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  nº 38 septiembre 03

Victoria de los trabajadores de la limpieza de Tomares (Sevilla) tras 134 días de huelga

El 28 de julio, tras casi cuatro meses de huelga, los trabajadores de la limpieza pública de Tomares, Sevilla, el sindicato CNT y la empresa Ferrovial Servicios S.A., firmaban una acuerdo por el que ponían fin al paro indefinido. Según los trabajadores, se trata de una victoria con la que logran la readmisión de los despedidos, nuevos contratos para los empleados temporales, aumento salarial, la garantía de que cualquier acuerdo importante pasará por la asamblea de trabajadores y el reconocimiento de la representatividad de la sección sindical. No han logrado, sin embargo, la cláusula de garantía laboral. Pese a la inicial resistencia de la empresa, que contaba con el apoyo de la alcaldesa, la unidad de la plantilla (según CNT, la huelga fue secundada por la totalidad de la plantilla, con las excepciones del encargado y de un trabajador de baja por enfermedad), la determinación de ganar y el apoyo del resto de la organización (que convocó concentraciones contra Ferrovial por todo el estado), logró doblegar la resistencia patronal.

El paro fue muy duro. Por un lado, Ferrovial fijó unos servicios mínimos del 50%, contrató nuevos trabajadores y subcontrató a otra empresa para la realización de las tareas de los huelguistas. Asimismo, despidió a 17 trabajadores, forzando con ello un pacto de eficacia limitada con los dirigentes del Sindicato de Servicios Públicos de la UGT, que los propios miembros de la sección sindical de la empresa impidieron. Además, la alcaldesa socialista dispuso un enorme servicio policial –la policía local fue reforzada con la de otros pueblos, además de la guardia civil y la policía judicial- para vigilar a los huelguistas. Según la CNT, en ningún momento hizo amago de mediar en el conflicto y mucho menos dialogar con los trabajadores.

Por su lado, la plantilla realizó manifestaciones, concentraciones diarias y acciones de denuncia, llegando seis trabajadores, el 23 de junio, a encerrarse, en huelga de hambre indefinida, en la iglesia de la Magdalena de Sevilla.
La huelga se inició el 17 de marzo 2003, cuando la empresa se negó a cumplir los acuerdos firmados con ella el 9 de marzo del 2002, y que fueron ratificados en Pleno del Ayuntamiento de Tomares. En estos acuerdos se recogía una serie de mejoras laborales y lo que es más importante, la subrogación con contratos indefinidos por parte de Ferrovial, de la empresa que en su día se encargó del servicio de limpieza de la localidad sevillana.
/Demetrio Patocho

 

 

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