Xarxa Feminista PV
Portada del sitio > CIENCIA, CULTURA, TECNOLOGÍA, OBITUARIO > 21 directoras de cine olvidadas que hay que reivindicar

21 directoras de cine olvidadas que hay que reivindicar

Viernes 10 de septiembre de 2021

Recordamos a cineastas, de Germaine Dulac a Kinuyo Tanaka, con las que la historia del cine aún tiene que hacer justicia. Mujeres que se quedaron fuera de los libros de texto, y que deben de ser reivindicadas.

Por Mireia Mullor 13/06/2021 Fotogramas

JPEG - 22.3 KB
Germaine Dulac, Larisa Shepitko, Forugh Farrokhzad y Mai ZetterlingGetty Images

En un tiempo en el que estamos reivindicando a la pionera Alice Guy Blaché como la primera cineasta de la historia del cine o la magnífica Agnès Varda como precursora de la transformadora Nouvelle Vague francesa, es más importante que nunca que revisemos lo que hay y lo que no hay en los libros de historia del cine. El canon ha estado marcado por un filtro patriarcal que dejó a muchos y muy importantes nombres femeninos fuera, mujeres que ayudaron a explorar las posibilidades del medio, que innovaron con las técnicas visuales, que hablaron de temas que otros ni se atrevieron a sugerir y que llevaron a cabo su visión creativa a pesar de todos los obstáculos sistémicos que encontraron.

Siempre hemos tenido el referente de las grandes actrices de la pantalla, de Katherine Hepburn a Marlene Dietrich, e incluso guionistas que marcaron tendencia como Frances Marion en el Hollywood clásico y montadoras imprescindibles como Thelma Schoonmaker (colaboradora habitual del cine de Martin Scorsese). Pero, ¿qué hay de la dirección? Sigue siendo un feudo predominantemente masculino, incluso hoy: según un informe de CIMA, con datos de 2020, en España siguen suponiendo tan solo el 19%. Por eso es más importante que nunca rescatar del olvido a los referentes, que son importantes y nos ayudan a entender que siempre ha habido mujeres cineastas: simplemente no se les ha dado el reconocimiento que merecían. Y ya es hora.

Hablamos de grandes artistas como Kira Muratova, que dio su visión honesta de la Unión Soviética en películas como ’El síndrome asténico’ (1989), Germaine Dulac, precursora del surrealismo cinematográfico incluso antes de ’Un perro andaluz’, y también Kinuyo Tanaka, que fue una de las grandes directoras de la Edad de Oro del cine japonés en los años 60 junto a Yasujiro Ozu y Kenji Mizoguchi, firmando con ’Pechos eternos’ una de las obras maestras de la época. Ellas y tantas otras, como Márta Mészáros y Larisa Shepitko, forman esta lista de directoras olvidadas, pero imprescindibles, en la historia del cine mundial. ¡Recuerda sus nombres!

Kira Muratova (1934 - 2018)

JPEG - 14.5 KB
Getty Images

Aunque nació en Moldavia, esta cineasta fue una de las grandes artistas de la Unión Soviética en los años 70 y 80, aunque no dejó de hacer cine hasta su muerte a los 83 años. Una de sus mejores películas, ’El síndrome asténico’ de 1989, fue prohibida por la Perestroika por tratar como pocas el espíritu de una época en la decadente URSS. Su cine era una mezcla apasionante entre experimentación, luminosidad y poesía. Para el historiador Mark Cousins, el cine de Muratova debería haber inspirado un nuevo adjetivo para los críticos: ’muratoviano’.

Forugh Farrokhzad (1935-1967)

JPEG - 45.4 KB
Getty Images

No solo fue directora de cine, sino también una poeta con una visión muy política y reivindicativa. En su trabajo expuso el universo femenino que hasta ese momento había estado prohibido, retratando los anhelos, penas y aspiraciones de las mujeres del Irán de los años 50, soportando las presiones sociales de una sociedad patriarcal que la tildaba de mujer inmoral. ’The house is black’, estrenada en 1962, es una película imprescindible. Murió a los 32 años en un accidente de coche.

Larisa Shepitko (1938 - 1979)

JPEG - 38.9 KB
Getty Images

Una de las más increíbles pensadoras visuales del cine trabajó durante décadas en el seno de la Unión Soviética, donde rompió todos los estereotipos alrededor del cine hecho por mujeres y se alejó de las narrativas patrióticas del cine bélico del momento. La ucraniana habló de guerra y política en películas como ’La ascensión’ (Oso de Oro en la Berlinale de 1977), ’Alas’ o ’You and me’. Murió en un accidente de tráfico a los 41 años.

Kinuyo Tanaka (1909 - 1977)

JPEG - 52 KB
Getty Images

Más conocida por su faceta de actriz, trabajó con los grandes cineastas japoneses clásicos (Akira Kurosawa, Yasujiro Ozu y Kenji Mizoguchi, con quien hizo hasta quince películas) antes de decidirse a dirigir a los 42 años. Se convirtió así en la primera mujer que consiguió desarrollar una carrera como cineasta en Japón, una hazaña en la que otras habían fallado antes. Firmó películas tan fascinantes como ’Carta de amor’ (1953), ’Pechos eternos’ (1955) o ’Amor bajo el crucifijo’ (1962).

Germaine Dulac (1882 - 1942)

JPEG - 49 KB
Getty Images

Cineasta, teórica, crítica y periodista francesa, fue una de las figuras más importantes de los inicios del cine, especialmente en la corriente del surrealismo cinematográfico. Activista feminista, demostró en películas como ’L’invitation au voyage’ (1927) que su arte aspiraba a romper los cánones establecidos en el medio, incorporando secuencias oníricas y cubistas a través de montajes libérrimos dos años antes de ’Un perro andaluz’ de Luis Buñuel. Se la conoce también por ’La sonriente Señora Beudet’ (1922) y ’La concha y el cura’ (1928).

Márta Mészáros (1931 - presente)

JPEG - 23.5 KB
Getty Images

Esta cineasta fue parte indispensable del cine de vanguardia de los años 60 y 70, y se convirtió en la primera mujer de Hungría en dirigir una película con ’La muchacha’ de 1967. Tras ese increíble debut, llovieron éxitos para ella: el Oso de Oro en la Berlinale por ’Adopción’ (1975), el premio FIPRESCI de la crítica internacional en el Festival de Cannes por ’Nueve meses’ (1976) y el Gran Premio del Jurado por ’Diario para mis hijos’ (1984), y la Concha de Oro en San Sebastián por ’Como en casa’ (1979). Mészáros obtuvo numerosos reconocimientos, y sin embargo apenas se la recuerda hoy. En sus películas compuso retratos de mujeres de todo tipo llenos de reflexión, observación y denuncia,ç

Věra Chytilová (1929 - 2014)

JPEG - 64 KB
Getty Images

Pionera en la cinematografía checa, se la recuerda por su película ’Las margaritas’ (1966), que la posicionó como la gran renovadora del cine europeo y una de las grandes voces en la nueva ola de cine de vanguardia que vivió el país. La suya, eso sí, fue la más experimental de todas, explorando desde sus convicciones feministas las vidas de las mujeres. Así lo hizo en aquella obra del 66, que fue censurada por el gobierno comunista tras el fin de la Primavera de Praga, y no pudo verse hasta 1975. No sabemos si ha sido el machismo o la censura lo que la ha apartado del lugar que le corresponde, pero es hora de que veamos en ella a una figura revolucionaria tanto en el cine como en lo político.

Mai Zetterling (1925 - 1994)

JPEG - 35.9 KB
Getty Images

Primera mujer que dirigió una película en Suecia y reconocida actriz en películas como ’La maldición de las brujas’ (1990), Zetterling fue una cineasta fascinante y rebelde. Su cine se alimenta de las contradicciones de la sociedad sueca, que retrató no sin numerosas polémicas en películas como ’Juegos de noche’ (1966) o ’Amorosa’ (1986). Todas ellas levantaron más de una ampolla en los años 60, momento en que la mujer estaba reubicando su papel en la sociedad patriarcal occidental. Tras las censura que sufrió en el Festival de Cannes su debut ’Los enamorados’ (1964), el crítico Kenneth Tynan dijo que era uno de los debuts más ambiciosos desde ‘Ciudadano Kane’.

Lotte Reiniger (1899 - 1981)

JPEG - 50.6 KB
Getty Images

La primera película de animación de la historia del cine la dirigió una mujer, y su nombre fue Lotte Reiniger. La alemana marcó el inicio de este tipo de cine con ’Las aventuras del príncipe Achmed’ (1926), filme en el que empezó a exhibir un estilo basado en los juegos de sombras y siluetas animadas, y que gozó de un gran éxito de público y crítica hasta una década antes del triunfo de Walt Disney. Su técnica fue el precedente de un cine de animación artesanal que encontraría muchos obstáculos entre la emigración forzosa por la dictadura nazi y el nuevo contexto en el Londres de los años 50. Reiniger siguió trabajando, pero sus méritos se perdieron en el tiempo.

Paulette McDonagh (1901 - 1978)

JPEG - 31.9 KB
Getty Images

En la Australia de los años 20, nadie tuvo tanto éxito en taquilla como Paulette McDonagh. Junto a sus hermanas Phyllis (productora) e Isabel (actriz) firmó algunas de las películas australianas más importantes de los años 20 y 30, la etapa del cine mudo, donde títulos como ’Los tramposos’ (1929) reventaron la taquilla superando incluso las películas de Charles Chaplin. Ninguna otra película del país conseguiría esos números en las siguientes cuatro décadas. Ante este éxito, las hermanas McDonagh llegaron a recibir ofertas de Hollywood, pero se quedaron en Australia y acabaron pronto sus carreras por diversos motivos.

Alison de Vere (1927 - 2001)

Fue una de las responsables de la película animada ’El submarino amarillo’ de The Beatles, y, viendo sus trabajos más personales, no nos extraña nada. La irreverencia y el surrealismo de la cineasta británica quedaron latentes en sus dos largometrajes más famosos y reconocidos, ’Psyche and Eros’ (1994) y sobre todo ’The Black Dog’ (1987), una aventura inesperada y sorprendente que rebosa personalidad. Más allá de eso, De Vere tuvo una filmografía errática entre diferentes puestos tras las cámaras y la televisión.

Margaret Tait (1918 - 1999)

PNG - 89.6 KB
Getty Images

Amante del lirismo y la poesía a través de las imágenes, la escocesa Margaret Tait se está erigiendo poco a poco como una de las grandes artistas del siglo pasado, especialmente por su labor en el cine. Con un solo largometraje, ’Blue Black Permanent’ (1992), y más de treinta cortometrajes y mediometrajes, Tait fue poeta y demostró que ese espíritu podía trasladarse a las imágenes de una manera fascinante. Como pequeños poemas, nos regaló cortometrajes como ’A Portrait of Ga’ (1952), en el que retrata a su propia madre.

Jacqueline Audry (1908 - 1977)

JPEG - 26.1 KB
Avalon

Empezó como ayudante de dirección de cineastas como Max Ophüls y acabó convirtiéndose en pionera del cine ’queer’ con una obra maestra como ’Olivia’ (1951). Adaptación de la novela de Dorothy Bussy, el filme fue todo un escándalo, censurado en Estados Unidos y el Reino Unido por mostrar claramente una relación lésbica entre sus protagonistas. Toda una muestra del activismo que Audry llevaba en las venas, y que la llevó a incluir en sus películas temáticas muy avanzadas para su época.

Shirley Clarke (1919 - 1997)

JPEG - 60.4 KB
Getty Images

La prestigiosa crítica de The New York Times, Manohla Dargis, dijo de ella: "Bailarina, novia, esposa fugitiva, cineasta radical y pionera: Shirley Clarke es una de las grandes historias aún no contadas del cine independiente estadounidense". En efecto, Shirley Clarke fue una figura deslumbrante del cine indie, desde su censurado retrato de la drogadicción en ’La conexión’ (1961) hasta sus numerosos cortometrajes sobre danza, otra de sus grandes pasiones, con las que creó una nueva manera de mirar. Con innovadoras técnicas de montaje y un estilo que viró pronto al cine social, la norteamericana es, como decía Dargis, aún una figura por descubrir.

Wanda Jakubowska (1907 - 1998)

JPEG - 38.7 KB
Getty Images

Esta cineasta polaca tiene una de las historias más trágicas e increíbles de esta lista, y fue precisamente eso lo que le aportó más reconocimiento: en ’La última etapa’ (1948) retrata la vida en el campo de concentración de Auschwitz, tan solo tres años después de haber estado ella misma internada en él. Un ejercicio durísimo de exorcización de fantasmas al que siguió una larga e interesante carrera como directora. Antes, sin embargo, ya había conseguido hasta una nominación a los Oscars de Hollywood con su cortometraje documental ’El mar’ de 1933. La guerra no le quitó las ganas de seguir haciendo cine, hasta finales de los 80.

Cecile Tang (1941 - presente)

JPEG - 35.2 KB
Getty Images

Quizás esta cineasta de Hong Kong tuviese una carrera breve, pero desde luego dejó su marca. ’The Arch’ (1968) sigue siendo hoy una de las películas chinas más importantes de la historia, que habla de la represión sexual de las mujeres en las zonas más tradicionales del país a través de la historia de una viuda deshaciéndose de placer por un hombre que reside en su casa. Otras de sus películas retrataron la situación política en China, dejando claro que Tang era una gran activista social, además de una innovadora y pionera femenina en su región.

Wendy Toye (1917 - 2010)

JPEG - 50.8 KB
Getty Images

Junto a sus facetas de bailarina y coreógrafa, esta británica se lanzó a la dirección de cine para capturar un universo de luminosidad y romanticismo. Debutó con ’The Stranger Left No Card’, con el que ganó el premio a mejor cortometraje en el Festival de Cannes en 1952, y los éxitos siguieron con ’On the Twelfth Day...’, con el que fue nominada a Mejor Cortometraje en los Oscars de 1955.

Ana Mariscal (1923 - 1995)

JPEG - 31.9 KB
Getty Images

Como fue el caso de otras grandes cineastas, la española Ana Mariscal entró en la dirección cinematográfica gracias a su fama como actriz. Navegó en la dictadura franquista (actuó en la infame ’Raza’) hasta que, en 1963, consiguió reconocimiento como directora con la película ’El camino’, reconocida internacionalmente. Adaptación de la novela de Miguel Delibes, cuenta la historia de un niño que debe dejar su pueblo para ir a estudiar a la ciudad. La sensibilidad con la que nos muestra sus recuerdos en su hogar es apabullante.

Barbara Loden (1932 - 1980)

JPEG - 17.5 KB
Getty Images

Aunque solo hiciese una película, Barbara Loden merece su lugar entre las directoras más destacadas de la historia. Su gran obra maestra, ’Wanda’ (1970), sigue siendo hoy una película indispensable. Escrita, dirigida y protagonizada por ella misma, ganó el Premio FIPRESCI de la Crítica Internacional en el Festival de Venecia de 1970, y se colocó como una obra visionaria sobre la relación de una mujer con un ladrón. Actriz de teatro y cine, como directora se ganó la imagen de "la contraparte femenina de John Cassavetes" (como aseguraron en The New Yorker), y finalmente el cáncer de mama nos arrebató en 1980 la que pudo ser una de las grandes cineastas norteamericanas de la época.

Pirjo Honkasalo (1947 - presente)

JPEG - 45.4 KB
Getty Images

No solo cineasta, sino también directora de fotografía, montadora, actriz y productora, esta finlandesa es conocida por su imaginario poético, ultraestético y comprometido con la realidad sociopolítica. También se reconoce en muchas de sus películas el gusto por mezclar la realidad y la ficción. En la que es posiblemente su obra maestra, ’The 3 rooms of melancholia’ (2004), nos muestra la supervivencia de un niño ruso en tiempos de guerra.

Liliana Cavani (1933 - presente)

JPEG - 33.8 KB
Getty Images

Con el premio de honor a toda su trayectoria que recibió en el Festival de Venecia de 2019, podemos decir que Liliana Cavani ha gozado de su justo reconocimiento. Sin embargo, nunca está de más recordar que la italiana tiene una de las filmografías más atrevidas y chocantes de la segunda mitad del siglo XX, donde destaca ’Portero de noche’ (1974), en la que cuenta cómo un agente de las SS nazis y su esclava sexual en un campo de concentración durante el Holocausto retoman su relación tras la guerra.

Comentar esta breve

SPIP | esqueleto | | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0