrás de las luces de neón y las barras del bar y no podemos hacer como que no lo sabemos”, indicó Montserrat.

La ministra tiene intención de reunirse con el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, para intensificar la vigilancia, los con­troles y las investigaciones de estos lugares, en los que, tal y como han comprobado una y otra vez las fuerzas de seguridad, hay menores.

De hecho, en la última operación realizada por la Policía Nacional el pasado 12 de enero en Andalucía, los agentes rescataron a una adolescente de 15 años, de origen dominicano, de uno de los clubs de alterne donde era explotada sexualmente. No es un caso aislado. Los últimos datos publicados por Naciones Unidas, apuntan a que el 33% de las víctimas de todas las formas de trata detectadas entre 2010 y 2012 eran menores de edad, un 5% más que en periodo anterior. “Ellas son niñas invisibles a las que ni encontramos, ni identificamos, ni protegemos, ya que no existen centros específicos para víctimas de trata menores de edad que han sido explotadas sexualmente. ¿Qué opciones tienen estas niñas? Sin la protección adecuada, la mayoría acaban volviendo a ser explotadas, repitiendo el ciclo vivido anteriormente”, señala el informe de Save the Children Infancias olvidadas.

“Es una vergüenza”, reitera la ministra, quien insiste en su compromiso de trabajar “más profundamente” contra la trata de mujeres con fines de explotación sexual y ofrecer más ayuda y protección a las víctimas.

En su empeño de luchar contra la trata, ¿va la ministra a abrir el debate de la regulación de la prostitución? Nada indica de sus primeros pasos al frente del ministerio que el Ejecutivo quiera afrontar este polémico asunto, pese a los datos que demuestran que ocho de cada diez mujeres que ejercen la prostitución son víctimas de trata. La actuación del Gobierno central parece que se centrará en la labor de las fuerzas de seguridad contra estas mafias.

Las oenegés y la Policía creen que esto no es suficiente y piden más apoyo a las víctimas porque sin ellas, no hay investigación ni hay testigos que puedan acabar con las mafias. La inmensa mayoría de las mujeres rechazan testificar por el miedo a lo que les harán los integrantes de las redes, tanto a ellas como a sus familias en los lugares de origen. “No hay que olvidar que todas ellas están amarradas por unas deudas contraídas en el trayecto que no deja de crecer”, indican.

Otro punto complicado es el de la clientela. Porque muchos hombres acuden a estas mujeres, sin importarles si son esclavas o si se vulneran los derechos humanos. “Van a lo que van, sin importarles en absoluto la situación de la mujer”, indican las oenegés, partidarias del castigo al cliente y de una mayor concienciación de lo que implica la trata de seres humanos con fines de explotación sexual.

El informe Apoyando a las víctimas de trata con fines de explotación sexual, elaborado para la Delegación del Gobierno para Violencia de Género del Ministerio de­ ­Sanidad, obra de un equipo de investigadores de las facultades de Derecho, Ciencias Económicas y Empresariales, Ciencias Humanas y Sociales, y del Instituto ­Universitario de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-Icade, señala que el 20% de los hombres reconoce que tiene sexo con prostitutas, de los que un 10% ­admite que ha detectado la presencia de menores en ese submundo.

Este trabajo pone de manifiesto que a los clientes les da exactamente lo mismo la situación de esas mujeres y niñas. Van a lo que van. Y eso, pese a que un 90% dice haber oído hablar de la trata con fines de explotación sexual, pero no saben si la persona con la que han estado es una de esas víctimas. Sólo alguno de esos clientes (suelen ser los que se enamoran) ha denunciado la situación de esclavitud a la que se encuentran sometidas. Ninguno, sin embargo, ha dicho nada de las me­nores.

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