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A pesar de los esfuerzos, que
es justo reconocer, el sindicalismo tradicional se ha mostrado insuficiente
durante los últimos 20 años para enfrentar todos los problemas
laborales y profesionales. Por si fuera poco, y en lo que nos parece el
colmo de la desprotección a varias bandas, la prensa española
cuenta con una patronal que se resiste a identificarse como tal en una
mesa de negociaciones, y que además se halla muy poco organizada
para defender los intereses de las empresa frente a la administración.
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La organización de los
periodistas en un sindicato profesional debe servirnos también para
combatir el miedo y la falta de concienciación que afectan cada
vez más a nuestro colectivo. El primero está provocado fundamentalmente
por la precariedad laboral y el desempleo, que amenaza el futuro de miles
de licenciados y que inhibe la capacidad de reivindicación de muchos
de los que trabajan. Y sobre todo se aprecia más en las empresas
privadas o al menos en aquellas donde no existe un comité de empresa
consolidado y la plantilla se compone principalmente de trabajadores en
precario.
En muchos casos las empresas
fomentan y explotan a su favor este miedo que a veces se traduce en un
claro terrorismo empresarial cuando se amenaza expresamente a los trabajadores
con echarles a la calle si se atreven a elegir a un representante
sindical. Luchar contra este miedo que se ha instaurado en nuestro ámbito
laboral (y que para los empleados más jóvenes es casi una
pauta de conducta), es algo esencial para mejorar nuestras condiciones
de trabajo y dignificar la profesión.
Además urge que realicemos
una autocrítica como colectivo, ya que es evidente la falta de conciencia
de muchos de nosotros a la hora de asumirnos como simples asalariados.
No pocos compañeros prefieren considerarse como profesionales liberales,
incluso como "estrellas" en ciernes, a pesar de que sus condiciones de
trabajo no se corresponden ni mucho menos con ese rango, lo que nos ha
conducido tradicionalmente a la pasividad y a la autoexplotación,
que el SPM pretende sustituir por la movilización y la concienciación.
- A la luz de la positiva
experiencia europea y la más próxima de Cataluña,
el sindicalismo profesional aparece como una alternativa real para intentar
dar una solución programada y colectiva a tan negativa situación.
- El Sindicato de Periodistas
deberá luchar por la defensa de la mujer en el mundo del periodismo.
El Sindicato apoyará la lucha contra toda discriminación
sexual, con el objetivo de romper el "techo de cristal" y apoyar la igualdad
de oportunidades, especialmente en el acceso a puestos de responsabilidad.
- Asimismo, el Sindicato
defenderá la titulación y la lucha contra el intrusismo y
velará por que los aspectos formativos sean garantes de unos profesionales
bien preparados.
- El reto más inmediato,
que de alguna manera estamos asumiendo con nuestra presencia en este Congreso
Constituyente es fundar un sindicato democrático, profesional, independiente,
plural y con vocación unitaria, que defienda los intereses laborales
y profesionales de los informadores.
Por todo ello el SPM propone la siguiente
PLATAFORMA MÍNIMA:
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Contrato básico para
los profesionales de la información.
-Que respete la jornada
laboral de 40 horas como máximo.
-Que garantice una remuneración
acorde con la categoría laboral. En cualquier caso el sueldo mínimo
no debe ser inferior a 150.000 ptas. al mes.
-No a la contratación
por Empresas de Trabajo Temporal.
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Clarificación y regulación
de la situación de colaboradores y freelances.
-Que garantice la cobertura
social y la cotización a la Seguridad Social por parte de la empresa,
en los casos en que sea necesario.
-Que establezca una retribución
mínima para las colaboraciones según el sector (prensa, radio
y TV), y el nivel o categoría de los colaboradores (redactor, operador
de cámara, ayudante, reportero gráfico, etc.)
-Acabar con las plantillas
encubiertas compuestas por colaboradores.
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Regulación de las
diversas condiciones y circunstancias de trabajo.
-
Regulación de las
prácticas de los licenciados y no licenciados y de la actividad
de los becarios universitarios, de forma que no ocupen puestos de trabajo
estructurales, ni constituyan plantillas encubiertas.
-
Regulación de la figura
del periodista al servicio de las administraciones públicas.
-
Compromiso de orientación
y asesoramiento de los nuevos licenciados de cara al mercado de trabajo.
-
Regulación y cumplimiento
de los derechos de autor de todos los periodistas.
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Defensa de la existencia
de los medios públicos de comunicación, de su objetividad
y pluralidad informativa, y de un sistema transparente y profesional de
acceso a los puestos de trabajo en dichos medios.
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Consejos de Redacción,
regulados por Estatutos de Redacción, en todos los medios de comunicación.
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Defensa de la vigencia de
un código deontológico.