Voz

Los comunistas hemos perdido de vista la importancia de nuestro periódico. El desgreño para mantener un arma ideológica de mucha utilidad, sobre todo en esta época de confusiones y de prédicas reformistas y derechistas

Por María del Carmen Garavito.

Era mi propósito comenzar a escribir acerca de la prensa revolucionaria y ya tenía buen material para hacerlo, además de las propias experiencias que a diario debo afrontar. Pero me encontré un libro extraordinario de Ediciones Prensa Latina, seleccionado y compilado por Pedro Margolles y presentado por el ilustre escritor Eduardo Galeano, que me dio más herramientas para confirmar la trascendencia de tener una organización revolucionaria con un periódico revolucionario. Aunque la era de la tecnología es el boom de este y del próximo milenio, no obstante no serán nunca responsables de desplazar la palabra escrita. De ahí la importancia que cobran nuestros periodistas cuando no se quedan en la noticia sino que acuden al periodismo investigativo, de la crónica y el reportaje, el periodismo de la calle, el periodismo de la verdad palpable y real.

Los periódicos no sensacionalistas cumplen un papel fundamental en la sociedad y lo seguirán cumpliendo durante años y por qué no, durante siglos. Así lo afirma en uno de sus apartes en el libro comentado, Carlos Fazio quien dice textualmente: “Muchas veces se ha declarado muerta la palabra escrita y la propia realidad vuelve a desmentir que eso no es así. El periódico sigue cumpliendo una función en la sociedad moderna”.

Los medios electrónicos nos dan el sabor de la noticia del momento, de la “chiva” periodística, nos informan del acontecer al instante, pero lamentablemente ahí queda la noticia, el televidente o el informatizado por computadora no tiene derecho al cuestionamiento de la noticia, precisamente por su misma fugacidad. Cosa que no pasa con la palabra escrita, aquí el lector tiene la oportunidad de conocer más en detalle la profundidad de la noticia, cuestionarla, ver el problema, debatirlo, etcétera y hasta darle una solución. Y no sólo ese papel juega la palabra escrita, también a través de este medio los dueños de los periódicos pueden hacer que los protagonistas de las noticias sean sancionados, pueden hacer que a través de la noticia investigada se
tomen grandes decisiones. En síntesis, la palabra escrita es el mejor testimonio que se le puede ofrecer a un lector que sea capaz de analizar con profundidad la
noticia.

El papel de VOZ

Necesaria reflexión esencialmente para nosotros los comunistas que tenemos como riqueza única un medio u órgano informativo que durante 41 años, contra viento y marea, se mantiene en medio de las crisis sociales, políticas, económicas y culturales que nos ofrece el capitalismo salvaje. Especialmente en esta década hemos sido víctimas de aquellas creencias de que la prensa escrita ha muerto, que la noticia y la información nos la brindan la pantalla chica, Caracol R@dionet o ahora el tan mentado internet. Hemos perdido el horizonte de la verdadera prensa revolucionaria y el papel político que ésta desempeña en nuestro diario quehacer por cambiar hacia una sociedad superior, de socialismo humanista y del comunismo.

En la presentación que hace Eduardo Galeano en uno de sus apartes afirma: “En nuestras tierras, ese derecho no se realiza por la gentileza de los grandes medios de comunicación que nos incomunican y enmascaran la realidad, sino gracias a la tozudez y al talento de los maltratados periodistas que desarrollan la conciencia crítica y rescatan la memoria colectiva: la conciencia enemiga de la impunidad, y la memoria, enemiga de la amnesia”.

Es así como nuestra prensa revolucionaria debe cumplir su papel como
organizador colectivo, creador de “conciencia colectiva”, ese fue el comienzo de la prensa revolucionaria, la importancia fundamental de tener un periódico central -como sucedió con Iskra (primer periódico revolucionario ayudado a fundar por Lenin)- cuando expusieron la siguiente declaración: “de que era necesario ‘exhortar’ a formar una organización revolucionaria capaz de unir a todas las fuerzas y de dirigir el movimiento no sólo nominalmente, sino en realidad, es decir capaz de estar siempre dispuesto a apoyar toda protesta y toda explosión, aprovechándolas para multiplicar y reforzar los efectivos que
han de utilizarse en el combate decisivo”. Interpretando la anterior declaración puedo concluir que para que exista una verdadera organización política debe existir en su seno un periódico que cumpla un papel fundamental en nuestros objetivos de transformar nuestra sociedad por una sociedad más justa. Él mismo debe ser un educador, un organizador, un dirigente colectivo.

No ser conformistas

Es decir, los comunistas hemos perdido de vista la importancia de nuestro periódico, y en la actualidad nos hemos conformado con leerlo quincenalmente y en algunas regiones se dan el lujo de no leerlo, de no pagarlo o pagarlo a cuentagotas y con devoluciones; no se inmutan ante la falta de esta gran arma ideológica capaz de unir, educar, dirigir y cumplir esencialmente un papel revolucionario. Estoy segura que aunque la historia ha cambiado y quizás algunos principios del marxismo-leninismo han perdido vigencia, esas primeras experiencias de los socialdemócratas de Rusia con la creación de su primer periódico revolucionario (Iskra) viven y deben vivir en cada uno de nosotros, como esa de difundir el periódico así tengamos que hacer un esfuerzo para que
llegue a nuevos lectores. Así tengamos que difundirlo en la clandestinidad para eludir las balas del enemigo. Así tengamos que utilizar miles de mecanismos para que llegue a las manos del obrero, del campesino y de otros sectores.

La mayor parte de la literatura de nuestro periódico debe ser de carácter partidista en oposición a la prensa burguesa, que sólo busca el afán lucrativo; la labor literaria debe pasar a ser una parte integrante del trabajo organizado, coordinado y unificado. Una prensa que sea libre con respecto al capital, una prensa sostenida por nosotros mismos, porque somos nosotros los gestores de los cambios.