SECCIONES
El 13 de octubre de 2009 se cumplen cien años desde que Francisco
Ferrer fue ejecutado con la excusa de los hechos de la Semana Trágica,
pero el mundo entero sabe que, en realidad, lo que se pretendía era
eliminar la propia Escuela Moderna. La respuesta educativa dada por los anarquistas
no había sido menospreciada por las oligarquías políticas
y económicas de la época, al alimón con la institución
que se sintió más amenazada: la Iglesia, que había detentado
el monopolio de la educación desde la Edad Media. No hay duda del arraigo
de este monopolio, las expresiones como claustro, entrar en capilla, seminario
han dejado huella hasta en nuestro propio idioma.
La Escuela Moderna de Ferrer es una de las manifestaciones de la educación
libertaria, pero hay muchas más que requieren una mirada más
amplia hacia las líneas fundamentales en las que se basa el concepto
y la práctica de la educación que los anarquistas de todos los
tiempos han emprendido.
La tenaz continuidad de la educación libertaria a través de
los diferentes escenarios sociales sólo se explica por la espléndida
energía y persistencia que otorga el convencimiento de su papel decisivo
en la consecución de una sociedad más libre y más justa.
A veces, se ha traducido en identificables prácticas educativas y otras
veces se ha quedado en el plano de las ideas pedagógicas, pero la presencia
de una educación y una pedagogía propias son rasgos de identidad
del anarquismo.
Este enfoque no puede ser más opuesto al que el Estado, la Iglesia
de turno y los grupos sociales dominantes han utilizado siempre para mantener
sus privilegios y su situación de predominio social, económico
e ideológico. Predominio que generalmente se consigue instaurando formas
de comportamiento sumisas y competitivas desde la infancia.
Veamos en qué consiste esta forma de entender la educación.
La dimensión educativa de una gran idea
Aproximarse a la pedagogía libertaria supone algún que otro
problema. En primer lugar, es víctima del poco espacio que se le dedica
en el ambiente académico, obviada en la mayoría de los planes
de estudio de los futuros educadores, como si no tuviera entidad o corpus
suficiente. La suerte del tratamiento académico de la educación
libertaria corre en paralelo al apagón -también académico-
al que se somete a todo el anarquismo. Evidentemente, el pensamiento educativo
libertario es indisociable de las concepciones sociales anarquistas e implica
coherencia entre ellas, por tanto, tiene la misma consistencia que ellas.
En segundo lugar, porque hasta las más clásicas expresiones
educativas libertarias, tras varios siglos de existencia, nos siguen pareciendo
nuevas, como recién estrenadas. No menos cierto es que el Estado ha
extraído con pinzas de su contexto determinadas expresiones libertarias
o antiautoritarias para vaciarlas de contenido y, sin reparos, tergiversarlas
en la ordenación de los sistemas educativos pseudorrenovadores que
es preciso desenmascarar. Es inútil la crítica de esta pseudorrenovación
pedagógica sobre el papel, más bien es preciso centrarla en
sus, a veces bien, a veces mal, maquillados hechos que no resisten el menor
contraste con su realidad cotidiana. La pedagogía libertaria como formulación
opuesta y crítica a esa supuesta renovación pedagógica
reglada se basaría no tanto en las palabras, como en los hechos y sus
productos, es decir, se diferenciaría sobre todo por los procedimientos
y resultados educativos, lo cual resulta en sí, complejo de comparar.
En tercer lugar, porque el pensamiento y las realizaciones educativas libertarias
son diversas y están en continua evolución, aunque la relación
entre objetivos y medios sea estable, al igual que el resto de la práctica
libertaria, lo que hace imposible dar "recetas" que constituyan
un "catecismo de la educación libertaria": La fuerza residiría
precisamente en el hecho de que no sea una doctrina.
La pedagogía libertaria aglutina diferentes análisis y enfoques
teóricos, de ahí su permanente actualidad: porque las doctrinas
se suelen quedar obsoletas.
En cuarto lugar, aunque la historia demuestre lo contrario, porque estos planteamientos
o realizaciones son considerados planteamientos utópicos o demasiado
novedosos como para ser generalizados o tomados como referencia. La utopía
deja de serlo cuando se realiza, en ese sentido, la educación libertaria
sería una utopía que se realiza todos los días. En cualquier
caso, desde el punto de vista pedagógico, la utopía es necesaria
pues ningún proyecto ha de darse por acabado, ni considerarse absolutamente
perfecto, es un proceso sin fin que las personas y generaciones futuras seguirán
construyendo o creando para responder mejor a sus necesidades y circunstancias
de vida.
La acusación de falta de realismo de las propuestas libertarias no
resiste un mínimo contraste, ¿Acaso es más realista pretender
que se puede llegar a una sociedad solidaria y sin privilegios desde el autoritarismo?
¿O a la sociedad igualitaria desde las urnas?
Hay miles de experiencias educativas impregnadas hasta la médula de
elementos anarquistas, aunque sus protagonistas no sean verdaderamente conscientes
de ello y no se reconozcan en la denominación. Al menos en el caso
de España, los siglos de atraso y feudalismo fueron sembrando una semilla
de contestación a la educación, tan fuertemente arraigada en
el inconsciente individual y colectivo, que resultó natural el modo
en que espontáneamente brotó en diversos momentos y en diversos
lugares, sin aparente conexión entre ellos y sin que percibieran sus
protagonistas que tenían entre sus manos una práctica de corte
libertario.
Y si ello no bastara, las conclusiones a las que llega la pedagogía
libertaria se adelantan casi doscientos años a las mismas conclusiones
a las que llegará la pedagogía contemporánea, gracias
a los hallazgos de otras ciencias auxiliares: la psicología evolutiva
y la psicología cognitiva. De ellas, básicamente el constructivismo
y el socioconstructivismo son la demostración científica de
las deducciones habidas aplicando el método de análisis común
en el campo libertario. Bien es cierto que los educadores de hoy, a través
de su formación inicial, primero conocen estos enfoques y, luego, si
tienen suerte, conocerán los libertarios que los anticiparon por otras
vías alternativas de formación. Esta discronía dificulta
la ubicación adecuada de la pedagogía libertaria, en la mente
y en la práctica de los mismos educadores.
Por último, hay un amplio abanico de enfoques dentro del anarquismo,
entre ellos, el sindicalismo revolucionario o anarcosindicalismo, responsable
de un enfoque de clase dentro de la educación libertaria, lo que crea
prácticas diferenciadas de otras posibles líneas pedagógicas,
también libertarias.
Vista así, la cuestión educativa concebida desde el anarquismo
sería un tema apasionante e inagotable, más si cabe al tener
en cuenta que se llega a conclusiones parecidas no sólo desde la reflexión
que hace el anarquismo, sino desde la propia pedagogía y la psicología
de la educación, sin otros adjetivos.
La cuestión de la educación está presente desde los orígenes
del movimiento anarquista y, por ello, se corresponde con la aplicación
en este terreno y, por lo general:
" Está ligada a la exigencia de libertad en la vida individual
y asociativa.
" Es sinceramente rebelde contra cualquier forma de opresión y
de adoctrinamiento.
" Supone realizar un esfuerzo desde lo negativo para seguir una dirección
hacia la auténtica condición humana, asegurando a todos los
humanos, por igual, el desarrollo completo de su personalidad, en equilibrio
con la convivencia.
" La acción educativa implica un deber militante y el deber militante
implica una acción educativa orientada a la negación de prejuicios.
" Rechaza la "tradición" en su papel aletargador de
la conciencia, estranguladora de la sed de libertad e iniciativas necesarias
para evolucionar como individuo o como sociedad, que es sustituida por el
racionalismo.
" Es coeducativa, cooperativa y diversa.
El camino educativo clásico, según la idea anarquista, se podría
resumir en dos vertientes:
" La no adaptación al orden establecido por la Iglesia, el Estado
y la familia, al que habría que añadir la cultura oficial difundida
por los medios de comunicación.
" La potenciación del impulso natural que todo humano tiene hacia
la libertad interior y exterior, desde el favorecimiento de la razón,
la iniciativa, la responsabilidad y el respeto a la convivencia.
Todo ha de ser coherente en el anarquismo y en consecuencia, el papel de padres,
educadores y maestros queda definido entre la oposición a la tradición
y su alternativa, expresada de manera sencilla, entre otros, en la Escuela
Moderna:
" Las órdenes ceden el paso a la persuasión razonada y
el ejemplo.
" Frente a la homogeneidad: Respeto al ritmo individual de aprendizaje
de cada persona.
" Rechazo de la coacción, premios o castigos y como alternativa
al mecanismo de regulación: la autodisciplina en beneficio de la colectividad,
pero sin dilución de la individualidad.
" Contra los programas establecidos: contenidos de la realidad, no obligatorios.
Las constantes ideológicas de la pedagogía libertaria
Tanto la pedagogía, como la educación libertaria poseen una
fundamentación propia pero conectada con otros enfoques contemporáneos.
Pedagógicamente hablando, a la hora de identificar la finalidad de
los procesos educativos se presenta un dilema: educar personas que se adapten
a este tipo de sociedad o educar personas implicadas en la transformación
de la misma. Y luego nos preguntamos si el anarquismo se decanta por una o
por otra finalidad. Pero la respuesta no es sencilla, pues dentro del campo
de la educación libertaria hay concepciones puramente anarquistas y
otras que se le acercan por diversos motivos o en determinados aspectos.
Podemos encontrar conexiones con interpretaciones milenaristas -más
o menos controvertidas- o más evidentes con la Ilustración,
pero es en el siglo XIX cuando la pedagogía libertaria adopta la forma
por la que la conocemos hoy debido al empuje de la Revolución Industrial
y sus consecuencias en los movimientos sociales y políticos, aunque
adoptando diferentes manifestaciones, según la diversidad de contextos.
Claro que, como movimiento extraño a la cultura oficial, se han descalificado
sus teorías y realidades para después de cada eclipse volver
a fascinar y así viene sucediendo en nuestro tiempo con una secuencia
pendular.
En línea con el anarquismo, una idea fuerza imprescindible de la pedagogía
libertaria es el rechazo a cualquier tipo de organización basada en
la coacción. La educación libertaria aspira a que el orden y
la libertad coincidan, por ello hay que apartar la educación lo máximo
posible de la influencia de la Iglesia y del Estado: de la Iglesia con todos
sus perfeccionados instrumentos para someter la conciencia de la justicia
en la tierra a cambio de un supuesto paraíso en el cielo y del Estado
con sus instrumentos represivos al servicio del determinismo social, pero
ambos de acuerdo, Iglesia y Estado, en su avidez por utilizar y controlar
cualquier tipo de educación.
Pero, ¿son hoy Iglesia y Estado los líderes en el manejo de
la educación? Realmente, no. La mayoría de los españoles
se declaran católicos, pero cuando son interrogados acerca de determinados
temas: matrimonio, relaciones prematrimoniales, anticonceptivos, aborto, divorcio,
investigación con células madre, etc., se manifiestan en contra
de las tesis que son defendidas a través de todos los colegios religiosos
y de la Iglesia. En cuanto al Estado, el fracaso de su sistema educativo habla
por sí mismo: Hubo que quitar el servicio militar obligatorio y casi
nadie quiere enrolarse en el ejército profesional, por mucho paro que
haya y ninguna de las finalidades educativas explícitas que tiene como
sistema son conseguidas con la mayoría de la población, aunque
triunfe con su curriculum oculto.
Por ello, al enfoque clásico de contestación a estas instituciones
resulta insuficiente en la sociedad actual, en la que el camuflaje del poder
y la propiedad son casi perfectos, difusos. Tan camuflados y difusos que la
educación que llega de ellos, también lo es. Hoy la educación
más eficaz para la reproducción social y la aniquilación
de cualquier deseo o esperanza en otro orden social, el conformismo y el egocentrismo,
no llegan ya a través de la clase autoritaria de un cura, ni de una
familia patriarcal, sino que llegan atomizados en millones de electrones que,
a través de medios de comunicación, pc-juegos, móviles,
Internet
atraviesan los sentidos para llegar directamente al cerebro.
Este lavado de cerebro es posible gracias a que el humano no es consciente
de ello y, por lo tanto, tiene bajadas la mayoría de las defensas perceptivas
que neutralizarían, al menos en parte, estos estímulos.
Volviendo a la línea clásica, en clara oposición al planteamiento
marxista, la visión anarquista del trabajo y de la sociedad ideal llevan
a propugnar la no disociación entre manos e inteligencia en la sociedad
futura, lo que se traslada inmediatamente a la propuesta pedagógica,
constituyendo otra idea fuerza: la educación integral sin disociación
de aspectos manuales e intelectuales, como forma de superar la división
social del trabajo.
Generalmente se han utilizado dos vías de propagación de estos
postulados: la experimental y la del diseño utópico. La experimental
parte de una crítica directa o indirecta del presente (educación)
y la del diseño utópico adelanta soluciones que en ese momento
pueden ser irrealizables o de vanguardia, en un plano teórico (pedagogía)
que sirvan como guía o estímulo para la acción.
Con menos diferencias de lo que aparentan, ambas responden a una misma idea:
"Es en busca de lo imposible que el hombre ha realizado lo posible. Los
que sabiamente se han limitado a lo que les parecía posible no han
dado nunca un solo paso" (Bakunin).
¿Educación libertaria o pedagogía libertaria?
Hay una diferencia clara entre el concepto de pedagogía y el de educación.
Mientras que la pedagogía se ocupa del pensamiento acerca de lo que
es o lo que debería ser la educación, la educación es
la práctica, la realidad. Hay una pedagogía específicamente
libertaria que puede expresarse, bien con esa denominación, bien con
otra, pero con formulaciones equiparables.
Verdaderamente, no suele haber discrepancia en cuanto a lo que es la pedagogía,
no ocurriendo así con la educación, de la que podemos encontrar
tantas definiciones como concepciones de la misma hay, complicando bastante
el asunto: Abarca desde proceso de enculturación hasta la identificación
del concepto de educación con el de aprendizaje, entendido como proceso
continuo en el que, mediante las diversas experiencias en las que participan
seres humanos, éstos evolucionan individualmente o como grupo (desarrollo).
Y esa es la verdadera cuestión: No puede haber consenso porque la naturaleza
de esas experiencias o acciones puede ser muy diversa, así como su
procesamiento por parte del individuo, y no tiene por qué ser, ni siquiera,
intencional. Cualquier formulación de que una pedagogía A daría
como resultado un individuo B, se estrellará siempre con la evidencia
de que cada humano es una realidad psíquica diferente de los demás,
aunque semejante, también: En ciertos aspectos somos como todos los
demás, como algunos de los demás y como nadie más.
Y si retomamos la educación como proceso de enculturación este
concepto sería dependiente de las diferentes concepciones de cultura,
que no son pocas:
Conjunto de conductas, ideas, actitudes y tradiciones duraderas que comparten
un amplio grupo de personas y que se transmiten de una generación a
la siguiente (Myers).
Lo que el ser humano aprende, en contraposición a la herencia biológica,
suele ser la base del objeto de estudio de la antropología cultural,
según Tylor, "la cultura o civilización es el todo complejo
que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho,
las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridas
por el ser humano en cuanto miembro de la sociedad".
La cultura, por tanto, se define en contraposición a la herencia y
siempre en el marco de una sociedad y de un grupo humano. En correspondencia,
cualquier educación como proceso de enculturación sería
en una buena parte reproducción social.
Sin embargo, E. Leach considera a la sociedad como algo absolutamente distinto
de la cultura: el término sociedad hace hincapié en el factor
humano, en el agregado de individuos y en las relaciones entre ellos, mientras
que el término cultura insiste en el componente de los recursos, tanto
materiales como inmateriales, que se heredan, utilizan, transforman, aumentan
y transmiten.
Sintetizando ambas, la enculturación no es sólo reproducción
social, pues esa cultura heredada al ser utilizada por la siguiente generación
o por otro grupo sería transformada y de nuevo transmitida. Dicho de
otro modo: evoluciona.
Resultaba fácil hasta ahora diferenciar lo heredado de lo aprendido:
heredado sería aquello en lo que nos parecemos todos lo seres humanos,
independientemente de la cultura, y aprendido sería todo aquello que
nos diferencia a unos de otros: los problemas que la subsistencia presenta
para cualquier ser humano en cualquier punto del globo son iguales (naturaleza),
pero la forma de resolverlos es lo que nos diferencia (cultura).
Kropotkin, entre otros, y los nuevos psicobiólogos no ven tan claro
el contraste naturaleza-sociedad o entre herencia biológica y cultura-aprendizaje,
pues parten de la base de que las características de la conducta individual
y social del ser humano son producto de la evolución, como en cualquier
especie. Las recientes investigaciones en diversos campos están empezando
a demostrar, sin ir más lejos, cómo el apoyo mutuo (capacidad
empática) o la bondad prosocial se perpetúan porque generan
toda una fisiología de los centros de gratificación y que esta
característica que premia la prosociabilidad ha sido heredada porque
ha sido útil para la supervivencia de la especie humana. En definitiva,
vienen a decir que descendemos de seres cooperativos, porque los no cooperativos
no sobrevivieron para legar sus genes.
Estos modelos superan las dicotomías con las que solemos explicar la
realidad y, desde luego, obligan a cambiar el punto de observación
desde el cual analizamos la educación desde hoy, en el siglo XXI.
Revisar las tesis pedagógicas libertarias situados en estos puntos
de vista resulta necesario para no caer en dogmas, además, desfasados.
Hay remedios antiguos igual de útiles hoy, pero hay otros que no. Unos
y otros han de ser conocidos con una perspectiva histórica, sí,
pero con una perspectiva interdisciplinar también.
Empezando porque hoy se habla de tres tipos de educación: formal, no
formal e informal, de todas ellas se ha ocupado y todas ha practicado el anarquismo,
siglos antes de que recibieran siquiera esa denominación.
La educación formal es la intencional y reglada (la que conocemos por
enseñanza), la no formal es intencional, pero no reglada (como las
actividades culturales) y la informal es aquélla que no es intencional,
al menos por una de las dos partes: el que enseña o el que aprende,
como la que ejercen la familia o los medios de comunicación, tan eficaz
o más que las anteriores y a la cual nos hemos referido antes como
infalible en la generación del estado actual de cosas.
El anarquismo, al interesarse en el papel de la educación en la transformación
social, lo hace no sólo en la educación formal, sino en la no
formal e informal, de ahí la incesante actividad cultural a través
de las publicaciones, el teatro, la alfabetización y educación
de los trabajadores, en los sindicatos, ateneos, grupos anarquistas
También se interesa por la educación informal, la que llega
a través del modelado, básicamente, desde la familia, contexto
próximo y medios de comunicación, hasta el punto de revisar
el concepto de familia y aspirar siempre a contar con propios medios. En el
caso de los medios, resulta más o menos fácil dar una alternativa
al medio impreso, pero con el resto de los medios el control del poder imposibilita
el espacio a las voces discrepantes controlando las licencias en radio y televisión.
Lo que no sale en televisión (aunque lo hayamos visto en la calle)
no existe y lo que sale (aunque sea un montaje) existe para el común
de los mortales.
Pero todo esto es un juego de niños en comparación con las nuevas
tecnologías de la información y comunicación, que simplifican
la emisión digital de cualquier tipo de mensaje. Ello hace posible
la educación informal libertaria pero, desafortunadamente, con un virus
en el interior, porque al tratarse de experiencias virtuales sin contacto
físico entre humanos con los que convivir se cercena la capacidad colectiva
de transformación social y eso el poder lo sabe: el procedimiento es
esencial en el anarquismo, por eso se nos permite participar virtualmente
nuestras ideas a través de los medios electrónicos, porque ello
va desactivando gradualmente la participación no virtual, sino real,
en el seno de la convivencia auténtica en las organizaciones libertarias
que aspiran y practican esa convivencia con otros parámetros diferentes
a los medios de comunicación de masas, lo que desactiva efectivamente
la capacitación para vivir, trabajar y relacionarnos de otro modo.
Afortunadamente, los puntos fundamentales, tanto de la pedagogía libertaria
como de las características de la educación libertaria, permanecen
vigentes, a pesar de lo expuesto anteriormente; otra cosa serían determinadas
instituciones o no-instituciones educativas.
Estos puntos fundamentales serían los siguientes:
" Integral: Integración de aprendizajes y experiencias físicas,
técnicas, intelectuales, artísticas, sociales y éticas.
" Esencialidad del método más que del resultado. El método
es considerado una gimnasia personal y grupal.
" Preponderancia de la enseñanza/aprendizaje mutuo y permanente,
poco memorístico.
" Iluminismo optimista y pacífico al considerar la educación
como un medio revolucionario infalible para la transformación de la
sociedad.
" Placentera, basada en el juego, en la necesidad de experimentación
personal, divertida, con elección de temas.
" No competitiva, responsable, solidaria y social.
" No autoritaria.
" Autogestionaria por parte de todos los participantes.
" Encaminada a la capacitación para el dominio de todos los procesos
de producción y servicios.
" Preparatoria para la asunción de roles en la colectividad, para
la autonomía personal y colectiva.
" Respetuosa con la diversidad de intereses y capacidades.
" Diversificada en cuanto a los recursos de enseñanza y, por tanto,
rechazo de los libros de texto, como tales, no de los libros, en general.
" Coherencia siempre entre la escuela y la calle. Conectada con los procesos
transformadores de su entorno.
" Diferenciada del "pedagogismo tranquilizador", refugiado
en las microtecnologías de enseñanza/aprendizaje que no se cuestionan
el marco general y social a transformar.
Educación integral
El concepto de educación integral es el resultado sintético
de diversas contribuciones de los educadores a lo largo del tiempo, siendo
el más genuino de los principios de la educación libertaria,
es desgraciadamente el término más tergiversado y descafeinado
por parte de los sistemas educativos.
Las sucesivas aportaciones a este concepto, de acuerdo con Paul Robin, son
el resultado de un largo proceso de evolución en el que diversos educadores
a lo largo del tiempo fueron aportando ideas y tejiendo consideraciones que,
en pleno siglo XIX, ya maduradas, pudieron ser sistematizadas en una teoría
orgánica:
"La idea de educación integral no ha alcanzado su completa madurez
hasta hace poco tiempo" (P. Robin).
En la idea de la integralidad convergen tres argumentos:
El derecho del individuo, independientemente de su clase social, sexo o cultura,
a desarrollarse plenamente en todas las facultades físicas, intelectuales
y morales (Iluminismo).
La interdependencia de todas las facetas del ser humano, como realidad compleja
(Ferrer).
La correspondencia entre sociedad y educación, entre igualdad social
y educación integral (Proudhon).
Para Proudhon, la educación jerarquizada está al servicio de
una sociedad jerarquizada, para este fin, la clase dominante minoritaria recibirá
lo necesario para ser capaz de dominar a una mayoritaria clase obrera gracias
a la no-instrucción orientada a que ésta siga realizando las
tareas para las que está destinada. La educación capitalista
refuerza el sistema de división social del trabajo.
Como vemos, en esta última argumentación a favor de la educación
integral, se prescinde del enfoque filosófico individualista y del
psicologista para adoptar el político-económico, el enfoque
de clase. Este es un nuevo ejemplo de la transversalidad de la influencia
de las diferentes teorías anarquistas en los temas educativos, luego
cada práctica va a tratar de dar respuesta a todas, pero inevitablemente,
en cada una, la prioridad cambiará: no es lo mismo la Escuela Moderna
de la calle Bailén que las escuelas racionalistas de los años
30, no es lo mismo un ateneo libertario que La Ruche.
En la idea de la educación integral subyace una concepción del
trabajo que puede ser simbolizada en el trabajo artesanal, en la estrategia
de que el trabajador procure dominar todas las fases del proceso de producción
y servicios, lo que da autonomía y posibilita la autogestión.
Evidentemente la artesanía como forma de producción cedió
ante la industrialización pero ha seguido siendo de utilidad en la
educación, en consecuencia, en las experiencias educativas libertarias,
la artesanía o la autogestión de la alimentación, de
los materiales, etc., ha sido y sigue siendo una práctica habitual
que representa la educación integral a la que aludía Proudhon.
En la tradición clásica el saber tenía mayor consideración
social que el saber hacer. Sabían los señores y hacían
los esclavos. El concepto de educación integral abarca tanto el saber,
como el saber hacer y el saber ser o estar.
Bakunin matiza el concepto de educación integral como una forma de
proporcionar una vida más justa y considera que esa educación
integral tendría dificultades para abrirse camino en la sociedad capitalista.
Al tiempo que una escuela diferente no trae por sí sola una sociedad
diferente, no es posible una sociedad diferente sin un ser humano diferente
para cuya formación es imprescindible una nueva escuela.
Afirma que una escuela capaz de proporcionar una educación tan perfecta
como fuera posible tampoco conseguiría seres humanos justos, libres
y morales porque al salir se toparían con una sociedad basada en lo
contrario y no tardaría en minarlos. De este modo, Bakunin se sitúa
en las antípodas del Iluminismo. Para producir una nueva sociedad la
educación se tiene que unir a la acción revolucionaria y a la
organización.
Autogestión y antiautoritarismo en la educación libertaria
"La educación libertaria será obra de nosotros mismos o
no será". Ese bien podría ser el lema que resumiera otro
de los principios básicos de la educación libertaria que tiene
mucho que ver con el concepto de integralidad, pero también con el
del antiautoritarismo: es la autogestión.
La autogestión es el medio por el cual se autodetermina la comunidad
educativa o comunidad de aprendizaje, pero también los individuos que
integran esa comunidad. La autogestión es la fórmula adecuada
para armonizar la libertad con la responsabilidad, pero no sólo en
el entorno educativo, sino en todas las facetas de la vida libertaria.
Así se expresaba Ricardo Mella:
"¿Quieres cultura, libertad, igualdad, justicia? Pues ve y conquístalas,
no quieras que otros vengan a dártelas. La fuerza que tú no
tengas, siéndolo todo, no la tendrán unos cuantos, pequeña
parte de ti mismo. Ese milagro de la política no se ha realizado nunca,
no se realizará jamás. Tu emancipación será tu
obra misma, o no te emanciparás en todos los siglos de los siglos"
(Solidaridad Obrera 4, Gijón 1909).
La práctica de la autogestión incrementa la autonomía
y la independencia de todos los que participan de ella. Esa ganancia en autonomía
demuestra que es una práctica útil para la transformación
social en aras a prescindir de la delegación en otros que de ese modo
verán disminuido su poder de dominación hacia los otros, por
ese motivo la autogestión debe vincularse al antiautoritarismo.
¿Cómo se traslada la autogestión sociopolítica
a la escuela? Todo proyecto libertario tiene que ser autónomo, no sólo
en la toma de decisiones, sino en la imprescindible asunción de responsabilidades,
así como la participación en la resolución de los problemas
que se generan, para que el proyecto sea viable.
Este esquema de asunción de responsabilidades proporcional a las posibilidades
de cada miembro de la comunidad educativa lleva el mismo germen de la autogestión
de los medios de producción o de la organización de la sociedad
sin Estado ni tutelas.
Cualquier organización o práctica libertaria ensaya la autogestión,
a su nivel, y la autogestión capacita, mediante la autogestión
se aprende, en consecuencia, la participación en la esencial práctica
autogestionaria de cualquier organización libertaria sería educativa.
Ello explica la enorme labor educativa que las organizaciones libertarias
han realizado, por el mero hecho de ser comunidades de aprendizaje: sindicatos,
ateneos, grupos anarquistas, colectividades, comunas, escuelas libertarias,
escuelas libres
han dado cuenta de su ingente labor de educación
permanente de todo tipo: formal, no formal e informal y, por supuesto, no
se ha reducido a la infancia, desfavoreciendo a los jóvenes y adultos,
ni tampoco se ha reducido a un género, desfavoreciendo al otro, lógicamente.
En estas comunidades de aprendizaje que son las organizaciones libertarias
(incluidas la escuelas), la autoridad existe, pero queda reducida a la mayor
experiencia del compañero o compañera (de cualquier edad) en
un campo concreto. Esa autoridad admisible es dada por el "aprendiz"
al "maestro" y, además, es intercambiable, ya que para algunos
temas alguien sabe más o mejor (maestría), pero para otras será
"aprendiz". Ello permite al aprendiz no depender siempre de alguien.
En la educación libertaria los roles de aprendiz y maestro se ejercen
temporalmente, en un contexto concreto y por acuerdo entre ambos. Sus diferencias
se difuminan: Más que aprendices y maestros, son compañeros
colaborando.
Y fuera de las organizaciones autodenominadas libertarias, los libertarios
se sienten muy cómodos en cualquier otro ámbito siempre que
su dinámica sea autogestionaria, aunque no se reconozca como libertaria,
tal y como puede ocurrir en un barrio, una comunidad de vecinos
El principio de autogestión educativa abarca todo lo relacionado con
el qué y el cómo de la enseñanza-aprendizaje en cada
grupo o persona, pero también abarca la gestión de la comunidad
educativa, incluso la financiación. Esa puede ser la explicación
de que en numerosas experiencias educativas libertarias se constituye un "patronato",
que apoya la provisión de todo lo necesario para la escuela. Ese patronato
no está constituido meramente por las familias de los niños
y niñas, sino por todo aquél que se siente involucrado en el
proyecto.
¿Es la autogestión pedagógica por sí misma libertaria?
¿Es la pedagogía antiautoritaria por sí misma libertaria?
Podríamos decir que ambas son condiciones necesarias pero no suficientes,
pues existen tendencias educativas liberales que se sustraen del control del
Estado o que practican un laissez faire aspirando, precisamente, a que la
transformación de la sociedad en otra más justa nunca se pueda
producir, o en el mejor de los casos, porque no importa lo más mínimo
esa realidad social dentro de la escuela.
De igual manera, hay un tipo de autogestión educativa que queda reducida
a las técnicas pedagógicas empleadas, pero sin la proyección
sociopolítica de la autogestión social, al que llamaríamos
pedagogismo, sin más.
En conclusión, pedagogía no-directiva no es sinónimo
de libertaria, aunque haya habido importantes defensores de ella (sobre el
papel) como Rousseau o Stirner y fuera del campo libertario: Rogers, Dewey,
Claparéde, Freinet
Por el contrario, en el anarquismo tiene más peso la autogestión
como objetivo social y pedagógico que como simple metodología
de enseñanza. En esa línea, como se puede suponer, estaría
Bakunin (siempre ácido con Rousseau), del que ya conocemos su opinión
sobre la educación o escuelas "buenistas", por decirlo de
algún modo. La principal razón por la cual hay una menor identificación
con la pedagogía no-directiva de la que cabría esperar radica
en un sentir generalizado en muchos medios libertarios de que ese planteamiento
pedagógico es ingenuo al pretender estas dos cosas: que la libertad
sea posible en un medio social determinista y que el individuo pueda ser sustraído
de la influencia social.
Neutralidad-adoctrinamiento
En las sociedades más emblemáticamente capitalistas, como los
Estados Unidos, aparece una versión de la educación tradicional
que de manera informal consigue eficazmente la idiotización de las
masas gracias a los medios de comunicación y producciones audiovisuales.
En esta versión, la misión de la educación en ese entorno
no sería tanto el inculcar una idea concreta como la desactivación
de la capacidad humana para formar una cualquiera.
Ahora bien, la crítica anarquista a la educación tradicional
-servida por y para el capitalismo- alude al carácter ideológico
de la educación. Esa crítica se orienta primero a demostrar
que las instituciones (no sólo escuelas) se entregan a reproducir la
estructura social de explotación y dominación enseñando
a las personas a ocupar sus lugares sociales predeterminados. En consecuencia,
el anarquismo postula la inexistencia de la educación tradicional neutral.
A través de ello se manifiesta el grado de comprensión del alto
valor sociopolítico de la educación, pero aspirando a la transformación
social la pedagogía libertaria se plantea una nueva pregunta: ¿Por
medio de qué metodología educativa se despertaría la
conciencia individual de la necesidad de la revolución social?
Viendo que la educación tradicional es un instrumento de adoctrinamiento
del determinismo, ¿es factible diseñar un instrumento de adoctrinamiento
en sentido contrario? ¿Es coherente con la ideología libertaria?
La respuesta es forzosamente negativa.
Y ello es debido a la manifiesta desigualdad en cuanto a los instrumentos
educativos a utilizar: mientras que en la educación tradicional todo
vale, en la libertaria, no. Por otro lado, quien ha recibido una educación
doctrinaria puede sentir la necesidad de rebelarse ante la misma: ¿No
han recibido la mayoría de los libertarios una educación doctrinaria
en su infancia?
Si el fin no justifica los medios y, admitiendo que la educación libertaria
no puede ser neutral, pero tampoco puede ser doctrinaria, una práctica
educativa en este terreno se va a situar en un punto cualquiera entre los
dos polos, buscando su particular equilibrio entre ambos. Así tenemos
el ejemplo de la Escuela Moderna (Barcelona) de Ferrer o la Escuela Neutra
Graduada (Gijón), dirigida por Eleuterio Quintanilla, como dos tipos
de enfoque bien diferente.
Individualismo-socialismo, libertad individual-social
Las propuestas anarquistas de educación se basan en el principio de
libertad. Pero, ¿la libertad entendida como medio o como fin? ¿La
libertad individual o la del grupo? Hay dos formas de verlo:
La educación debe ser llevada a cabo en libertad (libertad como medio
educativo).
La educación deber ser llevada a cabo para conseguir la libertad (libertad
como fin educativo).
Como hemos visto ya, en el primer caso la educación libertaria estaría
emparentada con las pedagogías no-directivas, como las que proponen
Rogers, o aparentemente Rousseau (su Emilio, realmente, no la tiene) al considerar
que la libertad es una característica natural en el individuo. Este
enfoque individualista y liberal encontró en Bakunin un firme detractor:
"[sobre Rousseau] Se puede considerarlo como el verdadero creador de
la reacción moderna" (Dios y el Estado).
En el segundo caso, la libertad es construida y ganada socialmente, por ello,
sería un objetivo, tanto de la educación libertaria como de
otros medios revolucionarios del orden social. En ese caso la educación
libertaria se apartaría de la pedagogía no directiva, como ya
hemos visto. Bakunin enmarca esta cuestión en la dicotomía materialismo/idealismo:
"El materialismo niega el libre albedrío y llega a la constitución
de la libertad; el idealismo, en nombre de la dignidad humana, proclama el
libre albedrío y sobre las ruinas de toda libertad funda la autoridad.
(
) La definición materialista, realista y colectivista de la
libertad, por completo opuesta a la de los idealistas, es ésta: el
hombre no se convierte en hombre y no llega, tanto a la conciencia como a
la realización de su humanidad, más que en la sociedad y solamente
por la acción colectiva de la sociedad entera; no se emancipa del yugo
de la naturaleza exterior más que por el trabajo colectivo o social,
lo único que es capaz de transformar la superficie terrestre en una
morada favorable a los desenvolvimientos de la humanidad; y sin esa emancipación
material no puede haber emancipación intelectual y moral para nadie.
No puede emanciparse del yugo de su propia naturaleza, es decir, no puede
subordinar los instintos y los movimientos de su propio cuerpo a la dirección
de su espíritu cada vez más desarrollado, más que por
la educación y por la instrucción; pero una y otra son cosas
eminentes, exclusivamente sociales; porque fuera de la sociedad el hombre
habría permanecido un animal salvaje o un santo, lo que significa poco
más o menos lo mismo. En fin, el hombre aislado no puede tener conciencia
de su libertad. Ser libre para el hombre como tal por otro hombre, por todos
los hombres que lo rodean. La libertad no es, pues, un hecho de aislamiento,
sino de reflexión mutua, no de exclusión, sino al contrario,
de alianza, pues la libertad de todo individuo no es otra cosa que el reflejo
de su humanidad o de su derecho humano en la conciencia de todos los hombres
libres, sus hermanos, sus iguales.
No puedo decirme y sentirme libre más que en presencia y ante otros
hombres. En presencia de un animal de una especie inferior no soy ni libre
ni hombre, porque ese animal es incapaz de concebir y por consiguiente también
de reconocer mi humanidad. No soy humano y libre yo mismo más que en
tanto que reconozco la libertad y la humanidad de todos los hombres queme
rodean.
(
) Se ve que la libertad, tal como es concebida por los materialistas,
es una cosa muy positiva, muy compleja y sobre todo eminentemente social,
porque no puede ser realizada más que por la sociedad y sólo
en la más estrecha igualdad y solidaridad de cada uno con todos. Se
pueden distinguir en ellas tres momentos de desenvolvimiento, tres elementos
de los cuales el primero es eminentemente positivo y social; es el pleno desenvolvimiento
y el pleno goce de todas las facultades y potencias humanas para cada uno
por la educación, por la instrucción científica y por
la prosperidad material, cosas todas que no pueden ser dadas a cada uno más
que por el trabajo colectivo, material e intelectual, muscular y nervioso
de la sociedad entera" (Dios y el Estado).
Es decir, la realidad educativa, llamémosla "escuela", no
puede ser una burbuja de libertad en medio de la falta de libertad. En medio
de la coerción social de las demás instituciones sociales su
acción resultaría inocua. Partiendo del principio de autoridad,
la escuela no se aparta de la sociedad, sino que se incluye en ella. El proceso
pedagógico de una construcción colectiva de la libertad corre
en paralelo con el desmontaje de la autoridad.
Este proceso educativo es asumido por la pedagogía libertaria como
una actividad ideológica. Puesto que no hay educación neutral
y puesto que toda educación se fundamenta en una idea de ser humano
y en una concepción de la sociedad concretas, se trata de definir de
qué ser humano y de qué sociedad estamos hablando.
Si carece de sentido pensar en un individuo libre individualistamente hablando,
se trata de educarlo en la implicación con la construcción de
una nueva sociedad y, por tanto, de desadaptarlo respecto a los patrones capitalistas
y todo lo que significan: propiedad, desigualdad, violencia, etc, y la acción
educativa adopta la forma de una educación contra o ajena a todo lo
que represente, sin ir más lejos, el Estado.
Escuela sí, escuela no
y de nuevo, la autoridad
La integralidad, la autoridad, el adoctrinamiento, la libertad, etc., son
cuestiones eternas en la pedagogía libertaria, pero no lo es menos
el debate sobre la pertinencia o no de una institución específicamente
educativa, es decir, una escuela alternativa, libre o como queramos calificarla,
pero al fin, una escuela.
De nuevo, Bakunin se anticipa a este debate:
"¿Será preciso, pues, eliminar de la sociedad toda enseñanza
y abolir todas las escuelas? No, de ningún modo, es preciso esparcir
a manos llenas la instrucción en las masas, y transformar todas las
iglesias, todos esos templos dedicados a la gloria de Dios y al sometimiento
de los hombres, en otras tantas escuelas de emancipación humana.
(
) y para que se conviertan en escuelas de emancipación y no
de sometimiento, habrá que eliminar ante todo esa ficción de
Dios, el esclavizador eterno y absoluto, y habrá que fundar toda la
educación de los niños y la instrucción sobre el desenvolvimiento
científico de la razón, no sobre el de la fe; sobre el desenvolvimiento
de la dignidad y de la independencia personales, no sobre el de la piedad
y la obediencia; sobre el culto a la verdad y a la justicia, y ante todo sobre
el respeto humano, que debe reemplazar en todo y por todas partes el culto
divino. El principio de la autoridad en la educación de los niños
constituye el punto de partida natural; es legítimo y necesario, cuando
se aplica a los niños de baja edad, en el momento que su inteligencia
no está aún de ninguna manera desarrollada; pero como el desenvolvimiento
de todo, y por consiguiente de la educación también, implica
la negación sucesiva del punto de partida, este principio debe aminorarse
gradualmente a medida que la educación y la instrucción de los
niños avanza, para dejar plaza a su libertad ascendente. Toda educación
racional no es en el fondo más que esa inmolación progresiva
de la autoridad en beneficio de la libertad, el objeto final de la educación
no debería ser más que el de formar hombres libres y llenos
de respeto y de amor hacia la libertad ajena. Así, el primer día
de la vida escolar, si la escuela recibe a los niños en su tierna edad,
cuando comienzan apenas a balbucear algunas palabras, debe ser el de la mayor
autoridad y el de una ausencia casi completa de libertad; pero su último
día debe ser el de la mayor libertad y el de la abolición absoluta
de todo vestigio animal o divino de la autoridad" (Dios y el Estado).
Para Bakunin, la existencia o no de escuelas está vinculada a un proceso
de "deconstrucción" gradual de la autoridad desde la infancia.
Pensar que es posible la libertad del individuo que pertenece a una clase
social explotada y dominada para escoger el modo en que aprende tiene el mismo
fundamento que considerar que una depauperada madre hindú tiene libertad
para vestirse como quiera.
Pensar en la libertad del individuo que aprende, sin considerar el colectivo
o la dinámica de fuerzas sociales en las que se inserta, puede ser
en sí una reducción que nos llevaría, de nuevo, a dar
fórmulas del siglo XVIII, pensadas desde la burguesía y para
la burguesía.
El individuo influye y es influido por el medio. Una marcada misión
educativa intencional de cualquier organización o proyecto libertario
parte de esa base porque quiere formar parte de ese preciso medio que influye
a un individuo concreto y recíprocamente necesita que ese individuo
influya al mismo medio educativo libertario en la construcción colectiva
de una sociedad sin jerarquías.
La libertad del individuo tiene que tener en cuenta a los demás y sólo
tiene sentido en el marco de la convivencia responsable y respetuosa con la
colectividad, pero es compatible al cien por cien con el modo personal y único
de pensamiento que cada persona tiene, pues es a la vez igual y diferente
a todos los demás, al menos esa es la traslación de la sociopolítica
de las ideas anarquistas al plano de las relaciones interpersonales.
Esa responsabilidad individual y colectiva -base de la vida social en la comunidad-
ya sea educativa o no lo sea, no sólo se ejerce en la toma de decisiones,
sino también en los compromisos que cada uno adquiere, como alternativa
al autoritarismo.
Los términos como "desescolarización" o "movimiento
anti-escuela" no son ajenos a los debates pedagógicos en el entorno
libertario.
Pero, tanto los planteamientos pro, como los planteamientos anti escuela alternativa
coinciden en la crítica a la "escolarización", al
sistema educativo como imposición y a la escuela convencional por inútil,
obsoleta, esclerotizada e inadaptada a la realidad.
Los puntos de desencuentro entre ambas posturas comienzan en la definición
de lo que unos y otros llaman "escuela" y continúan con las
alternativas a "la escuela". Además se diferencian en el
tiempo en el que sitúan para aceptar o rechazar cualquier escuela:
situarse en una sociedad utópica o situarse en nuestra sociedad capitalista
y desigual. Un problema añadido al debate es si las soluciones desescolarizadas
están al alcance de la clase trabajadora o no.
Nuevamente, este debate, teniendo en cuenta las nuevas tecnologías,
va siendo reduccionista para la gran cantidad de alternativas que se pueden
combinar y que de hecho se utilizan en la educación libertaria, sin
necesidad de plantearse un sí o un no rotundo a la, llamémosla,
"escuela libre".
En cualquier caso, el término desescolarización no tiene por
qué ser sinónimo de "educar en casa", aunque sea una
de sus alternativas más conocidas. Como tampoco lo es del "absentismo".
Si la solución que da la desescolarización es la vuelta a la
educación preceptorial rusoniana, tendríamos enfrente a Godwin,
quien consideraba que la propuesta rusoniana pecaba de autoritarismo, en realidad,
y que la educación ha de tener un formato social y público.
Por otro lado, el debate escuela sí, escuela no suele restringirse
al ámbito de la educación formal, con respecto a la infancia
y a la juventud y no con respecto a la educación a lo largo del ciclo
vital, en la que este debate no se produce.
Finalmente, siendo interesantes los puntos de vista de la desescolarización
y sus propuestas, éstas pueden beneficiar al perfeccionamiento de cualquier
otro proyecto educativo libertario.
La incompatibilidad con los sistemas educativos nacionales
El concepto de nación comprende desde sus inicios una idea de homogeneidad
e igualdad, pero en su definición, generalmente, se alude a la comunidad
territorial, la lengua e, incluso, a la cultura, pero esa "unidad"
no hace referencia a los diferentes grados de participación en los
bienes materiales o culturales de la sociedad.
La necesidad de hacer coincidir "Estado" y "Nación"
otorgó a la educación un supuesto papel integrador en el siglo
XIX, cuando la instrucción pública se convirtió en el
agente nacionalizador por excelencia. El sistema educativo está tan
vinculado a la acción del Estado que éste se reservó
la prerrogativa de controlar los medios por los cuales se hacía, hasta
ese momento había sido la Iglesia, en exclusiva. Una manifestación
característica de ello es la obligatoriedad de la escolaridad.
Además de agente de nacionalización, la génesis de los
sistemas educativos nacionales está vinculada a las necesidades productivas
nacidas de la Revolución Industrial. Los antiguos campesinos, trasladados
a la ciudad, habían de ser instruidos para poder hacer funcionar las
máquinas, pero esa instrucción en todos los detalles es decidida
por el Estado y las fuerzas vivas. Y desde entonces nos encontramos ante la
paradoja de la obligatoriedad de la enseñanza: ¿Es un derecho
o es un deber, según el Estado? Si fuera un derecho, no sería
obligatorio, como el del voto, por lo tanto es un deber que ha de garantizar
la reproducción social conservadora de la sociedad de clases.
Lamentablemente no siempre conseguimos salir airosos en el intento de conseguir
un mundo diferente y, cuando el Estado y la Iglesia siguen existiendo, puede
surgir un interrogante:
¿Es posible la educación libertaria fuera de una sociedad libre,
sin Estado, sin jerarquías, sin fronteras y autónoma en que
concilie lo individual y lo colectivo, utilizando medios acordes con los fines,
o debemos esperar a tener esa sociedad? La respuesta ya la ha dado el anarquismo
al no esperar la situación ideal para empezar a practicar la educación
libertaria como medio de acercarse a sus finalidades.
El naturismo y la pedagogía libertaria
Entre los recursos didácticos de la Escuela Moderna de Ferrer la influencia
de Eliseo Reclus es una constante, lo que se refleja en el protagonismo que
sus obras alcanzaban entre los materiales didácticos que se utilizaban
en ella, especialmente El hombre y la Tierra, pero también se hizo
notar su influencia en la orientación naturista (compatible con la
corriente higienista oficial) en el movimiento educativo libertario, como
otro elemento clásico del mismo.
"En nuestras universidades e institutos, muchos profesores, sin saber
lo que hacen o creyendo hacer bien, intentan disminuir el valor de la juventud
educando la fuerza y la originalidad según sus propias ideas, imponiendo
a todos la misma disciplina y mediocridad. Existe una tribu de pieles rojas
en la que las madres intentan hacer hijos para consejeros y para la guerra
haciéndoles inclinar la cabeza hacia adelante o hacia atrás
por medio de sólidos instrumentos de madera y vendajes apropiados;
lo mismo que esta tribu existen pedagogos que se consagran a la obra funesta
de fabricar cabezas de funcionario y otros cargos, lo cual consiguen, desgraciadamente,
con harta frecuencia. Pero pasan los diez meses de cadena, los diez largos
meses de estudios, y llegan los días felices de vacaciones: la juventud
adquiere su libertad; vuelve al campo, ve nuevamente los álamos del
prado, los árboles del bosque, y la fuente sobre cuyas aguas flotan
ya las primeras hojas amarillas que el otoño marchita; llenan sus pulmones
con el aire puro de la campiña, renuevan su sangre, fortalecen un cuerpo
y todos los aburrimientos de la escuela serán insuficientes para hacer
que desaparezcan del cerebro los recuerdos de la naturaleza libre. Que el
colegial salido de la cárcel, escéptico y extenuado, se aficione
a seguir el tortuoso sendero que bordea al arroyo, que contemple los remolinos
de las aguas, que separe las hojas o levante las piedras para ver salir el
agua de los pequeños manantiales, y este ejercicio le hará muy
pronto sencillo de corazón, jovial y cándido" (Eliseo Reclus,
El arroyo, 1869).
Desde Tolstoi a los maestros racionalistas como Antonia Maymón (1881-1959)
y Albano Rosell (1888-1964), pasando por la labor educativa de adultos de
Isaac Puente (1896-1936), la vinculación entre naturismo y educación
en el enfoque libertario es una constante a través del tiempo.
Precisamente, Rosell, exiliado a Uruguay tras la Semana Trágica traslada
al terreno educativo una concepción del naturismo integral o libertario
que incluye el aspecto físico-vital, el ético, el social, el
artístico-emotivo y el científico.
Otro maestro racionalista, Barthe, compañero de Maymón en la
escuela de Alicante, afirma que un anarquista puede no ser naturista, pero
no estará en contra del naturismo. (Cómo veo yo el naturismo,1927).
Yendo ya al aspecto pedagógico, Rosell propone una reeducación
de la infancia para devolver los niños a la armonía con la naturaleza.
Parte de la base de que así es innecesaria la acumulación de
contenidos, que la educación debería ser mixta, con el maestro
como un compañero o hermano mayor, al aire libre, sin vacunas, con
alimentación vegetariana, sin premios ni castigos, en la que se promueva
la conciencia de las consecuencias que las acciones de uno influyen sobre
los demás y cómo ello afecta a la armonía. Esa construcción
ecológica de lo que es la educación y las relaciones interpersonales
se plasma en Naturismo y educación de la infancia, 1918 y Albores,
1932).
Es peculiar de Antonia Maymón la defensa de una autoeducación
del naturismo en las mujeres adultas por su propia salud y el ejemplo que
tienen que dar a los hijos. Maymón escribe gran cantidad de artículos
tanto en la prensa anarquista como en la naturista, aunque su pensamiento
educativo de escuela única para niños y niñas sin distinción
de clases sociales se recoge en Esbozo Racionalista (1932).
Entre el naturismo libertario también es reconocida la obra El Naturismo
y la educación (1924) de Daniel Coello, maestro de Azuaga (Badajoz).
Las soluciones educativas libertarias
La historia de las soluciones educativas libertarias comienza con el paso
del Antiguo Régimen al Nuevo (en España este proceso, como casi
todos, se da con retraso y de forma raquítica), sigue con los primeros
socialistas y continúa con los Owen, Stirner, Robin, Proudhon, Bakunin,
Tolstoi, Kropotkin, Reclus, Ferrer, Malatesta, Lorenzo, Mella, Fabbri, los
colectivos de Bonaventure y Paideia, y tantos otros, la mayoría personas
anónimas que ponen en práctica su sentido común al servicio
de una educación transformadora.
Estas soluciones, generalmente se sustentan en ideas lanzadas desde el siglo
XVIII e integradas en un intento coherente de ponerlas en práctica
en su totalidad, algunas de esas ideas se las debemos a los siguientes protagonistas:
1. Jean-Jacques Rousseau (1712-1777)
Aunque lleno de contradicciones, como su determinismo en cuanto a la educación
de sexos y clases sociales o como el hecho -en común con el resto de
los ilustrados- de la aceptación del Estado como moderador supremo
de la vida social y política, Rousseau desarrolla un discurso lo suficientemente
polivalente como para justificar tanto el autoritarismo, como las ideas libertarias,
lo que se aprecia en su Emilio (1762).
Precisamente, Bakunin critica el concepto naturalista y con predominio del
individualismo del significado de la libertad para Rousseau, contrario a su
determinismo social, pues para Bakunin la libertad es conquistada y construida
socialmente:
"Una vez que hayan sido reconocidas primero por la ciencia y que la ciencia,
por medio de un amplio sistema de educación y de instrucción
populares, las haya hecho pasar a la conciencia de todos, la cuestión
de la libertad estará perfectamente resuelta. (
) Porque detrás
de nosotros está nuestra animalidad y ante nosotros la humanidad, y
la luz humana, la única que puede calentarnos e iluminamos, la única
que puede emanciparnos, nos hace dignos, libres, dichosos, y la realización
de la fraternidad entre nosotros no está al principio, sino, relativamente
a la época en que vive, al fin de la historia" (Dios y el Estado).
Generalmente la referencia que se suele buscar para el enfoque libertario
de Rousseau radica en el aspecto "contracultural" de los Discursos.
Rosseau ha influido en la pedagogía libertaria en cuanto a:
El valor insustituible del individuo.
La conexión entre lo político y lo educativo.
El rechazo de formas, métodos y contenidos de la pedagogía tradicional
y, sobre todo, lo que tiene de obligatoria y represiva.
2. Los revolucionarios franceses
La Revolución Francesa está en el origen de la pedagogía
socialista, tanto autoritaria, como libertaria.
2.1. Graco Babeuf (1760-1797)
De su Manifiesto de los plebeyos y las cartas a la esposa (desde el patíbulo),
podemos resumir los principales rasgos de sus ideas pedagógicas:
No disociación manual-intelectual.
Crecimiento libre y autónomo.
Educación activa y gratificante.
Ambiente simple y natural, sin cosas superfluas.
Nivelación de todas las funciones humanas.
Reforma de la ortografía (también Fourier y Cabet)
Era partidario del aprendizaje de principios, sin los cuales el aprendizaje
a través de la mera experiencia sería largo y haría cometer
demasiados errores.
2.2. Filippo Buonarroti (1761-1837)
Fue deportado a Olèron, casualmente al mismo lugar donde lustros después
estaría la escuela Bonaventure.
Ideó el Plan de Educación Popular y las Casas Comunes de Educación
utilizando propiedades requisadas a los poderosos y a la Iglesia, en el campo,
cerca del agua, que hicieran posibles los trabajos rurales, los talleres de
todo tipo, con teatro y gimnasio, dirigido todo ello a un desarrollo integral,
siempre en la línea de no disociación entre trabajo manual e
intelectual.
También previó la educación post-escolar, mediante la
prensa, fiestas o actos civiles, representaciones y reuniones de debate.
Considera la educación como el instrumento revolucionario más
eficaz.
Tuvo una gran influencia en toda la pedagogía de orientación
socialista del siglo XIX.
3. William Godwin (1756-1836)
Hijo de calvinista, marido de Mary Wollstonecraft, padre de Mary Shelley,
suegro de Shelley y referente para Owen, Wilde, Zola y Tolstoi (se inspiró
en el Enquirer para su Jásnaja Poljana), este pensador atípico
y complejo, defendía la posibilidad de renovar pacíficamente
las instituciones, modificando el modo de pensar de los individuos a través
de la educación, pero era firme defensor de la abolición de
la propiedad privada y de las propias instituciones como la Iglesia, el Estado,
la familia, etc.
Se manifiesta en contra de la existencia de un sistema escolar nacional.
Consideraba que la verdadera revolución pedagógica era partir
de los intereses del educando, favorecer el desarrollo a partir de la experiencia
personal.
Rechazaba la cultura libresca.
Insistió en la idea de la educación integral con el individuo
en el centro de ella.
Contra cualquier programa preestablecido, escribía:
"Miles de impresiones actúan espontáneamente sobre el niño
contra una provocada a propósito por nosotros. Lo principal es que
el niño sea puesto en condiciones de aprovechar cualquier ocasión
para desarrollar mediante el ejercicio de sus capacidades" (The Enquirer,1797).
Esta es una anticipación de lo que luego se llamaría globalización
en la pedagogía, a principios del siglo XX, con el movimiento de la
Escuela Nueva y Ovidio Decroly, cuya respuesta educativa se dio en forma de
los llamados "Centros de Interés" o "Lecciones de cosas".
La importancia del proceso, no del producto, o el método como verdadero
objetivo educativo: Esta idea tardaría mucho en volver a ver la luz,
en la pedagogía posterior, reivindicada por el constructivismo de Ausubel
y Novak en los años 70. La siguiente cita podría resumir su
postura al respecto:
"No tiene ninguna importancia que el niño tenga una noción
u otra. Lo importante es que llegue a ella a través de la educación
de las aptitudes de la actividad intelectual. Se puede comparar la educación
con la agricultura: los primeros frutos no cuentan tanto como por la posterior
fecundidad de la tierra. Lo principal de una educación sensata es aprender
a pensar, a discutir, a recordar, a plantearse problemas" (The Enquirer,
1797).
Para Godwin educación no equivale a instrucción. Adelantado
en su visión, lamentablemente hoy sigue sin superarse esa identificación
en la realidad escolar actual. Digamos en una terminología actual que
Godwin ya consideraba que cada uno construye su propio aprendizaje en función
de la experiencia, que lo esencial es centrarse en los procedimientos, es
decir, el aprender a hacer: Aprender a pensar, a resolver problemas, a observar,
a comprobar, a vivir en comunidad, a producir alimentos, a ser autónomo
Godwin consideraba que la propuesta rusoniana pecaba de autoritarismo, al
tiempo que se plantea la educación con un formato social, público
y no preceptorial o privado como el modelo de Rousseau.
Sin embargo, respecto a su gradualismo en el proceso educativo hacia el racionalismo
no hace ninguna propuesta concreta a corto plazo, ni es partidario del asociacionismo,
por ello, su influencia es palpable, pero difusa en el pensamiento educativo
libertario.
4. Robert Owen (1771-1858) y New Lanarck
A diferencia de los nombres anteriores, el filántropo y utópico
Owen nació en Newtown, Gales, en una modesta familia obrera, siendo
explotado en su niñez y juventud. Precoz lector de libros, a los siete
años ya era asistente de maestro, a los nueve, aprendiz en una tienda
de tejidos y a los once se trasladó a Londres para trabajar en un comercio
de cortinas, trabajando dieciocho horas al día, seis días a
la semana, sin tiempo ni para comer. Se introdujo en las nuevas máquinas
de hilaturas de algodón, siendo, a partir de los veinte años,
gerente de diversas fábricas textiles de Manchester.
Pese a su escasa educación formal y su habla galesa, fue admitido en
la Sociedad Filosófica y Literaria donde se familiariza con las ideas
de Rousseau y llega al racionalismo, coincidiendo con Godwin en muchos aspectos
como el rechazo de la división ricos y pobres. Igualmente, cree en
la mejora de las condiciones de los seres humanos por métodos pacíficos,
ya que el hombre es bueno por naturaleza y son las instituciones, como la
Iglesia y el gobierno, las que les envilecen.
En 1795, a cargo de un negocio de algodón y manufacturas en Manchester,
se interesó por las condiciones de trabajo de las fábricas allí.
En 1797 se traslada por matrimonio a New Lanark (Escocia), dirigiendo la fábrica
adquirida a su suegro. A su llegada la fábrica empleaba a dos mil personas,
de las cuales quinientas de ellas eran niños que habían iniciado
su vida laboral a la edad de cinco o seis años, huérfanos o
sin hogar. Owen prohibió el trabajo de los menores de diez años
y mejoró las condiciones de trabajo de los menores, adultos y la de
sus familias, mediante la creación de una colonia modelo con mejoras
sustanciales de la calidad de vida y hábitat de los trabajadores, humanizándolas
y donde no existía el alcoholismo, la policía, los jueces, la
caridad o la beneficencia. Invirtió un gran capital en la construcción
de viviendas, pavimentación y saneamiento de las calles donde vivían
los trabajadores. Creó cajas de previsión para enfermedad y
vejez, así como una cooperativa de consumo para los trabajadores.
Pero, además, las ideas racionalistas de Owen estaban esperando desde
1809 a ser llevadas a cabo en un proyecto educativo cuya financiación
procedió precisamente de esa cooperativa. En Manchester se había
interesado por el modelo de enseñanza mutua de Bell y Lancaster (efectuada
con doscientos o trescientos niños a la vez) y en 1812, en el continente
conoció la pedagogía pietista de la sala asilo creada por el
pastor protestante Oberlin en Los Vosgos (siglo XVIII, primera escuela de
párvulos, con carácter maternal), el instituto de Fellemberg
en Hofwill y a Enrique Pestalozzi (1746-1827) en la etapa de Iverdon.
Owen, preocupado por la situación de los niños pequeños
cuyas madres iban a trabajar a la fábrica, invirtió los beneficios
de la cooperativa de consumo en la creación del Institute for the formation
of Character, en 1816. En este proyecto educativo, a diferencia del movimiento
lancasteriano, se separaba a los alumnos en sendas clases por edades, que
abarcaban desde los dos años hasta los adultos.
La importancia de New Lanarck es decisiva dentro de la pedagogía libertaria
pues se trata de una experiencia educativa real y no de una hipótesis
sobre el papel. Y no sólo eso, Owen cocina ya con todos los ingredientes
clásicos de la pedagogía libertaria: educación integral;
no disociación entre estudio y trabajo; respeto del individualismo
compatible con la colectividad; sin premios o castigos no contingentes; coeducación;
al aire libre, en contacto con la naturaleza; con actividades recreativas;
importancia del juego; define el rol del maestro basado en la relación
en la comprensión y la relación afectuosa con el niño;
y completamente vinculada al contexto y orientada a la transformación
social. Lejos de ser una experiencia marginal, al Institute de Owen acudían
ochocientos niños y niñas, distribuidos en amplias y luminosas
salas, contando con comedor y enfermería.
El proyecto socioeducativo de Owen tenía un principio firme: La armonía
se podría conseguir mediante una educación racional, que enseñara
que la felicidad individual sólo podía alcanzarse con un comportamiento
conducente a promover la felicidad de la comunidad.
Así, a cargo de un operario textil (Buchanan), nació la primera
escuela infantil con orientación de educación moral, intelectual
y física desde los dos años, mientras que los precedentes solían
tener un carácter más asistencial.
Contrariamente a lo que generalmente se piensa, la primera escuela infantil
no es creación de Federico Fröbel (1782-1852), aunque sí
debemos a Fröbel el carácter propio y diferenciado de la educación
infantil y el término kindergarten.
No obstante, la extensión de las escuelas de párvulos, incluso
en el continente, se deben más a la influencia de New Lanark, a la
que acudían los pedagogos en peregrinación y sus siguientes
Infant Schools que al precursor Oberlin. A España también llegó
idea de la escuela de párvulos gracias a Pablo Montesino (1761-1849)
que visitó las Infant Schools.
5. Otros socialistas utópicos
A caballo entre el siglo XVIII y la primera mitad del XIX, Saint-Simon, Jacotot,
Cabet, Fourier, Considérant y Stirner desarrollan dentro de su producción
un conjunto de ideas pedagógicas que van puliendo las grandes líneas
que se habían establecido en la etapa anterior.
Tienen en común la superación del racionalismo burgués
del siglo XVIII tratando de dar respuesta a la justicia y libertad en una
incipiente sociedad industrial. Estas ideas tienen un mayor desarrollo entre
pensadores francófonos:
Saint-Simon (1760-1825) pone el acento en la solidaridad, apoya el movimiento
de escuelas maternales que sigue en Francia el modelo de Infant Schools y
se centra en la capacitación actitudinal y técnica del trabajador.
Jean-Joseph Jacotot (1770-1840) escribe cinco volúmenes sobre educación
en la que da un importante peso a la capacidad de instruirse a uno mismo,
explicitando un rasgo de la educación en las organizaciones libertarias:
el autodidactismo.
Étienne Cabet (1788- 1856) teoriza regresivamente en cuanto a la coeducación,
pero aporta la eliminación de los libros de texto, la autogestión
del reglamento escolar por parte de los alumnos, apoya la enseñanza
mutua placentera, los temas de libre elección, la eliminación
de la competitividad y de los castigos.
Las visionarias y contradictorias ideas de Charles Fourier (1772-1837)muestran
el gran conocimiento de la psicología infantil y se adelanta a la aplicación
principios de enseñanza sensorial como los de Montessori. A la vez
que rechaza la maternidad y los roles sexistas en la educación elige
la cocina como un avance de la educación productiva para todos y todas.
Con lenguaje más realista que Fourier, Victor Considérant (1808-1893)
repite en su Theorie de l'éducation naturelle et attrayante sus postulados
pero desarrolla más el tema de la cocina (precedente de Dewey), ahora
como oportunidad de descubrir la ciencia, así como un sistema de alfabetización
lúdico.
Max Stirner (1806-1856) critica en El único y su propiedad la trampa
burguesa que se inculca desde la educación, pues según ella
el hombre puede hacerse a sí mismo, pero no es así porque sólo
unos pocos disfrutan las condiciones que permiten dedicarse a esa tarea. Apreciado
por su demolición de instituciones como la familia, ha sido fuertemente
contestado en el anarquismo por su concepto de propiedad y el enfoque individualista,
considerado más bien egoísta.
6. Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865)
Trabajador artesanal en origen, conocida su insistencia en la importancia
de que el trabajador aprenda todas la fases de su trabajo, fue criticado por
Marx quien le acusó de primitivismo en cuanto al aspecto productivo,
pero coincide con la proyección en lo educativo de la combinación
manual-intelectual. Para Proudhon la educación es para el trabajo y
desde el trabajo y así sintetiza en De la Justicia en la Revolución
y en la Iglesia (1858) su programa de instrucción obrera:
"Fuerza del cuerpo, destreza de la mano, prontitud del espíritu,
potencia de la idea, orgullo por las dificultades superadas, por la naturaleza
sojuzgada, por el saber adquirido, por la independencia asegurada, por la
comunión alcanzada con el género humano por la participación
solitaria al bienestar colectivo".
Concibe una enseñanza mutua y politécnica en fábrica-escuela.
7. Mijaíl Bakunin (1814-1876)
Como hemos visto ya, refuerza y desarrolla el concepto de educación
integral, liga la educación a la emancipación con una intensidad
que nadie había tenido hasta entonces, distanciando la pedagogía
libertaria de la individualista y no directiva.
8. León Tolstoi (1828-1910)
Fundó altruistamente en 1859 una escuela en su aldea natal, Jásnaja
Poljana, que duró tres años. En 1871 abre otra nueva escuela
en su casa con formación de educadores. Inspirado en Godwin, coincide
en muchos aspectos con la pedagogía libertaria, especialmente en la
no coerción, el antiautoritarismo, la libertad, la ausencia de horarios
y programas y el respeto a la naturaleza infantil, hasta el punto que suscribió
el Manifiesto por la libertad de la enseñanza (1898) junto a Reclus,
Grave y Kropotkin, pero se separa en su sentido místico o religioso,
o en la no violencia como precepto.
9. Paul Robin (1837-1912) y el orfelinato de Cempuis
Las teorías pedagógicas libertarias se concretan a lo largo
de la historia en varias experiencias a pesar de las dificultades derivadas
de las pocas posibilidades económicas y la presión-represión
de la enseñanza religiosa y de los organismos oficiales, que las consideraron
siempre una amenaza para sus privilegios. Estas experiencias han ayudado significativamente
más que algunas teorías a concretar la pedagogía libertaria.
Salvo Owen que lleva a la práctica un proyecto, y Tolstoi, el resto
de autores mencionados deja su aportación en el mero plano teórico,
hasta la práctica educativa de Paul Robin.
La de Robin en Francia, a finales del siglo XIX, resultó la primera
experiencia impulsada por un educador profesional, formado en Escuela Normal
y desencantado de la enseñanza pública tras cuatro años
de permanencia en ella. En su paso por Bélgica y Ginebra se familiariza
con el socialismo antiautoritario, conoce sus propuestas pedagógicas
de manos de Bakunin y participa en la Internacional hasta la expulsión
de los antiautoritarios.
No sólo influyó Bakunin en la pedagogía de Robin, sino
también Kropotkin y Reclus. En 1868 presentó una ponencia sobre
la educación integral que fue aceptada por la Internacional. Pero es
en 1880, gracias a Buisson, antiguo miembro de la Comuna y la Internacional,
colaborador del ministro Jules Ferry y tras su paso por la inspección,
cuando es nombrado director del orfelinato Prèvost de Cempuis que Robin
pudo llevar a la práctica sus ideas pedagógicas.
Cempuis acogía a una media de ciento cincuenta niños y niñas
de entre cuatro y dieciséis años. Comprendía enseñanza
maternal, elemental y profesional. Una parte de ellos presentaban discapacidad
ligera. Allí con un equipo de veinte educadores pudo llevar a la práctica
los puntos fundamentales del pensamiento educativo del socialismo libertario:
la necesidad de una educación integral igualitaria, el antiautoritarisno,
el internacionalismo pacifista y la emancipación de la mujer.
La educación integral de Robin es a la vez física, moral e intelectual
(incluyendo la manual).
En el papel, la propuesta de Robin era previsible, pero ¿en la práctica?
En la práctica se aprecia la exacta coherencia entre la teoría
de Robin y la vida en Cempuis. Viendo las prioridades en Cempuis sabemos en
qué aspectos fue rompedor (hoy también lo sería) Robin:
" Educación Física: la importancia que le daba se refleja
en el tiempo y medios para ellos: ¡Un tercio de la jornada!, incluida
natación y equitación o el uso de un gimnasio completamente
dotado. El aire libre, los ambientes saludables y luminosos, todo tipo de
juegos, la comida vegetariana y una colonia de vacaciones en el mar completaban
la oferta. Este interés por la estimulación física perseguía
un fin saludable pero no sólo desde el punto físico, sino espiritual.
" Educación intelectual, manual y artística: Los temas
eran libremente elegidos por los chicos y chicas, entre una amplísima
oferta de talleres, que incluían la posibilidad de descubrir su orientación
vocacional, importante dado que al término de su estancia en el orfelinato
deberían ganarse la vida por ellos mismos con una profesión
y a la que dedican tres horas diarias desde los doce años, con las
mismas opciones para los dos sexos. El estudio no partía de libros
sino del descubrimiento por parte del propio niño mediante la observación
y reflexión de la naturaleza de las cosas. Las lenguas y la historia
iban vinculadas al estudio de los pueblos más que al de las naciones,
reyes y guerras. Todas las disciplinas se imparten de un modo científico,
desarrollando las capacidades físicas, mentales, creativas, estéticas
y morales fuera de todo prejuicio religioso. Pero también se enseñaban
técnicas de oficina e impresión, dejando una base que perfeccionará
Freinet años más tarde. El arte está presente igualmente
con una rica oferta por la que los alumnos pueden moverse con total libertad.
" La educación moral: A diferencia de la educación tradicional,
se basaba en la libertad, el antiautoritarismo y la fraternidad. Jamás
se utilizaba la violencia o la obligación, sino el ejemplo y los argumentos,
en aras a desarrollar un espíritu crítico y autocrítico.
La coeducación de sexos y la educación sexual fueron otros aspectos
revolucionarios en Cempuis.
El enorme margen de autonomía que tuvo este centro sólo se explica
por el hecho de que se trataba de una fundación para huérfanos,
algunos de ellos "débiles mentales" tutelada por la prefectura
y como en el caso de Pestalozzi, a la sociedad en principio los experimentos
con huérfanos o "débiles" no les resultaban amenazantes.
En paralelo a Cempuis, comprometido con la liberación de la mujer,
en 1889 creó en París el primer centro de información
sobre productos anticonceptivos, en 1896 fundó la neomalthusiana Liga
de la Regeneración Humana, a la que se sumó Faure y, claro,
con todo ello terminó ganándose finalmente el ataque de la Iglesia
que acusó su práctica de inmoral y antipatriótica.
10. Eliseo Reclus (1830-1905)
"¿No sabe usted que los niños serán en adelante
preservados escrupulosamente de las antiguas supersticiones, y que los maestros
laicos les darán una educación basada en la ciencia, libre de
toda mentira, y se mostrarán siempre respetuosos de la humana libertad?"
(La anarquía y la Iglesia, 1903).
El autor de la monumental Nueva Geografía Universal (1876-94) y de
El hombre y la tierra (1905-08), consideradas entre los mejores tratados de
geografía humana y económica que se conocen consideraba que
la ausencia de todo gobierno era la más alta expresión del orden.
Ya hemos mencionado a Eliseo Reclus a propósito del naturismo en la
educación libertaria, sin embargo hay que tener en cuenta que, al igual
que Kropotkin (con el que mantenía una estrecha colaboración),
toda la obra de Reclus está relacionada con la educación, no
sólo en la obra explícita. Además su papel en la divulgación
científica fue la base del trabajo en toda la educación racionalista
que le siguió: Los libros de Reclus formaron parte del modernísimo
material utilizado en la Escuela Moderna. También colaboró con
el Boletín de la Escuela Moderna.
Pero que no se entienda mal, los libros de Reclus eran imprescindibles en
las bibliotecas de las escuelas racionalistas, pero en su promoción
de la enseñanza laica, científica y racional, prefería
y recomendaba la relación directa con la realidad, sin intermediarios
ni interpretadores:
"Ninguna descripción, por bella que sea, puede ser verdad, pues
ella no puede reproducir la vida del paisaje, la caída del agua, el
temblor de las hojas, el canto de los pájaros, el perfume de las flores,
las formas cambiantes de las nubes. Para conocer, es preciso ver."
De manera que la aportación de Reclus refuerza la experiencia directa
con la naturaleza como forma de aprender la libertad, la dignidad y la armonía
con el entorno en que vivimos.
11. Piotr Kropotkin (1842-1921)
La presencia de las ideas pedagógicas en su obra es constante, empezando
por las más emblemáticas: La conquista del pan y El apoyo mutuo,
y terminando por sus artículos periodísticos. Fruto del entrenamiento
científico, prácticamente todas sus obras tienen un carácter
didáctico, tanto de divulgación sobre las ciencias naturales,
como de su aplicación a un análisis social. De modo que Kropotkin
no sólo ha sido importante para la pedagogía libertaria, sino
también para la educación libertaria al ser sus textos utilizados
en proyectos educativos libertarios, al igual que ocurre con Reclus.
"Las masas quieren conocer, están preparadas para conocer y tienen
que conocer" (Memorias de un revolucionario, 1899).
Kropotkin recoge y desarrolla los principios de la pedagogía libertaria,
manteniendo una proximidad a las experiencias pedagógicas libertarias
como el orfelinato de Cempuis y la Escuela Moderna de Ferrer (colaboró
en sus publicaciones). Precisamente, a Ferrer dirige una entrañable
carta en la que concreta una idea pedagógica en la que alienta su proyecto:
"Ante todo la educación propiamente dicha: es decir, la formación
del ser moral, individuo activo, lleno de iniciativa, emprendedor, valiente,
(
) sociable, igualitario, de instinto comunista y capaz de sentir su
unidad con los hombres del universo entero, y, por tanto, despojado de las
preocupaciones religiosas, estrictamente individualistas, autoritarias, etc.,
que nos inculca la escuela.
(
) Las ciencias han progresado de una manera inmensa durante el último
medio siglo, pero la enseñanza de esas ciencias ha seguido el mismo
desarrollo.
(
) Y al mismo tiempo podemos dar a todos el goce del verdadero saber.
Mas para esto han de reformarse los métodos de enseñanza.
En nuestra escuela actual (
) el derroche de tiempo es colosal, absurdo.
En las escuelas secundarias inglesas, al tiempo reservado para la enseñanza
de las matemáticas se le cargan dos años para los ejercicios
sobre la transformación de las yards, perches, poles, miles, bushels
y otras medidas inglesas. (
) En último término habrá
que recurrir a la enseñanza integral; a la enseñanza que por
el ejercicio de la mano sobre la madera, la piedra y los metales habla al
cerebro y le ayuda a desarrollarse. Se llegará a enseñar todos
el fundamento de todos los oficios lo mismo que de todas las máquinas,
trabajando (según ciertos sistemas ya elaborados), sobre el banco y
el tornillo, modelando la materia bruta, haciendo por sí mismo las
partes fundamentales de todas las cosas y máquinas, lo mismo que las
máquinas sencillas y las transmisiones de la fuerza a que se reducen
todas las máquinas.
Se deberá llegar a la integración del trabajo manual con el
trabajo cerebral que predicaban ya el obrero y la Internacional".
La eficacia pedagógica de Kropotkin se debe a su agilidad expositiva,
su gran capacidad para cambiar de plano, para relacionar en una sola frase
aspectos concretísimos de la didáctica con abstracciones sociopolíticas.
Relaciona los hallazgos científicos, incluidos los que se estaban generando
sobre el sistema nervioso, el concepto de trabajo, la organización
social y la educación, con la sencillez de los que verdaderamente conocen
los principios de la realidad natural y social.
Precisamente, cuando apunta que el trabajo manual desarrolla el cerebro, nos
está adelantando la noción de plasticidad del sistema nervioso
en función de la estimulación y experiencias con el medio, ello
tardaría en ser demostrado: los experimentos de Rosenweig y otros,
entre 1984 y 1993, demostraron el incremento de las sinapsis y el peso del
cerebro en función de la estimulación del entorno y la actividad.
La importancia del contexto de aprendizaje en su resultado estuvo siempre
presente en la educación libertaria pero ahora Kropotkin deja ya muy
atrás el modelo preceptorial rusoniano en contexto restringido.
12. Anselmo Lorenzo (1841-1914)
Desde 1868, el tipógrafo Anselmo Lorenzo contribuyó decisivamente
al desarrollo del sindicalismo revolucionario en la Península Ibérica,
que culminaría con la fundación de la CNT (Confederación
Nacional del Trabajo) en 1910. Además de referencia indiscutible del
anarquismo en versión española, su colaboración con la
Escuela Moderna, las necesarias traducciones de obras fundamentales para la
divulgación de estos ideales y sus propias obras (destacando El proletariado
militante) completan su labor educativa.
Tras el encarcelamiento en Montjuich (1897), se exilia a Francia y conoce,
entre otros, a Grave, Faure y Ferrer, siendo ese el punto en el que comienza
a tener más implicación en la educación libertaria. Enseguida
trabaja para las Publicaciones de la Escuela Moderna, como autor y traductor,
destacando la que realizó de Las aventuras de Nono, de Jean Grave.
13. Grave, Nieuwenhuis y Michel
Jean Grave (1854-1939), zapatero y también tipógrafo y autodidacta,
colaboró con Kropotkin y firmó el ya mencionado Manifiesto por
la libertad de enseñanza en 1898. Sus ideas sobre la literatura infantil
quedan representadas en el cuento utópico Las aventuras de Nono. En
La sociedad futura hace bastantes referencias a la educación, cuenta
con un capítulo dedicado al niño en la nueva sociedad y escribe:
"Tendremos libertad absoluta para desarrollar nuestra solidaridad de
todos modos, y podremos combatir con nuestra propaganda de instrucción
los absurdos de unos padres idiotas".
Louise Michel (1833-1905) utilizó la vía de las novelas y dramas
sociales para su tarea educativa, dedicó textos a la educación
y emancipación de las mujeres, colaboró en la creación
de cuentos infantiles y en periódicos de tema pedagógico.
Domela Nieuwenhuis (1848-1919) escribió La escuela libre (1894) y La
escuela libertaria (1900).
14. La Escuela Moderna de Ferrer (1859-1909)
El mismo Ferrer explica que el germen de su pedagogía se encuentra
en su propia experiencia vital. En la vida y obra de Francisco Ferrer, nacido
en Alella (Barcelona) en una familia numerosa, podríamos distinguir
catorce hitos evolutivos:
1.- La escuela de Alella: Sistema pedagógico tradicional que combina
adoctrinamiento religioso, disciplina férrea y castigo físico.
Dirigida por el párroco.
Repleta de imágenes religiosas, sin materiales de aprendizaje.
Contenidos: Historia Sagrada, catecismo, oraciones, lecturas piadosas y cánticos.
Cuando fue a fundar la Escuela Moderna dijo, refiriéndose a esta fase:
"No tengo más que hacer lo contrario de lo que he vivido".
Y acuñó otra que se haría famosa: Educar equivale actualmente
a domar, adiestrar, domesticar.
2.- La escuela de Teyá: No todos los maestros son iguales
A partir de los cuatro años se encuentra con un maestro laico que practica
una enseñanza más liberal.
Allí descubre su verdadera disposición y aptitud: serio, tranquilo,
inteligente y de gran memoria.
El párroco de Teyá le presta libros y le enseña francés
con la esperanza de que se haga sacerdote, lo que no ocurre, por la influencia
de dos anticlericales: su tío y su hermano mayor.
El anticlericalismo y la problemática religiosa de la época
es otro condicionante de Ferrer. Catolicismo y derecha se confundían,
y a veces la distinción entre monarquismo y republicanismo quedaba
simplificada a poco más que la cuestión religiosa.
3.- 1884: Primera muestra del interés pedagógico de Ferrer por
la instrucción
Revisor en los ferrocarriles que unen Barcelona con la frontera, funda una
biblioteca ambulante entre los empleados de los ferrocarriles, al tiempo que
su militancia republicana: lo que ahora llamaríamos biblio-tren.
Sirve de enlace para los republicanos de Ruiz Zorrilla.
Ingresa en la masonería.
Ha perfeccionado el inglés y el francés.
4.- Refugio en Sallent tras la huelga ferroviaria: La familia de Puig Elías
y el maestro Ferrer
Ellos han crado una casa-cuna, un hospital y el primer cementerio civil de
España.
Conoce escuelas laicas.
5.- 1886: Exilio en París, tras la intentona de Villacampa: Apuros
económicos
Enseña español en el Círculo de Enseñanza Laica,
Asociación Politécnica, cursos nocturnos en el Liceo Condorcet
y en una logia masónica.
Llega a un gran nivel en la masonería, pero actúa con independencia.
La reanudación del contacto con la masonería le resultaría
útil para contar, más tarde, con los apoyos necesarios para
su proyecto pedagógico (Odón de Buen y Martínez Vargas).
Mientras, en Barcelona y Madrid avanza la creación de escuelas y centros
laicos mixtos.
Va evolucionando ideológicamente desde el republicanismo, socialismo
y librepensamiento al entrar en contacto con Grave, Robin, Malato y Kropotkin.
Se escribe con Reclus.
Se alegra de haber cambiado de profesión por el éxito inmediato
y porque se adaptaba a su forma de ser.
6.- La relación con Paul Robin y Cempuis
Ferrer se relaciona con Robin y otros anarquistas en Francia con idénticas
ideas educativas que superan el laicismo y el librepensamiento en la educación.
Robin influye decisivamente en su mentalización. Se atribuye a Ferrer
una visita a Cempuis (tuvo que producirse antes de 1894) y una reunión
de la neomalthusiana Liga de la Regeneración Humana de Robin en casa
de Ferrer, en París.
Más tarde, tres números del Boletín de la Escuela Moderna
(1901, 1902, 1908) recogerán los escritos de Robin sobre la educación
integral, teniendo el último un desarrollo exhaustivo de esa práctica.
7.- Ruptura definitiva con el activismo republicano
A estas alturas, tras la muerte de Ruiz Zorrilla, Ferrer cambia su idea de
la vía para la transformación social por tres factores: Su autodidactismo,
el haberse convertido en educador y la toma de contacto con planteamientos
pedagógicos revolucionarios.
Está convencido ya de que una revolución política que
no vaya acompañada de de un cambio de mentalidades, fracasará.
En ello se ve más la influencia de Kropotkin que de Bakunin.
8.- Tiros en Montmartre: Ruptura del matrimonio con Teresa Sanmartí
En crisis su matrimonio desde hacía años, se rompe en 1894,
definitivamente, cuando Teresa le dispara en la calle, hiriéndole.
Publica el Tratado del español práctico, primero que capacita
para el empleo de frases habituales.
Dos mujeres tendrán un protagonismo decisivo para el proyecto de la
Escuela Moderna: Jean Ernestine Meunié (acomodada alumna particular)
y Leopoldine Bonnard (amante y madre de su hijo Leopold, "Riego").
9.- Viaje por España, Portugal, Suiza, Italia y Bélgica
Ferrer, junto a Meunié y Bonnard realizan un largo viaje, útil
en la cristalización del proyecto ferreriano.
Visita a Reclus que quedaría muy impresionado con la capacidad de Ferrer,
conoce la obra de Pestalozzi (que había influido en Owen, éste
en Robin, Robin en Ferrer y ahora se cerraba el círculo), de Fröbel
y conoce de primera mano los centros educativos más avanzados.
10.- 1901: Muere Meunié
Hereda de ella la fortuna de un millón de francos de oro, lo que le
decide a poner en marcha su proyecto sin esperar demasiado (Ernestine había
muerto en abril y la escuela se abrió en octubre).
11.- 1901: La Escuela de la calle Bailén
El 8 de octubre se inaugura la Escuela Moderna con treinta niños y
niñas, sus actividades complementarias (conferencias dominicales, boletín,
publicaciones, etc.) y su Escuela Normal para la formación de educadores
de ambos sexos.
Entre el grupo de profesores destaca su antigua alumna francesa, Clémence
Jacquinet, que sería impulsora y directora de la Escuela, pero que
no coincidiría totalmente con él en determinados aspectos.
Implica en su Patronato a la vanguardia de la ciencia en España: un
modernismo excepcional en un atrasado país, una generación que
en la época de colaboración con la Escuela Moderna está
en su cénit:
El naturalista aragonés Odón de Buen: Doblemente licenciado
y doctor a los 24 años. A los 22 ya presidía la comisión
de naturalistas de una expedición oceanográfica. Catedrático
de Historia Natural a los 24, además de publicar excelentes libros
de texto, de su Historia Natural (utilizados en la Escuela Moderna) y de reflexiones
sobre la mujer y la ciencia, todos ellos en el índice de prohibidos
por la Iglesia a causa del darwinismo. Revolucionario por su didáctica
experimental y de campo. En la época de la Escuela Moderna fundó
la Estación Biológica-Marina de Málaga, como Centro de
la Universidad de Barcelona. También el poder eclesiástico le
relacionó con la Semana Trágica, fue perseguido y obligado a
abandonar Barcelona. Creó el Instituto Español de Oceanografía.
Encarcelado en la Guerra Civil y canjeado gracias a gestiones de embajadores.
El médico-biólogo Santiago Ramón y Cajal que en la época
de la Escuela Moderna publica Textura del sistema nervioso del hombre y de
los vertebrados, su obra más importante, y recibe el premio Nobel.
Rodríguez Méndez, jurista, rector de la Universidad de Barcelona;
Martínez Vargas, impulsor de la pediatría en España,
Lluria
y Anselmo Lorenzo, al que conoció en París y que
se dedicó a las publicaciones, traduciendo textos de Grave o El hombre
y la Tierra de Reclus, en la época de la Escuela Moderna escribe el
primer volumen de El proletariado militante.
En 1905 ya hay 47 sucursales sólo en la provincia de Barcelona.
En 1906 clausuran la Escuela de la calle Bailén tras el atentado de
Mateo Morral (bibliotecario de la Escuela) contra Alfonso XIII, el día
de su boda. Detienen a Ferrer y otros. Absuelto, sale de la cárcel
de Madrid en 1907 aunque esa escuela quedaría cerrada para siempre.
Ya nunca se desprendería de un sambenito que le colgó la prensa
reaccionaria: había sido absuelto siendo culpable, por la debilidad
del sistema. Por ello en 1909 le designaron un tribunal militar para que "no
se escapara" otra vez.
12.- 1907-1909: El despliegue meteórico e internacional de la Escuela
Moderna, tras la clausura de la primera
Viaja con su querida compañera Soledad Villafranca.
1908: En Bruselas crea la revista École Renovée (Escuela Nueva
o Renovada) órgano de expresión y agitación para la extensión
de este modelo pedagógico. Ello no es casual, recordemos a Reclus en
Bélgica (fallecido en 1905), también ha emergido allí
una gran figura de la nueva pedagogía: Ovide Decroly, médico,
neurólogo, psiquiatra que en ese momento llevaba un año de maravillosa
experiencia en L'Ermitage (escuela para la vida y por la vida). No en vano,
Decroly encabezaría el movimiento internacional de apoyo a Ferrer en
1909. Sin embargo, hay que señalar las diferencias entre ambos proyectos
pedagógicos: Su entorno sociopolítico y su finalidad: La Escuela
Moderna y el movimiento de escuelas racionalistas que le siguen tienen un
doble objetivo: desarrollo libre de todas las potencialidades de la criatura
(no sólo infantil) fuera de la influencia de las instituciones, pero,
también, la transformación social de su entorno, dominado por
la desigualdad social y el atavismo religioso.
1908: En París, crea la Liga Internacional para la Educación
Racional de la Infancia.
Preside la Asociación de Maestros Laicos Racionalistas de Barcelona.
Financia el Centro de Estudios Sociales.
Trabaja intensamente para perfeccionar la Escuela Moderna:
o La educación de la infancia sobre una base científica y racional,
exenta de lo sobrenatural.
o La instrucción como parte de esa educación: integral, orientada
al desarrollo equilibrado de todas las potencialidades.
o Educación moral práctica a través del ejemplo: el apoyo
mutuo.
o Centrada en la psicología infantil.
12.- 1909: Londres
Unos días antes de la Semana Trágica se encontraba tranquilamente
en Londres con Soledad, seleccionando libros cuya traducción fuera
interesante para la Escuela Moderna, visitando a Kropotkin, etc., y perfeccionando
su plan para la segunda escuela, para la que no parecía tener prisa,
quizá porque adivinaba las dificultades gubernativas, cuando, en junio,
la enfermedad de su cuñada les hizo regresar a Barcelona, vía
París.
13.- 1909: Barcelona, Semana Trágica y el fin
La insurrección en Barcelona en julio de 1909 apenas tuvo repercusión
en las localidades industriales y agrarias vecinas y casi nula en el resto
del país, por tanto, no fue fruto de una conspiración de unos
dirigentes como se le acusaba a Ferrer. Se trató de un estallido popular
por la indignación y el clima antimonárquico que se había
ganado a pulso el régimen, que, entre otras causas, llevaba desangrando
a la clase trabajadora con las guerras coloniales para mantenimiento de la
oligarquía y cuya última gota fue la decisión de enviar
hasta reservistas del pueblo, padres de familia (los ricos se libraban pagando)
a una muerte segura a Marruecos: primero la huelga general y luego la reacción
contra los símbolos de la estrangulación de un pueblo: las iglesias
y los conventos.
Hubo 104 muertos civiles frente a los ocho de las fuerzas del orden, habría
mucho que explicar de la Semana Trágica, pero el rasgo más característico,
que luego tiene consecuencias sobre Ferrer, es el marcado carácter
anticlerical de la revuelta que se dirigió contra el clero, los templos
y los colegios religiosos, con la determinación de quien necesitaba
ajustar cuentas pendientes desde hacía siglos. No hubo, sin embargo,
ataques a edificios emblemáticos de la burguesía.
Ferrer estaba en Mongat y se mantuvo al margen: Aunque estuvo en Barcelona
el día 26 de julio, regresó ese mismo día, manteniéndose
lo más oculto posible. En esos días fue a Masnou y Premiá.
No obstante el 31 de agosto, de noche, fue reconocido por un somatén
de su pueblo, Alella, cuando intentaba coger un tren desde una estación
lejana. A partir de ahí, podríamos decir con razón, que
es martirizado, vejado de todas las maneras posibles, incomunicado durante
un mes y puesto a los pies de los caballos por los testimonios de "íntegros"
republicanos liberales que querían dejar claro que estaban al margen
de la revuelta, con cobardes y falsas acusaciones necesarias para un proceso
inquisitorial de libro.
Resulta creíble su intento de que los alcaldes de Masnou y Premiá
se sumaran a la insurrección, pero lo que llama la atención
es que no se vea ningún contacto buscado con Solidaridad Obrera y sí
con los republicanos.
Tras el mes de incomunicación, el 1 de octubre, empezó a escribir
cartas de manera intensa buscando explicar su situación y la verdad.
Le interesaba mucho saber qué se decía de él en la prensa,
sobre todo la internacional (a la que no tenía acceso), ante el temor
a un montaje al estilo Dreyfus.
El pedagogo Decroly impulsa un movimiento internacional a favor de Ferrer.
El día 9, durante el consejo de guerra en la Cárcel Modelo,
se mantuvieron las vejaciones y la represión de cualquier intento de
autodefensa, ya se le había impedido aportar libros de la Escuela Moderna,
se le impidió explicarse, vestir con su propia ropa, etc. Ahora bien,
nunca se quejó de su defensor el capitán Galcerán, quien
estaba convencido de su inocencia y actuó hasta el límite que
le permitieron, pero todo sobraba, todo ocurrió en un abrir y cerrar
de ojos, porque estaba condenado de antemano: pena de muerte como responsable
de la rebelión.
Hubo otros cuatro condenados a muerte, personas poco conocidas. Pero la Semana
Trágica no se podía zanjar con la muerte de cuatro don nadie,
había que dar ejemplo con un cabeza de turco que encajara bien con
el papel de ideólogo y comandante de la rebelión.
Entre la condena y la ejecución uno de los hechos más curiosos
es el referido por el embajador de España en Roma. Éste da cuenta
del rumor de la actitud favorable del Vaticano a interceder por Ferrer, siempre
que esto no incomode al gobierno de S. M., extendido por la propia curia,
temerosa de una oleada anticlerical en Roma, como respuesta a la ejecución
de Ferrer. También es una propuesta que le hace al gobierno de España,
por si le resulta útil como salida para salvar la situación:
la autoridad del Estado quedaría por encima, pero la magnanimidad y
piedad, tanto del Rey, como del Papa, serían las verdaderas protagonistas.
Como operación de imagen no estaba nada mal, pero Maura persistió
en la ejemplarización.
La noche del 12 de octubre en Montjuich se le leyó la sentencia, la
firmó y tras ser llevado a capilla todo lo hizo con grandes muestras
de cortesía y amabilidad. Escribió a Soledad, a Malato y dictó
su testamento: generoso para la Escuela Moderna y Soledad y parco para sus
descendientes.
La serenidad de Ferrer en sus últimas horas, a decir por los guardias
civiles que le acompañaron, estaba fundada en su inocencia y en la
segura continuidad de la positiva obra para la humanidad por él iniciada
y a la que había dedicado su vida.
Con todo, lo más interesante es la lectura de algunos fragmentos memorables
de su testamento que forman parte ya de la leyenda:
"Protesto ante todo, con toda la energía posible, de la situación
por mí inesperada del castigo que se me ha impuesto, declarando que
estoy convencidísimo de que antes de muy poco tiempo será públicamente
reconocida mi inocencia.
Deseo que en ninguna ocasión ni próxima ni lejana, ni por uno
ni otro motivo, se hagan manifestaciones de carácter religioso o político
ante los restos míos, porque considero que el tiempo que se emplea
ocupándose de los muertos sería mejor destinarlo a mejorar la
condición en que viven los vivos, teniendo gran necesidad de ello casi
todos los hombres.
En cuanto a mis restos, deploro que no exista horno crematorio en esta ciudad,
como los hay en Milán, París y tantas otras, pues habría
pedido que en él fueran incinerados, haciendo votos para que en tiempo
no lejano desaparezcan los cementerios todos en bien de la higiene, siendo
reemplazados por hornos crematorios o por otro sistema que permita mejor aún
la rápida destrucción de los cadáveres.
Deseo también que mis amigos hablen poco o nada de mi, porque se crean
ídolos cuando se ensalza a los hombres, lo que es un gran mal para
el porvenir humano. Solamente los hechos, sean de quien sean, se han de estudiar,
ensalzar o vituperar, alabándolos para que se imiten cuando parecen
redundar al bien común, o criticándolos para que no se repitan
si se consideran nocivos al bienestar general.
(
) Quiero que mis deudas sean pagadas, acreditada que sea la verdad
del hecho y sin trámite alguno judicial.
(
) Pero suplico a mis dichas hijas que no reclamen ni la expresada suma
ni nada más en concepto de suplemento de legítima, pues no han
de olvidar todo cuanto les vengo diciendo y escribiendo desde que me posesioné
de la herencia de doña Ernestine Meunié, de que no han de contar
nunca con dicha herencia, pues fue convenio verbalmente hecho con la referida
señora, que sus bienes no deberían servir más que para
el asunto a que yo los destinaba, es decir, para propagar mis ideas según
y como yo lo entendiere. Por lo tanto, ruego a mis dichas hijas, que no pongan
impedimento alguno al cumplimiento de lo que yo dispongo en este mi testamento.
Y protesto en este acto, una vez más, de las versiones que se han dado
atribuyéndoseme abuso de confianza en la adquisición y empleo
de los bienes heredados de la señora Meunié.
(
) Igualmente encargo al referido señor Portet que a los bienes
que comprende el legado que acabo de ordenar a su favor, les dé, con
preferencia, la inversión, conforme a mis ideas, que ya conoce, de
fomentar las publicaciones de la Escuela Moderna, debiendo añadir,
en cuanto a dichas publicaciones, que mi deseo es que se hagan, en cuanto
le sea posible, las siguientes: La obra de P. Kropotkine, cuyo proyecto está
ya ultimado; los tres primeros libros de la Enciclopedia Popular, cuyos títulos
son "La Evolución de los Mundos","La Historia de la
Tierra" y "El Origen de la Vida", el libro del Doctor Toulouse,
titulado "Cómo se forma una inteligencia"; y luego los cinco
tomos de los seis ingleses que traje en junio de Londres y leí y anoté
en el "Mas Germinal" donde los dejé atados en un paquete
sobre el tocador de Soledad. El tomo sexto, cuyo autor es Reid, dispongo que
no se publique porque no terminé de leerlo, recordando que tenía
que ponerle muchas notas por tener demasiado carácter inglés.
Los otros cinco referidos tomos, todos sobre las escuelas, son admirables.
Aconsejo al legatario Portet, vaya cuando pueda a Alemania y a Italia y se
procure buenos libros de texto, cual tenía intención de hacerlo
yo, visto el buen resultado que me dio el viaje a Inglaterra. Finalmente le
recomiendo, para cuando le sea posible, la publicación de una revista
o diario semanal tratando en él de educación racionalista y
sindicalismo, y en cuya publicación se anunciarán exclusivamente
las obras de la Escuela Moderna.
(
) Prohíbo que sobre mis bienes se instruya juicio de testamentaría
e intervenga bajo ningún concepto la autoridad judicial".
La leyenda sigue el 13 de octubre cuando se le atribuye, ante el pelotón
de fusilamiento lo siguiente:
"Apuntad bien, amigos; Soy inocente. ¡Viva la Escuela Moderna!"
Kropotkin diría en Londres, tras la ejecución de Ferrer:
"Ahora está muerto, pero es nuestro deber explicar su obra, continuar
difundiéndola y atacar todos los fetiches que mantienen a la humanidad
bajo el yugo del Estado, el capitalismo y la superstición".
Finalmente, cayó el gobierno de Maura.
14.- La Escuela Moderna
Las referencias
Las fuentes principales para conocer la misión, características
y desarrollo de la Escuela Moderna son las propias obras de Ferrer, especialmente,
La Escuela Moderna (1908), en la que repasa la experiencia de la escuela,
tras su cierre gubernativo. Y no menos significativos son los textos que acompañan
al de Ferrer, se trata de una selección de diversos autores del campo
de la pedagogía libertaria (Reclus, Faure, Kropotkin). Por si fuera
poco, el prólogo de la edición original es de Anselmo Lorenzo
y, tras su muerte, Portet, su continuador, le añade una presentación
más.
Otra de las fuentes son los propios Boletines de la Escuela Moderna, recogidos
en una colección por Albert Mayol en 1977 (1), así como otras
publicaciones periódicas en las que Ferrer colabora o en las que se
habla de su obra. No hay que olvidarse de Vida y Obra de Francisco Ferrer,
de Sol Ferrer, su hija, aunque ya en un plano diferente.
Hay una extensa bibliografía digital y en tinta sobre este tema, destacando
los ya clásicos de Pere Solá, pero sin duda contamos hoy con
otros dos textos que revisan la cuestión: en clave biográfica,
el de Juan Avilés Farré, Francisco Ferrer y Guardia. Pedagogo,
anarquista y mártir (2) y el de Dolors Marín Silvestre, La semana
trágica. Barcelona en llamas, la revuelta popular y la Escuela Moderna
(3).
El contexto social
Hay dos contextos que explican el éxito y persecución de la
Escuela Moderna en el inicio del siglo XX: El local y el internacional.
En el contexto local de la Escuela encontramos:
" La crisis del sistema de alternancia de partidos y sus peculiaridades
en Cataluña.
" El oportunismo del republicanismo reformista.
" La crisis de la industria que dará lugar a la huelga general
de 1902, por las tremendas condiciones de explotación de la clase obrera.
" Las provocaciones, montajes y represión que el sindicalismo
revolucionario está padeciendo.
" La expansión (por fin en España) de la ciencia positiva,
del darwinismo, pero también del espiritismo.
" El anticlericalismo, no sólo de obreros y campesinos, sino de
parte de la burguesía.
" La altísma tasa de inmigrantes (Barcelona había incrementado
un 50 por 100 su población en 15 años) que vivían en
condiciones infrahumanas.
" El analfabetismo del 50 por 100 de los barceloneses.
" La eterna presencia en la vida pública y privada de dos pesadas
instituciones represivas al servicio de la oligarquía: el Ejército
(vengativo por el bochorno colonial) y una Iglesia ultra-reaccionaria. Ambas
catequizando sin competencia a través de sus instituciones educativas
y la reacción natural a ello: la necesidad vital de escuelas laicas.
" La coincidencia en el impulso de escuelas laicas en Cataluña,
no sólo de la burguesía, sino de los libertarios, que acuerdan
su creación en las sociedades obreras a fin de contribuir a la emancipación-instrucción
del trabajador por él mismo.
En el contexto internacional tenemos:
" La influencia de los pensadores y pedagogos anarquistas, especialmente
Paul Robin, Kropotkin y Reclus y, aunque español, Anselmo Lorenzo,
al cual conoce en París y a cuyas ideas nos hemos referido en líneas
anteriores.
" La influencia de pedagogos que no son anarquistas pero propugnan modelos
pedagógicos renovadores, como Pestalozzi y Fröbel.
o Pestalozzi no es un teórico al uso, sino un pedagogo polifacético.
Es una de las figuras más importantes de la pedagogía cuya influencia
llega hasta hoy, junto con la de Fröbel o Fichte. Todo el movimiento
de la Escuela Nueva se funda en él. Creó una granja-escuela
para pobres en Neuhoff (1774-80), en Burgdorf (1799-1804) escribe Cómo
Gertrudis enseña a sus hijos (1801) en forma de cartas, para que sea
fácil su comprensión y El ABC de la intuición (1803)
que condensa la filosofía de su propuesta. De 1805 a 1825 desarrolla
la experiencia de Iverdon y escribe Cartas sobre la educación infantil
(1818-19). Pestalozzi es fuente de inspiración para Owen, Robin y ya
sabemos que Ferrer se interesó por la experiencia de Iverdon. ¿Por
qué? Porque el hecho de que fuera un internado facilitó la construcción
de un modelo educativo completo como ocurrió en Cempuis, en La Ruche
o en Bonaventure, con el planteamiento de un ambiente familiar y distendido;
también porque ya daba prioridad al juego, a los deportes, al contacto
con la naturaleza, al respeto de la intuición y a la ausencia de religión.
Es el antecedente pedagógico del concepto de educación integral
y de la educación popular.
o Fröbel sigue a Pestalozzi. Crea su jardín de infancia (3-8 años)
en 1839, que será prohibido en 1850. Holista. Toma modelo de las ciencias
que mejor conoce. Afirma que sólo se conoce lo que es posible representar
o reproducir exteriormente (tocar, palpar, etc.) y mediante el juego, en contacto
con la naturaleza. Este juego prepara para el trabajo, lo que implica:
" Facilitar los medios para aprender jugando.
" Utilizar juguetes llamados "dones" que simbolizan formas
de la naturaleza.
" Conocer las leyes del desarrollo.
" Asegurar la libertad y espontaneidad.
" Que la educación sea integral, armónica y gradual.
El programa pedagógico
En el ideario de Ferrer la acción sociopolítica depende de la
acción pedagógica: sin una nueva mentalidad una revolución
fracasará. Pero también piensa que una revolución social
no sólo depende de la escuela racional y científica, sin clases
y emancipadora, sino del sindicato revolucionario, gracias a la unión
y acción de los trabajadores que con la huelga general conseguirán
una sociedad comunista-libertaria:
" La educación es un problema político crucial. Esto lo
comprende bien la burguesía que sabe que su poder depende del control
de la escuela.
" La educación no podrá basarse en prejuicios patrióticos,
dogmáticos o religiosos, sino en la ciencia positiva. Al servicio de
la razón natural y no de la razón artificial (la que inculca
la burguesía a través de las escuelas, aunque le dé otra
apariencia, como en la escuela de las democracias burguesas).
" La coeducación hombres-mujeres es fundamental.
" La coeducación de ricos y pobres es necesaria para la igualdad.
Este es un punto muy discutido de su programaron en el que no todos están
de acuerdo.
" Educación anti-estatal y a-estatal de la educación. Opina
que no es posible una verdadera educación dentro del sistema. Llama
educacionistas a los educadores que intentan hacer algo en el sistema, les
dice que nunca llegarán a nada, que hay que crear escuelas fuera del
sistema.
" Importancia del juego en el proceso educativo. Relación entre
juego y trabajo, entre lo manual y lo intelectual.
" Pedagogía individualizada. Respetar el desarrollo espontáneo
de las facultades del ser humano, sin imponerle el modo de satisfacción
de sus necesidades físicas, intelectuales y morales.
" Ausencia de premios y castigos en la escuela. Supresión de exámenes
y concursos.
" El fin de la escuela es formar criaturas que no tengan prejuicios,
siendo libres, instruidas y justas.
" El contenido cultural se caracteriza por un riguroso laicismo y por
el humanitarismo contrario a cualquier tipo de explotación, violencia
o desigualdad entre humanos.
Estos puntos fundamentales, aquí resumidos, inspiraron todo un movimiento
de centros educativos populares para todas las edades, con diferentes denominaciones,
tanto dentro como fuera de Cataluña.
Las actividades de la Escuela Moderna
1) La escuela
En barrio de clase media, la mayoría del alumnado tenía padres
con profesiones liberales. La dirección era llevada al principio por
Ferrer y la pedagoga francesa Clemence Jacquinet. A medida que la escuela
iba ganando prestigio, iba atrayendo a educadores diseminados por diferentes
centros educativos republicanos y de sociedades obreras dedicados a la enseñanza.
La financiación era proporcional a la capacidad económica.
La escuela estaba excelentemente dotada de todo tipo de material educativo,
como láminas y fotografías; gabinete de física y laboratorio;
proyector; minerales, diversos útiles y materiales industriales y agroalimentarios,
etc.
Las actividades eran experienciales y al aire libre, pero también (quizá
más de lo debido) ceñidas a los libros "oficiales"
de la escuela, que formaban parte de una seleccionada biblioteca.
La enseñanza era individualizada estimulando el acceso directo a las
fuentes del conocimiento. Se favorecía el desarrollo mediante la satisfacción
de necesidades, a medida que se manifestaban, en aras a lograr adultos capaces
de renovarse constantemente.
Se exalta el juego como método pedagógico, mediante él
se entrenan los roles adultos en la sociedad y en el mundo del trabajo.
La higiene era importante por la relación social, por la estética
y por la salud. La suciedad era asociada en la Escuela Moderna con el catolicismo.
No se empleaban ni premios ni castigos ni exámenes ni notas. Todo ello
creía Ferrer que obedecía a la vanidad de los padres, el afán
de reconocimiento de los profesores y a la influencia del cristianismo.
Se estimulaba, a veces de una forma muy pueril, el altruismo, la solidaridad
y la tolerancia.
Los maestros y maestras eran formados en su Escuela Normal.
La correspondencia y los encuentros con otros alumnos de escuelas laicas eran
frecuentes. Estos divertidos encuentros convocados en Semana Santa eran una
forma de provocar.
2) Las actividades complementarias de la escuela
El centro funciona como un centro cultural para personas adultas con biblioteca,
debates y actividades recreativas.
Fueron esenciales: Biblioteca, Editorial, Boletín, conferencias dominicales
(sustituto de la misa), Escuela Normal y encuentros entre centros. También
hubo un proyecto de casa de campo para maestros retirados que no llegó
a materializarse.
Todo ello en el sentido de que la acción educativa de la Escuela iba
dirigida a la instrucción popular, no sólo de las criaturas,
sino de sus familias (especialmente mujeres y niñas), así como
de la clase obrera. El tema más repetido fue la higiene, junto con
la divulgación de temas científicos.
Los adultos en la Escuela Moderna podían educarse a través de
las criaturas, que tenían capacidad de influirles, dentro del esquema
de la enseñanza mutua, del Boletín y de las conferencias dominicales
que, debido a su gran nivel, podían considerarse como una extensión
universitaria.
Influencia de la Escuela Moderna
A pesar de que algunos no consideran que Ferrer sea pedagogo y otros que no
sea educador, lo que todo el mundo está de acuerdo es en considerar
la enorme talla y empuje que este hombre tuvo a la hora de impulsar y dinamizar
un proyecto educativo auténticamente libertario, que no se quedaría
en el papel, que es donde quedan muchas de las grandes ideas, sino que se
populizaría y extendería hasta un extremo inimaginable, lo que
sería un movimiento: el de las escuelas racionalistas, por España
y América.
La cicatería académica de nuestro país, o bien le ha
minimizado y al minimizarle a él ha querido minimizar su influencia,
o bien, para intentar hacer desaparecer el recuerdo de todo ello ha gastado
mucha pólvora y mucha tinta en destacar otras instituciones educativas
en España que nunca llegaron a tener el desarrollo amplio, en número,
continuidad y extensión geográfica, como el que supuso la Escuela
Moderna y el movimiento de escuelas racionalistas que vinieron detrás.
Nos estamos refiriendo a casos como el de la Institución Libre de Enseñanza
o las famosas Misiones Pedagógicas. Parece que si la experiencia educativa
es protagonizada por la burguesía, aunque se dirija hacia los necesitados,
es digna de mención académica, pero si sale y es autogestionada
por el propio pueblo, o por miles de los propios explotados, sin intermediarios,
la experiencia no tiene suficiente "consistencia" pedagógica
como para ser tratada académicamente y ¿qué íbamos
a esperar, si el mundo académico es una alta cocina de reproducción
social cuyos chefs son lo más granado de la burguesía?
La mayoría de los puntos del ideario de la Escuela Moderna serán
asumidos por los ideólogos y educadores libertarios en las escuelas
racionalistas, los cuales no dejarán de intentar llevar a término
en las siguientes décadas una obra educativa, a pesar de las condiciones
de miseria y represión, a pesar de estar cerca de la inanición
muchos núcleos impulsarán excelentes escuelas, con inmejorable
coherencia pedagógica, a veces dirigidas por un albañil.
A partir de 1910 y coincidiendo con la fundación de la CNT, diversas
experiencias pedagógicas racionalistas comienzan a ser desarrolladas
por educadores vinculados a los sindicatos en toda la geografía nacional,
desde Galicia a Canarias. Sirva de ejemplo la Escuela Luz del Ateneo Racionalista
de Sants (Barcelona). Y no sólo eso, sino que saltó al continente
americano de la mano de los emigrantes hasta llegar a ser incontables las
escuelas racionalistas que se conocen en Argentina, Uruguay y otros países
vecinos.
Pero, sin duda, el más conocido de de los maestros racionalistas de
los años veinte fue Juan Puig Elías, que dirigió la Escuela
Natura del Clot (Barcelona), del Sindicato Textil y Fabril, y que más
tarde será el presidente del Consejo de la Escuela Nueva Unificada
(CENU) en los años treinta.
Ya hemos mencionado a Maymón, a Rosell, a Barthe, a Quintanilla, pero
hay un significativo maestro racionalista que no se puede dejar de mencionar,
al ser un caso paradigmático del activismo en la forma de entender
la educación libertaria: se trata del maestro libertario aragonés
Félix Carrasquer (4), cuya trayectoria nos demuestra la complementariedad
de las dos vías revolucionarias.
15. Sébastien Faure (1858-1942) y La Ruche
En 1904, influido por Reclus y Kropotkin, y poco después de llegar
al neomaltusianismo, Sébastien Faure creó en el campo, cerca
de Rambouillet una escuela libertaria llamada La Ruche (La Colmena) que llegaría
hasta el curso 1916-17 cuando la Primera Guerra Mundial hizo inviable su continuidad.
Acogía de veinte a cuarenta criaturas huérfanas o en situación
familiar difícil de todas las edades con quince colaboradores. Se autofinanciaba
primeramente con el producto de sus conferencias y luego como cooperativa
agrícola, también con la venta de postales. Estaba inspirada
en la educación integral de Robin y en la educación permanente
de Proudhon.
Su línea pedagógica libertaria tenía en cuenta la autonomía
de la criatura, el método científico positivo, la ausencia de
exámenes, notas, premios y castigos, había coeducación
y educación sexual.
Según Faure, el papel de la educación es potenciar el máximo
desarrollo de todas las facultades de la criatura: Dotar de cultura general
y de entrenamiento técnico, en la medida de sus gustos y capacidades.
La educación debe tener por objeto la formación de seres completos,
capaces lo mismo de abordar un problema científico que de apreciar
una obra de arte o concebir un plan.
Práctica, pues, una combinación de instrucción general
con enseñanza técnica y profesional, al aire libre, con mucha
importancia de la higiene, paseo, deportes, enseñanza racional y desarrollo
del espíritu crítico, sin olvidar unos "corazones afectuosos".
Para él había tres clases de escuela: la cristiana, la "laica"
del Estado, y La Ruche, la escuela del porvenir, organizada para el niño.
Cada año organizaban una fiesta muy popular. Sus actividades se programan
periódicamente en una asamblea en la que participan todas las personas
implicadas en la escuela. No existen normas disciplinarias impuestas y las
materias impartidas buscan estimular la observación y el razonamiento.
En la escuela las clases son mixtas, con un ratio de 20 alumnos por clase,
recibiendo una educación basada en la conversación y con gran
abundancia de elementos didácticos interactivos.
Al curso elemental sigue otro superior en el que el estudio se alterna con
el trabajo.
Tras La Ruche, Faure se dedicó a su actividad anterior y a la edición
de la Enciclopedia Anarquista. También es autor de Doce pruebas de
la inexistencia de Dios.
16. Ricardo Mella (1861-1925)
" "La distinción de brazo y cerebro es un comodín
de la burguesía para mantener disimuladamente en servidumbre perpetua
al que trabaja".
Ingeniero topógrafo, creó varias cabeceras como La propaganda,
tradujo Dios y el Estado, colaboró con el periódico El productor
de Anselmo Lorenzo, entre muchísimos otros. Acogió en Vigo al
administrador de la Escuela Moderna, José Prat, tras el proceso de
Montjuich. En Asturias colaboró con Eleuterio Quintanilla, el defensor
del autodidactismo y fundador de la Escuela Neutra de Gijón, creando
el periódico Acción Libertaria.
Defendía que todo ser humano tiene necesidad de desarrollo físico
y mental en grado y forma indeterminada, tiene derecho de satisfacer libremente
esta necesidad y puede satisfacerla por medio de la cooperación o comunidad
voluntaria.
Defensor también del autodidactismo, criticó el verbalismo en
la enseñanza y era partidario de excluir todo tipo de enseñanza
con adjetivos: religiosa, social, política, laica, etc., llevando el
neutralismo educativo a las últimas consecuencias, convencido de que
las doctrinas laicistas, que se habían aplicado al dogma religioso,
debían aplicarse también a los elementos dogmáticos de
la ideología y la política.
"Por buenos que nos reconozcamos, por mucho que estimemos nuestra propia
bondad y nuestra propia justicia, no tenemos ni mejor ni peor derecho que
los de la acera de enfrente para hacer a los jóvenes a nuestra imagen
y semejanza. Si no hay el derecho de sugerir, de imponer a los niños
un dogma religioso cualquiera, tampoco lo hay para aleccionarlos en una opción
política, en un ideal social, económico o filosófico.
Por otra parte, es evidente que para enseñar primeras letras (...)
ninguna falta hace ampararse en doctrinas laicistas o racionalistas que suponen
determinadas tendencias y, por serlo, son contrarias a la función instructiva
en si misma. En términos claros y precisos: la escuela no debe, no
puede ser ni republicana, ni masónica, ni socialista, ni anarquista,
del mismo modo que no debe ni puede ser religiosa.
(
) Que cada uno, ante este inmenso arsenal de hechos e ideas, se forme
a sí mismo.
(
) Es necesario explicarlo todo, pero no imponer cosa alguna por cierta
y justa que se crea.
(
) No opiniones, sino principios bien probados para todo el mundo, lo
que propiamente se llama ciencia, debe constituir el programa de la verdadera
enseñanza, llamada ayer integral, hoy laica, neutra o racionalista,
que el nombre importa poco" (Acción Libertaria, 16 diciembre 1910).
La postura neutral de Mella tuvo menor eco entre la militancia anarquista
que la ferreriana, sin embargo, en los años 30, comienzan a aparecer
críticas a Ferrer.
Conviene constatar que tanto Mella como Rosell, Prat y Ferrer estuvieron de
acuerdo en denunciar la actitud ambigua, conservadora y defensora del orden
social burgués, de los republicanos franceses y otros cuyo laicismo
era pura fachada.
17. Alexander S. Neill (1883-1973) y Summerhill
Fundada en 1921 por Alexander S. Neill en los suburbios de Londres. No es
considerada una experiencia libertaria sino una experiencia educativa antiautoritaria
porque no tiene un objetivo específicamente político que la
diferencia del resto
Propone una educación basada en la libertad, trata de una forma espontánea
las necesidades. Destaca por defender que los niños aprenden mejor
libres de los instrumentos de coerción y represión usados por
la mayoría de las escuelas y lo aplica cuando sus actividades son opcionales,
los alumnos pueden escoger las que desean frecuentar y las que no desean:
"un niño debe vivir su propia vida, no una vida que sus padres
quieran que viva, no una vida decidida por un educador que supone saber lo
que es mejor para el niño".
Principios educativos que enlazan con la tradición rusoniana, la pedagogía
no-directiva y las tesis psicoanalíticas de Wilhem Reich: la bondad
natural, la felicidad como objetivo de la educación, el amor y el respeto
como base de la convivencia y la importancia del cuerpo y la sexualidad.
Pero tiene puntos en común con la práctica libertaria: Ausencia
de exámenes, notas y castigos (puestos por el adulto, aunque sí
los decididos por la asamblea), asamblea como órgano de gestión,
igual trato entre criaturas y adultos, no obligatoriedad de las clases.
Es una pedagogía basada en la no-coacción, para lo cual hay
que desterrar el miedo del adulto y de la criatura en todo el proceso, que
así es capaz de ejercer el autogobierno, en régimen de internado.
18. La educación libertaria en la Revolución española
El 19 de julio de 1936 el anarquismo español inició un proceso
revolucionario que dio la oportunidad de poner en marcha muchas de las propuestas
clásicas educativo-culturales. Este movimiento de educación
popular se caracterizaba por una concepción militante de la educación
y la cultura porque tenía una finalidad emancipadora. Su gran contribución
fue el unir las iniciativas formales y no formales en los mismos centros con
acciones dirigidas a todas las edades y sexos, así como la autogestión
descentralizada de todos los proyectos por parte de las propias colectividades,
ateneos o sindicatos que las impulsaran.
Sus principales campos de desarrollo, según Alejandro Tiana (4), fueron:
" Unas escuelas racionalistas dedicadas a la infancia.
" Unas instituciones encaminadas a la formación profesional de
los trabajadores colectivistas.
" Un conjunto de medios de educación no formal para la creación
e impulsión de la cultura popular: bibliotecas, centros culturales,
ateneos libertarios, grupos artísticos y teatrales...
El mayor desarrollo se obtuvo con el movimiento colectivista durante el período
1936-1939. Ya fueran industriales, campesinas o de servicios (como los transportes
o espectáculos), las colectividades libertarias fueron contexto ideal
para el desarrollo y aplicación de las ideas educativas anarquistas.
A pesar de ello, hay fenómenos en ese período que no se ajusta
al planteamiento tradicional de la educación libertaria: el esfuerzo
de sectores de la CNT por influir en la política educativa, como en
el caso del CENU en Cataluña o de los Institutos Obreros de Valencia,
Barcelona, Madrid, etc.
De nuevo aparecieron las dos tendencias contrarias: la creación de
escuelas al margen de las instituciones oficiales y la participación
en la planificación educativa desde organismos gubernamentales.
Un rasgo característico fue la riqueza y diversidad de las estrategias
educativas de las colectividades libertarias, en función de sus diferentes
realidades: por su tamaño, por su relación con la administración
local, por el arraigo de las ideas anarquistas en la zona, por su tradición
sindicalista, por el nivel cultural de su población, por las vicisitudes
de la guerra (situación del frente) y por los medios económicos
disponibles.
Hay que aclarar que el modelo racionalista no fue el único. Cada colectividad
asumió un papel diferente en la organización educativa de su
localidad:
" Medio rural: intervención directa en la reorganización
de la enseñanza formal e informal (vida cultural y educación
de adultos).
" Medio urbano: la reorganización de la enseñanza dependió
más bien de comités o consejos locales, pero igualmente acometieron
educación formal y no formal.
" Aragón y Castilla fueron las que organizaron su educación
de manera más autónoma, a pesar de la poca implantación
anterior de escuelas racionalistas.
Al echar a andar la enseñanza libertaria, la colectividad o el consejo
se solía encontrar con dos problemas principales:
" La falta, de profesorado preparado para la educación racionalista.
" La falta de medios.
El tipo de enseñanza desarrollado en las escuelas de orientación
libertaria se va adaptando gradualmente a todos los puntos clásicos
de la pedagogía libertaria, sin embargo, el principio de neutralidad
ideológica fue el más difícil de cumplir dadas las condiciones
de la guerra.
Afortunadamente, la formación técnica profesional pudo desarrollarse
y actualizarse como nunca gracias a las industrias colectivizadas:
" Medio industrial: preparación de obreros cualificados y cuadros
técnicos para que desarrollaran capacidad técnica con una perspectiva
militante.
" Medio rural: capacitación para la gestión de la colectividad
(secretarios, contables, administradores...) de las colectividades.
Se avanzó hacia la integración del aprendizaje manual e intelectual,
en un intento de acabar con la división social del trabajo, pero las
circunstancias no permitieron llegar a resultados concretos.
19. Escuela Libre Paideia
Paideia es una experiencia del presente y por ello tiene voz propia, así
que reproducimos aquí lo que la misma escuela cuenta:
Autogestión de la escuela
La escuela libre Paideia funciona de forma autogestionaria; es decir, no sigue
las costumbres ni formas de la enseñanza oficial, sea estatal o privada,
tanto con las criaturas como con el colectivo adulto. Tiene formada una cooperativa
y un colectivo.
En tiempos anteriores la cooperativa tenía rasgos diferentes del colectivo,
en la actualidad las diferencias son muy insignificantes ya que ambos colectivos
se han integrado en uno, el Colectivo Paideia.
Este colectivo se compone de personas que realizan su trabajo en la escuela
a tiempo completo y por otras personas que tienen otros trabajos fuera de
la escuela y que cuando lo terminan se incorporan a la dinámica de
la escuela que suele ser en la mayoría de sus miembros a partir del
mediodía.
Las personas que tienen otro trabajo además de colaborar en la dinámica
educativa, ayudan económicamente a la escuela en su constante situación
deficitaria.
La responsabilidad es compartida en todos sus aspectos; las decisiones son
colectivas y asamblearias y cada persona da según sus posibilidades
y recibe según sus necesidades.
La economía de la escuela
Como la aportación económica que hacen padres y madres es la
mínima posible y debe cubrir transporte escolar, desayuno, comida,
merienda, material escolar, desperfectos y desgaste de edificios, la remuneración
de las personas que trabajan en la escuela, se hace de la siguiente manera:
Se pagan todos los gastos y lo que sobra se reparte entre las cinco personas
que trabajan en la escuela a tiempo completo; teniendo en cuenta que a esta
remuneración ayudan las personas de la cooperativa con sus aportaciones
mensuales fijas y con otras extraordinarias, según sea la situación
y las necesidades que la escuela tiene en cada momento y ésta depende
mucho del número de alumnado que tengamos. En la actualidad hay 31
personas en primaria y secundaria y 15 en educación infantil.
Además de estas aportaciones hay otras: Algúnos padres-madres
entregan una cuota de solidaridad, que supone una cantidad mayor a la estipulada.
No es que sean muchas, pero ayudan, sobre todo cuando hay otras personas con
dificultades económicas puntuales o permanentes. Porque nadie deja
de asistir a la escuela por cuestiones económicas, ya que el Colectivo
asume esas situaciones siempre que se presentan.
Algunos colectivos libertarios y ciertas individualidades libertarias o anarquistas,
nos ayudan bien con alimentos, bien con material o con ciertas cantidades
que alivian un poco nuestro constante déficit.
Otro colectivo, anexo a la escuela, es el de Mujeres por la Anarquía,
el cual está compuesto por todas las mujeres del Colectivo Paideia
y algunas otras muy cercanas a él. Este colectivo saca cada cierto
tiempo una revista, Igualancia, y una hoja de denuncia, La ortiga libertaria.
Paideia comenzó a funcionar en enero de 1978 en Mérida (Badajoz).
Sus orígenes se encuentran en Fregenal de la Sierra y en su intento
de Escuela en Libertad abortado por la Administración franquista. Su
iniciativa vino de la mano de tres mujeres profesionales de la educación
: Concha Castaño Casaseca, María Jesús Checa Simó
y Josefa Martín Luengo.
Desde 1978 a la actualidad la Escuela Libre mantiene la misma ideología
y las mismas finalidades.
Primera etapa: 1978-1981
Que supone la primera época y abarca desde que los niños inician
el proyecto en la escuela infantil hasta la edad en que según la estructura
vigente, deben comenzar la siguiente etapa que sería la de la EGB.
En esta etapa, la edad mínima de ingreso en la escuela infantil es
de dos años. El Colectivo se incrementa con un nuevo compañero,
José Julio Julián. La estructura de la escuela en estos momentos
era:
Un grupo educativo que trabaja para ser formado y al mismo tiempo poder poner
en práctica el proyecto de escuela libre y, el Colectivo ideológico
que sigue trabajando fuera de la escuela, en otros lugares de trabajo, para
poder mantener económicamente la escuela.
Los objetivos fundamentales de Paideia en estos primeros años fueron:
- La libertad.
- La felicidad.
- La maduración mental.
- La creatividad.
Todos ellos, como bases de convivencia y de experiencias fundamentales para
generar una nueva persona. Del grupo primigenio que comienza el proyecto,
únicamente tres pasarán a la siguiente etapa, es decir, comenzarán
la EGB: dos chicas y un chico; de la segunda promoción, otros tres,
una chica y dos chicos, un nuevo muchacho se incorporará al grupo,
procedente de otro centro, con 9 años; de la tercera cuatro, dos chicas
y dos chicos, aunque el grupo se agrande hasta cinco más procedentes
de otros sistemas a distintas edades. Los resultados son:
Una libertad individual amplia.
Una capacidad creativa muy buena.
Un amplio desarrollo mental, por encima de la media.
Se consiguen introyectar los siguientes valores:
-La no discriminación.
-La no violencia.
-El diálogo como forma de solucionar los conflictos.
-Un fuerte sentido de la responsabilidad personal.
-Una excelente capacidad de adaptación a situaciones nuevas.
-Una gran libertad individual.
Segunda etapa: 1982-1990
Se incrementa el colectivo adulto y llega en esta etapa a constituir una cooperativa
de padres-madres y educadores.
Los padres y las madres que se incorporan a la cooperativa, tienen todos criaturas
en la escuela. El colectivo que permanece en la escuela a tiempo completo
está constituido en esta etapa por: Josefa, José Julio, Julia,
José Luis, Javier, Olalla y Lali. A la cooperativa además de
Concha, María Jesús, Josefa, Julia y José Julio se incorporan
Encarna, Victoria, Teresa, Maite, Javier, que ya formaba parte del colectivo
educativo, y finalmente Manolo.
En este período, un compañero, José Julio, deja el colectivo
y permanece únicamente en la cooperativa. Sin pertenecer a la cooperativa,
empieza a colaborar constantemente Fernando.
Se mezclan en esta época criaturas que están en la escuela desde
el principio, otras que han entrado con edades menores y otras de mayor edad
procedentes de la escuela estatal; al tiempo, algunas dejan la Escuela Libre
y se incorporan a otros sistemas educativos, porque sus padres y madres son
incapaces de seguir asumiendo una educación libertaria para sus hijos
e hijas o bien por traslado a otras localidades. El proyecto durante esta
época va a experimentar un giro que se produce al incrementarse el
colectivo, la cooperativa y recibir mayores influencias no libertarias.
Estos años, ocho en total, es el tiempo en que la escuela aglutina
a más personas, a las cuales les va a costar mucho desechar el sistema
educativo tradicional e incorporarse a una forma de educar diferente completamente
de lo que han vivido y conocen.
La cooperativa decide realizar una compra colectiva de un terreno en el campo
con una casa, con el fin de sacar a la escuela del centro de la ciudad, que
es donde se encontraba en esos momentos.
Por ello, todas las personas de la cooperativa se responsabilizan de una cuota
mensual para hacer frente a esta adquisición y así poder trasladarnos
al campo. Primero con el grupo de mayores de 6 a 15 años mientras que
la gente más pequeña sigue permaneciendo en el centro de la
ciudad, hasta que más tarde podamos trasladarla también.
Conclusiones de esta etapa:
" Se incrementa el colectivo educativo y se abarcan los dos niveles educativos:
escuela infantil y EGB.
" Conviven juntos en el mismo edificio durante unos años, edades
de entre 2 y 12 años. Se separa la escuela infantil de la EGB, que
se traslada al campo.
" Se incrementa la responsabilidad sobre el trabajo intelectual.
" El alumnado comienza a asistir a actividades extraescolares fuera de
la Escuela Libre.
" La libertad individual adquiere una amplia preponderancia.
" Se comienza a editar La Samblea, el boletín de la escuela.
" Se crea la Asociación Pedagógica Paideia.
" El número de alumnado oscila entre 27-32 criaturas de entre
2 a 13 años. Se constituye la cooperativa y se adquiere la propiedad
colectiva en el campo.
" El alumnado oscila constantemente, vienen y van, y es un grupo pequeño
el que permanece.
" El colectivo educador se amplía y cambia. Se va perfeccionando
el método grafomotriz y lectoescritor para el aprendizaje de la lectura
y la escritura.
Tercera etapa: 1990-1994
Durante este período va a finalizar la EGB la primera, segunda y tercera
promoción de alumnos y alumnas que han permanecido en la Escuela Libre
desde los 2 o 3 años o bien ingresaron en otras edades más avanzadas,
y van a incorporarse a las Enseñanzas Medias o Profesionales. Deben
examinarse en los Centros de Educación Permanente de adultos, para
obtener el Graduado Escolar y poder proseguir otros estudios.
Es un momento importante porque todo el mundo está pendiente de estos
resultados, por lo que se hace más hincapié en los aspectos
intelectuales. Se decide dedicar un tiempo a que preparen este examen. Se
incrementa, por ello, la asistencia a actividades o clases extraescolares
o particulares. La alternancia de los dos sistemas, el antiautoritario de
la Escuela Libre y el autoritario y competitivo de las clases extraescolares,
comienzan a alterar la dinámica educativa asamblearia. El grupo de
mayores comienza a demandar, por la presión de sus padres y madres,
más actividades regladas e iguales al sistema estatal, desestimando
la convivencia autogestionaria y otras actividades creativas o sobre valores.
La primera promoción se examina del Graduado Escolar y obtiene unos
resultados muy satisfactorios.
Ello provoca una demanda muy amplia de nuevos alumnos, de manera que se llega
a alcanzar en esta época un número de 103. Esto supone que vienen
al centro criaturas que se encuentran fracasadas en el otro sistema o tienen
determinados problemas de carácter personal, afectivo o de aprendizaje,
lo que provoca que la dinámica de la Escuela Libre pierda progresivamente
base ideológica y pedagógica.
Se inicia a su vez, en esta época, una campaña de alfabetización
para mujeres de la provincia de Badajoz y para ello se realiza un método
lectoescritor para alfabetizar. Se realiza, a su vez, el método de
razonamiento matemático para el aprendizaje de las matemáticas.
Se trabaja mucho en el campo del aprendizaje de forma individualizada, por
lo que se prepara un amplio material didáctico para que el alumnado
pueda aprender desde sí mismo.
Empezamos a comprobar que cuanto mayor tiempo dedican al aprendizaje y a la
memorización y acumulación de los conceptos, los niveles madurativos
y de los factores intelectuales descienden, sobre todo en los aspectos de
la inteligencia manipulativa y social.
Al analizar el proyecto en la actualidad, con las personalidades resultantes
de la primera, segunda y tercera promoción, vemos que la Escuela Libre
está perdiendo su identidad, por lo que comenzamos a tomar decisiones
para paliar los problemas existentes.
La primera medida es la de impedir que las criaturas acudan a las actividades
extraescolares y a las clases particulares. Lo cual provoca una fuerte reacción
de oposición por parte del colectivo de padres y madres. Al no ceder
ante las presiones, deciden sacar a sus hijas e hijos de la escuela y hacer
campaña para que nadie se matricule. Se produce un gran descenso de
alumnado. Ello genera menos ingresos y mayores dificultades económicas.
Por otro lado, las dos siguientes promociones, al examinarse del Graduado
Escolar, fueron calificadas injustamente, por lo que hubo que hacer reclamaciones
serias, para defender el derecho de estos alumnos y alumnas a una evaluación
justa y sin discriminaciones.
Conseguimos algunas rectificaciones, al tiempo que dejamos claro que no vamos
a tolerar ese tipo de atropellos.
Cuando vemos que la edad de 15 años es temprana para que se integren
en un sistema autoritario, porque todavía no se encuentran maduros
para mantener todos los valores introyectados, proponemos abarcar las Enseñanzas
Medias. La oferta tiene poca receptividad y únicamente cuatro alumnos
se matriculan en el bachillerato nocturno y siguen durante en día en
la escuela formándose y educándose. Una de las alumnas permanece
un año y abandona. Los tres restantes, menos una de las chicas, abandonan
dos años más tarde. El nuevo proyecto no es aceptado y tiene
que abandonarse, provisionalmente.
Se publica el libro La escuela de la Anarquía, que es una reflexión
en profundidad sobre el proyecto y los tipos de persona que genera. El libro
resulta polémico y padres y madres de la cooperativa se sienten molestos
por él. Es esta una época de transición y de análisis,
tratando de buscar de nuevo el camino de la escuela de la anarquía.
En lo que se refiere a los alumnos que se encuentran en el Instituto, la primera
promoción realiza el bachillerato sin problemas y con un buen índice
de éxito. Sus personalidades se caracterizan por un fuerte sentido
de la responsabilidad, despierto sentido crítico, relaciones no violentas
y tolerantes, búsqueda de la felicidad y del placer y una mente racional,
preferentemente, y unas personalidades que se caracterizan por tener identidades
distintas; lo cual significa que se han respetado sus características
personales, sus diferencias y sus ritmos de maduración y aprendizaje.
En este tiempo, se trata de recuperar a la Asociación Pedagógica
que, por segunda vez, había ido languideciendo.
Reflexiones sobre esta época:
Este corto tiempo se caracteriza por una fuerte crisis deducida de los planteamientos
que se iniciaron en la etapa anterior. Una vez producida la crisis en los
replanteamientos del proyecto, sus consecuencias van a originar una crisis
interna.
Por un lado, ya han terminado su aprendizaje básico todas las criaturas
cuyos padres o madres pertenecían a la cooperativa, por lo que su interés
en el proyecto desciende ampliamente. Por otro lado, hay un bajo número
de alumnado con unos ingresos mucho menores.
Y cuando se debe comenzar por variar el proyecto, basándolo en los
valores de la anarquía, el respeto a la libertad individual y colectiva
y la búsqueda de formas de convivencia igualitaria entre los géneros,
también el colectivo educativo se enfrenta y se escinde al final de
esta etapa. Los bloques de oposición se establecen entre:
" Mantener una escuela progresista para la clase burguesa.
" Recuperar una escuela libre bajo los parámetros de la ética
de la anarquía.
Al final y después de la escisión y los ataques que sufre la
escuela y el colectivo, se mantiene la escuela libre, la escuela de la anarquía,
el aprendizaje autogestionario.
Los grupos de alumnado que en edad adolescente y puberal se encuentran en
la escuela en esta época, son quienes más se perjudican de esta
crisis; porque al faltar la coherencia de criterios y existir una fracción
que se encuentra más cercana a sus preferencias individualistas y egocéntricas,
no van a llegar a alcanzar un grado de madurez suficiente como para integrarse
en otros grupos sociales con una escala de valores distinta, lo cual se dejó
notar en los primeros años de Instituto, pero luego, con edades mayores,
se empiezan a ver algunos cambios y algunos resultados.
Durante esta época se sigue con la campaña de alfabetización,
y el 98 será el último curso en el cual se realice. El boletín
de la escuela sigue saliendo hasta el final de la etapa, y aparece un nuevo
boletín que va a publicar el grupo educador que permanece y que se
llamará A Rachas.
Las criaturas se siguen presentando al examen de Graduado Escolar, y evidenciamos
cómo los alumnos que habían ingresado en Paideia procedentes
de otros sistemas, tenían serias dificultades para obtener el título,
aunque al final lo consiguieron. Así mismo, cierta parte del alumnado
que había ingresado en la escuela fracasados de otros sistemas, consiguieron
alcanzar el título y acceder a otros niveles de enseñanza.
Entre las personas que abandonaron el proyecto y llevaron a sus hijos e hijas
a otras escuelas, se encuentran sobre todo el colectivo de la clase médica,
el colectivo de ideología comunista y el colectivo cristiano.
Cuarta etapa: 1995-1998
Este período va a ser un tiempo de crisis importante, ya que al salir
la primera promoción y a la luz de la realidad existente en ese momento,
comenzamos a plantearnos los errores que habíamos cometido para no
alcanzar plenamente los objetivos y fines deseados.
Uno de los aspectos importantes que van a determinar el comienzo de una crisis
interna, es que las personas de la cooperativa, que a lo largo de los años
habían venido ayudando económicamente a la escuela -siempre
deficitaria-, son en su mayoría padres y madres de alumnos y alumnas
que habían concluido la etapa o estaban próximos a terminarla,
por lo que se comenzó a detectar una progresiva falta de interés
por mantener los compromisos que habían adquirido cuando sus criaturas
eran pequeñas. Por otra parte, dentro del colectivo educador, comienza
a haber una diversidad de opiniones referente a radicalizar el proyecto o
no, porque a la vista de los resultados, había que variarlo si deseábamos
que la escuela siguiese siendo una escuela libre y no una escuela progresista
de carácter burgués.
Un elemento importante que nos verifica la necesidad de volver a los principios
iniciales, es que, a la vista de los resultados académicos que obtienen
las primeras promociones, hay una enorme demanda de matrículas en la
escuela, llegando a alcanzar un alumnado de 103 personas, lo cual para una
escuela libertaria era indicativo que no cumplía los principios libertarios.
Las causas de este incremento de alumnado hay que encontrarla en estos aspectos:
- Se es más flexible a la hora de admitir al alumnado que no tiene
una ideología afín.
- La igualdad en la cantidad de enseñanza para todos no se cumple,
ya que algunos chicos y chicas asisten a diferentes clases extraescolares
según los deseos de sus padres-madres de recibir una educación
"más y mejor" que el resto, por lo que se producen diferencias
sociales y educativas.
- La dinámica asamblearia va siendo rechazada por el alumnado, al conocer
un sistema autoritario (clases particulares o actividades extraescolares),
más fácil de asumir y de integrase en él que el de la
libertad.
- Este mismo aspecto facilita la competitividad, la rivalidad y por ello la
violencia.
Es decir, la educación burguesa se nos había colado por la puerta
de nuestra debilidad y ahora demandaba lo que deseaba, que era el control
de la escuela por parte de los padres y las madres, defendiendo la autoridad,
la lucha de clases, la moral burguesa, la desigualdad, en definitiva, convertir
la escuela libre en una escuela progresista puesta al servicio de la burguesía
media, la ideología comunista y hasta de los cristianos progresistas.
Desde el colectivo del alumnado, las consecuencias se manifestaban en:
-Rechazo del sistema asambleario.
-Rechazo de la no-violencia.
-Rechazo del diálogo como forma de resolver los conflictos.
-De la igualdad y de la crítica del sistema capitalista.
-De la convivencia autogestionaria.
-De la igualdad en el trabajo.
-De los valores de la anarquía.
-Demanda de autoridad frente a la autonomía y la libertad personal
y colectiva.
Por parte del colectivo educador y cooperativo, una parte va a querer mantener
una escuela progresista y otro una escuela libre, por lo que se produce la
escisión. Se opta por luchar por una escuela libre y ello supone:
" Disminución del alumnado y de los ingresos de la escuela.
" Rechazo social más intenso y críticas constantes para
que no se matricule nadie y la escuela tenga que desaparecer por quedarse
vacía.
La confrontación entre ambas opciones es dura. Finaliza de la siguiente
manera:
Una parte de la cooperativa, incluídos todos los padres y las madres,
menos una madre, que sus hijos e hijas habían finalizado la educación
básica y una pequeña parte del colectivo educador, abandonaron
el proyecto. El resto seguimos luchando y defendiendo la escuela de la anarquía.
Al tiempo que estas personas abandonan el proyecto, otras se van a incorporar
a él, ya que Lidia llega desde Vitoria y Mabel y Eloy desde León.
El proyecto se retoma y comienza a abrirse a otras actividades de carácter
libertario. Se crea el grupo de Mujeres por la Anarquía, con las mujeres
del colectivo y algunas otras afines.
Quinta etapa: 1999 a la actualidad
Esta etapa se va a caracterizar por una vuelta al proyecto inicial. La autogestión
va a ser la estructura fundamental de la dinámica vivencial -educativa
de la escuela. Las asambleas son de nuevo el órgano decisivo y consultorio
de todo lo que se hace. Los valores de la anarquía vuelven a suponer
la base de la educación en y para la libertad. Se realizan de nuevo
proyectos integrando en ellos las experiencias adquiridas. Se amplían
las etapas educativas.
Por abajo, comenzamos a admitir a criaturas de 18 meses. Por arriba, se alarga
hasta los 16 años, al entrar en vigor la LOGSE. El boletín de
la escuela La Samblea, se cambia por el de A Rachas.
Los chicos y las chicas comienzan a tener sus propios boletines : A Rachitas
y A Rachorras, según sus grupos de edad. Comenzamos las acampadas autogestionarias
para gente joven, para tener experiencia de libertad con el alumnado de la
escuela y criaturas de otras comunidades, cuyos padres y madres tienen ideología
libertaria, con la colaboración de Mujeres Libres de Madrid.
Comienzan a acudir cada año más personas a realizar las prácticas
en la escuela. Se hacen muchos trabajos sobre el proyecto de Paideia. Se publica
en varias revistas españolas y extranjeras, la dinámica de funcionamiento
y las bases ideológico-pedagógicas. Las visitas a la escuela
se amplían de tal manera que hay que regularlas para que no interfieran
la dinámica normal. Las madres y los padres que han dejado a sus hijas
e hijos en la escuela, colaboran más que nunca con el proyecto libertario,
lo cual se nota profundamente en las personalidades del alumnado, en su mayor
concientización ideológica y social, su madurez social y la
práctica de los valores éticos de la anarquía.
La asamblea ha recuperado su carácter consultivo y decisorio. La autogestión
se realiza con la participación de todas las personas que formamos
el colectivo. Lo mismo sucede con el colectivo educativo. La cooperativa ha
dejado de tener participación en la escuela. El colectivo es la base
y el órgano decisivo y de discusión.
La libertad no sólo es individual, sino que lo es también colectiva.
Sale la primera promoción de Secundaria, que se incorpora a tercero
o cuarto de ESO en los Institutos. Sus características personales indican
claramente que han recibido un tipo de educación diferente. Se caracterizan
por:
- Sentido de la responsabilidad.
- Defensa de la libertad y la justicia.
- Tolerancia y diálogo.
- Defensa de los valores de la anarquía.
- Transmisión de la ideología anarquista en sus trabajos de
clase.
- Crítica social y del sistema de enseñanza tradicional.
No dejan de tener contacto con la escuela; lo hacen de una manera permanente.
Y destaca su forma de relacionarse con las personas de su edad o adulta. El
grupo de Mujeres por la Anarquía, se ha ampliado considerablemente.
Publica una revista que se titula Igualancia. Las actividades se han transformado
en talleres participativos en donde se trabajan fundamentalmente los valores.
El trabajo manual e intelectual cada vez se establece con mayor igualdad.
La relación con los educadores cada vez es de mayor compañerismo.
Se han recuperado la igualdad, la solidaridad y, por ello, la libertad.
En la actualidad las personas que pertenecen al colectivo son: Concha, José
Luis, Lali, Olalla, Lidia, Teresa, Fernando, Mabel, Eloy y Josefa, que siempre
andará por ahí (el pasado 1 de julio falleció Josefa
Martín Luengo, cofundadora y compañera muy importante para el
Colectivo Paideia).
La pedagogía libertaria al día
Estas líneas han querido plantear nuestra forma de entender la educación:
Unas ideas y unas prácticas basadas en la concepción colectiva
de la educación como un proceso consciente, participativo, basado en
la libertad responsable y la solidaridad entre iguales que ayude a crear una
sociedad basada en estos valores y por tanto creemos que es preciso comenzar
desde niños para ir incorporándolos a nuestro comportamiento,
antes de que el Estado y el Capital nos llenen la mente con ideas insolidarias,
sumisas y consumistas que impidan la asunción de la ética libertaria.
Nos hemos dejado en el camino a Bonaventure y otras tantas experiencias ricas
y humanas con las que disfrutar y soñar.
La pedagogía libertaria es un modo diferente de pensar sobre la educación,
sabiendo que el funcionamiento de las sociedades depende de la educación
para perpetuarse en el tiempo.
Es esencial para la cultura predominante mantener la injusticia que no permite
el desarrollo igualitario de las personas. Hoy esto es posible gracias a una
educación que crea personas dependientes, autoritarias y competitivas
que asumen las injusticias como algo natural y que se adaptan a un sistema
insolidario que mantiene desigualdades, violencia, enfrentamientos y explotación.
En la transformación global de la sociedad necesitamos cambiar la disposición,
a través de la educación, mediante y para el apoyo mutuo, la
solidaridad, la libertad, la igualdad, la idea colectiva, la dignidad y la
responsabilidad, es decir, para el bienestar del ser humano.
Hoy y siempre la sociedad es escuela y la escuela es sociedad, por ello no
debemos quedarnos sólo en la transformación de la escuela, sino
de toda la sociedad. La pedagogía libertaria hay que entenderla unida
a todo un movimiento social.
Nos educamos a lo largo de toda la vida, como personas y como colectivos,
por ello, este tipo de educación debe ser permanente a lo largo de
ella en todos nuestros contextos vitales.
Los principios de la educación libertaria fueron, son y seguirán
siendo así:
" Todo se hace por compromisos asumidos y desde la decisión colectiva,
abierta y sincera.
" Autonomía del individuo que tiene derechos y obligaciones asumidas
voluntariamente, como la responsabilidad colectiva y el respeto. Las personas
afrontan sus propios problemas, crean sus propias convicciones y razonamientos.
" El juego como acceso al saber. Desde el juego es más fácil
desarrollar la solidaridad y el trabajo colectivo, la socialización
y el ambiente alegre y positivo.
" Coeducación de sexos y social. La educación es igual
y conjunta, sin discriminaciones de ningún tipo por razones de género
o económico-sociales.
" Ser libres significa que cada persona pueda decidir qué, cómo,
cuándo, con qué y dónde quiere desarrollar su aprendizaje,
siendo consciente de sus limitaciones y procurando cumplir son los compromisos
personales y grupales adquiridos para un período determinado, no sólo
de aprendizaje, sino de relación y autogestión de la comunidad.
" El autodidactismo es importante si se complementa con la cooperación
didáctica para intercambiar apoyo, en una enseñanza mutua, en
la que los educadores son un compañero más.
" En lugar de exámenes, la autoevaluación nos permite conocer
nuestros logros en todos los aspectos del desarrollo.
" La aportación y el reparto de cualquier recurso se hace según
las posibilidades y necesidades, respectivamente.
" La asamblea ha de ser el lugar donde plantear problemas y sus soluciones,
pero también nos sirve para el seguimiento de los compromisos y expresión
de nuestras dudas o sentimientos personales, y como otro aspecto de la convivencia
refuerza los vínculos. Se registra lo ocurrido en la asamblea de manera
adaptada a la edad de los que estamos, para hacer memoria de la experiencia
que nos pueda servir en otro momento.
" La comunicación, la espontaneidad y la cooperación en
la comunidad de aprendizaje son esenciales para el disfrute en ella.
Hasta pronto, nos veremos en la construcción de un mundo mejor.
Notas:
1.- Boletín de la Escuela Moderna, edición de Albert Mayol,
Tusquets, Barcelona 1978.
2.- Marcial Pons Ediciones, Madrid 2006.
3.- La esfera de los libros, Madrid 2009.
4.- Félix Carrasquer (1905-1993), sin dejar de ser panadero nunca,
se convirtió en un pedagogo, escritor e intelectual autodidacta, relacionándose
con otros oscenses como Sender, Aláiz, Acín, etc. Con 14 años
emigró a Barcelona, afiliándose a la CNT tras el asesinato de
Seguí y fue perdiendo gradualmente la vista. En 1929 regresó
a su pueblo, Albalate de Cinca, y fundó una agrupación cultural
con biblioteca y escuela, base de la fuerza que tuvo la CNT de la Comarca
del Cinca con sus 4.000 afiliados. En 1932, durante una representación
teatral pierde la visión definitivamente, a pesar de lo cual siguió
con la labor cultural revolucionaria. En 1933 tiene que huir a Barcelona,
donde funda la escuela racionalista Eliseo Reclus. Miembro del Comité
Peninsular de la FAI (Federación Anarquista Ibérica) en 1936,
es encargado de dirigir la maternidad barcelonesa. En 1937 regresa para crear
la Escuela de Militantes de Aragón (Monzón), deshecha ese mismo
año por la represión estalinista a las colectividades que encarceló
a 400 anarquistas colectivistas. Con la derrota, pasa cuatro años en
los campos de concentración franceses. En 1944 entra clandestinamente
en España y reorganiza el Comité Regional de la CNT en Aragón
y en Cataluña, ocupando la Secretaría Regional y siendo detenido
en 1946, con condena a muerte, conmutada por la de 25 años de prisión,
de los que cumplió 12 antes de salir al exilio. Escribió La
Escuela de Militantes de Aragón (1978) y Las colectividades de Aragón
(1986). Falleció en Thil (Francia).
5.- Educación libertaria y revolución social. España
1936-39, UNED, Madrid 1987.
Número monográfico:
PEDAGOGÍA LIBERTARIA