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  nº 40 noviembre 03

El pueblo saharaui: nueva apuesta por la paz y el diálogo



JOSÉ MARÍA DÍAZ LÓPEZ
>> El Frente Polisario (Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Rio de Oro, las dos provincias del Sáhara Occidental) fue fundado en 1973 y es la organización política representante del Pueblo Saharaui, reconocido por la ONU como Movimiento de Liberación. Del 12 al 19 de octubre celebró su XI Congreso bajo el lema “lucha y cohesión para arrebatar la independencia y la paz”. Al mismo asistieron 1600 delegados representando a todas las capas sociales, organizaciones de masas saharauis así como los gobiernos de las wilayas (provincias) y dairas (municipios) de los campamentos de refugiados y las estructuras militares. Este congreso, el primero que se celebra en el llamado Sáhara Liberado (porción del Sáhara Occidental reconquistada a Marruecos durante el conflicto), hecho tremendamente simbólico, sirvió para lanzar un mensaje a Marruecos en orden a aprovechar la nueva oportunidad para la paz y el diálogo que ofrece la resolución aprobada en julio por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Dicha resolución, la 1495/2003, conocida como Plan Baker, sigue respetando el derecho del Pueblo Saharaui a su autodeterminación y prevé la celebración del Referéndum de autodeterminación en un periodo no superior a cuatro años, tras un plazo de autonomía dentro de Marruecos, potencia ocupante del territorio. Según Mohamed Abdelaziz, “no habrá estabilidad en el Magreb mientras persista el conflicto en el Sáhara Occidental”.

España colonizó el Sahara Occidental (la parte del Sahara que da al mar, frente a las Islas Canarias), hasta 1975. Fue una provincia española hasta ese año, teniendo además su propia representación en las Cortes. En 1975, España debería haber abandonado el Sahara Occidental permitiendo que los saharauis se constituyesen como país independiente mediante un referéndum de autodeterminación. En lugar de eso el gobierno español permitió que Marruecos invadiese el territorio legítimo de los saharauis. Marruecos ocupó el Sahara, primero de forma pacífica a través de la famosa Marcha Verde, en la que 350.000 marroquíes penetraron en el territorio tres o cuatro kilómetros. Después lo ocupó de forma violenta, bombardeando a los saharauis con napalm y bombas de fragmentación. Cerca de 200.000 saharauis se vieron obligados a huir de sus casas y de su patria; los que se quedaron sufrieron la persecución, tortura y asesinatos por parte del ejército marroquí.

A pesar de la ocupación por parte de Marruecos, la República Árabe Saharaui Democrática (R.A.S.D.) se proclamó como estado el 27 de febrero de 1976, con los saharauis ya en el exilio. Los refugiados saharauis llegaron hasta Argelia, donde instalaron sus campamentos en la zona de Tindouf. A la vez, el Frente Polisario entraba en guerra contra Marruecos y contra Mauritania (que también había ocupado una parte del Sur del Sahara Occidental), para recuperar su tierra. La ONU ha pedido en repetidas ocasiones a Marruecos que se retire de un territorio que no le pertenece y permita la celebración de un referéndum en el que los saharauis decidan su futuro. En 1991 se firma un Plan de Paz que incluye un alto el fuego que dura hasta nuestros días. En el Plan de Paz se recoge la urgencia de un Referéndum de Autodeterminación. Pero Marruecos ha ido alargando en el tiempo ese referéndum con diversas excusas y trabas impuestas al proceso de paz de manera unilateral.

Mientras tanto, la mayor parte del Pueblo Saharaui permanece en los campamentos de Refugiados de Tindouf, en la zona más dura del desierto argelino, donde no hay agua ni posibilidad de plantar nada, con muy pocas posibilidades de desarrollo. La alimentación proviene de la ayuda internacional de la ONU, Media Luna Roja, UNICEF y diversas ONG’s, principalmente españolas, aunque también de otras zonas del mundo. Otra gran parte del Pueblo Saharaui permaneció en lo que hoy se conoce como Sahara Ocupado, con una absoluta falta de derechos y libertades fundamentales así como una constante persecución policial y judicial, violando leyes internacionales, hacia todos aquellos saharauis que se atreven a recordar que el Sáhara Occidental no es territorio de Marruecos. Este es el caso de Alí Salem Tamek, miembro de la ilegalizada Sección Sáhara del Foro Verdad y Justicia, encarcelado por su lucha a favor de la autodeterminación del Pueblo Saharaui, que mantiene además una huelga de hambre solicitando que sea reconocido como preso político. Un muro de cientos de kilómetros de longitud levantado por Marruecos durante la guerra, con el objeto de frenar el avance del ejército saharaui, divide a las familias saharauis desde hace más de 27 años.

El IX Congreso: amplio apoyo internacional
En este congreso se constató el enorme apoyo internacional que existe hacia el pueblo saharaui. Cerca de 300 delegados invitados, procedentes de distintas instituciones políticas y sociales así como del amplio Movimiento de apoyo al Pueblo Saharaui, procedentes de los cinco continentes, vinieron a dar su apoyo explícito, así como a reclamar una solución justa y pacífica a este conflicto que dura ya más de 27 años. Especialmente significativa fue la presencia de multitud de delegaciones procedentes de todo el estado español así como de Argelia, país que acoge al Pueblo Saharaui en el exilio y que contó con la representación de todas las fuerzas políticas así como delegados de las dos cámaras del parlamento argelino y del Consejo Consultivo Magrebí. También fue importante la asistencia de una representación del parlamento europeo, concretamente de Margot Kessler, presidenta del intergrupo parlamentario europeo “Paz para el Pueblo Saharaui”, así como representantes del grupo socialista europeo y de la Izquierda Unida Europea, manifestando su apoyo al “derecho legítimo del pueblo saharaui a la autodeterminación y a la independencia”. También fue importante la presencia de delegaciones procedentes de Estados Unidos.

Durante el Congreso se reconoció también, la solidaridad del Pueblo Saharaui hacia otros pueblos árabes que viven una situación parecida a la suya. En el informe del Secretariado Nacional se reconocía “nuestro apoyo a la lucha del Pueblo Palestino por la recuperación de sus legítimos derechos de crear un Estado independiente y a vivir en armonía y en paz con el resto de los países y pueblos de Medio Oriente” así como “expresar nuestra solidaridad con el pueblo de Irak y nuestros deseos de que recupere su soberanía territorial y logre la reconstrucción de su país en paz y estabilidad”.

El debate sobre el plan Baker
En cuanto al amplio debate en torno al llamado Plan Baker, la mencionada resolución 1495/2003 aprobada en julio por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Mohamed Abdelaziz, presidente de la República Arabe Saharaui Democrática y Secretario General del Frente Polisario, reafirmó la voluntad del Pueblo Saharaui de cooperar con dicho plan sin que ello suponga abandonar “el Plan de Arreglo inicial aceptado por las dos partes y auspiciado por la Comunidad Internacional”. Tras el debate, el Congreso afirmó que dicho Plan Baker “no es una solución definitiva, pero es una base para un nuevo proceso de paz”. Los saharauis una vez más reiteraban la voluntad de encontrar soluciones pacíficas al conflicto para descartar definitivamente el camino de las armas. Se valoró el papel importante y primordial que juega la Comunidad Internacional en el conflicto del Sáhara Occidental. “La credibilidad de las Naciones Unidas, de su Consejo de Seguridad y la de su Secretario General, en lo concerniente a la descolonización, está ligada al arreglo del problema del Sáhara Occidental”, afirmó Mohamed Abdelaziz. Recordemos que la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para un Referéndum en el Sáhara Occidental) fue creada por la ONU en 1991, tras la firma del Plan de Paz, con la misión de vigilar el alto el fuego, verificar la reducción de tropas marroquíes en el territorio, vigilar el confinamiento de las tropas en lugares asignados, avanzar con las partes para garantizar la puesta en libertad de todos los presos y detenidos políticos del Sáhara Occidental, supervisar el intercambio de prisioneros de guerra, aplicar el programa de repatriación, identificar y registrar a los votantes cualificados así como organizar y asegurar un referéndum libre y justo y proclamar los resultados; misiones que doce años después aún no se han cumplido en su mayoría.

En lo que se refiere al papel de la Comunidad Internacional, se vertieron críticas hacia la postura de determinados países, especialmente hacia la postura del gobierno francés de apoyo incondicional a Marruecos en su política de ocupación ilegal del Sáhara Occidental. Se le pidió a dicho gobierno francés, el respeto a la Carta de las Naciones Unidas, y resaltando la ambigüedad de la postura francesa, que defiende la legalidad internacional en capítulos como el de la invasión de Irak pero se desmarca de esa legalidad internacional en lo que se refiere al Sáhara Occidental. También se matizó un cambio en la postura de Estados Unidos así como una postura de apoyo del gobierno español y de gran parte de la Comunidad Internacional “demostrando el aislamiento completo de Marruecos en el Consejo de Seguridad de la ONU y en la escena internacional”. Recordemos que la República Arabe Saharaui Democrática es un estado reconocido por más de ochenta países del mundo además de tener delegaciones en numerosos estados y en organismos internacionales como la Organización para la Unidad Africana, promotora del Plan de Paz de 1991.

Pensando en el futuro
El Frente Polisario durante su XI Congreso aprobó un programa de acción nacional para los próximos tres años, eligió a una nueva dirección política y se propuso abordar distintas reformas en la Constitución de la República Arabe Saharaui Democrática y de los Estatutos del propio Frente Polisario. El nuevo Secretariado Nacional está formado por 25 miembros, además de representantes de las organizaciones de masas saharaui: Unión Nacional de Mujeres Saharaui (UNMS), Unión General de Trabajadores (UGTSARIO) y Organización de Jóvenes (OJSARIO), y otros 12 miembros representantes de los Territorios Ocupados. Por su parte Mohamed Abdelaziz, fue reelegido como Secretario General con más del 92 por ciento de los votos. La renovación de la confianza del Pueblo Saharaui en Abdelaziz se debe, sin duda, a su carácter negociador y conciliador, lo que muestra las pretensiones actuales del Pueblo Saharaui de encontrar una salida pacífica al conflicto y en el marco de la negociación con Marruecos pidiendo a la Comunidad Internacional, especialmente a los distintos organismos de la ONU, que medien en el conflicto y cumplan sus compromisos históricos.


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