Voz

Más de 900.000 millones de pesos dejó amarrados el anterior gobierno de
Samper en contratos de dudosa calidad, que sólo tienen como objetivo el
dar a los amigos del régimen un bienestar económico ante la pérdida de
los favores políticos.

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El excandidato Horacio Serpa ha anunciado un gabinete en la sombra. Para
su Ministerio de Hacienda tiene designado a César González, su jefe de
campaña y anterior presidente de la Asociación Bancaria. Se supone que
González hará la defensa de su gremio ante el nuevo gobierno.

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150.000 millones de pesos requiere la Caja Agraria para salvarse. ¿Cómo
se llegó a este déficit? Es fácil determinarlo, porque durante muchos
años la entidad fue el cajero automático de empresarios, políticos,
funcionarios y amigos del gobierno de turno. Ninguno de ellos pagaba
porque para eso estaba la caja, para obtener el dinero sin haber hecho
consignaciones previas.

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Sin embargo, en el caso de la Caja Agraria, mientras se le condonaban
las deudas a los poderosos, a los pequeños y medianos agricultores les
caían con todo para recuperar las deudas, Varios perdieron sus tierras
en litigios con la entidad. Como solución de la crisis, el nuevo
gobierno quiere cerrar sucursales y despedir a casi tres mil
trabajadores. Es la fórmula siempre inhumana del capital.

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Se están robando el país, dice el Contralor saliente ante el cúmulo de
peculados y de pérdida de dineros públicos en las diferentes entidades.
Sin embargo, no da nombres, no asigna responsabilidades concretas para
las investigaciones penales. Es la manida tendencia de hacer
prota-gonismo pero sin pisar los callos de los delincuentes de cuello
blanco. La corrupción en las altas esferas del poder es el principal
escape de los dineros públicos. Lo malo es que nadie se atreve a cerrar
el boquete.