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  nº 38 septiembre 03

Entrevista a José Angel Pascual, sindicalista de CGT en Telefónica

“Telefónica acude a la forma más barata de dar buenos
resultados: poner en la calle a un montón de trabajadores”

Demetrio Patocho
>> El 23 de julio de 2003, unos 300 empleados de Telefónica España S.A.U. se concentraban ante una de las sedes de la empresa, en Madrid, para denunciar la firma de un expediente de regulación de empleo (ERE) por parte de las centrales sindicales mayoritarias y de Telefónica. El acuerdo fue aprobado por el ministerio de trabajo el 29 de julio. Con ello, el grupo Telefónica, una de las mayores multinacionales de capital español, ponía en marcha el mayor ERE de una empresa privada de la historia de este estado. En un plazo de tres años, prorrogables por otros dos, despedirá a 15.000 empleados. En 1999, ya ocupó esa triste primera posición con otro ERE que supuso 10.800 despidos. El 24 de julio, entrevistamos a José Ángel Pascual, sindicalista en Telefónica por CGT, para que nos informase sobre esta situación.

Molotov: ¿Cuál es la situación actual tras la firma ayer del convenio y del ERE?
José Angel:
Nosotros decíamos, en la reunión de la mañana, la del convenio, que era un mal día, porque sabíamos -aunque no se convocó de esa manera, sino como una reunión más, cuales eran las soluciones a las dos negociaciones. Ya teníamos información de que se iba a aceptar todo, por parte de las mayorías que conforman el comité intercentros, -básicamente CCOO y UGT, que juntos tienen ocho de los trece miembros del comité. Entendemos que tanto el convenio como el ERE son dos puntos, que en los años que duren van a marcar tanto para la plantilla como en las relaciones laborales, un empeoramiento, una perdida de logros conseguidos a lo largo de muchos años y que desde hace un tiempo para acá, Telefónica va comiéndose con la complicidad de CCOO y UGT básicamente, aunque luego hay siempre sindicatos pequeños, como STC y UTS (...), que también se han sumado a la firma del convenio, el primero, y del convenio y el ERE, el segundo.
Como consecuencia, la plantilla de Telefónica se encuentra con un acuerdo en el que se desregulan más las relaciones laborales, se pierde poder adquisitivo -independientemente de que se aplique el IPC-, deja las manos libres a Telefónica para disponer de los trabajadores como quiera, admitiendo la multifuncionalidad de hecho, y admitiendo un concepto llamado disponibilidad (estar localizable durante las 24 horas, a cambio de una compensación económica, que nosotros consideramos que en ningún caso debería ser aceptable por los sindicatos que nos llamamos de clase).

M: ¿Cómo ha reaccionado la plantilla ante la firma de estos acuerdos?
J.A.:
Bajo nuestro punto de vista, muy mal. No es que sea ahora, sino que habitualmente viene reaccionado muy mal. De hecho, se han realizado elecciones sindicales en mayo, llevadas a cabo tras un ERE anterior -a las costillas de CCOO y UGT, al debe de estos sindicatos según nuestro punto de vista-, y a unos intentos de segregación que han hecho que se produzcan movilizaciones interesantes en la contestación, y que han frenado esa desmembración de la empresa. Pero curiosamente, después de esas movilizaciones, del ERE anterior, esos sindicatos han vuelto ha sacar mayoría absoluta en el comité intercentros. Es una situación parecida a lo que se puede sentir tras la guerra contra Irak. Ves movilizaciones de millones de personas y piensas “Coño, el colectivo social, la gente, estamos reaccionando, parece que nos vamos a oponer a que sigan abusando, a que nos tomen el pelo”. Se producen las elecciones, y tanto en un caso como en el otro, gana el PP, el conservadurismo, el pactismo, la dejación de derechos. Y en el caso de las elecciones sindicales, vuelven a ganar unos sindicatos que en la idea, entiendo yo, que les anima, de que están cogestionando algo, se empeñan en repartir la miseria, en lugar de reivindicar el derecho al reparto de las plusvalías, todas esas cosas de las que hablamos los “rojos”. Se empeñan en dar fe de la realidad, con el discurso de que “esto es lo que hay, esto es lo que hay”. Nosotros les contestamos que las organizaciones de clase no están para dar fe de la realidad, sino para cambiar la realidad. Para dar fe de la realidad están los notarios, los auditores... Pero estos se empeñan en cogestionar la miseria, y repartirla. Y aquí estamos, recibiendo nuestra cuota de miseria.

M: ¿Eso significa que el ERE se va a aplicar sin ningún problema?
J.A.:
Realmente las negociaciones se producen en otros espacios y tiempos ajenos a la mesa de negociación formal, eso es evidente. Además, el secretario de CCOO lo dijo, que ha habido reuniones paralelas. Y lo dijo con orgullo, con la chulería del “Porque podemos”, entienden la democracia como la imposición de las mayorías.
Formalmente, se produce primero la negociación del convenio, y es en la segunda sesión de negociación cuando se nos presenta el ERE. Este ultimo lo entendemos como un elemento desmovilizador de las inquietudes de la plantilla. Un ERE en Telefónica, que va a afectar a 15.000 familias, 15000 individuos van a ver precarizada su vida... Independientemente de que nos digan que se va a tener más tiempo libre.. (...) El tiempo libre se tiene que equilibrar con la capacidad que tienes de administrarte dicho tiempo, ajustándolo a tus necesidades.
Pero en Telefónica, el anuncio de 15.000 despidos se recibe incluso con alborozo, llegando a ser un elemento que CCOO y UGT han utilizado en la campaña electoral diciendo “oye, como votéis a estos, no tenéis ERE, que los únicos que somos capaces de firmarlo somos nosotros”. Fíjate en que situación esta la plantilla: haciendo cuentas. Las asambleas que hemos hecho de contestación al convenio colectivo y al ERE, se han convertido, aunque sea un poco exagerado, en “consultorías”, con preguntas como “¿Yo, que tengo tantos años, que empecé a cotizar en tal fecha, y además tengo esto, si me acojo a tal medida, cuanto me queda?”. Lo único que le importa es en qué condiciones se va a marchar, y lo demás le da igual.
En Telefónica teníamos una ampliación de la prestación de la Seguridad Social, una extensión, una especie de salario diferido, aunque fuésemos nosotros los que lo pagásemos. Pues esto ha sido liquidado en el ultimo convenio. Joder, fíjate la salud, aunque sea un poco sensiblero, la salud... Nada, les ha dado igual. Les dices, oye, que cuando te jubiles, Telefónica te va a dejar de pagar este concepto. Te lo cubrirá mientras seas prejubilado, pero después...
En descargo de la plantilla, decir que la empresa lleva un tiempo creando las condiciones para que esto suceda. El concepto de mobbing, de acoso laboral: Telefónica lo lleva practicando de una forma soterrada desde hace tiempo. Hay cantidad de gente que mata el tiempo en la empresa, que no tiene empleo efectivo, y no lo hace por voluntad del trabajador, sino de la empresa, que va creando las condiciones para que el ERE también sea un elemento liberador. La gente dice: “me voy, aunque pierda un 30 o 40%, pero no los aguanto más”. De hecho, la empresa esta poniendo sobre la mesa elementos que no había usado antes. Por ejemplo, ha contratado la gestión del servicio de bajas con Nutrexpa –que, curiosamente, tiene en sus órganos de dirección, en el consejo de administración, a un antiguo de CCOO de Telefónica-. Pues esta empresa se dedica a llamar para entre otras cosas, recordar los días que lleva de baja, a enviar inspectores. Eso es legal, pero eso demuestra dónde está la legalidad.

M: ¿Cuál es la argumentación de la empresa?
J.A.:
En número de junio de la revista de información interna que recibimos, Televip, el titular es “El grupo Telefónica multiplica por cuatro sus beneficios en el primer trimestre”. Pero Telefónica plantea que los beneficios obtenidos no cuadran con las expectativas. Fíjate que estamos hablando únicamente de expectativas, de elementos de proyección económica, que se pueden cumplir o no. La justificación del ERE se basa sólo en términos económicos. Nosotros hemos presentado, en el ministerio de trabajo, un expediente contradictorio, porque los datos que aportaban no coinciden con sus propios datos en otras documentaciones formales, como pueden ser las informaciones dadas a la junta de accionistas, a la Comisión del Mercado de Valores, a la Comisión de las Telecomunicaciones, etc. Con los datos del ERE, Telefónica nos pretende llevar ante una situación catastrofista, en la que esté justificado el que haya que prescindir de 15.000 puestos de trabajo para hacer esto rentable. Y ese elemento también se lo hemos contestado porque es totalmente incierto.
Pero, incluso, aunque fuese cierto que hubiese perdidas y que las perspectivas también fuesen de pérdidas, les hemos planteado que hay otros elementos que modificar que no son única y exclusivamente la plantilla. Incluso desde un punto de vista exclusivamente sindical, de sentarnos a redefinir las tareas de cada uno en una empresa en crisis en un nuevo mercado. Pero es que sólo se habla de una realidad, la suya. Y la nuestra, ¿qué?: ¿no tenemos crisis, pérdidas, con subidas de los precios de las patatas?
Lo que hacen los gestores de Telefónica es acudir a la forma más barata de dar buenos resultados, que es poner en la calle a un montón de trabajadores, con lo cual, lógicamente, sus gastos disminuyen. Y luego, qué pasa si se necesita más gente: se subcontrata mucho más barato a base de contratos precarios. Incluso, se contrata directamente, que les sale igual de barato, con la figura de contrato fijo, que se les puede despedir cuando quieran. Y en cualquiera de los casos, no pasa nada, que si me he equivocado y he echado 15.000 pero necesito 2.000, salgo en las portadas de los periódicos como una empresa que genera empleo. Porque los sindicatos, las fuerzas sociales, no van acordarse del ayer, sino de que hoy contrato. De hecho, hay un compromiso en el ERE, de creación de un 10% de puestos de trabajo, en los próximos cinco años sobre la plantilla que se va, es decir, de crear 1.500 empleos, y CCOO y UGT, ni cortos ni perezosos dicen que apoyan el ERE porque hay un compromiso de creación de puestos de trabajo. También dicen que apoyan el ERE y el convenio porque aportan estabilidad en el empleo. No sé qué estabilidad le pueden dar a los 15.000, el 37% de la plantilla, ya que en Telefónica somos 40.000 trabajadores.
Nosotros les decimos a la plantilla que su estabilidad en el empleo pasa por despedir a sus compañeros. La verdad es que es una situación dura, por lo decepcionante que es ver que no hay reacción social.

M: ¿Cómo os planteáis cortocircuitar estos discursos, estas prácticas? Aquí el discurso es importante: la gente se lo cree y acepta sin chistar.
J.A.:
Consideramos que hemos hecho un buen trabajo para poner de manifiesto cual es la situación. A través de movilizaciones, de huelgas más o menos logradas, de concentraciones y de comunicaciones de todo tipo: más técnicas, más ideológicas y una mezcla. Desde el punto de vista legal, hemos presentado al ministerio de trabajo un informe contradictorio, esperando que encuentre en él los argumentos necesarios para no admitir el ERE, que es como quien oye llover, pero bueno... Además, con la reforma del Estatuto de los Trabajadores, si hay mayoría en la parte social a favor del ERE, pues la Administración no puede negarse, salvo que haya fraude o intento de engaño, cosa muy difícil de demostrar en una situación como ésta. Y luego, en la parte práctica, nos tenemos que plantear pelear una situación irreversible: ese ERE se va a aplicar. Tampoco podemos pensar que nuestro limite son estos cinco años, no planteamos que la pelea se vaya a acabar. Vamos a intentar evidenciar cuales son las situaciones que se crean como consecuencia de las decisiones que cada uno toma. Lo del “efecto mariposa”: si yo hoy voto al PP, pasado mañana me llevan el niño a Irak. La gente no acaba de entender que hay una correspondencia entre su acto de hoy y su consecuencia de pasado mañana.
En esta línea vamos a trabajar, con todas las organizaciones que quieran. Pero no vamos a parar, somos muy pesados.

M: La lucha de los trabajadores de Sintel es, ahora mismo, una espina clavada en el costado de CCOO, y para la izquierda es el símbolo de la dignidad obrera. ¿Qué ha pasado con Sintel en la plantilla de Telefónica?
J.A.:
Pues lo mismo que al resto de la población. Se reconoce su dignidad, cuando estaban acampados en la Castellana, los veían y comentaban: “joder los de Sintel, con el frío que hace...”. Se recibió, en general, con alegría la noticia del levantamiento del campamento de la Esperanza, porque, bueno, habían ganado. Pero sabíamos que les habían vuelto a engañar, levantando el campamento en las condiciones que lo hicieron y bajo las presiones que lo hicieron. Lo sabíamos, no porque fuésemos más listos, sino porque esa faena ya nos la habían hecho antes a nosotros. Hay una situación conocida en Telefónica: el levantamiento del campamento, por parte de CCOO, lo promueve la misma gente que desconvocó una huelga famosa en Telefónica, la del 76, en las mismas circunstancias de entrega. Además, es físicamente la misma persona, que dijo más o menos los mismos argumentos en la asamblea [en la que se aprobó el acuerdo], en el mismo ambiente -lo oí por la Ser, los mismos silbidos y gritos de protesta: traidores. Y aún hoy siguen afiliados a CCOO. Cuando hablábamos del efecto Mariposa... No tenemos muy claro si están recapacitando. Quizás se queden a medias en la denuncia de ciertas cosas. Hay responsabilidades. Ahora bien, vamos a estar con Sintel, con su dignidad. Y también nos equivocamos, y también pagamos las consecuencias.

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