Edición 1992, licencia No. 002357 del Ministerio de Gobierno. 

Quincena del 30 de Septiembre al 13 de Octubre de 1998. 

SUMARIO

Resumen VOZ 15 DÍAS  


Economia: 

Hechos & Cifras 

¿Son incompatibles las propuestas de las FARC con el proceso de globalización? 


Paginas editoriales: 

Enfoque: Guerrilla y neoliberalismo 
(por Alvaro Vásquez del Real) 

Editorial: ¿Es hora de reforma política? 
(por Omer Calderón) 

Mirador:El libro de Rangel 
(por Carlos A. Lozano Gillén.) 


Cartas 
Nacionales:

La Cumbre Social contra la Pobreza, por la Equidad y la Paz.

El despeje es inminente.

La convención del ELN.


Tema central: 

17 Congreso del Partido Comunista Colombiano.

Habla el secretario general del Partido Comunista Jaime Caycedo Turriago.

Saludos al 17 Congreso.

En Arauca.


Laborales: 

Convocado Paro Estatal Indefinido para las primeras semanas de octubre.

Contunden paro de 48 horas.

Urdanidia Amador Borges, de la FSM

El Concordato preventino de Dalhom.


Breves

 Derechos Humanos:

Procuraduría absuelve ex alcaldes de urabá, la revista Cambio los condena.


Ideología:

El hombre nuevo ese es Allende
(por Dauro Tótoro Daulis)


Regionales:

Desarrollo Comunitario.  
Tapetes rojos en Ciudad Bolívar.

Paramilitares en Antioquia.
A vuelo de la impunidad


Aniversario de la muerte de Neruda
Última página:

En libertad dirigentes populares de Viotá.

Contundente paro de 48 horas

Si el 11 de febrero del año pasado la convocatoria al paro estatal rebasó todas las expectativas, el paro de 48 horas celebrado entre el 23 y 24 de septiembre terminó por consolidar el acumulado de luchas que se habían propuesto las tres centrales obreras, los pensionados y los trabajadores estatales. Superado el síndrome de violencia por medio del cual los medios y la opinión  pública habían
sido acostumbrados a medir el impacto de las protestas sindicales, sin temor a equívocos podemos afirmar que no hubo rincón del país donde no se sintiera el poder del sindicalismo. Aunque con desniveles, la jornada fue acatada en su totalidad por el magisterio nacional, tanto de primaria y secundaria como universitario, así como por los trabajadores de entidades del orden nacional como el Incora, la Contraloría General, el Poder Judicial, Caprecom, Cajanal, el Sena y el Instituto de Seguros Sociales, ISS, cuyos trabajadores paralizaron actividades a nivel nacional las primeras 24 horas de la jornada. En Telecom y Ecopetrol la jornada fue de brazos caídos, sin afectar la producción. En el
Instituto Colombiano para la Reforma Agraria, Incora, la manera como el paro fue acatado por los trabajadores, de amplia trayectoria entre los campesinos por su defensa del sector agrario, contrastó con la jornada de mítines adelantada en algunas oficinas de la Caja Agraria, particularmente afectada por la desbandada de clientes y ahorradores luego de los anuncios hechos por el gobierno en el sentido de suprimir 300 oficinas de las principales ciudades.
Por lo demás, tanto en el Incomex y Notariado y Registro, como en la Dian y los diferentes ministerios —incluido el de Trabajo y Seguridad Social, donde Yepes Arcila por poco no pudo atender gracias a la fuerza del paro allí—, la jornada impactó tanto que el Gobierno se limitó a bajarle tono a sus declaraciones de rechazo. Y, más bien, convocó reunión del Consejo Nacional de Concertación, aunque para los días 14 y 15 de octubre. Demasiado tarde para tratar de calmar los ánimos de los asalariados en vísperas de la aprobación final del proyecto de ajuste fiscal, con fecha límite del 19 de octubre. En clínicas y hospitales la parálisis fue tan contundente como profunda la crisis económica que carcome las instituciones de asistencia médica de los colombianos. Sus recursos de funcionamiento escasamente alcanzan hasta septiembre. Dos plantas, una de teléfonos y otra de energía, además de la sede principal de Empresas Públicas de Cali, Emcali, fueron tomadas por 400 trabajadores cuatro días antes de la jornada en procura de reversar el despido de 1.200 empleados, así como la división de la empresa en tres negocios para usufructo de inversionistas particulares. Hasta el cierre de ésta edición,
cuando la administración local reportaba pérdidas por 25.000 millones de pesos, continuaban las negociaciones entre las partes. En Antioquia, el Valle, Risaralda, Bolívar y otras regiones del país, se registraron movilizaciones callejeras como hacía rato no se producían, con participación de los
trabajadores de la Aeronáutica Civil y la Registraduría Nacional.
En Barranquilla, resultó herido el médico Martín Acuña, víctima de una de las famosas bombas—papa, para provocar alarma en la población y la fuerza pública. En Nariño cerca de 4.000 educadores se tomaron y bloquearon la carretera Panamericana porque el gobierno departamental no les ha cancelado salarios desde hace tres meses, protesta a la que se sumaron los empleados de las empresas públicas. En La Guajira, a las dificultades laborales que afectan a maestros y trabajadores hospitalarios, a los cuales adeudan hasta cuatro meses de salarios, las organizaciones sindicales estudiaban la posibilidad de extender la parálisis de manera indefinida.
 

El oso de Ossa

El Contralor General de la República asumió el cargo con el pie izquierdo, defraudando las expectativas que la reciente elección generó en sectores importantes de opinión. No se sabe qué fiasco pesa más a la hora de balancear las actuaciones del ex director del Incora y ex concejal de Bogotá, oriundo de la población vallecaucana de Sevilla e hijo de uno cacique cafeteros más implacables. Si bien la tesis de que el Gobierno no debe incrementar un solo peso los salarios a un millón de servidores públicos y oficiales durante 1999 es un trago amargo, lo peor es que con semejante propuesta Ossa Escobar está tratando de congraciarse con Andrés Pastrana, contradictor suyo en el pasado.
Peor espadachín no han podido inventarse. A su paso por el Concejo capitalino, Ossa se caracterizó por su obsecuencia con Antanas Mockus, a diferencia del ya fallecido Jorge Child, quien a pesar de haber sido elegido también con el aval del ex alcalde de los calzones abajo, no tuvo pelos en la boca para salirle a la pelea cuando consideró que sus políticas iban en contra del pueblo y de su propio criterio. La verdad es que los salarios de los trabajadores resultan insignficantes a la hora de apropiar los recursos del presupuesto nacional: un reajuste del 20 por ciento escasame representa un 0.3 del PIB. En cambio, los salarios del nivel ejecutivo del gobierno, que ésta década sufrieron
monumentales reajustes, no desvelan al inquieto Contralor, quien cada año debe establecer los cálculos sobre inflación causada para determinar los reajustes en las dietas de los llamados Padres de la Patria. Al fin y al cabo, sobre esa misma se establecen las remuneraciones para el Contralor y otros altos cargos del Estado. Menos pusilámine se muestra el Jefe de Finanzas, Juan Camilo Restrepo. Se limita a sentenciar que no hay de dónde sacar plata para reajustar salarios por encima del 14 por ciento el año entrante.
De esa manera se hace el de las gafas frente a las promesas electorales de no tocar los salarios de los trabajadores ni crear nuevos impuestos: con una inflación del 20 por ciento cuando menos al 31 de diciembre, el 14 por ciento en salarios es un raponazo a los salarios de los trabajadores. Y la ampliación de la base gravable del IVA un nuevo impuesto, así demagógicamente lo bajen del 16 al 15 por ciento. A ese paso pueden bajar la inflación a un dígito: si la gente no tiene un sólo peso con qué comprar nada, la economía no tiene por qué resentirse.