FUENTE: LIBERACIÓN


15-Noviembre-2002

El valor de la vergüenza


Cuando pareciera que en el mundo que vivimos, se han impuesto en las relaciones internacionales, nacionales y hasta sociales, los desvalores de la mentira, el egoísmo, el afán de lucro, el interés y la prepotencia que llega hasta la violencia, es bueno constatar que en la mayoría de la Humanidad subsisten y resisten ideas y actitudes que se les contraponen.

Quienes cantan loas al capitalismo salvaje predominante, que influye en la vida de los países y los individuos, poco les importa que éste pudra todo lo que toca y menos aún las consecuencias deshumanizantes de todo esto.

Un mundo hegemonizado por un solo país -el más poderoso económica y militarmente- presidido a su vez por un ignaro millonario al que rodean un grupo de políticos trogloditas, empresarios del petróleo y las armas, dispuestos a lanzar guerras ”preventivas” en cualquier rincón del mundo, como la que preparan contra Iraq. Sin embargo, a contracorriente es reconfortante advertir, que al Imperio no todo le sale bien.

Ejemplo de ello es la votación de esta semana en la Asamblea General de la ONU, que alcanzó una mayoría más grande aun que en anteriores ocasiones, de países que votaron contra Estados Unidos y el ilegal bloqueo que por espacio de varias décadas mantiene contra la pequeña Cuba.

173 países, entre los 191 que son miembros del máximo organismo internacional, se expresaron para que Estados Unidos cese el criminal bloqueo. Sólo se manifestaron a favor, Estados Unidos mismo, Israel y las Islas Marshall (este último una colonia y polígono militar norteamericano perdido en la inmensidad del Pacífico, al que EE.UU. lo inscribió hace años como país en la ONU para contar con un voto más a su favor).

Pese a que la resolución no obliga a Estados Unidos a levantar el bloqueo, sí condena el mismo a nivel internacional como ilegal y contrario al derecho, y que ese país no sólo se lo imponga a Cuba en forma unilateral, sino también a la comunidad internacional a quien el Imperio afecta y sanciona con sus medidas económicas y políticas, cuando intentan comerciar con la isla.

En muchos de los países miembros siempre ha prevalecido la vergüenza y el decoro, dado que desde hace once años vienen oponiéndose con su voto al bloqueo; en otros naturalmente las conveniencias económicas por lo que les afecta y porque seguramente, han concluido de que el bloqueo como arma para cambiar el régimen social cubano, se ha mostrado inefectivo y obsoleto.

Pero más allá de estas consideraciones, lo más relevante es la dignidad y valentía de Cuba que no se ha dejado rendir frente a la prepotencia yanqui, y que pese a sufrir una situación que ningún país de América Latina y muchos otros en todo el mundo ha vivido nunca, ha tenido la vergüenza de sostener la verdad sin venderse ni enroscarse en egoísmos nacionales. Pobre, agredida, bloqueada, Cuba ha sido y sigue siendo solidaria, siempre con sus hermanos del Tercer Mundo, y no menos con el mismo pueblo norteamericano que no tiene la culpa de sus gobernantes, elegidos mediante el poder del dinero y el chanchullo institucionalizado.

Si algunos piensan que la honradez no tiene recompensa, la votación en la ONU en favor de Cuba y su pueblo y contra la agresión de Estados Unidos, está desmintiendo esa idea. Por que pese a todo, desde que el hombre es hombre, el valor de la vergüenza es lo que mejor lo significó y le hizo más libre.

 

 

 

Coordina desde Madrid (España): Juan R. Sotelo de Brun Repique Internacional 

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