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Viernes 23 de agosto de 2013, por
La carretera AV-562, y su prolongación en la Comunidad de Madrid (M-539), era de mis preferidas. Atravesarla con la bici de carretera resultaba una delicia en cualquier estación. Sinuosa, sin tráfico y con sombra, mucha sombra. Un día cualquiera te encuentras a unos operarios talando pinos junto a la cuneta. Al llegar a Cebreros un cartel reza algo así como “mejora del firme”. Se rectificaron curvas, se hicieron nuevos puentes, se asfaltó de nuevo todo su trazado, se abrieron enormes taludes y sucumbieron formidables ejemplares de pino piñonero como el que había junto al puente que salva el río Sotillo.
Como de costumbre, el autor de este disparate, la Administración, lo hacía de manera irregular.
Ya se sabe cómo funciona la “justicia”: 6 años después y aún no está resuelto el caso. Volver a transitar por aquellos parajes no era lo mismo. Desde una curva se veía la que venía mucho después, el escaso tráfico ahora circulaba con mucha más alegría -las motos aún mucho más - y faltaban sombras, muchas sombras.
El pasado sábado 3 de agosto recibo una llamada. Así nos pasamos el verano, con la congoja pegada al móvil. Hay una columna muy fea. Busco una panorámica y así es. La columna es dantesca. Tratas de ubicarlo, de ubicarte y poco más. Sabes que si vas no te dejarán hacer nada y, aún dejándote, entorpezcas. Sacas fotos con el embalse de San Juan de por medio y te anima ver que siguen llegando hidroaviones -hasta 5- y que bombardean la misma zona en una coreografía que parece mil veces ensayada.
Los helicópteros no cesan de idas y venidas aprovechando las charcas que los grandes terratenientes atesoran en sus modestos fincones. Y no te puedes olvidar de la infantería, de las brigadas helitransportadas, de los retenes terrestres con sus tendidos de manguera, sus herramientas de corte, haciendo todo lo que pueden contra una mala bestia que arrasará en sólo 5 horas más de 1000 has. Y llega la noche y desearías que apareciera una enorme nube cargada de agua.
Pero te despiertas por la mañana, y ya con la bici de montaña, te acercas a verlo y... El monte se viste de luto, la única sombra la proyecta la antena de la Agencia Espacial Europea y el encanto de la carretera se esfuma. Para mí, para la cigüeña negra, para el de la furgoneta de reparto. El sonido de fondo es de los helicópteros con sus sirenas previas a la descarga. Allí no canta nadie, no se ven pájaros, no hay hojas en los árboles. No ha quedado nada.
Hace 5 años, casi exactos, acompañamos a dos científicos del CSIC designados como peritos por la fiscalía en el caso de las obras de la Av-562. Mostramos ahora unas fotos para quien no conociera esta zona y porque la memoria es frágil. La comparativa resulta deprimente.
Más información:
http://www.nodo50.org/sierraoestedesarrollosostenible/IMG/pdf/numero18.pdf