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Las Dehesillas de Cebreros: de Adolfo Suárez a Enrique Ventero

Martes 20 de agosto de 2013, por sods

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Tras la segunda sentencia del TSJCyL, que tumba nuevamente este proyecto del gilipollismo ilustrado, y de la que nos congratulamos, llega la hora de hacer otra lectura, una especie de regreso al pasado. Desde hace poco se levanta en Cebreros el MAST (Museo Adolfo Suárez y la Transición). Allí nació Adolfo, duque y Grande de España, falangista y católico. La actual democracia -memocracia o demofalacia, términos sinónimos- arranca con la victoria en las primeras elecciones desde 1936, en junio de 1977, de la UCD que él encabezaba. Años antes, allá por 1968, inauguraba de la mano de Jesús Gil y Gil el complejo de Los Ángeles de San Rafael (Segovia) siendo gobernador de esta provincia. Un año después, 15 de junio de 1969, se contabilizan 58 muertos y 147 heridos al derrumbarse un salón de banquetes. La obra carecía de arquitecto y aparejador.

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Al igual que sucede en la actualidad, la tragedia salió casi gratis para los implicados. Para el propietario/constructor, luego presidente del Atlético de Madrid y cacique en Marbella, unos meses en la cárcel con toda clase de prebendas -como comer a la carta-, 400 millones de pesetas de multa y un indulto del “presidente” que nunca ganó unas elecciones. Para el por aquel entonces falangista Suárez la jugada le salió redonda: la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil por desescombrar con sus propias manitas al llegar a la zona cero.

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Previsible si consideramos que el fiscal del Tribunal Supremo que asumió el caso, Fernando Herrero Tejedor, había sido su protector cuando el último era gobernador civil de Ávila. Casualidad o no, la recibió el 18 de julio de 1969, aniversario del golpe de estado. Quizá este episodio no se recuerde en el MAST. Qué más da, ni Suárez se acuerda de aquello. Lo olvidó mucho antes de 2003, año en el que el también cebrereño Enrique Ventero (VEMUSA) canjeó la deuda que el atleti de Gil tenía con él -700.000€ por 14.000 acciones. Estas pasaron de valer 50 a 8,5€ un año después. ¡Qué negocio!-. VEMUSA es la inmobiliaria que está tras el pelotazo frustrado de Las Dehesillas. Al igual que Gil, tuvo su conexión con Juan Antonio Roca, el capo del urbanismo marbellí -caso Malaya-. Para el asunto que nos ocupa, y aún preocupa, se crea en noviembre de 2003 la sociedad anónima Las Dehesillas de Cebreros. Esta tiene como objeto social “la adquisicion, parcelacion y enajenacion de terrenos y solares”. Y por ahí se empezó. Por engañar y amenazar a los propietarios, por enfrentar y dividir al pueblo en dos bandos: los que venden y los que no, por agradecer a los primeros con el premio Cepa por deshacerse de esas tierras que tanto valor sentimental tenían para ellos, etc, etc.

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Corría septiembre de 2004. Para julio de 2006, y por 300.000€ -calderilla-, Enrique esquiva la cárcel. Por aquellas fechas VEMUSA se publicita a todo color y a página completa en El País -Grupo Prisa-, estrategia harto vista para comprar silencios mediáticos. Igualmente, el PSOE respalda el proyecto ya que la zona “no tiene valor medioambiental”.

Pues ya lo ven, 44 años después de aquellos homicidios y en un pueblo que se enorgullece del legado de Adolfo Suárez se traman negocios que, como en aquella época de blanco y negro, reporta beneficios a unos pocos en sacrificio del bien común, entiéndase éste como el agua, el suelo, la biodiversidad, el paisaje, la VIDA... La Administración, entonces la gobernación de Segovia hoy la Comisión Territorial de Urbanismo de Castilla y León, se alían con el expoliador, dan cera, pulen cera. La cuestión es que todo parezca legal, que aquí no pasa nada. Y es que vivimos en democracia.