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Adolescentes prostituidas por Whatsapp

Jueves 22 de enero de 2015

Detenidos 14 miembros y 15 clientes de una red que prostituía en Murcia a menores

Los arrestados convencían a las chicas para que comenzaran a trabajar de masajistas

Durante la investigación han sido identificadas 12 víctimas de entre 14 y 17 años

Ofrecían las adolescentes a clientes de alto nivel que pagaban entre 80 y 200 euros

EUROPA PRESS Murcia El Mundo

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una red de prostitución que captaba a jóvenes de entre 14 y 17 años en un colegio, discotecas de la Región de Murcia o bien a través de anuncios de Internet para que se prostituyeran en pisos de alterne y a domicilio. En el operativo han sido arrestadas 29 personas, entre las que figuran las tres máximas responsables de la organización y 15 demandantes de servicios sexuales que solicitaron expresamente a menores de edad, por cuyos servicios pagaban entre 80 y 200 euros.

Además, se han realizado tres registros domiciliarios, dos inspecciones en locales públicos y se han intervenido dos vehículos. La trama había confeccionado un book fotográfico en el que ofrecían "a la carta" a más de 400 mujeres, incluyendo a a 12 menores, según ha hecho saber en rueda de prensa el director de la Policía, Ignacio Cosidó, acompañado del delegado del Gobierno en la comunidad, Joaquín Bascuñana, el jefe superior de la Región de Murcia, Cirilo Durán, y el comisario jefe de la Brigada de Extranjería y Fronteras de la Región, Alfonso Navarro.

A finales de agosto del pasado año, se tuvo conocimiento de la desaparición de una menor de 17 años de nacionalidad ecuatoriana. Sus progenitores indicaron que desde hacía tiempo su hija mantenía un alto nivel de vida, pero que, sin embargo, no le conocían trabajo remunerado alguno.

Tras llevar a cabo numerosas gestiones indagatorias, a mediados de octubre se logró localizar a la menor en un piso de la capital murciana, en el que también residían otras chicas y el matrimonio dueño de la vivienda. También pudo constatarse que en dicho domicilio la menor y otras jóvenes, algunas también menores de edad, estaban siendo explotadas sexualmente por los propietarios del inmueble. Publicidad

A través de los datos aportados por las víctimas, y gracias a otras informaciones obtenidas por los investigadores, se pudo comprobar que ese domicilio constituía sólo una parte de una red bien estructurada, con capacidad para captar y explotar sexualmente a menores de edad. Al frente de esta organización estaban tres mujeres -ayudadas por las parejas de dos de ellas-, responsables de la explotación de las jóvenes y de coordinar las labores de captación.

Cada una de ellas gestionaba un piso-prostíbulo, en el que disponían de un book fotográfico que mostraban a los clientes, con fotos de aproximadamente 400 mujeres, entre las que se encontraban 12 menores (ocho latinoamericanas y cuatro españolas), para servicios sexuales bien en el piso-prostíbulo o a domicilio.

En un segundo nivel se hallaban las encargadas de captar directamente a las jóvenes para ponerlas en contacto con las jefas. Alguna de las captadoras incluso elaboraba coartadas para las menores que explotaba, presentándose ante los tutores o progenitores de las adolescentes como una madre necesitada de niñera para el cuidado de sus hijos.

También formaban parte del entramado varios chóferes, que se ocupaban de los desplazamientos de las mujeres. En el último escalón se hallaban los clientes, a los que se ofrecían o ellos mismos solicitaban, chicas menores de edad.

Captadas en colegios, Internet y discotecas

Las menores eran captadas por tres vías: a través de compañeras de colegio, en discotecas o en Internet, aprovechándose de los anuncios que ponían las menores buscando trabajo como camareras, para el cuidado de ancianos o de niños o para tareas de limpieza. Contactaban con ellas y las convencían para que comenzasen a trabajar como masajistas.

La vía de comunicación entre las tres responsables de la trama y sus clientes, de alto nivel adquisitivo, en la mayoría de los casos era a través de Whastapp y diferentes redes sociales. Aunque cada explotadora sexual tenía sus chicas y su cartera de clientes, existía un intercambio habitual en ambos sentidos.

Durante la investigación han sido identificadas 12 víctimas menores, se han llevado a cabo tres registros domiciliarios y dos inspecciones en locales públicos e intervenido dos vehículos, así como numerosa documentación.

La Policía continúa las gestiones de investigación con el fin de identificar, localizar y detener a determinados clientes que solicitaron los servicios sexuales de menores, así como la detección e identificación de más víctimas que pudieran estar siendo explotadas sexualmente.

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