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Brasil: Dictadura brasileña (1964-1985): ¿dónde estaban las mujeres?

Domingo 5 de junio de 2022

VERDAD JUSTICIA REPARACIÓN

4 JUNIO, 2022 Por Silvana Lazzarotto Schmitt, investigadora - Público

Recurro aquí a las palabras de Simone de Beauvoir, en su clásico El segundo sexo: "Durante mucho tiempo dudé en escribir un libro sobre la mujer. El tema es irritante, sobre todo para las mujeres; pero no es nuevo". Puede que el tema siga siendo fastidioso y, sin embargo, es necesario también para comprender las relaciones sociales y la condición de las mujeres en la sociedad, una vez que nuestro silenciamiento, el de las personas del sexo femenino, se ha roto por nosotras mismas en los diversos tiempos y espacios, de formas variadas.

En la dictadura brasileña, las mujeres también formaron parte de la extensa historia de luchas sociales y políticas. Por un lado, muchas sufrieron con las atrocidades de ese período cuando se colocaron contra las violencias practicadas por el gobierno dictatorial. Desgraciadamente, algunas pagaron con su propia vida. Por otro lado, tenemos mujeres que militaron en los diferentes ámbitos de las relaciones humanas, en diferentes espacios, como en el campo del arte, la literatura, el periodismo, la docencia, el derecho, la política, entre otros.

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La presidenta Dilma Rousseff fue una de las mujeres que pasaron por el DOI (Destacamento de Operaciones de Información) de São Paulo, sede de la policía política brasileña, donde sufrió torturas.(https://infograficos.estadao.com.br...)

Con relación al silenciamiento, el período estuvo marcado por la violencia de Estado. Debido a ello, todas las personas e instituciones que se posicionaron contra la violencia y la dictadura fueron víctimas del mismo. La dictadura brasileña perduró por más de 20 años, desde el golpe en 1964 hasta 1985. Fue un largo período que pasó por tres fases distintas –la implementación, el endurecimiento y, por fin, la apertura lenta, segura y gradual – las cuales guardan marcas de violación de los derechos humanos que perduran hasta el día de hoy. Sin embargo, en especial en los últimos años, se ha intensificado un movimiento de intentos de borrar atrocidades cometidas y, particularmente, porque nuestro país pasa por un período en que el propio presidente de la república enaltece a los torturadores. Por supuesto, se trata de un retroceso histórico que necesita ser combatido.

Retomando el tema de las mujeres, se cuestiona: ¿dónde estaban ellas en ese contexto? Es necesario destacar que hay un esfuerzo de muchas personas en el sentido de socializar y explicitar esa historia reciente de nuestro país. Así, muchas investigaciones fueron realizadas, incluso algunos proyectos de alcance colectivo, como es el caso de "Brasil Nunca Mais", desde los años de 1980, y más recientemente con la Comisión Nacional de la Verdad (CNV), instituida en 2011 por la entonces Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, militante y presa política en la época de la dictadura. Esos proyectos, en especial los de la CNV, han explicitado algunas condiciones específicas de mujeres que fueron presas y torturadas.

De esa forma, la comprensión de la dictadura brasileña también cuenta con documentos elaborados por la CNV, los cuales, a partir de análisis de los archivos de la dictadura (1964-1985) y de las voces de mujeres y hombres que sufrieron la violación de sus derechos, presentan nuevas posibilidades para comprender la historia reciente de nuestro país, diferente de la historia oficial. La CNV estableció 13 grupos de trabajo para cumplir el objetivo de esclarecer hechos y circunstancias, además de promocionar esclarecimientos de los casos de tortura y muerte y, por último, identificar y hacer públicas las estructuras que permitieron esas atrocidades. Uno de esos grupos, Dictadura y Género, se dedicó a identificar los diferentes impactos de las prácticas de represión y tortura sobre hombres y mujeres.

Disponible en: https://infograficos.estadao.com.br...

Recientemente han estado disponibles, a partir de la lucha del historiador Carlos Fico de la Universidade Federal do Rio de Janeiro (UFRJ), cerca de diez mil horas de audios de sesiones del Superior Tribunal Militar (STM) con detalles de las torturas sufridas a lo largo de la dictadura militar, entre los años de 1975 y 1979. El material ha sido liberado por medio de una decisión del Supremo Tribunal Federal (STF). La petición del historiador fue remitida en 2006, no obstante, hasta 2018 no se ha podido iniciar el análisis. Carlos Fico ya ha analizado aproximadamente cinco mil horas de grabaciones, en las cuales es posible confirmar aquello que muchas víctimas ya habían anunciado en sus declaraciones, como las realizadas para la CNV.

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Fuerte do Leme, en Río, donde se formaba a los agentes del DOI. (https://infograficos.estadao.com.br...)

Algunos de esos audios quedaron disponibles para la prensa, entre los cuales se encuentra el caso de juicio del 24 de junio de 1977, sobre "acusaciones referentes a la tortura y sevicias de las más perversas" presentadas por "algunos acusados". Entre las acusaciones descritas está la del esposo de una prisionera, embarazada de tres meses, mantenida en el DOI-Codi (Destacamento de Operaciones de Información-Centro de Operaciones de la Defesa Interna), conocido por las operaciones de tortura, que al sufrir "descargas eléctricas en su aparato genital" había resultado en un aborto.

Los estudios sobre la militancia femenina han explicitado diferencias cualitativas en la forma en que las mujeres militantes fueron torturadas en función de su condición femenina. Ahora, esos estudios son ratificados por esa nueva fuente sobre las atrocidades de la dictadura brasileña. Sin embargo, los crímenes más hediondos de torturas practicadas aún permanecen en secreto y los torturadores fueron amparados por la Ley de Amnistía, que fue aprobada en 1979 (Ley n.º 6.683/79). Quedó marcada por la contradicción de su alcance, cuando incluía los delitos conexos, es decir, los torturadores. Desde su aprobación fue cuestionada, especialmente por los movimientos sociales que lucharon por ella, y en 2010, el Colegio de Abogados de Brasil pidió que se revisase, pero la solicitud fue denegada por el STF y el tema sigue siendo una de las demandas pendientes de la historia reciente de nuestro país.

Por lo tanto, seguimos con nuestro tema, subrayando que las mujeres siempre formaron parte de la historia y, en especial, en la lucha por mejores condiciones de vida. Sin embargo, en una sociedad patriarcal, ellas son han sido relegadas a un segundo plano. Por eso, es necesario sacar a la luz esa historia con la participación de mujeres, como parte integrante y activa de la historia de la humanidad.

En la sociedad brasileña, marcada por el predominio de la tradición católica, en la cual, en términos generales, la mujer está destinada a funciones maternales, siendo la castidad una condición para el matrimonio y el establecimiento de una familia,; la instrucción femenina se realiza de forma muy empobrecida, desde la educación jesuítica, con una formación diferenciada para hombres y mujeres, siendo que la dualidad en ese proceso se arrastra hasta la actualidad, a pesar de que hayan ocurrido muchos avances.

A pesar de toda limitación impuesta, en el contexto de la dictadura militar brasileña, la mujer formó parte importante de la lucha contra las atrocidades del periodo, siendo, por lo tanto, víctima de violencias, al igual que los hombres. Sin embargo, la mujer también fue, en las palabras de Maria Amélia de Almeida Teles (2014), movilizada para ser usada como base social de los golpistas. O sea, la derecha, con el apoyo de la Iglesia y de otras instituciones, movilizó mujeres para las manifestaciones denominadas "Marcha con Dios por la familia y por la libertad", que representó el apoyo de las masas a la intervención militar contra la supuesta "amenaza comunista".

Pese a esa forma de acción de mujeres y hombres de reivindicar la no intervención del Estado en la vida "privada", hay en este artículo la intención de explicitar que las huellas de ese periodo reciente de la historia de Brasil se mantienen, o sea, son heridas abiertas. En definitiva, los culpables fueron amnistiados, porque no hay víctimas, porque no resolvimos, no aclaramos y porque, en especial en el período actual de nuestra historia, la intención es olvidar, o mejor, distorsionar. Así, se saca a la luz la versión del opresor que presenta como una necesidad la intervención militar para resolver a los problemas del país. Eso se debe, en gran parte, a la amnesia histórica que padecemos.

Hay casos de mujeres que murieron después del periodo de tortura en la cárcel, así como hay casos en que se quitaron la propia vida debido a los traumas derivados de tamaña violencia y, en otros casos, debido a las condiciones físicas dejadas por la tortura. Hay también casos de mujeres que vieron a sus hijos siendo víctimas de esa violencia, otras que perdieron a sus hijos y que, por lo tanto, guardan las marcas de violencia contra la mujer en la sociedad patriarcal y que hoy aún sufren por haber luchado por la calidad de vida para el colectivo.

Es importante recordar que, en la sociedad patriarcal, la dominación del hombre sobre la mujer ocurre especialmente por el poder público que es desempeñado por el hombre. En la historia, pocos son los casos en que mujeres están al frente de grandes naciones, de decisiones que afectan el futuro de un país. Así, el poder político de decisión es destinado casi exclusivamente al hombre.

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Sônia Maria de Moraes Angel Jones y Antônio Carlos Bicalho Lana, asesinados en noviembre de 1973 por la policía política de la dictadura brasileña.(https://infograficos.estadao.com.br...)

De esa manera, la lucha de las mujeres no ha sido en vano, la historia demuestra que hubo muchos avances, sin embargo, también hubo retrocesos, por eso la lucha necesita continuar. La lucha debe ser de todas y todos, de mujeres y hombres, para que el tema de las mujeres no se le siga considerando irritante. Un camino para avanzar en esa conquista se relaciona con la comprensión de la historia de las mujeres.

En el caso brasileño, durante el periodo de la dictadura militar, queda mucho por elucidar, no solo de nuestra historia reciente, sino todo nuestro pasado, y aquí me refiero a la historia sin distinción de género. No obstante, cuando se trata de la comprensión de la realidad, es fundamental identificar las diferencias para que sea posible avanzar en la justicia social. La lucha común es por otra sociedad, pero esa no puede venir marcada por las mismas diferencias, que necesitan ser reconocidas y superadas. El estudio sobre la condición de la mujer en la dictadura militar brasileña ha demostrado que sufre con su condición hasta en los espacios de lucha, independientemente de los movimientos sociales y los partidos políticos. ¡Eso es lo que se mantiene hasta nuestros días, desgraciadamente!

Las mujeres que se destacaron, que no acataron el lugar destinado a ellas, como el de la reproducción, o sea, el espacio privado, sufrieron y todavía sufren las diversas formas de violencia. No quiero finalizar este texto sin hacer mención al gran caso en Brasil de silenciamiento de las mujeres, representado por el proceso de destitución de la Presidenta del país (y, reitero, militante, presa y torturada por la dictadura brasileña), en el año 2016. No se trata de reducir lo sucedido al hecho de que Dilma sea una mujer, sino de evidenciar el peso de la condición femenina al estar en un cargo de tamaña relevancia. Hay mucho que desvelar sobre la condición de la mujer en la sociedad de clases, ¡para que así sea posible aspirar a otra sociedad! ¡El tema de las mujeres sigue siendo urgente y necesario!

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