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  nº 37 julio 03
NauFraG@s

iEntrevistaa Mateo Rello /Poeta

“Busco una cierta identidad común de quienes aún
queremos ser pueblo”


>> Mateo Rello es un poeta barcelonés que con su primer libro de poesía “Orilla Sur” nos muestra su pasión por Barcelona, una ciudad a la que se encuentra muy unido y que exprime al máximo para darnos una visión muy particular de ella mediante sus versos. Hemos tenido la ocasión de poder hacerle unas cuantas preguntas que nos sirven para hacernos a la idea de cómo es el poeta que Mateo lleva por dentro y por fuera.

Gromeck
Molotov:Tu primer y único libro hasta la fecha es Orilla sur (Ediciones del Grupo León Felipe, Barcelona, 2002) ¿Qué nos podrías decir de él?
Mateo Rello:
Empecé a escribir estos versos en 1994, cuando volví a Barcelona después de vivir algún tiempo en Galicia. El reencuentro con la ciudad y el descubrimiento de cosas que antes la proximidad no me dejaba ver fueron el primer impulso, que pronto derivó hacia reflexiones sobre cómo el poder deforma y mutila las ciudades y sobre cómo vivimos, o intentamos vivir, en ellas. Del canto en primera persona del singular fui evolucionando a la primera del plural.
Luego viene la evocación de la Rosa de Foc, la Barcelona ácrata de principios de siglo, confundiéndose con la actual (debo decir aquí que soy redactor de Solidaridad Obrera, la veterana “Soli” de CNT, para dejar claro de dónde quiero venir y a dónde me gustaría llegar). En fin, el amor y la rabia acabaron por definir el libro.

M: ¿Qué pretende un poeta como tú con sus versos?
M. R.:
Puedo decirte lo que me interesa hoy, o lo que hoy intento desde esta vocación expresiva que es el oficio de poeta. Parto de la situación de confusión y sin sentido en que vivimos, de la babel de voces que hace que todas se pierdan en ninguna; desde esa conciencia, busco no tanto la verdad como un sentido que se pueda compartir, una cierta identidad común de quienes aún queremos ser “pueblo”. Ando, pues, buscando la canción para esta épica.

M: En tu poesía se aprecia cierta admiración por la Grecia Antigua ¿En qué sentido te sientes influenciado por ella?
M.R.:
La Grecia antigua forjó, en varias etapas y desde diferentes ángulos, unas señas de identidad cuyo valor no se ha agotado y un mundo estético maravilloso, que encarna esas señas con una belleza que nos puede resultar muy cercana. Todo ese mundo sigue aportándonos armonía y un ritmo vital que la raíz protestante del capitalismo está machacando (y a nosotr@s con él). Además, en Grecia tenemos uno de los primeros referentes del uso de la razón como herramienta de emancipación humana.
Así que, ahí están, bien próximos y siempre dialogando con nosotr@s, los grandes poemas de Homero, existiera éste o no, los discursos de Pericles, los edificios de piedra y luz... y todos las actualizaciones modernas de ese patrimonio, desde las canciones de Lluis Llach a ciertas tendencias arquitectónicas.

M: ¿Qué parte de tí tienen los poetas Liberto Acina, Fernando Silva Gente y Adán Olisipo?
M.R.:
Empezando por lo menos interesante, el proyecto de estos tres heterónimos (personajes para los que se crea una vida y una obra), surgió por una nostalgia personal hacia una época no vivida, y que me fascina. Quise ser un poeta de los años veinte.

En otro nivel, quería poner en versos de distintas voces las conversaciones con viejos amigos, lecturas, canciones y la parte que me toca, como militante libertario, por la derrota de 1939. Todo el trabajo, la pasión y la debacle que fueron arrasados en 1937 también son carne de mi carne; del intento de restituir algo a ese acervo colectivo nacen estos tres poetas que ya no son míos (de hecho, Olisipo y Acina, por una de esas confusiones maravillosas de la vida, han aparecido en Esbozo de una enciclopedia histórica del anarquismo español de Miguel Íñiguez bajo entrada de personaje “histórico”).

Volviendo al principio y a lo más personal, sospecho que estos juegos de máscaras guardan mucho de aquel deseo que Gil de Biedma cifró en la expresión “ser poema”.

M: Celaya nos contó que la poesía es un arma cargada de futuro. ¿Crees que esto sigue siendo así? ¿Qué vigencia tiene la poesía hoy en día? Y, ya puestos, ¿qué futuro le ves?
M.R.:
La poesía, el hecho de “cantar”, es una de las características definitorias de lo humano, así que, mientras queden personas, se harán y cantarán canciones. Por si fuera poco, los versos, recitados o cantados, son un importante elemento de cohesión colectiva y parte fundamental de la mitología cívica. Ahí está, si no, el poema de Celaya al que te refieres cantado por Paco Ibáñez (que, por cierto, pone los pelos de punta). ¿Qué función cumple?
En fin, siempre habrá un pájaro que quiera cantar su canción.

M: ¿Cómo está el mundo poético de Barcelona en la actualidad? ¿Se mueve algo?
M.R.:
Creo que Barcelona es una ciudad que siempre ha acogido muy bien las distintas propuestas poéticas. Desde aquel mítico recital de Lorca en 1935, que conmocionó esta ciudad, a la exitosa Setmana de Poesia, que se celebra actualmente cada año y que convoca a varios miles de personas, Barcelona tiene siempre apetito de versos. Hay creatividad y propuestas de muy diverso pelaje aunque, de unos años a esta parte, se está viviendo una verdadera invasión de “polipoesía”, una cosa divertida (a veces) y circense con serias carencias y limitaciones expresivas, que ya empieza a resultar un poco plasta.
Por otro lado, en Barcelona se encuentran poetas muy vinculados al Movimiento Libertario, como Jesús Lizano, Adolfo Castaños o este servidor de ustedes, y otros muchos con una importante afinidad libertaria -Joan Margarit, Enric Casasses, David Castillo...

Adolfo Castaños, por cierto, es el coordinador del Grupo León Felipe, que lleva pateando escenarios desde 1996. El Grupo, además, inició hace tiempo su labor editora y ahora ha publicado Orilla sur.

M: ¿Para cuándo otro libro de Mateo Rello?
M.R.:
Como te decía antes, mi proyecto de hoy es una épica del sentido cívico. La forma que estoy dando a este trabajo es la del poema extenso, a la manera de la oda romántica; ya he terminado un poema, “Elogio de la pereza”, y tengo bastante adelantado, tras dos años de darle vueltas, otro: “Imitación del silencio”.
Esto será el grueso de mi próximo poemario. De todas formas, en enero se publicó Orilla sur, así que ahora la prioridad editorial es difundir este libro, que recién empieza a andar.

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