Voz nº1992

El 16 de septiembre fue notificada la orden de libertad incondicional inmediata a los dirigentes agrarios y populares Ismael Monroy, Serafín Monroy y Raúl Valbuena, quienes se encontraban recluídos en las cárceles de La Picota, El Barne de Tunja y Modelo de Bogotá acusados de homicidio y secuestro con fines terroristas, junto a cinco personas más, en un proceso político montado contra los dirigentes populares del municipio cundinamarqués de Viotá. Las falsas imputaciones le costaron a estos líderes regionales más de un año de cárcel. El proceso contra los Monroy y Valbuena se derrumbó por ausencia de pruebas y vencimiento de términos, aunque todo en sí mismo careció de sustentación jurídica, que pretendió sustituirse por la acción de testigos secretos y testimonios de oídas. Los dirigentes rindieron indagatoria
formal el 10 de enero de 1.997 con resultados positivos y aunque en un comienzo llegó a pensarse en su libertad una semana más tarde, la acción del proceso político los mantuvo tras las rejas más de un año. Exigiendo la libertad de los líderes de Viotá, llegaron a las dependencias judiciales y a los medios de comunicación centenares de firmas de ciudadanos de este municipio que testimoniaban el correcto comportamiento moral y la intachable conducta de los detenidos. Efectivamente, los Monroy y Valbuena han sido siempre receptivos a las necesidades de los pobladores de Viotá y han estado dispuestos a encabezar luchas por superar las dificultades que han obstaculizado en esa región la unidad y organización del campesinado, gozando de respeto y
respaldo general. Raúl Valbuena es miembro del Comité de Cafeteros de Cundinamarca, tiene 70 años y es miembro del Partido Comunista Colombiano.