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Humor: Madero del Molo nº 20

Loca academia de policía volumen X
El retorno de Fantomas

Tamara Oriamendi


En mala hora me hice cargo de esta sección molotovera... Yo pensando que se trataba no más de escribir acerca de la autoridad, y resulta que tengo entre las manos una conspiración a nivel mundial que me sobrepasa de largo. Olvidaros ya del munipa de Alcalá, que la globalización nos trae los primeros indicios del levantamiento mundial maderil. El 7 diciembre 2001 hubo una concentración de mujeres de Guardias Civiles, convocada por la Plataforma por la Dignidad de los Guardias Civiles... Era un acto de protesta por la falta de derechos civiles de los... esto... sí, hombre, de los picoletos. Es mentira, desde luego. Como también son falsos los motivos de seguridad que aducen los gendarmes franceses para comenzar [durante este diciembre] una huelga de celo (sí, yo tampoco sabía que estuvieran en celo). Tanto un motivo como otro son una burda tapadera. De hecho, han llegado hasta nuestras macrooficinas, rumores que hablan sobre la toma, por parte de la Policía Montada del Canadá, de varias emisoras locales de radio, y de que un grupo indeterminado de bobbys ha sitiado, talonario de multas en mano, el parlamento británico. No os quiero aburrir explicándoos la particular idiosincrasia de la Guardia Civil, ya que esto se aprende en la escuela, ni tampoco recordaros las aventuras de ese gran General de los Gendarmes que para siempre será Louis de Funes, único prototipo que debéis tener en cuenta a la hora de pensar en estas personas. Sólo os voy a decir una cosa: desde el día que os regalaron un madelman vestido de rojo con su caballo y todo y os enterasteis de que existía Canadá, hasta el momento en que os enganchasteis a la serie esa de policías en pantalones cortos que van todo el día en bici, no habéis hecho más que reíros. Os reís de sus uniformes porque son llamativos y traen más accesorios que los otros, os reís de su falta de competencias, y sobre todo, os atrevéis a reír porque pensáis que son distintos a los demás, delante de cuyas porras no os atrevéis ni a chistar. Pero claro, estos son unos lilas; estos no pegan, sino que, al parecer, forman parte del patrimonio cultural de cada sitio, como el chocolate o los espárragos. “¿Qué me has traído de Londres?” “Lo último de lo último y una foto al lado de esos tipos del cambio de Guardia, que, fíjate, no se mueven ni aunque les escupas a la cara...” (Nota mental: Hacer esto sin falta), “¿Vas a salir a la calle así vestida? ¡Pero si pareces un guardia suizo!”. Chistes de tricornios. Anuncios en los que un policía de carretera yankee besa al conductor sólo porque éste masca no se qué chicles. Gendarmes abducidos por extraterrestres. El Gran Jefe Biggum. El desfile de la Guardia Urbana de Barcelona en traje de baño. ¿O era en traje de gala?... Un día veréis como sepulta la ciudad una marea multicolor que hasta ahora ha permanecido dormida, y oiréis el clamor universal. Entonces recordaréis estas palabras que ahora dejo escritas, y que se me han ocurrido de casualidad:
Un día vino la Nacional y nos dio de hostias, pero yo seguí riéndome...
Luego, como estábamos en el pueblo, nos acorralaron los guardias civiles, pero me dio igual...
Aún no me había cicatrizado la brecha que me hizo el guardia jurado cuando un grupo de Municipales nos puso a caldo por cualquier chorrada...
Ahora tengo miedo, y he tenido que mentir diciendo que no creo ya en los Reyes Magos. La verdad es que el Paje me da verdadero miedo y prefiero no echar la carta. Veo a las dependientas de los Supermercados totalmente uniformadas... Sé que van a ser las próximas en atizarme...


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