URUGUAY:
LA MARINA Y EL SECUESTRO DE ELENA QUINTEROS
Los contralmirantes Carlos Gianni (hoy vicealmirante
y comandante en jefe de
la Armada), Raúl Lecumberry y Óscar Otero, integrantes
del Tribunal de Honor
de la Armada que el 18 de setiembre de 2000 fallaron amonestando
al capitán
de navío Alex Lebel, calificaron como una "falta grave"
que el marino "no se
defendiera de los dichos de la prensa", según surge
del expediente 352/01
del Tribunal de lo Contencioso Administrativo que incorpora tales
actuaciones.
¿Qué dichos pueden haber inducido
a los contralmirantes a condenar a un
marino cuya foja de servicios es, por lo menos, fuera de lo común?
La
referencia tiene que ver con la información publicada en
BRECHA, en octubre
de 2000, según la cual, en un informe de inteligencia se
calificaba a Lebel
como un "radical" que en 1976, "al asumir Carlos
Guianze el comando de
Fusileros y establecer nuevos procedimientos e interrogatorios,
se
manifiesta contrario a la tortura. Es sancionado. Pide reiteradas
veces
explicaciones sobre Elena Quinteros".
La desaparición de Elena Quinteros es un
viejo contencioso en la Armada. La
práctica de torturas a detenidos por parte de oficiales
de Fusileros Navales
(Fusna) encontró resistencias en oficiales que no compartían
los métodos de
algunos miembros del S-2, en particular del hoy notorio Jorge
Tróccoli. Por
lo menos tres oficiales (Pedro Corbo, Luis Martín y Federico
Lebel) se
declararon explícitamente contrarios a la tortura en 1975,
cuando Tróccoli y
otro oficial, Juan Carlos Larcebeau, "interrogaban"
a un detenido que había
sido colgado en una postura que sugería el sufrimiento
de Cristo en la cruz.
Un año después, los mismos oficiales (que integraban
el Organismo
Coordinador de Operaciones Antisubversivas, OCOA, y mantenían
contacto con
el teniente coronel Julio Barrabino) comentaron en presencia de
sus
camaradas los detalles de la detención de Elena Quinteros.
Según su versión,
fueron ellos quienes secuestraron a Elena de los jardines de la
embajada de
Venezuela y fue Larcebeau quien golpeó al diplomático
venezolano Batista,
durante un forcejeo.
Tróccoli, Larcebeau y otros dos oficiales,
Alberto Lombardi y Nelson
Olivera, habrían sacado a Elena de las instalaciones para
interrogatorios en
el garaje del Fusna (al parecer Elena fue interrogada en una casa
rodante
que la marina había incautado en Colonia, durante un operativo
en marzo de
1976), y trasladada con destino desconocido en un auto marca Volkswagen,
mientras los incidentes diplomáticos con Venezuela provocaban
comentarios
entre los oficiales. Un día después, ante 20 oficiales
de la marina, el
comandante Jaunsolo, del Fusna, informó que "el caso
de Elena Quinteros
estaba definitivamente resuelto"; la formulación era
ambigua, pero esa
afirmación, en aquellos tiempos, tenía inequívocas
connotaciones. El
entonces teniente Alex Lebel planteó por escrito su reprobación
a los hechos
relativos a la detenida Elena Quinteros, y por ello fue sancionado.
Veinticinco años después Lebel fue
nuevamente sancionado por la misma
denuncia, pero ahora, en ocasión del tribunal de honor,
por no haber
desmentido la noticia publicada en BRECHA (6-X-00). Lebel ratificó,
en esa
instancia, la denuncia que había formulado en 1976 y reiteró
todos los
detalles, que quedaron consignados en un acta por separado. Por
las mismas
fechas en que Lebel ratificaba su denuncia, el ministro de Defensa,
Luis
Brezzo, del Foro Batllista, declaraba públicamente, ante
el inicio de las
actuaciones de la Comisión para la Paz, que no había
ningún elemento nuevo
respecto de la desaparición de Elena.
Por su postura contraria a las torturas y las desapariciones,
Lebel fue
condenado por el tribunal de honor. Se desconoce qué medidas
adoptó el
entonces comandante de la Armada, vicealmirante Francisco Pazos,
identificado como un oficial cercano a Julio María Sanguinetti.
Algo se
puede deducir de las medidas adoptadas con los dos oficiales directamente
involucrados en el caso de Elena que aún permanecen en
actividad: el capitán
de navío Alberto Lombardi fue designado como agregado naval
por el propio
ministro Brezzo; y el capitán de navío Nelson Olivera
fue designado por el
actual ministro Yamandú Fau como agregado naval en Estados
Unidos. El
capitán retirado Tróccoli, después de que
inesperadamente fue identificado
como enlace de inteligencia en la Escuela de Mecánica de
la Armada (Esma)
argentina, escribió un libro justificando las torturas
y después se llamó a
silencio; Juan Carlos Larcebeau, también retirado, desplegó
su actividad
privada en empresas navieras, aunque no pudo confirmarse su vinculación
con
Buquebus. Los cuatro son identificados como simpatizantes del
Foro Batllista.
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