logo
volver a página pricipal

  nº 38 septiembre 03
NauFraG@s

La inteligencia colectiva es mejor que la individual

Grupos inteligentes, teoría y práctica del trabajo en equipo
Fernando Cembranos, José Angel Madina
Editorial Popular, 2003, 301 pág.,
13, 20 €

Desde los movimientos transformadores se defiende la democracia de base o directa, los métodos asamblearios y la necesidad de construir colectivamente. Nuestra crítica al sistema puede ser muy elaborada, pero demasiadas veces las alternativas quedan en consignas vacías (por ejemplo, la idea de que basta juntarse en asamblea y ya está), como si nuestras ideas-fuerza tuvieran poderes mágicos transformadores inherentes. La realidad de la práctica asamblearia, del trabajo en grupo, suele dejar un regusto amargo de que son demasiadas energías volcadas para tan poco resultado. De que, sabiéndose en la teoría la potencia de la cooperación social, del cerebro colectivo, en lo concreto algo falla. El Mando, él, sabe qué es lo que falla: la cooperación se aprende, y los cerebros tienen que coordinarse. Por eso las secciones de economía de las librerías están llenas de manuales de dirección y de trabajo en grupo, para que los dirigentes puedan gestionar en provecho de la empresa esa cooperación.

Pero algo que no parta de la lógica de la jerarquía y el mando, no lo veras en las librerías. Bueno, hasta la llegada de este manual, que desde la perspectiva de la horizontalidad, aporta análisis y reconceptualizaciones de los procesos colectivos. Los principales errores a evitar, las tensiones que se dan (la necesidad de reconocimiento social, los problemas de inseguridad, etc.), las técnicas de trabajo grupal, la resolución de conflictos, cómo aprovechar mejor la diversidad y reforzar el sentido de grupo, etc.

Partiendo de la idea de que un grupo inteligente es aquel que consigue ser más que la suma de sus partes –y no que sus componentes sean cada uno muy inteligentes, y de que ese es el modelo hacia el que hay que tender, nos van desgranando diversas propuestas para lograr la máxima potencia colectiva. Es evidente la experiencia de los autores en la participación en colectivos (la búsqueda de lo práctico es clarísima), y la solidez de su saber (hay rigor), lo que les permite una gran fluidez y un tono ameno. La faceta pedagógica se ve reforzada por la separación entre capítulos de “teoría” intercalados con capítulos enumerando las diferentes técnicas. Mezclan acertadamente explicaciones sobre cómo “piensa” el cerebro, psicología del grupo (tienen en cuenta las relaciones de poder que se pueden generar), la enumeración de los fallos y aciertos habituales -los problemas de los distintos ritmos (cada uno piensa a una velocidad diferente), los errores y potencialidades del pensamiento colectivo, de las reuniones, etc.– con ejemplos muy comunes. “Contempla el grupo desde una perspectiva de sistema, presentando la relación existente entre pensamiento, conducta, emoción, estructura, dinámica, realización y sentido.”

En resumen, un manual imprescindible para todos los militantes de los movimientos sociales transformadores, porque nos va a permitir multiplicar el provecho de los esfuerzos colectivos.

Roberto Carlos

subir