Utopía // 1ro de mayo de 2006

Editorial

Palabras Urgentes

Somos hombres y mujeres de este corajudo pueblo, quienes desde hace varios años, entre aciertos y fracasos, hemos venido impulsando la construcción de una organización revolucionaria en Venezuela. Con la radicalización del proceso político y la maduración de nuestros compañeros, hemos optado por todos los espacios y formas posibles de lucha. Asumiendo la lucha de clases como motor de la historia, nos comprometemos fehacientemente con la lucha revolucionaria que nos permita instaurar el Socialismo.

El proceso bolivariano viene aletargándose, por un lado debido a la falta de una dirección homogénea y coherente en las políticas de gobierno y por otro a que la derecha bolivariana (que emerge como nueva clase política), copa cada vez más espacios de poder, construyendo un muro gigantesco que pretende frenar la Revolución y usurpar todo intento de ejercicio de poder del pueblo. Ellos han utilizado el llamado del Compañero Presidente Chávez a la construcción del socialismo para levantar el discurso de un “socialismo a la venezolana” que según, nada tiene que ver con los postulados teóricos y científicos del marxismo, negando con esto la historia y la dignidad de millones de hombres y mujeres, camaradas todos, que desde siempre han combatido y levantado las banderas del socialismo como la única alternativa posible para la consecución del mundo tan anhelado por la humanidad.

Este escenario ha fomentado un serio descontento en el seno de nuestro pueblo, el cual aún mantiene su apoyo consecuente e irrestricto al compañero presidente, pero se torna cada vez más escéptico del carácter revolucionario del gobierno en su conjunto, sabiendo que en él conviven corrientes oportunistas y reformistas.

Es fundamental entonces, consolidar la unidad sincera y programática de los todos los revolucionarios. Urge la construcción de esa vanguardia colectiva, no para erigirse como los clarividentes poseedores de la verdad, sino para que sirva de catalizador, de abreviador del camino, para trazar la senda por donde caminen unidos todos los sectores sociales en lucha que conforman la gran clase oprimida.

Urge la construcción del Partido Revolucionario, capaz de unificar el programa de todos los revolucionarios, capaz de cumplir su papel educativo hacia las masas y su papel conspirativo hacia la caída del sistema capitalista. Los enemigos (los de fuera y los de dentro) no dudarán en golpear y buscar dividirnos, razón tiene el cantor del pueblo “…Si la lucha por la libertad se dispersa, no habrá victoria popular en el combate…”

Así nace “La Senda”, para abrir la discusión sobre el camino que hemos de transitar juntos en la consolidación de la Revolución, para ayudar a remediar el déficit ideológico de nuestro proceso. Concebimos esta publicación como una herramienta para la agitación en función de la trasformación social, para la difusión de la teoría revolucionaria y para fungir como un organizador colectivo de los revolucionarios. Éste medio ha de ser más que un medio, mucho más que tinta plasmada en un papel. Ha de convertirse en praxis transformadora, ha de discutirse en lugar de divulgarse. He aquí esta Senda abierta, compañeros, discutámosla, transitémosla y encaminemos juntos la lucha revolucionaria.

Utopía Revolución en la Revolución


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